31 de octubre de 2015

El ballottage y la interna pj

Fin de ciclo o el fin de una facción del peronismo.
Ibarra Eduardo

Un posible triunfo de  Macri implicaría una clara homogenización del aparato estatal y de los Medios de comunicación, así como una hegemonía al estilo de los 90s  por parte de la oligarquía transnacionalizada y los conglomerados extranjeros, todo lo cual generaría un gran daño a las clases trabajadoras y a los sectores marginados (todo enmascarado en un supuesto ambiente político de pluralidad y consenso), de difícil ponderación. La nueva derechización de la cultura nacional, haría que dentro del peronismo las fuerzas más reaccionarias aliadas a los sectores concentrados, busquen un nuevo consenso interno, a fin de regenerar el Partido peronista con vista a reestablecer un nuevo proyecto para lograr recuperar el poder estatal perdido. Pero no sólo las fuerzas del pejotismo tradicional se “adaptarían” a un nuevo panorama político. Dentro del propio kirchnerismo bastos sectores buscarían acomodarse sin ningún prurito ideológico al nuevo orden interno.
En un mundo que no crece al ritmo que venía creciendo y con una caída de los precios de los comódities, el triunfo del macrismo daría un cambio histórico en el entramado de los Partidos políticos en la Argentina, por lo que la derecha lograría por primera vez en su historia conformar un Partido de masas, sin la necesidad de aplicar políticas liberales por medio de golpes de Estado (el Partido militar) o por medio de captar a las facciones de derecha dentro del peronismo.
Dentro de éste posible panorama la figura de Cristina como líder espiritual del movimiento, no quedaría tan definida, ya que el peronismo como Partido/Estado implica necesariamente la subordinación a un orden jerárquico y a una cadena de mando encuadrada en quien logra erigirse como conductor. Por lo tanto, si Scioli pierde el ballottage, sería hacía adentro del pj donde las fuerzas contrarias al kirchnerismo harían su aparición manifiesta en el reclamo por la conducción del aparato.


En las circunstancia actuales el sector mejor posicionado es el de Sergio Massa y De la Sota, quienes conservaron sus respectivos bastiones territoriales y quienes, alianza de por medio, lograron preservar y en parte acrecentar la cantidad de votos obtenidos en las primarias abiertas.
Dentro del ballottage el Frente Renovador es el árbitro de una disputa que genera desgastes entre los contrincantes, sobre todo del Frente para la Victoria cuyo pronóstico de triunfo contundente en primera vuelta no fue logrado. Sea cual sea el resultado el kirchnerismo queda debilitado por la falta de un candidato propio  a nivel nacional, y por la derrota de la lista “ideológicamente pura” encabezada por Aníbal Fernández y el paracaidista Martín Sabbatella en la provincia de Buenos Aires.
La propia esencia del peronismo y su falta de doctrina basada en una filosofía propia, hace que todo pueda ser adaptado a las circunstancias políticas coyunturales, frases de Perón todoterreno de por medio, y a toda necesidad de acople nacional a los requisitos de la conformación de capitalismo global. Los liberales y en parte la izquierda nunca entendieron el carácter pragmático de la dirigencia peronista, la cual fue transformando al primario movimiento nacional de tercera vía a un aparato burocrático partidario acoplado al Estado, que no sólo es un medio para acceder a sus órganos políticos, sino que es la constitución de una ideología de legitimación del ejercicio del poder.

Hasta ahora, el sello peronista fue el que legitimó el ejercicio de gobernar el Estado en todos sus estamentos.


Un nuevo panorama de hegemonía de las oligarquías transnacionales financieras, repercutirá indefectiblemente hacia dentro del peronismo y nuestra historia ha demostrado que el pierde no vuelve, salvo Perón; y no le fue nada fácil.


No hay comentarios:

Publicar un comentario