El capitalismo sin
rostro
Eduardo Ibarra
Si los cables
de wikileaks fueron una bomba política al centro del poder mundial y al corazón
del imperio norteamericano, los llamados Panamá papers son un golpe al sistema
económico mundial. Aunque el descubrimiento periodístico tiene similitudes en
cuanto a cómo lograron hacerse con el material y la forma de tratar y difundir
el tema, difiere en cuanto a la naturaleza de los mismos.
En el caso
de los wikileaks el impacto quedó circunscripto al ámbito de las Relaciones
Internacionales y a los asuntos de cancillerías, cuestión que quedó lejos de la
preocupación cotidiana del hombre común. En el nuevo escándalo por el
descubrimiento de los archivos, del mayor estudio de abogados de Panamá, puede
llegar a tener implicancias mucho más profundas y dañinas al sistema capitalista
globalizado, dependiendo del grado de concientización de lo que se está
poniendo en juego y de la implicancia en
la vida de los pueblos.
Las
denuncias por los paraísos fiscales no son nuevas, ya en la década de los 70s
el propio Vaticano fue descubierto en una triangulación (a través del Banco
Ambrosiano) de lavado de dinero proveniente de la mafia, la masonería y otros
orígenes non sanctos. La diferencia entre casos puntuales y los archivos de Panamá
papers es la implicancia de las propias reglas del sistema financiero, la
esencia misma del capitalismo y su reproducción, conjuntamente con la cantidad
de actores de peso internacional involucrados.
Màs allà de
los nombres lo que demuestran èstos archivos es la lógica del sistema y las
formas en las que va cambiando a medida que pasa de una etapa a otra en su
desarrollo histórico.
Durante la gestación del capitalismo, siglo
XII aproximadamente, el comercio fue la actividad que dio la posibilidad de
desarrollar una nueva relación social diferente al sistema servil agrario del
feudalismo, así como la de generar excedentes para que en unos siglos más tarde
se diera un salto cualitativo a la etapa manufacturera e industrial. En la segunda
mitad del siglo XIX fue la aparición de la industria pesada, junto con los
nuevos conglomerados empresariales, que produjeron una nueva forma de
concentración y centralización de la economía. A la par con nuevas técnicas de
explotación (fordismo y taylorismo) los monopolios estiraron sus brazos más
allá de las fronteras nacionales lo que provocó las guerras mundiales.
Dentro de un
mundo bipolar EEUU se erigió como el claro ganador en la contienda
intercapitalista, en la cual la lucha contra el bloque socialista, el
desarrollo tecnológico y la hiperacumulaciòn de los grandes conglomerados
empresariales generaron una nueva etapa en la vida del capitalismo.
En los 70s
las llamadas multinacionales emergieron como nuevos actores de la Relaciones
internacionales, quienes necesitaron de nuevos mercados y nuevas formas de
acumulación para la reproducción del sistema. Por lo cual, de una etapa
dominada por el capital industrial, se engendró una nueva etapa dominada por el
capital financiero globalizado e hiperconectado en todos los rincones del
planeta; ya nada sería ajeno a la expansión y crisis de los mercados
bursátiles, una vez derrotada la URSS.
El
desarrollo del capitalismo estuvo marcado por distintos métodos de producción, por
las luchas interburguesas, por luchas de
distintas fracciones dentro de la clase y las distintas formas de doblegar y
dominar al proletario a lo largo de la historia.
Para
entender el por qué de las empresas off shore y los conglomerados financieros,
es necesario comprender las distintas formas de sustracción de la plusvalía por
parte los capitalistas a los trabajadores.
Desde el
comienzo de la revolución industrial la manera de explotar a los trabajadores fue por medio de
manufactura, en la cual el obrero todavía conservaba cierto control en la
producción total del producto, pero ya no como artesano sino como operario.
Esta situación se fue modificando a través de la introducción de nuevas
tecnologías y el desarrollo de la división social del trabajo hacia la
producción de las mercancías a más grandes escalas, lo cual se hizo por medio
del trabajo a destajo descentralizado en los distintos hogares de los
trabajadores o en establecimientos donde se ejercía un mayor control de lo
producido. A fines del siglo XIX, la industria pesada modificó el método de
producción y produjo un salto cualitativo en el desarrollo internacional del
capitalismo, que con creación del acero para la producción de ferrocarriles,
barcos y maquinarias, las distancias y los costos fueron cambiando
significativamente.
Entrado el
siglo XX las nuevas técnicas fueron variando en distintos aspectos, como se
mencionó antes, la producción en serie junto con la nueva moral impuesta al
obrero se conjugaron con las distintas formas de concentración y centralización
de los grupos empresariales, desde los Trust, cáteles, organizaciones
verticales u horizontales, etc., las empresas se fueron transformando en
conglomerados.
El
desarrollo del capitalismo en cada una de sus etapas no estuvo determinado
únicamente por las condiciones objetivas (sean técnicas, tecnológicas o de
recursos), también estuvo enmarcado dentro de la puja social entre la
explotación y de la resistencia de la clase obrera.
Desde sus
comienzos la conformación de la burguesía como clase tuvo un rostro humano
representado por los incipientes propietarios de las distintas empresas, sea
comercial o financiera. En la Alta Edad Media fueron los navegantes del
Mediterráneo quienes tuvieron la mayor capacidad de desarrollo económico. En la
Baja Edad Media y con el advenimiento del Estado Absolutista necesitado de
recursos para solventar el lujo de las distintas Cortes, hicieron su aparición
los novedosos prestamistas, en lo que se conocería como las instituciones
bancarias, donde distintas familias (muchas de origen judío) produjeron un
linaje generacional dedicado a ésta actividad específica.
El hombre hecho a sí mismo
Para las
teorías fundadoras de la filosofía liberal ( Jhon Locke y Adam Smith), el individuo fue el eje
fundamental del basamento de la sociedad civil. Dentro de ésta corriente de
pensamiento ese individuo que se hace a sí mismo sin necesidad de lazos
solidarios, la clase es negada o desconocida.
El individuo en Locke es quien posee lo que
obtiene por medio de su trabajo, mientras en Smith todo aquello que beneficia
al individuo también beneficia a la sociedad; es obvio que cuando hablan del
individuo están hablando del burgués que se va aspirando a ser la clase
dominante.
En el
transcurso de la revolución industrial quienes eran propietarios de las
fábricas, sean chicas o grandes, eran personalidades que representaban a ese
self made man surgido desde su propia virtud y capacidad, plasmada en las
nuevas e incipientes empresas capitalistas, dirigidas y representadas por los
mismos propietarios fundadores.
Es el sujeto
social que simboliza el sistema capitalista que crea y posee, que no tiene
lazos estamentales, ni herencia de sangre, aunque sí de lazos hereditarios
propietarios; ésta es la falencia ontológica primaria (no la única) del sujeto
social construido por la burguesía.
Durante el
siglo XIX la burguesía fue consolidando su dominación, con resultados disímiles
de acuerdo al desarrollo de cada país, al mismo tiempo en que se iba
conformando la clase obrera como la negación de la clase explotadora. Esta
nueva clase obrera formada en las grandes plantas industriales fue ejercitando
sus músculos y su cerebro, anteponiendo a la dominación y coerción del Estado
burgués las luchas revolucionarias cristalizadas en la Francia de 1848 y en la
Comuna de París de 1871.
La clase
obrera tuvo durante el siglo XIX a su enemigo de clase frente a frente, tanto
sea en las fábricas como en un Estado
conformado a imagen y semejanza de lo que la burguesía y los viejos estamentos
europeos necesitaban para ejercer su dominación. Mientras en las fábricas el
obrero, embrión y génesis de todas las ofensas, se encontraba cara a cara con
la explotación, las relaciones sociales tenían el rostro humano de quien era el
poseedor de los medios de producción, cuyo nombre y apellido era su propia marca registrada. El patrón
tenía presencia corporal, controlaba y vigilaba directamente o por medio de un
cuerpo jerárquico. El sistema transparentaba la clara imposición de un grupo
social sobre otro, explicitando quién imponía las leyes y signaba valores de
acuerdo a sus intereses. La explotación era del hombre por el hombre, dentro de
un marco social creado en función del mantenimiento de privilegios para unos y
sometimiento para otros, que clarificaba quien era el enemigo a vencer dentro
de una guerra de trincheras bien determinadas.
Esto puso en
entredicho la pretendida hegemonía de la burguesía hacia la sociedad civil, al
mismo tiempo que cuestionaba la dominación por medio del monopolio de la
legítima violencia estatal.
A medida que
las nuevas tecnologías fueron incorporadas a la producción, la composición
orgánica del capital fue cambiando, alienando aún más al obrero y subsumiéndolo
en la propia mercancía producida. El objeto cobraba vida frente a un sujeto
objetivado.
La
despersonalización del obrero frente a la tecnología (lo que Marx llamó trabajo
pretérito) tuvo su correlato en la necesidad de la burguesía de generar una
nueva cultura que naturalizara la mercantilización de la vida y quebrara así la
identidad socialista de las clases trabajadoras (taylorismo), al tiempo que la
circulación del capital a escala mundial imponía nuevas formar de reproducción,
donde ya no era necesario el propietario “estático” en su propia fábrica, sino
un inversor versátil y globalizado, que el propio desarrollo mundial del
capitalismo hacía necesario ante la erupción del capital financiero como eje
central del propio sistema.
La necesidad
de crear nuevos mercados a fin de que el capital no se estanque y muera, tuvo
en su fase financiera la fórmula “mágica” para crear nuevos ámbitos para
“desahogar” la sobreproducción y generar nuevos lazos sociales de dependencia
entre las naciones.
Para
entender esto es necesario comprender que el capital es una relación social y
que todo capital que se inmoviliza deja de ser capital.
Ahora bien,
si el flujo financiero tuvo la particularidad de movilizar una masa varias
veces superior a todos los PBI de los países del mundo, también despersonalizó
a la burguesía en su rol de clase explotadora de los trabajadores y saqueadora
de las regiones empobrecidas. Las sociedades anónimas y otros tipos de fusiones
invisibilizaron al burgués mientras naturalizaban las leyes del mercado, para
así quitar del medio todo rasgo social ante la situación de empobrecimiento de
la población mundial.
Siguiendo
ésta lógica, ya no hay causa ni efecto, todo se da por leyes que son inherentes
a nuestra existencia, lo cual hace inútil luchar u oponer resistencia. Así,
como sin oxígeno no podríamos respirar,
las leyes del capitalismo se nos impone a modo de leyes inmutables y eternas,
en las cuales vivimos en una suerte de libertad regida por la necesidad de
vivir atados a ellas (el reino de la necesidad). Rememorando el panóptico de
Foucault, ya no se necesita del ojo vigilante del amo que alimenta al ganado,
sino que la dominación está internalizada en nosotros mismos, atados al oxígeno
que nos somete pero al mismo tiempo nos hace creer que no podemos prescindir de
él.
La burguesía
logra de éste modo la aceptación de que la conservación de privilegios no es la
voluntad de una clase, sino de reglas que disponen armoniosamente las partes en
un todo, donde unos ganan todo y otros pierden todo. Los trabajadores son, de
éste modo, meros hombres productores de su propia supervivencia.
Sin rostro humano
y con relaciones sociales naturalizadas, los explotados se encuentran ante un
enemigo invisible, etéreo, donde todo intento de resistencia son golpes al
vacío. Ya no se trata de la omnipresencia de la burguesía, sino de internalizar
la dominación, de ser nuestros propios carceleros.
Desde lejos no se ve.
A través de
la historia del capitalismo la burguesía fue ganando experiencia en las formas
para consolidar la dominación y la hegemonía en la sociedad civil. Experiencias
que estuvieron cruzadas por grandes enfrentamientos (huelgas, movilizaciones,
etc.) o por grandes derrotas (revoluciones, guerras civiles, guerra de
guerrillas, etc.), lo cual devino en escindir la dominación entre poder
político y poder económicos. La conformación de políticos profesionales con una
burocracia especializada, desligó a los empresarios de la confrontación directa
y la lucha política por los espacios de gobierno, preservando así al poder
económico ante una crisis política, o derivando las crisis económicas, manifestadas
en estallidos sociales, hacia los dirigentes políticos.
Como una
suerte de fusibles eléctricos los políticos cumplen su rol no sin cortos
circuitos con los grupos concentrados. Es así, en parte, como se logra salvar
las relaciones sociales de producción y regenerar la gobernabilidad cambiando a
una casta política por otra.
Es
significativo como éstos roles jugaron un papel importante en la crisis
hiperinflacionaria de 1989 y la crisis de la convertibilidad del 2001 en
Argentina. Otro ejemplo es como en el capitalismo maduro de EEUU, devenido en
imperialismo, los conglomerados económicos ejercen presión (lobbies) a los
congresistas y al ejecutivo a fin de que gobiernen en consonancia con sus
intereses. La legalidad del lobbie en EEUU termina haciendo del régimen
político democrático un eufemismo. Eufemismo para no llamar plutocracia a la
democracia yanqui.
En otro
extremo se encuentra el nuevo capitalismo impuesto en la ex URSS y en los
países que integrantes del ex Pacto de Varsovia. Después de la caída del bloque
soviético, la inmensa mayoría de la burocracia se apropió de las fábricas y de
todos los medios del Estado a fin de convertirse en una nueva burguesía. Esta
etapa del capitalismo en los ex países socialista tuvo la impronta de un
capitalismo inmaduro, donde la ilegalidad lindaba con la ley y la imposición de
la protoburguesía mafiosa con la legitimación de la nueva forma de propiedad
privada.
Marx decía
que el capitalismo nace chorreando sangre y lodo, lo cual demuestra como la
clase burguesa tuvo su período de violencia explicita y privada, para hacerse
de los medios de producción y de sometimiento a los trabajadores. De mafioso a
señores empresarios todas las burguesías siguen un mismo camino, pero en
distintos tiempos y lugares. Otros de los aspectos idénticos a la génesis del
capitalismo inmaduro, es la no separación entre los organismos políticos del
Estado y los medios económicos. Como en los siglos XVIII en Inglaterra o el
siglo XIX en EEUU, fueron los propios burgueses que detentaron cargos
estatales, mientras que en el siglo XX esos puestos fueron delegados a los
políticos de carrera o profesionales; aquí hay que destacar los famosos
estudios sobre la burocracia de Max Weber.
El propio
presidente Vladimir Putin es un burócrata de la KGB devenido en capitalista que
a su vez ejerce la política como caudillo, lo cual manifiesta en qué etapa se
encuentra la burguesía autóctona dentro de Rusia.
Otro ejemplo
claro de la inmadurez de ésta nueva burguesía fue la lucha separatista de las
regiones de Crimea, Donetsk y Lugansk, que al producirse el golpe de Estado
prooccidental en Ucrania, se rebelaron contra todo el sistema social y
político, ya la propia burocracia estatal era ejercida por los mismos grupos mafiosos
que se habían adueñado de las fábricas una vez caído el bloque soviético. Por
lo tanto al oponerse a los estamentos estatales se opusieron a la propia
burguesía.
Aunque el
caso de Donald Trump en EEUU y Mauricio Macri en Argentina son claros ejemplos
de supuestos empresarios exitosos que juegan en el ámbito político, no deja de
ser una excepción de actores económicos con una conducta ajena a sus grupos de
pertenencia. Si bien son empresarios que hacen política, también son el
emergente de una burguesía que supo aportar a distintos candidatos electorales
en distintas épocas (inclusive Trump aportó plata tanto a Hilary como a los
republicanos en la anterior elección presidencial) y que también expandieron sus empresas haciendo negocios
con los distintos gobiernos (la familia Macri supo desarrollar sus negocios
desde la última dictadura hasta el gobierno kirchnerista).
La ideología de lo oculto
Marx logró
comprender, por medio del materialismo histórico, que las relaciones sociales
capitalistas no son inherentes al ser humano, sino que son la emergente de la
lucha entre clases por la obtención del excedente producido en un momento
histórico dado, lo cual lo llevó a develar que la naturalización del sistema
capitalista era sólo una forma de imponer la dominación de la burguesía hacia
el proletariado, y que todo proceso histórico contiene su certificado de muerte
en sus entrañas.
Desde la
cárcel fascista Gramsci pudo reflexionar sobre los escritos de Marx, la
Revolución Rusa y la derrota de los obreros de Turín. Dentro de sus
conclusiones pudo entender que la burguesía logró imponerse y sobreponerse a las luchas obreras
por medio del desarrollo de la hegemonía ideológico /cultural, logrando así que
las clases subalternas incorporen como propios los intereses burgueses y
naturalicen la explotación dentro del sistema capitalista. Por lo tanto, cuando
estas clases subalternas internalizan el orden establecido como algo ajeno al
desarrollo histórico socio/cultural, se coarta toda posibilidad de rebelión y
del desarrollo de otra forma de relación social que no sea de la de la
explotación del hombre por el hombre.
Cuando Marx
y Engels sostuvieron que el capital no tenía ni patria ni bandera, pudieron ver
la propia esencia del capitalismo y de la clase que lo sostiene. Comprendieron
al burgués como ser social e histórico en su existencia ontológica de
apropiador de plusvalor y reproductor del capital, en la cual se alienaba a la
clase obrera pero que al mismo tiempo se alienaba así mismo dentro de su propio
sistema. La Revolución industrial en el
siglo XVIII y XIX contó con la capacidad y la fuerza de una burguesía
progresista e innovadora en los métodos de producción y de una nueva forma de conformación
social y política de la sociedad. Más de dos siglos después la burguesía
financiera se fue disociando de la producción y comercialización de las
mercancías, para relegarse a una esfera de generación de dinero por medio del
dinero, dominando sólo las técnicas financieras que poco o nada responden a la
realidad productiva de la economía de los pueblos.
Por lo tanto
la burguesía financiera imperialista se reafirma ontológicamente en la reproducción
de su presente, pero teleológicamente es nula. Mientras el proletariado está coartado
en la alienación que objetiviza su subjetividad y anula sus potencialidades, se
potencia a su vez teleológicamente mediante la negación de su ontología. La
burguesía es y se reafirma en un presente sin futuro, mientras que la clase
obrera trata de negar su presente en una realización futura negándose como
clase.
La burguesía
no reafirma su poder solo en la cohesión estatal, ni en la posesión de los
medios económicos de producción al determinar la dominación de la
superestructura, como sostuvo el estructuralismo althusseriano, sino que, como
mencionó Gramsci, en los países con una sociedad civil desarrollada, son los
intelectuales orgánicos los que transforman la ideología dominante en sentido
común, haciendo aceptable los valores burgueses para el resto de las clases
sociales.
…
Se puede fijar dos grandes planos superestructurales, el que se puede llamar de
la “sociedad civil”, que está formado por el conjunto de los organismos
vulgarmente llamados “privados”, y el de
la “sociedad política o Estado”, y que corresponde a la función de “hegemonía”
que el grupo dominante ejerce en toda sociedad y a la de “dominio directo” o de
comando que se expresa en el Estado y en el gobierno “jurídico”. Estas
funciones son precisamente organizativas y conectivas. Los intelectuales son
los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones
subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber: 1) del
“consenso” espontáneo que las grandes masas de la población da a la dirección
impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante, consenso que
históricamente nace del prestigio ( y por lo tanto confianza) que el grupo
dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de la producción:
2) del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente” la disciplina de
aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está
preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el
comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo.
“Cuadernos de la Cárcel, Los intelectuales y la organización de la cultura”.
En este
sentido, durante la revolución húngara, György Lukács escribía sobre los
modernos partidos políticos como una forma concebida dentro de la propia sociedad
capitalista para universalizar la cultura y abarcar las amplias capas sociales,
cuya existencia y conciencia no eran acorde a la burguesía.
“El
moderno concepto de partido nació en la sociedad capitalista. El fundamento de
su existencia, junto con la complejidad de las contradicciones de intereses
dentro de la clase dominante (cuya unidad solo puede volvérsele manifiesta al
proletario) es el hecho de que amplias
capas de la sociedad capitalista (pequeñoburgueses, intelectuales, campesinos) no
poseían una pertenencia de clase unívoca, ni una conciencia clara acorde con
dicha pertenencia.
La
esencia de la organización de un partido consiste pues, en la nebulosidad de la
conciencia de clase.
…El
partido representa, aparentemente, los intereses de la “totalidad”, y no solo
los de la clase individual.
…El
recubrimiento ideológico solo tenía el fin de conseguir que grupos sociales
despojados de conciencia clara se pusieran al servicio de ciertos intereses”.
Artículo de “Partido y clase” 1919
Por lo tanto
los partidos políticos son un instrumento para superar las contradicciones de
clases, al manifestarse como un instrumento universalizador de toda la
sociedad, que busca el bien común. Si bien Lukács ve en su época que la
construcción de hegemonía (al decir de Gramsci) era direccionada a grupos sin
conciencia de clase, exceptuando a clase obrera húngara que si la tenía, actualmente
vemos como las burguesías lograron quebrar la conciencia de clase y la cultura
socialista de los trabajadores, imponiendo la cultura individualista y
consumista a escala global, a través del desarrollo de organizaciones civiles
como las ONG, Medios de comunicación, etc.
La tan
afamada globalización es la hegemonía del capitalismo financiero transnacional.
Si bien el
desarrollo del capitalismo financiero tuvo como motivo primario el de expandir
y reproducir el capital, ya sea en busca de nuevos mercados para la adquisición
de materias primas o la de colocar productos elaborados, también tuvo como
objeto la de conformar redes de sociedades que facilitaron la concentración y
centralización de la economía, tanto a nivel nacional como mundial. Dentro de
estas redes financieras los capitalistas pudieron (y pueden) transferir grandes
recursos, evadiendo los diferentes controles estatales, diversificando la
producción y ocultando los orígenes de quienes son los titulares de las
sociedades.
Es así como
un país puede ser saqueado por medio de las transacciones bursátiles bancarias,
su moneda nacional puede ser “atacada”
por especuladores o sus empresas vaciadas para trasladarse a otros países con
costos salariales más bajos.
La
dominación del imperialismo por medio del capital financiero está
necesariamente entrelazada con la hegemonía ideológica cultural, que
universaliza los “valores” de la burguesía financiera y naturaliza las reglas
del capitalismo.
En el libro “Crisis financiera Global”, Merino
y Formento, definen a esta nueva forma de capital financiero como una red
horizontal y descentralizada territorialmente, que subordina las instituciones
nacionales e internacionales:
“Se
expresa en una Red de gerencias locales, en una relación de horizontalidad y
autonomía entre ellas, pero subordinadas verticalmente al directorio de los
dueños de las acciones de los fondos financieros de inversión global –FFIG-.
Esta Red local se organiza como nodo que enlaza, media y coordina una
estructura flexible, informal y tercerizada que alcanza como mínimo al 80 % de
la estructura. El 20% restante lo compone la estructura formal de la gerencia
local de la Red y de ensamble.”
“Esta
forma de capital hace al tercer momento del capital financiero. Primero fue el
capital financiero internacional, la forma internacionalizada de capital dinero
a préstamo; luego la corporación multinacional que controlaba activos físicos
en múltiples países, y ahora la forma de Red Financiera Global que supera al
Estado nación de país central como territorialidad social, descentralizada
fragmentada, hiperespecializa activos físicos y monopoliza el conocimiento
estratégico de cómo hacerlo (know how).”
Por lo
tanto, no sólo lo económico imprime su marca en la “nueva era globalizada”,
también está enmarcada dentro de una nueva forma de dominación mundial a través
de una despersonificación de la relaciones sociales. Ya no hay patrón de
fábrica ni leyes impuestas por individuos, son sólo leyes y normas implícitas
en un gobierno de nadie y sin basamento territorial.
Grupos
financieros que compran empresas que no dirigen, de productos que no conocen, en países a los que
nunca viajaron. Reglas impuestas como leyes que no se escribieron y nunca se
votaron.
Merino y
Formento lo llaman Estado Red Global y
describen seis características centrales:
1)
Máxima liberalización del comercio internacional
2)
Constitución de un Gobierno Global.
Multilateralismo unipolar contrapuesto al multilateralismo multipolar
3)
Desarrollo de Fuerzas Armadas Globales
4)
Democracia global virtual ficticia, con mayorías
desmovilizadas, desarticuladas y desorganizadas.
5)
Dinero global electrónico
6)
Desarrollo de la Red de ciudades financieras
globales – city`s financieras- como modo de territorialidad social.
Gobierno de
nadie, fabricas sin dueños (visibles), ideología e intereses impuestos como
leyes naturales. Esta es la forma más perversa y compleja a la que los pueblos
del mundo están sometidos, donde toda resistencia es un golpe al vacío en la
cara de un sistema sin rostro humano.
La cultura empresarial
Ibarra Eduardo
Las generaciones que atravesaron la década de los 90s vivieron unos de los tantos cambios
históricos que dejaron huellas y
marcaron el devenir de la humanidad. Esos cambios para los que lo sufrieron en
carne propia, fueron abruptos y a una velocidad casi imposible de imaginar.
Se ha dicho mucho sobre el cambio en el tablero internacional, la
nueva configuración del mundo, el triunfo del individualismo por sobre
cualquier concepción colectiva, el triunfo del fin de la historia y de las
ideologías, y cómo el pragmatismo cobarde y sin cuestionamientos coronó una época. Pero no sólo la embestida del dominio imperialista como punta de lanza del
capitalismo mundial trajo el triunfo de los capitales financieros, también e
indefectiblemente, el cambio vino de la mano de la ruptura de las relaciones
sociales (ya obsoletas para los mercados) y de los necesarios cambios
culturales para barrer todo vestigio de solidaridad, a fin de imponer, sin
resistencia y en forma naturalizada, la cultura triunfalista del
individualismo.
Como sostiene Néstor Kohan en su
libro sobre “Poder y fetichismo en el pensamiento de Karl Marx, no existe
separación entre la llamada superestructura y estructura. Indefectiblemente la
subjetividad es inherente al hombre, ya que no hay relación entre las
“condiciones objetivas” que no sean mediatizadas e intelectualizadas por la
interpretación de cada actor social. Por lo tanto la avalancha del mercado
globalizado vino cargada de apreciaciones y valores que marcaron rupturas y
continuidades dentro de cada sociedad.
La nueva cultura del mercado tuvo manifestaciones explícitas sin
ningún tipo de contención o resistencia por parte de las clases subalternas, las
cuales sufrieron dos derrotas históricas contundentes, primero en lo militar y
segundo en lo ideológico. El cómo se manifestaron esas transformaciones
culturales es lo que me interesa repasar brevemente.
Desde la vida cotidiana hasta los discursos políticos y publicitarios
fueron impregnados por los nuevos valores del mercado financiero globalizado, en función de la apertura de las
economías nacionales a las exigencias del mundo globalizado. El propio Estado
tuvo que reconfigurar las bases jurídicas para las nuevas relaciones sociales
(flexibilización laboral, privatizaciones, respaldo jurídico para las
inversiones extranjeras, etc.), en consonancia de la hegemonía del capital
transnacional y financiero.
Cada parte de nuestras vidas fue resignificada, cada hecho cotidiano
fue cargado de nuevos valores y nuevos propósitos, no hubo contención para los que no se
adaptaron al cambio, todo era ser parte o morir en el ostracismo; como aquel
ciudadano desterrado de la antigua polis.
Toda la cultura se volcó al consumismo y los actos solidarios fueron
separados de la esfera de lo político, para pasar al ámbito de lo privado, a
las nuevas modas de las burguesías globalizadas, quienes fueron transformando la esencia misma de la
solidaridad en actos banales y autorreferenciales. La política como herramienta
de transformación fue desvirtuada y reemplazada por concepciones gerenciales/empresariales.
No sólo las nuevas prácticas que surgieron fueron expresadas con
nuevas palabras; en su inmensa mayoría en idioma inglés, sino que las viejas
costumbres fueron amoldadas con nuevos significados.
Cuanto más palabras en inglés, más prestigio social, aunque dichas
palabras figuren en nuestro idioma español y no necesiten ser reemplazadas.
Las llamadas carreras universitarias tradicionales fueron perdiendo
lugar ante las nuevas disciplinas de dudosas rigurosidades académicas y
científicas, por lo cual la educación pública fue precarizada y vaciada a favor
de las instituciones privadas que acogieron con beneplácito carreras como,
coaching, marketing, publicidad, etc. Los difusores de la ideología de mercado
fueron los grandes consultores que dictaron cursos para mimetizar los intereses
de los empleados con los intereses de las empresas, que dentro de su andamiaje
de adoctrinamiento ideológico tuvieron como eje materias como, los recursos
humanos, el comportamiento motivacional, liderazgo y la famosa programación
neurolingüística, etc. Claramente la educación fue un factor clave para asimilar
los cambios en clave liberal y hacer que el esclavo no sólo termine admirando
al amo, sino también pensando como él.
La música así como las distintas artes autóctonas fueron sepultadas y
desacreditadas a favor de lo anglosajón, sin dejar posibilidad a que el
intercambio cultural dé paso a nuevas formas de expresiones artísticas, para
enriquecer a la propia cultura y así generar nuevas expresiones artísticas. La comida
como parte de la idiosincrasia de cada país fue transformada en una cuestión de
distinción de clase, donde el cocinero se convirtió en gourmet y los
ingredientes tradicionales y accesibles pasaron a ser exóticos platos con
vegetales y carnes extraídos de tierras lejanas. De la lechuga a las finas
hiervas, del tuco a las salsas, del asado a las carnes asadas y del pescado al
sushi… de la excentricidad a la estupidez.
Las ropas que otrora abrigaron o refrescaron de acuerdo al clima de
las distintas estaciones, pasaron a ser elementos de distinción de clases y
grupos de pertenencia, que a diferencia de las viejas modas, las marcas vistieron más que las telas.
El almacenero del barrio, aquel
que nos fiaba, quedó en el museo de los recuerdos olvidados ante la avalancha
de los supermercados de marcas transnacionales. Los negocios de ropas pasaron a
ser parte de grandes conglomerados llamados shopping y el acto de comprar algo
para satisfacer una necesidad se transformó en una experiencia cargada de
placer y desahogo existencial, casi como la misma conformación del ser. El producto
no importó tanto por su utilidad, sino por su valorización simbólica, y el acto
de comprar cambió de un medio a un fin.
Casi como un terremoto todo cambió de significado y los nuevos valores
surgieron sin que pudiésemos asimilar, ni tener una mirada crítica hacia los
mismos.
Los tan admirados títulos de las viejas monarquías por parte de la
burguesía, fueron reinventados y cada acto de la vida fue marcado por la
coronación de algún título académico; sin importar la seriedad de la
institución académica que lo emitiera. Por lo tanto los hábitos cotidianos
fueron pasados por el tamiz del
prestigio social y la distinción de algún conocimiento específico, por lo que
ir a comprar al almacén tuvo, necesariamente, que ser un acto complejo
para ir un shopping y hacerse de un
personal shopper, poner una mesa con
sillas para morfar implicó la sofisticación de un licenciado en diseño de
interiores, casarse dejó de ser un acto de amor para pasar a ser un gran acto
social dirigido por un wedding planer, o el mero hecho de cortar el pasto
requirió del conocimiento específico de un paisajista, y así con cada acto
insignificante y cotidiano de nuestras vidas.
En el ámbito de la religión las nuevas costumbres liberales del
dominio del capital financiero globalizado, dieron pie al surgimiento de creencias extraterrenales de
disciplinas light, por lo cual se
cambiaron los viejos rituales rígidos de la iglesia católica, tan afines a las
oligarquías vacunas, por un collage de distintas creencias. La nueva formación de una burguesía
global financiera se apegó a una nueva
religión individual acorde a los nuevos ideales de riqueza, conford y libertad
social, algo así como una religión express y a gusto del creyente. Esta fracción
de la burguesía ganadora fue la que impuso, al ritmo de los negocios
financieros globales y los gerenciamientos de las multinacionales, las nuevas
técnicas combinadas del fen shuy, el
budismo, el ecologismo y un
sinfín de creencias “made in”.
La ideología en fábulas
Todo el andamiaje globalista tuvo su eje en la idea del cambio
permanente, una suerte de ley universal tan inviolable como la gravedad. Este
cambio fue presentado como un hecho eterno y natural, al cual nos habíamos
negados por estar aferrados a políticas proteccionistas y anti libre mercado,
porque era nuestra obligación dejar de lado todo lazo con un pasado solidario,
para navegar en las vertiginosas aguas de la adaptación.
Uno de exponentes de ésta cultura fue un libro llamado “Quién se ha
robado mi queso”, el cual relataba en forma de fábula infantil las vicisitudes
de unos ratones dentro de un laberinto. Estos animales personificados tenían
gran cantidad de queso en una de las salas del laberinto y sus vidas eran
llevadas sin sobresaltos, hasta que un día el apreciado alimento se acabó y las
distintas actitudes frente a adversidad comenzaron a aflorar. Hubo ratones que
no se movieron y sólo protestaron y otros que buscaron otra fuente de alimento.
La moraleja era que sobrevivían los que se adaptaban al cambio, ese cambio que
no tenía un por qué, ni un quien, sólo ocurría y había que aceptarlo
mansamente. Este burdo mensaje ideológico sindicaba a los que resistían a la
globalización y a la ideología neoliberal como quedados en el tiempo (los que
se quedaron en el 45), mientras que aquellos que aceptaban las nuevas reglas de
juego, eran los emprendedores proactivos, los ejemplos a seguir.
Otra de las fábulas que representaba tan claramente la escuela de
Milton Friedman, era la de un maestro y su discípulo, quienes en un viaje de
aprendizaje, se encuentran frente a una familia pobre que sólo contaba con una
vaca. Si mediar palabra el maestro mata a la vaca ante la mirada atónita del
alumno, quien compungido le pregunta el motivo. El maestro sólo dice que
volverán un largo tiempo después para ver qué fue de esa familia.
Cumpliendo con lo dicho, ambos, vuelven a visitar a la familia pobre.
Si bien el alumno no esperaba nada bueno, se asombra ante el resultado de tan
drástico acto. La familia había prosperado, los padres habían comenzado un
nuevo y próspero emprendimiento, los hijos estaban estudiando en distintas
universidades y todo el grupo familiar ya no era pobre, sino todo lo
contrario. Moraleja, el maestro había
cortado el lazo que los ataba a su situación de pobreza, por lo que la familia
tuvo que adaptarse y crear nuevas fuentes de ingresos, lo que los llevó al
éxito.
Esta nefata enseñanza impone una ideología contraria a la realidad. El
capitalismo globalizado ha privatizado todo lo que posibilitaba un mínimo de
bienestar al pueblo, ha cortado todo vínculo de solidaridad del Estado hacia
los pobres y marginados, concentrando la riqueza en pocas manos mientras el
hambre, la miseria y las guerras se propagaron por todo el mundo (sin vacas y
sin quesos). De hecho la llamada “solidaridad” fue canalizada por medio de
fundaciones y ONG armadas por los grandes capitalistas, permitiéndoles así evadir
impuestos y disfrazar su culpabilidad en actos banales.
La finalidad de éste tipo de cuento es la de imponer una concepción
del hombre aislado de todo entorno social y puesto en pie de igualdad en todas
circunstancias, sin reparar en que la propia sociedad que proponen es
extremadamente desigual, y los lazos sociales que se establecen son por medio
de intereses antagónicos de clases. El
famoso cambio al que no definen ni analizan dentro de un contexto histórico, es
la clara hegemonía de la burguesía financiera trasnacionalizada, que tras ésta
máscara (algo esotérica y metafísica) oculta la imposición de sus intereses y
objetivos.
Cuando la burguesía domina la
escena social, el cambio se impone a todas las demás clases subalternas, pero
cuando son los trabajadores quienes se imponen e imponen nuevas reglas de
juego, como ser la expropiación de los medios de producción, la burguesía no se
adapta al cambio y desata una guerra civil. ¿A caso si nos quedamos con la
vaca, no le estamos haciendo un favor?. Moraleja proletaria, hay que matar al
maestro y no a la vaca.
Nota final
Siempre me llamó la atención que los cursos y los libros ideológicos
empresariales estén escritos, o tomen ejemplos, como fábulas y que se trate de aplicar a todo ámbito de la vida social por
medio de vulgarizaciones y pobres lecturas de la realidad. Algunos ejemplos: en
la política (Maquiavelo en la empresa), en la religión (ética empresarial) o de
autoayuda (piense y hágase rico), etc.
Entiendo que esto no es casual, sino todo contrario. Es el producto de
una ideología que al dominar al mundo como un mercado unificado, trata de
imponer su hegemonía a las clases subalterna por medio de lecturas sencillas
que arman la realidad en función de un mismo resultado. Vulgarizar, describir
en forma superficial e infantil, imponer una conclusión lógica dentro de
premisas establecidas, son parte de un relato que pone al subalterno en una
posición infantil frente a un entrepreneur universal. Todas nuestras vidas en clave empresarial,
aunque las vaquitas sean ajenas.
La visita de
Obama y la nueva estrategia regional.
Hay un dicho que dice:
cuando en EEUU los republicanos gobiernan enfocan sus políticas hacia afuera
del continente americano y cuando gobiernan los demócratas vuelven su mirada
hacia América Latina, por eso es siempre preferible que ganen los republicanos,
ya que a la región le siempre le fue mejor cuando la dejan sola. Por más que no
sea veraz éste dicho guarda una gran verdad, que es que los intereses de los
países latinos no son compatibles con la política económica y geoestratégica
norteamericana, que a lo largo de nuestra historia lo hemos sufrido, sean
liberales o conservadores los que hayan gobernado indistintamente. La
concepción mesiánica del destino
manifiesto y la aplicación de la doctrina Monroe fueron los pilares
ideológicos para imponernos su dominio como a meros actores subalternos al
poder imperial.
La última visita de Obama a la región tuvo que
ver con una nueva estrategia hacia nuestros países, pero con la misma intención
de que volvamos a ser el patio trasero, una pieza más de su tablero mundial.
La visita a Cuba estuvo enmarcada en la nueva
lógica liberal de que con el poder militar y las acciones directas
(terroristas) no se va a poder derrotar a la Revolución. Los hechos históricos
avalan en parte este fundamento, pero también los debates teóricos internos han
ido perfilando las nuevas formas para volver a dominar la región.
Desde fines de la 2° Guerra Mundial las
políticas externas de EEUU fueron concebidas bajo el paraguas de la teorías realistas
de las Relaciones Internacionales, las cuales centraban al Estado como único
actor internacional dentro de un mundo anárquico (sin reglas ordenadoras sin
una autoridad rectora) donde la lucha por el Poder determinaba la relaciones
exteriores y cuyo eje central para ponderar era el militar (único factor
fungible). A mediados de la década de los 70s y crisis del petróleo de por
medio, surgieron nuevos actores y nuevas teorías las cuales entendían que el
viejo poder militar direccionado por el Estado tenía que ir acompañado de
nuevas variables o componentes, para así lograr la hegemonía mundial dentro de
un orden no caótico ni violento, sino ordenado por medio de las relaciones comerciales y
culturales de mutua dependencia económica (costos), lo que Keohane y Nye
denominaron interdependencia, el softpower en contra posición al hardpower. Casi
medio siglo antes Gramsci ya había entendido que la hegemonía ideológica
cultural se lograba en una sociedad civil desarrollada
por medio de lo que llamó guerra de posiciones.
Es dentro de éste nuevo contexto se produjo la
visita de Obama.
Cuba
A pesar (y muy a pesar) de que los medios
hegemónicos hayan caratulado la presencia de un presidente norteamericano en la
Plaza de la Revolución, como el claro triunfo de la libertad de mercado por
sobre el sistema socialista cubano, la realidad es mucho más esquiva a los
titulares triunfalistas de cipayos y carroñeros.
La Revolución cubana, o sea el pueblo todo, ha
luchado desde 1959 por ser reconocidos como un Estado independiente y
soberano, para poder entablar relaciones
con los demás países, EEUU incluido, sin que por ello debiera rectificar su
ideología ni doblegarse ante una imposición externa.
La pobre ecuación que difunden los voceros del
imperialismo es que con la llegada de capitales privados el socialismo se irá
desvaneciendo por el mero hecho de la accesibilidad a nuevos productos, entre
ellos a nuevos medios de comunicaciones fundamentalmente internet.
Lo que en realidad esconden los enunciados del
fin del socialismo en Cuba, es que se quiere poner fin a un sistema que ha sido
un ejemplo del desarrollo humano desde los aspectos culturales, sociales y económicos; ya Fidel Castro decía: levanten un mes el
bloqueo y demostraremos de los que es capaz el socialismo. Se quiere poner fin
a un ejemplo en el cual una pequeña isla con escasos recursos y bloqueada para
comerciar con el resto del mundo, ha dado muestras de desarrollo humano (dentro
de sus posibilidades), de dignidad y solidaridad internacional. Todo esto
frente a la ponencia con infinidad recursos, la màs asesina y saqueadora que haya existido en la historia de la
humanidad, y sin embargo la màs
inequitativa para con sus congéneres.
Los voceros del imperialismo esgrimen un pobre
determinismo económico por el cual el acceso a un mercado de mayor consumo
implicaría un cambio en la concepción ideológica, cultural y moral de un
pueblo, sin tener en cuenta que la conformación del ser social es mucho más
amplia que el reflejo condicionante del nivel económico. Cuando se habla de la
Revolución cubana no se ésta hablando del gobierno, ni del Partido Comunista,
si no de la sociedad civil, de todo el pueblo cubano quien ha forjado la
Revoluciòn y quien se ha forjado asì mismo en los valores del socialismo. Es
justamente por eso que las acciones terroristas del gobierno de EEUU para
asesinar a Fidel y cambiar al Gobierno no tuvieron grandes resultados, por lo
cual ahora tratan de infiltrar a la comunidad cubana por medio de ONG que son
meros instrumentos de la CIA y otras agencias del imperio, al mismo tiempo que
utilizan a un grupo ínfimo de cubanos (blogueros, damas de blanco) para crear
la imagen de que la sociedad civil está en contra del sistema socialista.
Obama hizo mención en su discurso sobre los
Derechos Humanos y los presos políticos, pero de qué Derechos Humanos habla? De
los que no tienen acceso a la salud, de los que no tienen dinero para tener una
educación de calidad, de los que viven y mueren en las calles como animales, de
los niños que mueren prematuramente por falta de atención y vacunas, de tener
la mayor población adicta, de los que no tienen viviendas, de la falta de
solidaridad para como el otro como hermano, del racismo y la xenofobia, de la
violencia social, o de invadir países y masacrar pueblos, de torturar en
cárceles clandestinas a cualquier persona de cualquier nacionalidad, de tener
el mayor arsenal nuclear con capacidad de destruir al mundo diez veces, de
tener un presupuesto militar tan grande que podría acabar con el hambre en el
mundo si se lo usase para satisfacer las necesidades de los pobres del mundo, de
poner o sacar dictadores, de apoyar regímenes fascistas y raciales, de
financiar a terroristas, de realizar actos terroristas, de desestabilizar
gobiernos democráticos, de manipular el comercio de las drogas ilícitas, de las
bombas en Hirochima y Nagasaki, de usar al dólar como moneda de dominación
económica financiera, de…
Cuando habla de presos políticos, habla de los
terroristas que mandó EEUU a Cuba para asesinar y sabotear? O habla de la mayor
población carcelaria del mundo, de los negros asesinados por la policía, de los
latinos asesinados en el paso de la Frontera con Mèxico, o los presos en las
cárceles clandestinas como Guantánamo. ¿Es el gobierno de EEUU el indicado para
señalar quién es preso político y quién es
terrorista preso? Y los presos sociales?. Como mencionó un compañero,
cuando en Cuba se hace una multa de tránsito se la acusa de violar los derechos
humanos, cuando los yanquis provocan un genocidio están luchando por la
libertad y la democracia (serán muertos felices entonces?).
Más allá de la pirotecnia mediática y los
discursos prearmados como el del periodista “serio” del Grupo Clarín, Nelsón
Castro, los cubanos han sido claros, la visita de Obama fue tomada con
esperanza y expectativa, o sea no son ingenuos, y como dijo un cubano “de a
pié”: nosotros vemos bien que un negro pueda llegar a ser Presidente, sobre
todo teniendo en cuenta la lucha y el padecimiento de esa comunidad en EEUU,
pero nosotros no tenemos esos problemas, nosotros no tenemos conciencia racial,
nosotros tenemos conciencia política; el que hablaba era negro.
Argentina
Como corresponde a nuestro país y a cierto
sector social, la visita de Obama fue una puesta en escena de alguien que
pretende pasar a la historia con algún rasgo distintivo dentro de una gestión
bastante pobre y deslucida. El show montado por y para el carismático y
simpático presidente negro, obnubiló a los Medios hegemónicos oficialistas,
quienes describieron la visita como un verdadero lazo de amistad para con la
Argentina a fin de hacernos ingresar al
Mundo ¿?
Más allá del insuflar la mentalidad cipaya de
los mismos de siempre, la visita tuvo varios objetivos entre los que se
encuentran, la de alinear a la Argentina dentro de la política de seguridad
hemisférica del imperialismo yanqui, por lo que cabe esperar que el tema de las
Malvinas permanezca en el statu quo. También implica la puesta en marcha de una
reforma de seguridad interna en la que posiblemente las Fuerzas Armadas entren
en actividad para combatir al narcotráfico y el terrorismo, a pesar de que èsto
ha representado en otros países la persecución de activistas políticos y
luchadores sociales conjuntamente con la
infiltración del Ejército por parte de los narcotraficantes. La falta de una
definición jurídica del término terrorista no es casual.
El otro eje importante es la de socavar las
bases de sustentación del Unasur y de la Celac para asì volver a establecer la
hegemonía de EEUU en América Latina, por lo cual Macri es visto como la punta
de lanza para golpear a los gobiernos autónomos en el cono sur.
Otra cuestión importante que trasciende el
nivel regional es la de ir incorporando a la Argentina en el Tratado de Libre
Comercio (TLC) y en el eje Transpacífico para frenar el avance de China en el
Pacífico y en Latino América.
Esta última cuestión tiene puntos
controversiales para Macri y su gobierno, por un lado el TLC puede tener un
impacto negativo en la economía nacional por el hecho de que estructuralmente
EEUU y la Argentina no son complementarios sino competidores, amén de que la
balanza comercial sería inmensamente deficitaria para nuestro país. La
Argentina ha podido crecer por estar integrada al bloque regional (Mercosur) y
comercializar con los países emergentes (Brics)
Otro punto controversial es que el Eje Pacífico
que integran México, Perú, Colombia y Chile tiene su fundamentación geoestratégica
en función de sus rutas comerciales hacia el Océano Pacífico; ¿hay que aclarar
que nuestra ruta de comercio exterior es hacia el Atlántico? y ¿Qué costo
tendría
integrar un bloque con Japón y EEUU contra uno
de nuestros mayores socios comerciales?.
En definitiva, las grandes derrotas de EEUU en
Oriente Medio y la pérdida de hegemonía en la región, hace que el imperio
vuelva a apuntar su mirada sobre nosotros y nuestros recursos.
Los buitres y la bicicleta financiera
Ibarra Eduardo
Mientras el Congreso discute en un primer round la
aprobación de un nuevo endeudamiento para pagar otro endeudamiento (un
sainete), los Medios de comunicaciones han repetido hasta el hartazgo que
endeudarse y pagar a cualquier precio, es lo que corresponde para que el país
entre de nuevo al Mundo.
Mientras Macri y su horda amenaza con el mismísimo
infierno si no se aprueba el proyecto de pago, a como dé lugar, Sergio Massa
corretea como una vedette despechada al ver que el oficialismo ya tiene cuórum
propio.
Mientras que el bloque de las ratas por tirantes, de Bossio
y compañía, alegan que es un problema que hay que resolver, como si fuera pagar
la cuenta al almacenero para poder seguir sacando fiado, lo que queda del
kirchnerismo esgrime un discurso ideológico de contenido nacional y popular,
pero sólo en cuestión de achicar la cuenta del almacenero, sin mencionar que al
carnicero le pagaron sin chistar.
Mientras se da por descontado que vamos a pagar
contrayendo deuda, los bancos, que tienen a sus cuadros políticos dentro del
propio gobierno, ofrecen su caritativa ayuda monetaria para que le paguemos a
los fondos MNL, Capital y Aurelius; siempre que la caridad venga preñada de
intereses.
Mientras los trabajadores, jubilados y el pueblo todo,
mira como un convidado de piedra, su futuro se va hipotecando frente a los
nuevos dueños de nuestro destino.
Frente a todo esto hoy apareció la frutilla del
postre, los hold out que no entraron dentro del acuerdo con el gobierno
macrista, se presentaron ante la Corte de Apelaciones de EEUU para que no se
levanten las sanciones contra la Argentina hasta que no se llegue a un acuerdo
con ellos. La nueva embestida judicial está encabezada por Mohammad
Ladjevardian quien tiene 27 millones de dólares en default y que supuestamente
representa a otros tenedores por 832 millones de dólares; estos tipos no
muestran cualidades humanas sino monetarias. Estos pequeños buitres, en parte
celosos ante los grandes buitres como Singer, argumentan que no quieren ninguna
quita ya que compraron bonos post default a 100 centavos de dólar, frente a 20
centavos de dólar adquiridos por los fondos de inversión, por lo tanto quieren
toda la guita.
El
trabajo, el futuro y los recursos de los argentinos están en juego en ésta
timba financiera dentro la cual los grandes capitalistas mundiales ganan o
ganan, por lo que es un tanto ilógico si pensamos en función de las reglas del
propio capitalismo, las cuales implican, supuestamente, que dentro del sistema
se gana o se pierde de acuerdo a los cambios del propio sistema y la capacidad
de adaptación de los actores que participan.
Muy
linda la teoría pero la realidad es otra, las reglas de la oferta y demanda
donde todo se estabiliza en el punto de equilibrio es sólo una situación
transitoria o directamente ilusoria, el propio sistema es una constante de
desequilibrio entre ambas variables, mientras que las capacidades de los
capitalistas en juego tiene poco que ver con la aptitud individual. Una familia
logra abrir su propio negocio acumulando capital por medio de años de trabajo y
se funde porque no hay demanda o porque la United fruit Company le puso una
sucursal al lado, los mandan a llorar a la iglesia, mientras que los grandes
financistas si no ganan 500% por comprar papeles embargan a todo un pueblo o
voltean gobiernos; laissez faire, laissez passer.
A
todo esto responde la propia lógica del gobierno macrista, en la cual el
sistema financiero vuelve a recuperar nueva importancia, conformando una nueva
hegemonía nacional la tan afamada globalización; ósea la burguesía financiera.
Los discípulos de Milton Fiedman
Mientras
el dólar fluctúa entre los $16 y $15 pesos, el Banco Central sale a colocar letras
(Lebac) a un 38% a 35 días y subió la tasa de interés 40% (estuvo en un 42% y
después bajó a un 39.75%), mientras los sojeros van liquidando la cosecha se
especula que dirigirán las divisas hacia los bancos y no hacia el dólar
producto de éstos porcentajes, mientras secan la plaza de pesos, el gobierno
espera que con la votación del Congreso en ambas Cámaras la lluvia de dólares
reactive la economía.
Con
tasas y títulos públicos emitidos por el Central a niveles altísimos, la
producción (sobre todo las pymes) quedan desfinanciadas y sin posibilidad de
crecimiento, por lo tanto la llamada economía real queda atada a los capitales
financiero para que ingresen dólares a la Argentina, lo cual es paradójico
frente a su naturaleza volátil y a la hipoteca futura de nuestro país.
Los
capitalistas no son buenos ni malos, son capitalistas y su propia ontología es
la de incrementar su tasa de ganancia, sin importar si con ello generan más
pobreza y exclusión.
Mientras
los consultores económicos hablan de diversificar las inversiones; algo así como
comprá tantas acciones, cambiá algunos peso a dólares o adquirí algunos
títulos, los trabajadores ven reducir su poder adquisitivo y directamente
perder su empleo.
El discurso dicotómico de Macri para un país de las maravillas
Ibarra Eduardo
El inicio de las sesiones ordinarias del Congreso
marca la hoja de ruta que el Ejecutivo planea para el año a partir de una
evaluación del anterior. Cuando se
trata, como en éste caso de un nuevo gobierno, el discurso inicial implica a
todo el período basado sobre la impronta ideológica del nuevo bloque de poder.
Como es costumbre de los políticos / funcionarios de
Cambiemos, Macri comenzó su discurso con un mensaje al mejor estilo coaching
espiritual energético empresarial, deseando optimismo y buenas energías, para
después adentrarse en un relato claramente dividido en dos partes. Por un lado
contó desde donde se partía, lo que todos los medios hegemónicos venían
anticipando, y por el otro la de prometer una batería de medidas (en el aire)
para un futuro próspero.
La herencia kirchnerista
El
nivel de denuncia por la supuesta deuda que dejó el período k contrastó
claramente con lo que sostienen las agrupaciones afines a Cristina en su retórica
referencial de la llamada “década ganada”. Macri hizo un punteo de las deudas a
todo nivel que heredaba; supuestamente porque la “gente” quería saber, en la
cual esgrimió números de todo tipo con
fuentes dudosas o desconocidas, como ser los índices de la Universidad Católica
con respecto a la pobreza y la inseguridad, la cual no deja de ser un ente
privado y peligrosamente del Opus Dei, de donde provienen varios funcionarios
del Pro. Por otro lado el déficit presupuestario del 7% del PIB contrasta con
los dichos de su ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, quien afirmó que el
déficit recibido era del 5.8%, el cual subía al 7% si le sumaban las
transferencias que ellos mismos hicieron al sector agroexportador; o sea en
pocos meses son responsables del 1.2% del déficit del Estado. Por lo tanto
Macri miente y echa la culpa de su pésima política económica al gobierno
anterior. Sin embargo, de acuerdo a las mediciones tradicionales de la economía
el déficit es del 4%. Desde aquí es donde Macri parte para hacer un discurso
falaz y tendencioso.
Al
referirse a cada uno de los ámbitos de la gestión anterior, todos los enmarcó
dentro de la trama de la corrupción, sin tomar en cuenta que la justicia no
dictaminó, por ahora, ningún fallo firme contra los funcionarios kirchneristas.
La falta de obras públicas con la famosa contratación de los capitalistas
amigos junto con la militancia en los puestos públicos, fue el caballito de
batalla para denostar cualquier logro o hecho positivo en los doce años anteriores,
donde tampoco faltó la connivencia con el narcotráfico y la inseguridad.
Corrupción,
ineficiencia, narcotráfico, delitos, desidia y militancia fueron los términos
de Macri para definir la pesada herencia que deberá afrontar. Todos términos
que los Medios hegemónicos han utilizado para denostar al kirchnerismo y a la
militancia popular en general, en un claro maniqueísmo para desconocer algunas
políticas populares que se han tomado durante la última década.
El
desconocer las políticas positivas del kirchnerismo no fue sólo una forma de atacar
a ese sector, sino que responde a la necesidad de fundamentar su política
económica neoliberal dirigida hacia los grupos concentrados nacionales y
extranjeros, sobre todo a los grupos financieros.
El
nuevo país de las maravillas
En la otra cara de la moneda discursiva, su gestión a
futuro es la que está signada por lo positivo, la felicidad y todas las
bondades humanas.
Con una suerte de shin y shan por cada hecho malvado
realizado por Cristina el propuso una paraíso celestial de bondades infinitas.
Dentro de su alocución todas las medidas poco simpáticas fueron justificadas
por las malas políticas y la corrupción de los k.
En
la segunda parte del discurso de Macri no faltaron alusiones a personas
anónimas que le comentaron o le pidieron cosas en dirección a las políticas que
está llevando adelante; digna farsa de campaña electoral.
Con
respecto al futuro y con un punteo en cada ámbito prometió obras, reducción del
IVA para los alimentos básicos, la posibilidad de modificar la escala de
ganancias y aumento de las jubilaciones,
pero sin ningún fundamento presupuestario.
Muchas
de las medidas se contrapones a su propia historia y a su propia gestión como
jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Con
respecto a la corrupción el caso Niembro y su sociedad fantasma no es un
ejemplo a destacar.
Cuando
habló de transparencia las escuchas ilegales a los familiares de la Amia por
parte del jefe de la policía metropolitana (Fino Palacios), junto al
sobreseimiento inmediatamente después de asumir como presidente, son hechos más
oscuros que la noche.
Cuando
mencionó al trabajo no registrado se olvidó que entre sus socios sindicales se
encuentra el responsable del trabajo en negro de los peones rurales y que su
propia esposa fue denunciada por utilizar trabajo esclavo en talleres textiles
clandestinos.
En
su alusión al narcotráfico y a la trata de personas la foto con su amigo
proxeneta Martins en un boliche de México no dan muy buen ejemplo y la falta de
combate a los prostíbulos en Capital no da muchas esperanzas.
Cuando
denunció al capitalismo se olvidó de que su amigo Nicolás Caputo maneja las
grandes obras inmobiliarias de la Ciudad de Buenos Aires. También que la
fortuna familiar se logró en base a concesiones por parte del Estado durante la
última dictadura militar y los sucesivos gobiernos democráticos. Ni más ni
menos que la llamada patria contratista que todos los argentinos pagamos de
nuestros bolsillos.
Un
capítulo aparte merece la mención, un poco escueta, de las fuerzas armadas y la
falta de armamento en función de la lucha con el narcotráfico, lo cual es
alarmante ya que ningún país del mundo logró derrotar ni controlar a los narcos militarizando. Los únicos resultados fueron
la represión y control de los sectores populares.
Los
números no cierran
Si
bien durante todo su discurso dejó en claro que el gobierno de Cristina no
cuidó los superávit gemelos y el presupuesto del Estado, en ningún momento hizo
referencia al contexto nacional y mundial en que se fueron desarrollando las
medidas económicas del kirchnerismo, como tampoco argumentó por donde se fue el
supuesto despilfarro al que hizo mención.
Dentro
de un silencio intencional negó todos los planes para mantener el mercado
interno y conservar el poder adquisitivo de los salarios, conjuntamente con los
planes sociales. Es éste despilfarro que ahora el propio Macri sincera al
aumentar las tarifas de los servicios, el pasaje del transporte, los
combustibles y los alimentos. Por lo tanto suena inverosímil que se quiera
recuperar y aumentar el gasto social mientras en la realidad se lo considera un
despilfarro y se lo reduce o devalúa, mientras se les conceden grandes
porciones del PIB a los sectores orientados al mercado externos y financieros.
Por
lo tanto, si nos remitimos solamente al discurso, las cuentas no cierran, ya
que pondera las bajas y anulaciones a las retenciones, promete subas al salario
familiar, aumento a los jubilados y grandes obras públicas, mientras se
presiona al Congreso para que dé por terminada la cláusula soberana para el
pago a los fondos buitres por un primer desembolso de 4.000 millones de
dólares. Es claro que piensan cerrar las cuentas con un acceso al mercado
financiero internacional, para que en una primera instancia se pague a los
buitres, con lo cual se emitirán bonos para que compren distintas entidades
financieras y bancarias (los nuevos ganadores del modelo), y en una segunda
instancia, estiman, se producirá la lluvia de dólares que no es más que deuda
para salvar la brecha presupuestaria. De darse esto, el macrismo podrá
solventar con deuda externa obras públicas para el desarrollo primarizado de la
economía con cierta contención social. Como menciona Gramsci, cuando un grupo
de la burguesía se hace con el gobierno de un país sin tener hegemonía en la
sociedad civil, puede desarrollar tres modelos de poder estatal: El típico
modelo fascista autoritario que reprime las demandas sociales y direcciona la
economía, un gobierno que copta a los representantes de las distintas
organizaciones sociales para tenerlos dentro de su esfera política y la del
gobierno que concede ciertas demandas populares pero sin tocar la matriz de
sistema, ni afectar las relaciones sociales de producción económica y cultura.
Quizás aplique un poco de los tres.
En
el mediano y largo plazo los costos de endeudamiento serán cada vez más
grandes, la dependencia a las presiones de los grupos financieros cada vez
mayores y la vulnerabilidad a la crisis internacional cada vez más profunda y
sensible a nuestra propia economía interna. La vuelta a una película que ya
conocemos. Por eso, que las cuentas no cierren es el justificativo para que les
cierren a los grandes financistas mundiales, que serán pagadas (como siempre)
con el sacrificio del pueblo y sus recursos naturales.
Los
actores políticos
El
discurso de Macri fue un mensaje para su propia tropa; y cuando digo propia
tropa me refiero a las distintas facciones sociales que lo apoyan, los medios
hegemónicos, los grupos externos, al entramado imperialista y a sus aliados
políticos. Pero también fue un mensaje para atraer a lo más ortodoxo del
peronismo de Massa, al progresismo idiota de Stolbizer/Donda y a los
gobernadores peronistas ex k.
Con
el típico discurso fundacional de que ahora comienza la verdadera República con
sus verdaderos valores, Macri puso a los sectores populares por fuera de toda
consideración en el debate político, llamando al diálogo pero excluyendo.
Si
bien el carácter fundacional tuvo como referencia a los ciudadanos y la Nación,
la idea de Patria fue intencionalmente desterrada. La categoría de ciudadanos
remite a una concepción individual de la sociedad negadora de las clases
sociales, donde cada cual tiene igualdad de derechos pero para ejercerlos como
puede (si es que puede), mientras que la Nación implica un conjunto homogéneo u
homogeneizado que pone a todos en un plano de aceptación de valores ideológicos
(todos queremos el cambio, etc), ósea es una imposición de la hegemonía de las
clases dominantes. La Patria implica una historia de construcción y de luchas
entre fracciones internas e intereses externos, donde la disputa está siempre
vigente entre distintos grupos sociales para imponer sus valores rescatando la
identidad nacional dentro de su propia cultura. Pero sobre todo implica una
posición de soberanía y poder frente a los intereses externos, cosa que choca
con la nueva composición del bloque de poder macrista compuesto por la
hegemonía de los grupos financieros globales en alianza con sectores nacionales
menores.
El
marxismo entre el determinismo y el voluntarismo.
Pequeño
aporte a un gran tema, no del todo concluido.
Ibarra Eduardo
El abordaje del marxismo
ha sido, desde su nacimiento, una cuestión compleja y problemática, dentro de
los debate académicos (de supuestos eruditos) y en la propia acción política de los movimientos
revolucionarios (ámbito fundamental y verdaderamente importante).
En la mayoría de los
militantes una primera aproximación a las primeras nociones del marxismo fue en
términos generales, las que remiten a una visión estructuralista y
determinista. Si bien el siglo XX estuvo atravesado por un océano infinito de
debates y de confrontaciones políticas en torno a esto, los errores políticos
han sido las consecuencias más drásticas y relevantes a la hora de confrontar
interpretaciones y deformidades.
Tanto Marx como Engels
tuvieron distintos puntos de vista con respecto a diversos análisis que no
encuadrarían en las posteriores posiciones ortodoxas. En diversos artículos fue
el propio Marx que remarcó que la construcción del socialismo no estuvo marcada
por etapas idénticas para el desarrollo del capitalismo en cada país,
claramente expresado en su visión de Irlanda como de Rusia. A su vez fue Engels
quien menciona en una carta a Bloch la importancia de los factores económicos,
pero remarcando otros aspectos que influyen en la historia, dejando por sentado
que sòlo se menciona que la estructura determina la superestructura y nada más,
ósea, no abarcaron más porque no pudieron abarcar más, si bien Engels fue quien
más rasgos positivistas plasmó dentro de su obra Anti Dühring, la cual
posteriormente fue utilizada como característica principal en la formulación
del llamado materialismo dialéctico.
La intención del padre del
materialismo histórico fue la de escribir una serie de libros en la cual el
Capital sería el primero dentro de una obra que abarcaría seis títulos. ¿Por
qué no lo hizo?, simplemente porque se murió.
Si bien ya en vida de
ambos pensadores la propia filosofía política iba siendo deformada, después de
sus muertes es cuando más fuertemente comienzaron ciertos representantes del
marxismo a imprimirle características a conveniencia, intereses y de acuerdo
las oportunidades políticas en juego.
Desde el reformismo
socialdemócrata pasando por el socialchovinismo hasta el tradeunionismo,
autores defeccionados como Bernstein o Kaustky, han deformado al marxismo en
función de la propia condición política europea. Fueron éstos como fieles y más
destacado representante del pensamiento de Marx y Engels, quienes apoyaron la colaboración con el Estado
burgués en función de unas reformas gradualistas, y fue Kaustky quien apoyó la
Primera Guerra Mundial a favor de que el proletario europeo entre en la
conflagración fratricida, pero también
fue el que introdujo la idea falsa de que los autores del materialismo
histórico eran intelectuales escindidos de las masas obreras europeas,
desconociendo toda la actividad política y debate entre los trabajadores de
distintos países, inclusive y muy importante, en la creación del Manifiesto
Comunista. Hicieron del marxismo una ciencia muerta.
El hecho más trascendente
y complejo para el marxismo fue la tesis
de Bujarin, que impuso, con el poder del aparato stalinista de por medio, la
idea de que el marxismo era una ciencia que predice todo, cuyas leyes irreversibles
se realiza indefectiblemente el socialismo, por lo tanto el poseedor del
conocimiento de esas leyes es quien sabe dirigir a las masas hacia un futuro
deseable, cosa que supo utilizar muy bien todo el andamiaje burocrático
stalinista, en un momento histórico de desmovilización y carencia de cuadros,
producto de años de guerra civil y purgas. El marxismo pasó a ser un dogma y no
una filosofía en permanente movimiento y reformulación.
En el período post Segunda
Guerra Mundial hubo otra versión del marxismo que estableció la objetividad de
las relaciones sociales dentro del marco económico como determinante de la
superestructura. Fue el filósofo francés Althusser quien basándose en una
concepción spinozoniana deformó la teoría y praxis marxista.
Después de un sinfín de
debates, nombre, libros, refutaciones, contrarefutaciones, post, neos, etc, el
marxismo entra al siglo XXI de la mano de un cambio en históricos en distintos
países de América Latina, donde la construcción del socialismo hacia una
sociedad comunista tuvo y tiene su mirada e impronta propia, dejando de lado al
dogmatismo y a todo determinismo paralizante, rescatando a los grandes
constructores del marxismo, tanto en la teoría como en la práctica (ambos
aspecto unidos indefectiblemente). Nombres como
Vladimir Lenin, Antonio Gramsci, Georg Lukács, Antonio Mella, José
Mariàtegui, Héctor Agosti etc, son los que han contribuido la conformación del
marxismo de cara a una sociedad igualitaria y en definitiva más humana. Son los
que rompieron los moldes preestablecidos de los guardianes del dogma, los
eruditos iluminados reguardados en claustros de palabras sin vida, son los que
han aportado al marxismo aquello que Marx supo ver en la esencia misma de la
vida del hombre, donde todo es movimiento y ese movimiento está sujeto a la
acción del hombre frente a la naturaleza y frente a las disputas de los
distintos estamento y clases sociales de acuerdo a cada momento histórico.
La filosofía de la historia y el hombre
La reproducción de un
marxismo dogmático de manual e inofensivo, ante la imposibilidad de traslación
de modelos ahistóricos y sin la impronta de cada pueblo, sigue superviviendo en
distintos sectores y grupúsculos izquierdistas con más o menos poder mediático
y académico.
Lenin dio cuenta de ello
en su discurso en el III Congreso de la Internacional Comunista:
La resolución que votamos (1921) es excelente, pero casi
enteramente rusa, o sea, casi enteramente inspirada en la situación rusa. Esto
tiene su lado bueno, pero también su lado malo. Malo, porque estoy convencido
de que casi ningún extranjero podrá leerla. He vuelto a leer la resolución
antes de decir esto. Para empezar, es demasiado larga. Tiene cincuenta párrafos
o más. Y, por lo general, los extranjeros no pueden leer cosas así. En segundo
lugar, aun en el caso de que la leyeran, ninguno de los extranjeros la
entenderá, precisamente porque es demasiado rusa. No porque esté escrita en
ruso, ya que ha sido muy bien traducida a las distintas lenguas, sino porque
está enteramente permeada de espíritu ruso. En tercer lugar, aun en el caso de
que, excepcionalmente, algún extranjero la entienda, no podrá aplicarla…
Tengo la impresión de que con esta resolución hemos cometido
un gran error, o sea, que con ella nosotros mismos nos hemos cerrado el camino
a ulteriores desarrollos. Como he dicho ya, la resolución era buena y estoy
dispuesto a poner mi firma debajo de sus cincuenta y tantos párrafos. Pero no
hemos entendido cómo poner la experiencia rusa al alcance de los extranjeros.
Todo lo que dice la resolución ha sido letra muerta. Y si no entendemos esto,
no podremos seguir avanzando.
Distintas versiones
trasnochadas del marxismo toman al Capital como un manual infalible para todo
tipo de situaciones, desde una perspectiva netamente economicista, ya sea desde
el troskismo (tan de moda en nuestro país) hasta los resabios del stalinismo.
Esto imposibilita la inserción del marxismo como cultura propia de las clases
trabajadoras para la generación de una identidad socialista frente a la
hegemonía burguesa en todas sus variantes. El entender a las clases
trabajadoras y a la propia burguesía en función del momento histórico en el
cual escribió Marx, alegando una supuesta pureza ideológica, hacen del marxismo
una ideología estéril en función de una casta de charlatanes y políticos de
poca monta, hacen a la imposibilidad de alianzas entre distintas clases
subalternas, inclusive con ciertos sectores de las burguesías autóctonas, para
la construcción del socialismo.
…muchos marxistas están persuadidos de que todas las fases de
la evolución se dan en la misma forma en casi todos los pueblos modernos… Antonio Gramsci
Nada está preestablecido,
todo lo escrito y analizado corresponde a un momento en la historia del hombre,
a sus necesidades y a sus posibilidades de acuerdo al momento en que vive. Si
la dialéctica muestra los movimientos en la historia donde todo se crea y
perece, es un contrasentido tomar modelos como reglas eternas. Los pueblos
cambian y el propio sistema capitalista no es lo que fue, por lo tanto las
respuestas no pueden ser las mismas, y esas respuestas están en las manos de
los pueblos de acuerdo a sus posibilidades. Cuando Marx criticó al materialismo
primitivo de Feuerbach, lo hizo en función de que las condiciones materiales no
son las que determinan al hombre, no es un ser pasivo frente a la naturaleza,
sino que es un ser cultural que acciona sobre el medio a fin de transformarlo
para su bienestar, y que es al mismo tiempo condicionado por el mismo medio que
modificó, el cual volverá a transformar para satisfacer sus nuevas
necesidades. El centro de la teoría
marxista es el hombre en su lucha por la liberación de su naturaleza biológica
animal, y de la subordinación frente a otros hombres en las relaciones sociales
de cada etapa de su vida histórica. En definitiva el comunismo es la liberación
para que todo hombre tenga las riendas de su destino, no bajo la falsa idea de
libertad individual que el liberalismo concebida como forma de despojo de las
clases trabajadoras, sino desde la verdadera libertad, que es la del ser
social, la del ser colectivo igualitario. Solo el ser socializado puede liberar
y ejercer todas sus potencialidades, sin división social del trabajo, ni de
clases, sin la separación entre intelecto y esfuerzo físico (entre los que
piensan y los que hacen).
Ahora bien, la separación
repetida hasta el cansancio, entre la estructura y la superestructura, siendo
la primera las relaciones de producción que determina a la segunda compuesta
por el Estado dentro del campo político, jurídico, ideológico y cultural,
carece de asidero científico y denotan un arrastre ideológico de la
naturalización de las formas económicas burguesas para entender y formular un
mirada social del sistema capitalista. La concepción de la economía como ente
fundamental y articulador de todos los demás aspecto de la vida de una
sociedad, surge con el triunfo de la burguesía por sobre la monarquía y demás
estamentos, naturalizando de éste modo la sumisión de la clase obrera y el
campesinado a la lógica de la reproducción del capital. Esto es tomado por
muchos marxistas guardianes de la ortodoxia a través de una lectura sesgada en
lo económico del Capital y como una obra cúlmine sin pasado (ya que relegan
otros trabajos anteriores) y sin futuro (porque desconocen como herejes
cualquier crítica o modificación).
Las condiciones objetivas
materiales son las que condicionan al hombre en cuanto al medio en el que se
desenvuelven, pero nunca es el medio que determina y sublima al hombre en su
accionar, con màs o menos libertad o màs o menos opciones. Al respecto Gramsci
sostenía (desde la cárcel fascista y en pésimas condiciones):
…la filosofía de la praxis (marxismo) es una reforma y un desarrollo del hegelianismo, es una filosofía
liberada y (o que busca liberarse) de todo elemento ideológico unilateral y
fanático; es la conciencia plena de las contradicciones a través de las cuales
el filósofo, entendido individualmente o como grupo social entero, no sólo
comprende las contradicciones, sino que se coloca a sí mismo como elemento de
la contradicción, eleva este elemento a principio de conocimiento y, por lo
tanto, de acción. El “hombre en general”, de cualquier manera que se presente,
es negado, y todos los conceptos dogmáticos “unitarios” son disueltos y
destruidos en cuanto expresión del concepto de “hombre general” o de “la
naturaleza humana” inmanente en cada hombre.
Es un hombre “histórico”
en un momento histórico que ocupa un lugar dentro de la sociedad, en forma concreta
y no abstracta, que tiene capacidad de acción y por lo tanto de transformación.
La corriente de la historia nos arrastra (por las clases dominantes) si nos
dejamos arrastrar. Claramente es estar anclados a una concepción economicista que
nos ancla en un lugar determinado, supeditando nuestra conciencia a los hechos
circundantes.
Como sostuvo el gran
Luckacs, el hombre no es un ser conformado por su historia y determinado por
las condiciones presentes, es también, un ser con futuro y con idea de un futuro
que lo constituye en su propio presente. Por lo tanto no podemos ver al hombre
en función ontológica de su ser, sino en su carácter teleológico. Todo hombre y
por ende clase social, tiene una proyección a futuro que establece su
comportamiento en el presente, a fin de
poder, o intentar, construir ese futuro anhelado (que lo logre o no y en qué
medida lo logra, es otro tema). Como
sostenía el no asumido estructuralista Foucault, cualquiera fuesen las
condiciones en las que se encuentran las clases subordinadas, siempre hay
márgenes de acción para la resistencia a las relaciones sociales de
producción y dominación. Por lo tanto el
hombre/clase se propone aquello que puede lograr, aquello que está a su alcance
de acuerdo al momento histórico en que vive. Marx los describe claramente en la
“Crítica de la economía política”:
La humanidad se plantea siempre sólo los objetivos que puede
resolver… surge solamente allí donde las condiciones materiales de su
realización existe ya o por lo menos, se hallan en el proceso de su devenir…
una formación social de producción no perece antes de que se hayan desarrollado
todas las fuerzas productivas por las cuales es aún suficiente y moderna…
La idea de un futuro que
una clase puede pretender, no es una especulación fantástica, es el desarrollo
de su propio presente atado a su voluntad.
En un pasaje de sus “cuadernos
de la cárcel”, Gramsci lo expone en forma clara y contundente:
La pretensión (presentada como postulado esencial del
materialismo histórico) de presentar y exponer cada fluctuación de la política
y de la ideología como una expresión inmediata de la estructura, debe ser
combatida teóricamente como un infantilismo primitivo, y prácticamente con el
testimonio auténtico de Marx, escritor de obras políticas e históricas
concretas…
Se podrá ver cuánta cautela real introdujo Marx en sus investigaciones
concretas, cautela que no podría hallar lugar en las obras generales. Con esta
cautela se podrían agrupar, como ejemplos, los siguientes:
1)
La dificultad de identificar
en cada ocasión, estéticamente (como una imagen fotográficamente instantánea),
la estructura; la política es, de hecho, en cada ocasión, el reflejo de las
tendencias de desarrollo de la estructura, tendencias que no tienen por què
realizarse necesariamente. Una fase estructural sólo puedo ser analizada y
estudiada concretamente después que han superado todo su proceso de desarrollo,
no durante el proceso mismo, a no ser que se trate de hipótesis, y declarando
explícitamente que se tratar de hipótesis.
2)
De ello se deduce que un
determinado acto política puede haber sido un error de cálculo de parte de los
dirigentes de las clases dominantes, error que el desarrollo histórico, a
través de las “crisis” parlamentarias gubernativas de las clases dirigentes corrige
y supera; el materialismo histórico mecánico no considera la posibilidad del
error, sino que considera a todo acto político como determinado por la
estructura, inmediatamente, o sea, como reflejo de la modificación real y
permanente de la estructura…
3)
No se tiene en cuenta
suficientemente que muchos actos políticos son debidos a necesidades internas
de carácter organizativo, esto es, ligadas a la necesidad de dar coherencia a
un partido, a un grupo, a una sociedad…
En la discusión entre Roma y Bizancio
sobre la procesión del Espíritu Santo, sería ridículo buscar en la estructura
del Oriente europeo la afirmación de que el Espìritu Santo procede solamente
del Padre y en la del Occidente la afirmación de que procede del Padre y del
Hijo.
Las categorías
estructurales están en función meramente analíticas a modo de simplificación
para el abordaje teórico, en el cual se establecen abstracciones para
comprender ciertas “leyes” o conductas que rigen en distintos ámbitos, pero no
como compartimientos estancos o metafísicos. Tanto en la estructura como en la
superestructura la reproducción del capital se realiza en lo político
ideológico como en lo cultural y económico, con cierto grado de autonomía en la
que todas las clases sociales se enfrentan o se alían.
El obrero frente a una
máquina no sólo se encuentra despojado y violentado (en su pasado y presente
como clases), sino que también la relación que se establece en los modos de
producción tiene ver con un modelo cultural de valores y legitimaciones. El
obrero va trabajar por necesitad económica y también por la naturalización de
su alienación y explotación. Marx no solo atacaba al sistema capitalista por la
expropiación del plusvalor por parte de la burguesía, también atacaba al
sistema por la deshumanización de hombre trabajador frente al desarrollo
tecnológico, por lo que reclamaba por el fin de la explotación y la
independencia y dominación de procesos productivos, para la plena realización
de todo hombre en plano de igualdad. La lucha de la clase obrera por dejar de
estar atado a la ley del valor, a la mercantilización de la vida.
Esto implica:
1 En las propias bases materiales de producción, de la cultura, de la ideología están presentes no
como elementos ajenos o complementarios, sino como aspectos integrados
indisociables. Un obrero es obrero tanto económicamente, como culturalmente. Sin
la cultura (de clase burguesa o de clase proletaria) no sería un hombre sino un
animal, y a la propia burguesía tampoco le sirve un animal.
2 Como claramente mencionó el historiador inglés Edward
Thomphon en su, ya clásico, libro, La formación de la clase obrera en
Inglaterra, la clase no se forma sólo por los medios de producción. La clase se
constituye a partir de la construcción de la identidad de la clase, la
construcción de su cultura que identifica como tal. Un millón de hombres
produciendo en las fábricas, son un millón de individuos trabajando. El todo es
la cultura propia que los identifica, crea las nociones en común e intereses
por los que la clase lucha. La cultura es un hecho material, no una mera especulación
o fantasía idealista. Gramsci cita a
Marx en “Contribución a la crítica de la economía política”: Los hombres toman conciencia de los
conflictos estructurales en el terreno de las ideologías debe considerarse una
afirmación de valor gnoseológico y no puramente psicológico y moral.[i]
3 En la llamada
superestructura la lucha por la reproducción del capital se da entre los
poseedores de los medios de producción y los despojados, pero también entre
fracciones de las distintas clases sociales. Ninguna clase se encuentra ajena a
la lucha cultural, política e ideológica, salvo que sea una clase caduca, un
resabio del pasado.
Lo cual implica que la
política no es un reflejo de la economía, son ambas caras de una misma moneda,
que se penetran e influyen mutuamente.
El ejemplo más claro es el
caso del litigio internacional que el Estado argentino sostiene con los grupos
capitalistas financieros transnacionales, llamados fondos buitres, donde un
juez de EEUU determinó que los bonos de deuda estatal deben pagarse miles de
veces más que su valor de adquisición, por lo que el pueblo argentino tiene que
trabajar para pagar a unos especuladores internacionales sólo por una
interpretación de una ley extranjera, sin mediar relaciones “objetivas” de
producción.
En la estructura
“objetiva” se dan las luchas culturales por la subordinación de las clases
trabajadoras por parte de las burguesías. La manifestación de la dominación
brutal y violenta ante los avances y reclamos de los obreros en determinados
momentos históricos, se ejerce sólo en un momento dado y con claras
limitaciones. Es por medio de la naturalización de las relaciones de producción
que se “ata” al obrero a la máquina y se generan bolsones de desclasados, es
por medio de lucha cultural donde se aplicaron y se aplican los modelos
económicos ideológicos del fordismo y el taylorismo[ii],
y en donde la llamada globalización de los mercados financieros se propaga por
medio de universidades empresariales y los cursos distintos cursos para empresas a fin de ganar la conciencia de las clases
subalternas, adoptando conceptos y valorizaciones propias de las burguesías
transnacionalizadas. Se han generado nuevas corrientes de pensamiento en las
distintas disciplinas científicas e incorporando distintas herramientas de esos
campos a las llamadas ciencias empresariales. Los conceptos cercenados de Marx,
Maquiavelo, Hobbes etc, son resignificados para explicar la expansión de los
mercados financieros y la destrucción del Estado de bienestar o
intervencionista. El famoso “adaptarse al cambio” fue la punta de lanza de la
batalla cultural de la burguesía, para derrotar cualquier forma de resistencia
a la avalancha globalizadora. Las distintas y disimiles religiones no fueron la
excepción a la ola neoliberal, que dentro de una mixtura amorfa se conjugaron
prácticas y creencias en pos de un individualismo hedonista y consumista.
4 En el ámbito de la lucha
política por hacerse del gobierno, cada clase y fracción de clase lucha para
conformar un nuevo bloque de poder, afín de hegemonizar y subordina a las demás
clases. En ésta lucha las fracciones burguesas pueden provocar distintas crisis
llamadas de representatividad o gobernabilidad, las cuales no implican una
crisis económica fatal del propio sistema capitalista. Es claro que si se
piensa que la estructura “objetiva” determina la superestructura “subjetiva”,
cualquier crisis es entendida como una crisis de las relaciones de producción y
de un carácter profundo e irreversible. Gramsci lo refuta destacando que las
luchas por una nueva conformación de las alianzas interburguesas pueden generar
crisis de carácter coyuntural. También la reproducción y acumulación del
capital genera ciclos de expansión y depresión, que no son signos de deterioro
fatalista del sistema, sino la manifestación de la propia lógica contradictoria
del capitalismo.
En definitiva, Gramsci
menciona a modo de conclusión:
No se trata de descubrir una ley metafísica de “determinismo”
y tampoco de establecer una ley “general” de causalidad. Se trata de comprender
cómo en el desenvolvimiento histórico se construyen fuerzas relativamente
“permanente” que obran con cierta regularidad y automatismo.
Cada sistema se desarrolla
y reproduce a través de la hegemonía cultural que abarque al conjunto de las
clases subalternas (sentido común). Cada ley es una ley permanente de acuerdo a
cada sistema y la lucha de clases implica la naturalización o ruptura de la
cultura e intereses de clase. La lucha es para demostrar que las leyes son
intrínsecas a cada sistema en cada momento histórico y no leyes eternas infalibles
La mejor forma de
dominación es no saber que se está dominado, es la aceptación del sentido
común, que no es más que el sentido que las clases dirigentes imponen a las
demás clases. Para romper esto es necesaria la acción política para hacer salir
a las multitudes de la pasividad, destruir
la ley de los grandes números… por medio de la coparticipación activa y
consciente, creando un lazo estrecho entre la masa, partido, grupo dirigente, y
todo el conjunto como hombre colectivo.
5 El error de entender al determinismo de la infraestructura por
sobre la superestructura, está en que ésta relación se encuentra en función de
que una no puede estar escindida de la otra, y no que una es el mero reflejo de
la otra, sin tomar en cuenta que cada espacio de la vida social tiene sus
propias normas y costumbres.
En la Antigüedad donde las
relaciones de producción estaban constituidas por el esclavismo, no hubiese
podido existir una legislación, ni una ideología hegemónica que prohibiera la
esclavitud. Por eso mismo los cristianos y la iglesia católica, constituida
como poder político e ideológico hegemónico a partir del siglo IV, nunca
atacaron la existencia de esclavos.
Durante el feudalismo,
cuyo excedente era producido por los campesinos (predominantemente en relación
servil), no hubiese podido existir una legislación contra el señor feudal y el
vasallaje, máxime con el retroceso del derecho romano en pos del derecho consuetudinario.
Hoy en día es imposible
pensar leyes que prohíban la explotación de los trabajadores por parte de las
burguesías, más allá de los avances en las condiciones (materiales y morales) o
de las legislaciones progresistas.
Esto no implica que en
cada sistema haya distintos grupos sociales que disputen, influyan o se adapten
a los distintos organismos políticos de cada Estado.
Después de la guerra de los 30 años, la paz de
Westfalia (1648) cristalizó la formación de un nuevo Estado a partir del
dominio de la monarquía hacia los demás estamentos sociales, sobre todo hacia
la nobleza que consideraba al rey un primus
inter pares. Con el establecimiento de los Estados absolutistas los viejos
señores feudales y el clero (querella de las envestiduras de por medio) se
acoplaron a distintos ámbitos administrativos de la Corte del rey, pasando a
ser funcionarios del nuevo poder central. A su vez, dentro de éste novedoso e
incipiente aparato burocrático administrativo, los burgueses también pudieron
hacerse con cargos, honores o relaciones de parentesco por medio de sus
recursos económicos, que también les
posibilitó los grandes negocios financieros a través de préstamos para cubrir
los déficits de las cuentas públicas y solventar los refinados y “nobles”
lujos.
Otro aspecto importante
para analizar la relación estructura/superestructura es lo que Marx analizó en las distintas relaciones de producción que se
imponen con cada sistema, las cuales no son puras sino que se encuentran
“conviviendo” con métodos anteriores y con desarrollos embrionarios de otro
tipo. La esclavitud supervivió en forma residual en el capitalismo, teniendo
gran peso para la extracción de materias primas de las colonias hacia las
metrópolis, para satisfacer la demanda incipiente de la Revolución Industrial.
La economía comunitaria en distintas aldeas europeas, que atravesó todo el
medio evo feudal, fue destruida por la burguesía industrial a fin de introducir
los nuevos modos de producción y la de generar mayor mano de obra desocupada
desplazada a las ciudades industriales.
Hoy en día el capital
financiero global se nutre, entre otras actividades, de la producción campesina
familiar de cultivos para la elaboración de drogas ilícitas y de la trata de
personas para la explotación sexual. Ambas actividades dentro de los primeros
puestos en el PIB global.
La dialéctica
Se ha hecho de la
dialéctica marxista una fórmula matemática infalible, en parte producto de
tomar la concepción positivista del “Anti Dürhing” donde se aplica las leyes de
la naturaleza en su desarrollo dialéctico a la política y las ciencias sociales
en general. Tal es así que tantos teóricos superficiales y políticos del
izquierdismo vulgar, van buscando en cada hecho social la tríada que puede dar
a cada tesis su antítesis, a fin de llegar a una síntesis. Sin embargo no todo
en la vida está dado por una tríada permanente y no toda negación dará un paso
hacia una síntesis abarcadora, y mucho menos superadora.
La negación de una clase y su posible
superación por otra, estará supeditada a la construcción consiente y al
desarrollo histórico de la clase que niega, cuyo resultado no está determinado
de antemano. En las relaciones sociales
dos más dos difícilmente sean cuatro.
Ahora bien, se puede
llegar a encontrar una concepción determinista de la dialéctica en los llamados
(artificialmente) escritos políticos de Karl Marx, sin embargo esto es parte de
una lectura dogmática, manipuladora y fuera de contexto histórico.
Entre los escritos
“políticos” el Manifiesto es el más destacado, que induce a concebir a la
dialéctica como una fórmula mágica para el devenir de la lucha de clases, pero
para comprender esto hay que tomar en cuenta dos factores más que importantes:
A. El Manifiesto no fue
escrito por Engels y Marx de forma aislada de la clase obrera europea del siglo
XIX, sino todo lo contrario, fue debatido y pensado con los trabajadores y a
pedido de éstos, por lo tanto la acción y voluntad de la clase está más que
presente en cada uno de los principios que se exponen.
B. El Manifiesto es un libro
que apuntó a la acción de una clase explotada y débil frente a una naciente
burguesía industrial, cuya voluntad y desarrollo era enorme (como lo demostró
la historia del siglo XX). Frente a esta situación la necesidad de generar una
moral y cultura socialista de la clase obrera, implicó la construcción de una
fe científica que levantara a las masas explotadas. Por lo tanto, ante el
desarrollo de la lucha el convencimiento del triunfo asegurado es más que
necesario.
En conclusión. Toda construcción de la cultura y
conciencia de clase, implica la acción directa de las masas en su formulación y
la internalización o convencimiento de que el futuro es posible. El cerebro
necesita del corazón, como el corazón del cerebro.
Al respeto Gramsci, como un gran antideterminista,
escribió:
Cuando no se tiene la
iniciativa en la lucha, y cuando la lucha misma termina por identificarse con
una serie de derrotas, el determinismo mecánico se convierte en una fuerza
formidable de resistencia moral, de cohesión, de perseverancia paciente y
obstinada.
La voluntad real se
disfraza de acto de fe en cierta racionalidad de la historia, en una forma
empírica y primitiva de finalismo apasionado, que aparece como un sustituto de
predestinación, de providencia, etc., de las religiones confesionales… Pero
cuando el “subalterno” se torna dirigente y responsable de la actividad
económica de masas, el mecanismo aparece en cierto momento como un peligro
inminente, y se produce una revisión de toda la manera de pensar porque ha
ocurrido un cambio en el modo social de ser. Los límites y el dominio de la
“fuerza de las cosas” son restringidos. ¿Por qué? Porque, en el fondo, si el
subalterno era ayer una cosa, hoy ya no lo es; hoy es una persona histórica, un
protagonista; si ayer era irresponsable porque era “resistente” a una voluntad
extraña, hoy se siente responsable porque ya no es resistente, sino operante y
necesariamente activo y emprendedor. Pero incluso ayer, ¿fue solamente mera
“resistencia”, mera “cosa”, mera “irresponsabilidad”?. Ciertamente, no. Al
contrario, es menester poner de relieve que el fatalismo no es sino la forma en
que los débiles se revisten de una voluntad activa y real.
Cuanto te debemos Gramsci y
que poco te hemos reconocido.
Es claro que la construcción de una ideología contrahegemónica
requiere de la construcción consiente de las masas y de su incorporación como
acto de fe para emprender la lucha. Ninguna Revolución se lleva adelante y
triunfa debatiendo sí el futuro es dudoso o las condiciones “objetivas”
materiales se imponen a la cultura “subjetiva”. Ninguna lucha total, como son
las guerras civiles, son en nombre de una construcción a futuro, el grito de
guerra es del triunfo seguro, sin dudas y determinado, porque somos los que
debemos triunfar y triunfaremos.
[i] “El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o
menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales
trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las
condiciones económicas de producción –que se debe comprobar fielmente con ayuda
de las ciencias físicas y naturales- y las formas jurídicas, políticas,
religiosas, artísticas o filosóficas: en una palabra, las formas ideológicas
bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo
resuelven. Karl Marx, Prefacio, en Contribución a la crítica de la economía
política.
[ii] Estos nuevos “métodos” que adopta la burguesía también responden a
torcer la ley de la tendencia de la caída de la tasa de ganancia, que si bien
fue interpretada como una ley inexorable del quiebre del capitalismo, esto
implica que la tendencia puede darse en un lapso de tiempo determinado y que
influyen varios factores en la tendencia a la caída, tanto para acelerarla como
para frenarla. No es verdad que esa ley tiene un contenido fatalista en Marx, sino que
se encuentra dentro de la propia lucha de la burguesía por mantener su propia
esencia, que es la de obtener la mayor plusvalía posible y por ende la
reproducción del capital. Si bien esto se suscribe dentro de la extracción de
plusvalía relativa por medio del desarrollo del capital constante, los frenos y
avances tienen que ver con métodos económicos, culturales y sociales, donde
tanto el fordismo como el taylorismo son parte de la necesidad de las
burguesías para mantener y acrecentar sus beneficios. Entre distintas fuerza
que operan sobre la ley tendencial a la caída de ganancia, Marx marca la
sociabilización de los métodos de producción, que hace que quien logra un
primer avance en el desarrollo tecnológico operativo, tenga una ganancia
extraordinaria frente a las viejas formas, pero que una vez adoptada por los
demás competidores, se establezca una nueva medida de la cantidad de horas
socialmente necesarias para la producción de la mercancías. Otros factores que
pueden producir la caída de la tasa de ganancia son, la resistencia de las
clases trabajadoras frente a la expropiación del plusvalor, los límites
naturales de los recursos para la producción industrial, las caídas de los
precios frente a capital inicial o inversión, etc. Los factores que pueden
acelerar o mantener las tasa de ganancia son, entre otros, el desarrollo de
guerras para acceder a recursos primarios y/o para generar demandas de
elementos bélicos, las distintas reestructuraciones organizativas (trust,
oligopolios, centralización, concentración, etc), los distintos métodos
ideológicos culturales para que las clases trabajadoras naturalicen la “cultura
del trabajo” (institutos, consultoras, adiestradores, universidades
empresariales, normas, etc), los monopolios “naturales” o “políticos
artificiales”, las patentes, etc., etc., etc.,
Una aproximación a los regímenes autoritarios de Europa post 1ª Guerra Mundial
Se ha dicho mucho sobre lo que fue el
nazismo y el fascismo como fenómenos análogos dentro del sistema de dominación
mundial y como los causantes de la guerra más sangrienta de nuestra historia.
Estos tipos de mensajes revestidos como análisis históricos o científicos,
tienen un claro contenido ideológico, que como tal, contienen una carga
valorativa y espacios en las sombras.
Para comenzar un abordaje de lo que
fueron éstos fenómenos políticos que se encubaron entre guerras mundiales,
tenemos que remitirnos al siglo anterior dentro de la conformación del
concierto europeo y los cambios que se fueron dando hacia el plano internacional.
El proceso histórico
El surgimiento y conformación de los
Estados naciones producto del ascenso de las distintas burguesías nacionales,
generaron nuevas estructuras políticas que por un lado centralizaron el poder
administrativo y represivo, y por el otro dieron el inicio del crecimiento de
las ciudades con sus diversos desarrollos industriales. Si bien fue Europa
quien encabezó el desarrollo de estas nuevas estructuras políticas, dentro del
continente cada región tuvo su tiempo y características propias.
Para comenzar a comprender a los
distintos regímenes autoritarios europeos de principio del siglo XX, es
necesario entender en qué regiones se dieron
y que procesos sufrieron, lo cual nos lleva a localizar el surgimiento
del fascismo (y sus variables) y el nazismo, dentro de la constitución tardía
de los Estados Nación y dentro de las regiones periféricas de la Europa del
siglo XIX.
Después de la caída definitiva de
Napoleón en 1815, las viejas y asustadas monarquías europeas encabezaron la
nueva conformación del concierto
europeo. Este nuevo escenario tuvo lugar en la convención de Viena, donde las
potencias ganadoras dispusieron de la suerte de la Francia derrotada y de la
vieja dominación monárquica. Si bien fue la trilogía dirigida por Alejandro I
de Rusia conjuntamente con Prusia y Austria (Santa Alianza) la que veló por el
fin de toda revolución burguesa, el mentor del nuevo panorama tuvo el nombre
del austríaco Von Metternich, que con la participación de la vieja monarquía
francesa en el Congreso de Viena
(representada por Telleyrand) no socavaron la estructura económica y
territorial de la Nación vencida. La única previsión fue la de crear Estados
tapones, como Bélgica o Suiza, alrededor de la misma.
La Santa Alianza fue un nuevo bloque
de poder continental que tuvo como fin reprimir en forma sanguinaria las
distintas revoluciones nacionalistas liberales, pero demostró ser sólo el
último suspiro de las viejas monarquías absolutas, las que sólo retrasaron la
conformación de los Estados burgueses.
En éste panorama fue Inglaterra con su burguesía
industrial incipiente y su monarquía adaptada al parlamentarismo, la que
triunfó como potencia mundial y marítima. El desarrollo de las vías marítimas
dio la posibilidad de conquistar nuevos mercados para la adquisición de
materias primas y la colocación mercancías.
Mientras que en el viejo continente
el sistema servil feudal daba su último suspiro, en el territorio insular
estiraba sus músculos el sistema capitalista.
El resultado de 1815 fue la
cristalización de las contradicciones hacia el propio concierto europeo, con
dos consecuencias hacia el nuevo siglo XX.
1. relegando definitivamente a las
viejas potencias como España y Portugal hacia la periferia.
2. conformando tardíamente al Estado
italiano en 1861, de la mano de la tríada Garibaldi Couver Mazzini y unificando a los 38 antiguos reinos
integrantes del Sacro imperio romano germánico, después de la guerra franco
prusiana de 1870-71, que tuvo como protagonista y mentor a Otto von Bismarck.
La inserción tardía al sistema
capitalista por parte de estos países tuvo características peculiares y
distintas a las potencias capitalistas maduras o en crecimiento. Una fue el
“arrastre” de viejas estructuras y estamentos monárquicos, como la permanencia de
reyes y la del estado papal, y la otra fue la de un crecimiento anímico de las
propias burguesías nacionales limitadas tanto por las derechas e instituciones
monárquicas, como por llegada a un mundo colonial repartido entre las potencias
capitalistas incipientes lideradas por el imperio inglés.
-La preservación de las estructuras
monárquicas generaron la imposibilidad de conformar una sociedad civil
hegemonizada por la burguesía, limitando
la modernización del aparato burocrático estatal, para la canalización de las
distintas demandas de las clases sociales nuevas e imposibilitando el
desarrollo de una red económica jurídica para la expansión y legitimación de
las burguesías nacionales, tanto hacia adentro del territorio como hacia las
relaciones internacionales.
-La llegada tardía a los mercados
internacionales por parte de las burguesías tardías ante un mundo ya repartido,
las relegó a los espacios residuales de los continentes colonizados.
América del Sur se encontraba
dominada por el comercio inglés, en Centro América y el Caribe los nuevos
capitalistas yanquis devoraban materias primas y la Doctrina Monroe daba
cobertura política a sus intereses geoestratégicos. En África los ingleses conquistaban
territorios a los nativos o a los viejos colonialistas holandeses (Boers) y
fundaban Repúblicas como Rodesia. Tanto
India como China (expansionismo japonés de por medio) se doblegaban a fuerza de
guerras y masacres a las compañías inglesas, y en Oriente Medio la disputa
entre Rusia e Inglaterra ponía su impronta al territorio.
Si bien se intentó en una mesa de acuerdos un reparto del mundo
entre potencias, la única forma del expansionismo capitalista fue la guerra.
1ª Guerra Mundial y la crisis del 29
Este panorama conjuntamente con la
introducción de la Revolución Industrial en el ámbito militar y la permanencia
de una vieja diplomacia aristocrática con una infinidad de acuerdos secretos,
fueron los condimentos “adecuados” para la primera gran conflagración.
La 1ª Guerra Mundial resolvió las
viejas deudas pendientes del siglo XIX, dando fin a los gobiernos y regímenes
monárquicos (imperio Austro Húngaro, Otomano, zarismo), pero también dejó
inconclusos los procesos contradictorios en la formación de los Estados
nacionales europeos y dio la bienvenida a la clase obrera en su nueva
conciencia política.
La derrota de la Triple Alianza por
parte de los países centrales integrados en la Triple Entente, puso a Alemania
en una situación de crisis estructural y humillación. A través del tratado de
Versalles las potencias triunfantes impusieron la anexión de los territorios de
Alsacia y Lorena por parte de Francia, anexión de grandes fábricas y
yacimientos minerales alemanes y una fuerte indemnización por los costos de la
guerra, lo que provocó una crisis económica y social profunda al interior de la
potencia derrotada. La desocupación y el desabastecimiento conjuntamente con la
restricción al desarrollo de ejército, fueron el caldo de cultivo para la
explosión social y la deslegitimación del poder político.
EEUU continuó con su política
aislacionista de puertas adentro, por lo que tuvo una participación acotada a
la conformación de la organización gubernamental internacional llamada Sociedad
de las Naciones (antecesora de la ONU), cuyo rol fue la de imponer los
principios y características a imagen y semejanza de la sociedad
norteamericana. Los fundamentos de ésta organización se asentaron en los 14
puntos impuestos por el presidente de EEUU Woodrow Wilson (Corriente idealistas
en las Relaciones Internacionales).
La decadencia del imperio Británico y
la inmadurez del imperialismo yanqui, tuvo dos consecuencias fundamentales para
el nacimiento y desarrollo de los regímenes autoritarios en Europa.
Por una lado dejó a los países derrotados y
periféricos de Europa sin sustento económico y moral, al no incorporar a las
burguesías nacionales a una nueva estructura hegemonizada por una nueva
potencia capitalista mundial (cosa que sí pasó una vez culminada la 2ª Guerra Mundial). Y la
otra consecuencia fue la de tratar de imponer un modelo social y político a
sociedades, cuyas burguesías eran débiles y las clases obreras comenzaban a
organizarse políticamente para asaltar el poder del Estado, impulsadas y
estimuladas por las crisis económicas y por la Revolución Socialista Rusa. La
debilidad de la sociedad civil para el sostenimiento y conformación de la
organización social, la amenaza comunista y el “arrastre” de viejas derechas
monárquicas obsoletas enquistadas en la estructura estatal, generaron en las
burguesías nacionales la necesidad de delegar el poder político y la dirección
económica a una nueva elite que resguardara el sostenimiento de las relaciones
sociales (una sociedad asentada en los fundamentos hobbesianos), disciplinando
a los obreros y combatiendo a los Partidos Comunistas, para después proyectarse
a la conquista de nuevos mercados, lo que en términos políticos los nazis
entendieron como el “espacio vital” (Lebensraum).
Lo que las burguesías anglosajonas habían
logrado a través de la hegemonía y madures de la sociedad civil en el siglo
XIX, las burguesías de los Estados tardíos de Europa tuvieron que lograrlo por
la conformación de un poder político estadual fuerte y con mayor grado de
autonomía.
El período entre guerras llamado Paz Armada, fue un período de transición entre
una potencia que moría y otra que nacía, pero donde la conformación del bloque
de poder interno y su posición en el mundo, no había madurado. Esta zona gris
en la estructura mundial, tuvo su correlato en la aplicación de la política
exterior de “apaciguamiento” por parte de la diplomacia inglesa y
norteamericana, con respecto a las conquistas territoriales de los nazis; algo
así como dejar hacer para que Hitler calme sus ansias de poder.
Otro aspecto importante para entender
estos movimientos políticos fue la respuesta a la crisis del 29. El crack
económico financiero puso fin a la concepción liberal de los Estados, conocida
como laissez faire, redujo el comercio externo entre países en pos del
fortalecimiento del mercado interno y llevó a un nuevo tipo de concepción en
materia de políticas económicas, llamadas intervencionistas o keynesianas.
Esta nuevas políticas tuvieron como
fin la de salvaguardar al capitalismo frente a la incapacidad de las burguesías
de salir de la depresión económica, por lo cual el Estado tomó en sus manos los
hilos de la economía para generar nuevos puestos de trabajo y así reactivar la
actividad por medio de la inyección de recursos al mercado interno.
El intervencionismo estatal tuvo su
propia impronta política, de acuerdo a las distintas estructuras sociales y
productivas imperantes en los distintos países capitalistas. En los países
europeos periféricos o vencidos, fueron los distintos fascismos que asumieron
la dirección económica estatal, mientras que en los países con fuerte
desarrollo de la sociedad civil fueron los llamados partidos socialdemócratas
quienes asumieron ese rol (en EEUU tuvo el nombre de New deal de Roosevelt).
Estas características democráticas o
autoritarias que asumió el keynesianismo, también impactaron en la propia
visión económica por parte del Estado, mientras que el modelo fue pensado como
una etapa de transición para las potencias anglosajonas a fin de recomponer el
poder de las burguesías, para los fascismos el modelo fue entendido en forma
permanente y sin fecha de vencimiento.
La concepción de los regímenes autoritarios
Como se mencionó, todos estos países
tuvieron similitudes en sus procesos históricos y en los períodos que
surgieron, pero también hubo claras diferencias, tanto de fondo como de forma.
La identidad nacionalista de los distintos fascismos:
1. Concibieron a la nación como una
entidad homogénea y antecesora a la formación del Estado.
2. La organización nacional remitió a un
mito fundacional que tuvo a estos movimientos como protagonistas o fieles
representantes de los intereses de la nación manifestados en éste hecho.
3. Los distintos gobiernos y partidos
que antecedieron a los fascismos traicionaron la identidad nacional y a sus
verdaderos intereses (según ésta visión)
4. La simbología y los distintos
rituales fueron la forma de naturalizar la dominación y la identidad
nacionalista.
5. El rasgo fuertemente militarista tuvo
como fundamento la de rescatar la manifestación violenta que dio identidad e
independencia a la unidad política de la nación, frente a otras naciones
enemigas. Este rasgo también fue aplicado hacia el interior de los países a fin
de combatir al enemigo interno, extranjerizante y disolvente del verdadero ser
nacional (comunistas, judíos, etc). La concepción de Carl Schmitt de entender a
la política en la dicotomía amigo/enemigo, fue resuelta por la concepción del
Estado Total y a la guerra no como una forma de continuidad de la política por
otros medios (Clausewitz), sino como integrada a la política misma.
6. Las viejas derechas monárquicas
fueron absorbidas (fascismo italiano y falangismo) o aniquiladas (nazismo) por
estas nuevas derechas.
7. La clase obrera fue el actor social a
disciplinar y el campesinado atrasado el sustento social de la ascensión de los
fascismos, y el portador (simbólico) de los valores puros de la nación
humillada.
8. Fuerte desarrollo y expansión de la
burocracia estatal, identificando al Partido con el Estado.
9. El sistema educativo fuertemente
jerarquizado y las instituciones religiosas, fueron los aparatos ideológicos de
los regímenes. A diferencia del fascismo, que tomó al papado bajo su
influencia, el nazismo erigió al Estado nazi como una nueva religión.
10. La justificación de la ascensión al
poder de los autoritarismos tuvo un carácter socio/cultural por parte del
fascismo italiano y español, mientras que para el nazismo la justificación fue
biológica.
11. En sus nacimientos el fascismo
italiano y el nazismo alemán se vieron con desconfianza, en parte por lo
expresado en el punto anterior.
12.
Los liderazgos fueron de carácter personalista y
fuertemente carismáticos.
13.
La concepción común de que el Estado era el
único actor de las Relaciones Internacionales y que la estructura mundial debía
modificarse (por medio de la guerra).
14.
El capitalismo de Estado encolumnó a las
burguesías (de distinta manera y con distintos grados poder) hacia la propia
impronta del poder político; cacerolas o cañones se definen por los márgenes de
ganancias y los costos de oportunidades.
15.
Tanto el fascismo como el nazismo fueron
continuadores de las políticas de fortalecimiento del poder estatal, por medio
de la conquista territorial directa.
Si bien hubo varios gobiernos
autoritarios en Europa post 1ª Guerra Mundial, los expansionistas y con
proyección ideológica internacional, fueron el fascismo italiano y el nazismo
alemán. Las razones de que fueran estos mismos partidos los derrotados y
aniquilados en la segunda guerra mundial, mientras que el fascismo portugués y
el falangismo español sobrevivieron durante varias décadas, demuestra que la
lucha fue por la imposición de una hegemonía mundial en disputa y no por la de
derrotar a gobiernos dictatoriales en nombre de la democracia liberal.
Francia en su genocidio
Francia arrastra su propia contradicción, tanto en lo desigual de su sociedad como en su pasado de colonialismo genocida.
Francia, o mejor dicho quienes manejan el poder, han condenado a su propio pueblo al tratar de rememorar su pasado imperial en África. Su protagonismo al encabezar la destrucción del régimen libio y de Kadafi, puso en manos de los extremismos religiosos y reaccionarios, el territorio, las armas y los hombres para lanzar una ofensiva hacia los paìses no alineados a la geopolítica del imperialismo yanqui.
Francia, o mejor dicho quienes manejan el poder, han condenado a su propio pueblo al tratar de rememorar su pasado imperial en África. Su protagonismo al encabezar la destrucción del régimen libio y de Kadafi, puso en manos de los extremismos religiosos y reaccionarios, el territorio, las armas y los hombres para lanzar una ofensiva hacia los paìses no alineados a la geopolítica del imperialismo yanqui.
Tan contradictorio es el rol de Francia en el plano internacional, que blandiendo las consignas de libertad, igualdad y fraternidad, intenta imponer un lugar de poder en el mundo y en Europa que le es esquivo. Todo monstruo tiene un padre, pero también, cuando crece, se independiza. Quién se harà cargo de la paternidad de la criatura?
Francia llevó a cabo, post 2ª Guerra Mundial, una guerra de exterminio en los territorios colonizados de África, éste genocidio no fue sólo militar, si no también, y necesariamente cultural, por lo cual se quiso imponer la superioridad civilizatoria de la Europa occidental frente a las culturas de las tribus y pueblos africanos.
Por lo tanto todo imperialismo que domina a un pueblo impone sus valores y su forma de vida como superior al del colonizado, para facilitar el sojuzgamiento y quebrantar su resistencia. Este hecho tuvo como consecuencia olas migratorias hacia los centros imperiales, en busca de tan publicitada vida moderna de prosperidad y bienestar. Sin embargo éstos inmigrantes encontraron las mismas relaciones sociales de explotación, marginalidad y segregación, que el imperialismo imponía en sus países de origen.
En los guetos, en los barrios marginales, los olvidados de siempre son la carne de cañón de un sistema infame y se expresan en actos de resistencia hacia ese poder, sea en la forma que sea, de acuerdo a los distintos momentos históricos.
Francia al igual que EEUU desahució a países subdesarrollados, llevándolos a la pobreza extrema, mientras publicitaba una vida moderna y llena de lujos para aquellos que abrazan sus ideales. Aquellos colonizados que por convencimiento o por necesidad aceptaron èstos nuevos valores, partieron hacia ese centro de abundancia y felicidad para comprobar que la idealización de la vida en los países industrializados no era más que un arma de sometimiento y no una vida inclusiva, y que al interior de los centros imperiales la dominación y explotación es la misma.
Lo màs grave es que el llanto de los que hoy se conmocionan, deja entrever el silencio ante los cientos de miles de muertos de los paìses pobres y dominados. Hay licencia para matar y muertos que se merecen ser matados, mientras otros merecen ser protegidos y, tragedia por medio, llorados y enaltecidos. La clase social y el racismo siguen siendo la ideología no explicitada de los grandes bloques de poderes imperialistas.
De una o de otra forma el colonizado siempre encuentra la forma de resistir; y ya no como repiten los liberales hegelianos, no pretende parecerse al amo, quiere ocupar su lugar, su vida, su casa, su cama y si es posible con su mujer. No hay posibilidad de entendimiento, ni acuerdos pseudopluralistas, sòlo hay un mundo u otro. Hemos cometido el error de considerarnos globales, tanto sea por derecha como por izquierda, y no entender a los "condenados de la tierra" y el grito de Fanon: El capitalismo colonizante engendra genocidios y genocidas.
De una o de otra forma el colonizado siempre encuentra la forma de resistir; y ya no como repiten los liberales hegelianos, no pretende parecerse al amo, quiere ocupar su lugar, su vida, su casa, su cama y si es posible con su mujer. No hay posibilidad de entendimiento, ni acuerdos pseudopluralistas, sòlo hay un mundo u otro. Hemos cometido el error de considerarnos globales, tanto sea por derecha como por izquierda, y no entender a los "condenados de la tierra" y el grito de Fanon: El capitalismo colonizante engendra genocidios y genocidas.
Equipo De Norte A Sur
El triunfo de la Revoluciòn Cubana
Ibarra Eduardo
El establecimiento de relaciones
diplomáticas entre Cuba y EEUU marca un hito histórico, no sólo por el pasado
controvertido entre ambas naciones, sino porque abre hacia adelante un sinfín
de posibilidades y por ende resultados. Por lo tanto estamos ante un nuevo
proceso histórico en el cual los latinoamericanos somos parte.
El hecho de que la noticia se haya
dado sin preámbulos anteriores, salvo los encuentros a puertas cerradas, y que
al unísono tanto Raúl Castro como Obama hayan pronunciado su discurso,
manifiesta la particularidad y complejidad de los procesos políticos tanto
hacia el contexto internacional como hacia el interior mismo de los EEUU.
A diferencia de los grandes medios
hegemónicos y de los intelectuales del imperialismo (autóctonos o extranjeros),
la mirada tiene que estar puesta hacia el interior del gobierno norteamericano,
su situación socio/política y su estrategia global.
Si bien se ha hablado siempre de que
Cuba necesitaba cambios, el hecho de que se restablezcan las relaciones diplomáticas
es un claro triunfo de la Revolución. Desde 1961 Cuba siempre ha luchado en
contra del bloqueo y los ataques del imperialismo, tanto Fidel como Raúl han
sido consecuentes en reclamar el reconocimiento y el diálogo entre Estados de
igual a igual, no como sostienen los medios hegemónicos que el aislamiento es propiciado por y para el
“régimen”.
Desde que el imperialismo yanqui
rompió las relaciones diplomáticas y comerciales con la isla, los cubanos han
sufrido pérdidas económicas y de vidas.
El gobierno yanqui ha tratado de acabar con la Revolución Socialista de
distintas formas, ya sea por atentados terroristas, magnicidios, sabotajes,
campañas internacionales de desprestigio, mentiras, invasiones y por supuesto
el famoso bloqueo económico. Todas estas medidas fueron infructuosas y
contraproducentes para el imperialismo. Sin bien el bloqueo supuso pérdidas
económicas, que se calculan entre 100.000 a 150.000 millones de dólares, la
cohesión interna y la defensa de la revolución siempre estuvo presente en el
pueblo cubano.
El embargo y los ataques a la
Revolución fueron siempre actos unilaterales por parte del Gobierno de EEUU y la
lucha contra éstos fue encabezada por Cuba, lo cual se expresa claramente en la
frase de Fidel: con seis meses sin embargo demostraremos de que es capaz el
socialismo. Por lo tanto no hay nada nuevo bajo el sol del Caribe en su larga
lucha.
Si bien el embargo todavía sigue
firme y la ley Helms Burton (1996) sigue vigente, el impacto en la economía
cubana es inmediato, ya que en uso de las facultades ejecutivas, Obama ha
dispuesto una serie de modificaciones con respecto a elevar las remesas
enviadas a la isla, de 500 a 2000 dólares, la ampliación de permisos de viajes
turísticos y familiares, la posibilidad de compra de materiales de construcción
y agrícolas a EEUU, la importación de productos cubanos por parte de viajeros
norteamericanos y el establecimiento de distintas red de telecomunicaciones.
Todo esto coronado con la vuelta a la
Patria de los tres héroes cubanos injustamente presos en las cárceles del
imperio, lo cual ha dado una mayor alegría al pueblo y ha demostrado que el
socialismo es parte de la construcción de la cultura y del sentimiento
nacional, hecho muy distinto con lo sucedido del otro lado con la devolución
del infiltrado yanqui Alan Gross.
El ojo de la tormenta
El epicentro de las dudas gira en
torno a la posición de EEUU y màs precisamente
del Poder Ejecutivo.
La asunción de Obama a la presidencia
marcó la ascensión de un nuevo bloque de poder dentro de EEUU. En la era Busch
y su lucha contra el llamado terrorismo, los poderes económicos que
prevalecieron fueron los de la industria nacional en consonancia con los
sectores políticos conservadores, quienes entendieron e impulsaron una política
exterior con claros dominios unilaterales por parte del poder centralizado del
imperialismo yanqui. Su concepción fue
plasmada en la intervención militar unilateral hacia los países petroleros de
Medio Oriente y en la intervención directa en el establecimiento de gobiernos e
instituciones, cuyo eje de expansión fue el Atlántico.
En el período demócrata el nuevo
bloque de poder estuvo conformado por los capitales financieros globales en
acuerdo con los sectores políticos liberales. Este nuevo bloque de poder tuvo,
y tiene, sus intereses en el desarrollo de los mercados mundiales, sin
necesitad de políticas proteccionistas nacionales. La concepción imperial por parte de éste bloque se
manifestó como una forma de poder unipolar pero de dominación multipolar, ósea
ya no se necesitó de la intervención directa, sea por invasión militar o por
intervención en la construcción político institucional, sino que la hegemonía
se conformó en forma de red, sin la necesidad de la acción directa de las
fuerza imperiales, sino con acuerdo e intereses compartidos con las distintas
élites regionales.
Su eje de expansión se encuentra en
el Pacífico y el bloque contra hegemónico se encuentra representado por China.
Esta nueva conformación del bloque
hegemónico imperialista comenzó a fracturarse a partir de la crisis del 2009 y
su réplica en el 2011, lo cual manifestó que si bien los mercados se
encontraron globalizados en su desarrollo económico/financiero dentro del crecimiento
mundial, también lo fueron en las crisis que el propio sistema genera.
El impacto de los títulos subprime y
derivados tuvo un efecto profundo en la estructura social y económica de EEUU,
que se manifestó después con la pérdida de poder de la gestión Obama.
La crisis global golpeó los cimientos
de sustentabilidad del bloque de poder hacia adentro, demostrando que el imperialismo
era vulnerable ante las contradicciones de su propia dominación global, y
sensible ante la decadencia social producto de la caída de empleos, ejecución
de viviendas embargadas, aumento de las bandas narco delincuentes, incremento
de la población carcelarias (latinos y negros) y la pérdida del poder
adquisitivo de las clases trabajadoras frente al cada vez más abultado incremento
patrimonial de las clases altas.
Este nuevo panorama dio una nueva
oportunidad a los sectores màs reaccionarios y conservadores de la sociedad
norteamericana, quienes demostraron su poder frente a los resultados en las
últimas elecciones de la era Obama. El Tea party y el copamiento del Congreso
por parte de los Republicanos, vino acompañado de un resurgimiento del
nacionalismo màs rancio y de los sectores económicos nacionales que bregan por
una política económicamente proteccionista y de corte xenófoba. También el
avance de grupos de extrema derecha, como el KKK o la asociación del rifle, han
marcado una nueva agenda en las cuestiones internas.
La reciente manifestación y
levantamiento de la comunidad negra, por los sistemáticos abusos policiales,
dio por tierra la última carta que podía esgrimir Obama, la de la igualdad
racial y los derechos civiles, por lo que podemos entender, o atinar a
entender, que el interés de restablecer
relaciones con Cuba puede llegar a estar enmarcado dentro de la lucha política
interna de los EEUU. Puede ser la última gran medida de despedida de la
administración Obama, ante un inminente triunfo presidencial republicano y ante
los sectores populares y progresistas nacionales, que vieron frustrada la posibilidad
de medidas sociales como un cambio profundo al sistema de salud.
Pero también tenemos que
entender èste cambio de cara al
posicionamiento de EEUU en el mundo, tanto en su claro desprestigio moral, como
en la pérdida de liderazgo político y económico, por lo que ésta medida podría
implicar la necesidad de un lavado de cara frente a èste panorama. Igualmente importante es la presión de
sectores de la burguesía que ven la apertura hacia Cuba como una posibilidad de
negocios.
La pelota está en el campo de los EEUU
quien tendrá que revalidar éste cambio en un Congreso dominado por los sectores
conservadores, tanto de los republicanos como de parte de algunos demócratas.
Un proceso es un final abierto
Si bien estamos presenciando un
cambio trascendente, no podemos anticipar un resultado, ni el rumbo que se
tomará a partir de èsto.
Todo marxista serio entiende que los
procesos históricos son el inicio de una construcción a futuro, donde las
fuerzas en pugna van dibujando el devenir de acuerdo a la correlación de
fuerzas, aunque en las relaciones internacionales no sólo juega la fuerza un
rol importante, sino también la oportunidad que los actores tienen de actuar.
Desde los distintos medios
hegemónicos que operan en EEUU y en América Latina han tratado de predecir y
bregar por un cambio en Cuba. Desde la caída de la URSS y el campo socialista,
los opinólogos e ideólogos del imperialismo han deseado ver a la Revolución de
rodillas y acabada, dando un sinfín de teorías y análisis de poca monta y de
dudosa rigurosidad científica. Sin embargo el pueblo cubano fue haciendo y
enfrentado las distintas situaciones con cohesión y sin bajar las banderas, lo
cual no es, como cacarean los medios imperialistas, la dominación de un Estado
dictatorial hacia una población sojuzgada, sino una revolución hecha carne en
el mismo pueblo cubano.
Hoy ante la frustración de los deseos
imperiales y de sus lacayos, el nuevo
argumento se direcciona hacia un cambio pacífico y sin sobresaltos, hacia la
implementación de medidas de corte capitalista, donde la introducción de
divisas e intercambios comerciales supondrá indefectiblemente el fin del
socialismo y de la vanguardia del Partido Comunista. Esta predicción cae en el
simplismo economicista, donde se entiende a la complejidad de un pueblo y su
cultura sólo atada a las transacciones mercantiles. Un pequeño gran detalle que no toman en cuenta es que el crecimiento
económico de Cuba, dará recursos a la Revolución para seguir desarrollando
planes sociales que fortalezcan al socialismo.
Más allá de los problemas económicos
y de la difícil situación de Venezuela frente a la baja del barril de petróleo,
el pueblo cubano ha demostrado que no claudica en sus principios, ni en ser él
quien forje su propio destino.
ES FUTBOL ESTÚPIDO
Ibarra Eduardo
Hace varios
meses que nos encontramos en una influencia casi totalizante de la cultura del
fútbol, ésta abarca un tiempo que se prolonga más allá de la competencia
mundialista y también la antecede en un sinfín de cuestiones que no interesa
analizar aquí. Es en ésta época donde un deporte, entre muchos otros, traspasa
su propia naturaleza y fin, es el momento en que una supuesta cultura del balón
pié hace su aparición en las más instintivas manifestaciones, no sólo por
la primacía de la actividad física, sino
por la explícita imposición de que los sentimientos dejan de lado todo sesgo
racional, cosa que es proclamada a los cuatro vientos, por todos los medios y
por los variados actores que intervienen y se benefician en ésta suerte de supremacía.
La cultura popular que hace al fútbol
una “pasión y consumo” de multitudes, no se encuentra apartada de los procesos
históricos los cuales le imprimen y resignifican el contenido de cómo y con qué
fin se producen los eventos deportivos. Desde su arribo a las costas del Río de
la Plata se identificó con una forma más de expresión y esparcimiento de las clases
trabajadoras y marginadas. A fuerza de número y tradición con el tiempo se fue
institucionalizando y oficializando como deporte nacional, siendo aceptado y
practicado por las clases màs acomodadas. Con la reglamentación y su entrada en
la esfera del Estado, los distintos gobiernos lo utilizaron para aglutinar
voluntades, distraer (aunque se a corto plazo) y crear sensaciones
igualitarias. Transformando a la selección argentina en una suerte de ejército
que lucha contra un resto del mundo ajeno a nuestra identidad.
La expansión y profesionalismo se fue
dando y retroalimentando dentro de las leyes económicas del propio sistema
capitalista, por lo que los jugadores devinieron en pateadores de millones de dólares, los
Directores Tènicos en gerentes, los representantes en financistas a largo plazo
y los directivos de los clubes en CEOs
de empresas S.A ; por lo que el
compromiso y dedicación sincera ha quedado relegado al rincón de los que
conjuran deporte con compromiso social (los que nunca van a salir en la tapa
del diario o ser la admiración colgada en posters).
Como toda manifestación popular de envergadura,
la política y la economía se conjugan en un cóctel ideológico publicitario y
propagandístico, tanto los actores definidos como políticos y los intereses
definidos como económicos, insertan y trasmiten los valores a destacar en esa
pasión llamada fútbol. Las ventas de distintos productos se conjugan con la
exacerbación de la identidad propia, del nacionalismo infantil del grito y el
llanto, de la diferencia con los otros países por el amor a la camiseta. La sociedad cuya vida està signada por el
individualismo y la frustración tiene su sueño de gloria a través de un mensaje
esperanzador de ser los mejores, de verse a sí mismo emular lo que sienten o
viven los 11 jugadores dentro de la cancha, y sentir que la solidaridad aflora
en el espíritu de grupo, donde la pequeñez de una sobrevida gris se agranda al sentirse
dentro de ese estadio; todos nos abrazamos, todos hacemos sacrificios por la
selección, todos sufrimos y nos alegramos como iguales, todos hoy somos
argentinos, por eso comprá la tv de 52` para sentirte que estás ahí, aunque no
puedas màs que mover el dedo en el control remoto o emular la actividad física
los fines de semana.
Ahora, ¿es esto un rapto de patología temporal
producto de un deporte exacerbado por los sentimientos?. En realidad es parte
de la misma sociedad en la cual el hombre vive una vida de frustraciones y con una ausencia de libertad y de
realización tan grande que traslada todo lo que quisiera ser a esos
“representantes” del éxito. Una vida
vacía y vaciada no tiene otra satisfacción de ver en el otro un objeto de deseo amoldado a
los parámetros del propio sistema mercantilista, consumiendo algo para rellenar
y aplacar la angustia existencial.
Los multimillonarios jugadores pasan
a ser grandes héroes nacionales, patriotas a la altura de San Martìn, grandes
figuras en las cuales sus pies son producto de una inteligencia erudita y las
jugadas terribles batallas por la cruzada independentista; un tipo como Messi
que no puede articular un simple discurso con dos frases seguidas, es el nuevo
ejemplo argentino, rango que comparte con el Papa Francisco (paradigma, si los
hay, del deseo de una vida mejor allà en la nebulosa del infinito imaginario), cancha y paraíso,
dios y goles, vivir de alguna manera la impotencia de lo que no somos y
pretendemos ser.
Transformados en receptáculos de instintos
y sentimientos nos convertimos en una masa identificada por el nacionalismo
construido a fuerza de sacrificios cabaleros. Cualquier crìtica u objeción a la
cultura futbolera es “neutralizada” por el argumento costumbrista y el anclaje
popular de una masificadora avalancha, lo que no permite la intromisión de
elementos sociológicos o exógenos al sentimiento exacerbado, por lo cual
cualquier tara social y costumbre retrógrada hubiese podido ser superada.
Lo que hace diferente a éste mundial,
no son ni los equipos, ni los jugadores, sino la posibilidad de que por primera
vez se pueda dar una ruptura en el mensaje y en espacio simbólico del mundial
de futbol. Estará en la capacidad de lucha, resistencia y visibilidad que
logren los trabajadores y los grupos anti sistema.
Liga Argentina por los Derechos del Hombre
LEY "ANTIPIQUETES": PRIMER ESTUDIO DEL PROYECTO
Luis Zapiola
. Los medios de comunicación han presentado este proyecto de ley
como “antipiquete”. Nada mas inxacto e incompleto. El artículo 2º del proyecto
define como “manifestación pública” toda reunión “no violenta” de personas con
un interés común, sea “prevista” o “espontánea”. Su característica es ser
desarrollada en un periodo limitado de tiempo en el espacio publico con el
objeto de reivindicar derechos o reclamar ante autoridades publicas o entidades
privadas.
De su simple lectura se desprende que engloba diversas
situaciones. 1) Cortes de rutas o calles. 2) Protestas en espacios públicos en
general (veredas, plazas, etc.).
“MANIFESTACION LEGITIMA”: Al definir en su articulo 5º cuales
son los elementos para que una protesta sea considerada “legítima”, provoca importantes
consecuencias:
1) Coloca en la “ilegitimidad” toda protesta ante ante hospitales, centros educativos o comisarias aunque no se corte la calle (inciso a).
2) Reprime definitivamente todo corte de ruta o calles al expresar que la protesta será ilegítima si se cometen delitos previstos en el Codigo Penal. En el caso de cortes, al resultar de aplicación el artículo 194 del Código Penal (Entorpecimiento de los Servicios Públicos), tacha de ilegítimo cualquier protesta de este tipo.
3) El inciso e) Impone la condición de notificación previa (48 horas), que quita toda espontaneidad a una defensa de derechos. Estas precondiciones quitan toda seriedad a la pretendida tutela que el estado brindaría a la manifestación que define como “legítima”, dado que reduce su existencia a dudosos casos concretos.
1) Coloca en la “ilegitimidad” toda protesta ante ante hospitales, centros educativos o comisarias aunque no se corte la calle (inciso a).
2) Reprime definitivamente todo corte de ruta o calles al expresar que la protesta será ilegítima si se cometen delitos previstos en el Codigo Penal. En el caso de cortes, al resultar de aplicación el artículo 194 del Código Penal (Entorpecimiento de los Servicios Públicos), tacha de ilegítimo cualquier protesta de este tipo.
3) El inciso e) Impone la condición de notificación previa (48 horas), que quita toda espontaneidad a una defensa de derechos. Estas precondiciones quitan toda seriedad a la pretendida tutela que el estado brindaría a la manifestación que define como “legítima”, dado que reduce su existencia a dudosos casos concretos.
LA “NOTIFICACION” PREVIA: Impone la notificación previa sobre la
protesta, ante “AUTORIDAD POLICIAL” con una antelación no menor a 48 horas,
indicando el lugar, tiempo estimado, objeto de la manifestación. Además impone
la designación de un “MANIFESTANTE DELEGADO” quien sin dudas terminará
procesado y criminalizado. Hay que destacar que en la protesta social, quienes
de ella participan se niegan a identificarse ante las fuerzas de seguridad,
dado que en todos los casos la suscripción de actas terminó con procesamientos
de los firmantes.
El artículo 8 incluye todo tipo de reclamos ante autoridad
pública, incluidos PRIVADOS, con lo cual queda claro que se pretende regular
toda protesta en el espacio publico.
EL PERMISO REPRESIVO: Pasa por sobre la autoridad de los jueces
y fiscales al disponer que si la manifestación es ilegítima puede ser
dispersada por las fuerzas de seguridad.
LA “MEDIACION PREVIA”: Establece este mecanismo previo al
“desalojo”. Dispone que solo podrá asistir a la mediación el delegado de los
manifestantes, o sea una sola persona, lo cual quita totalmente instancias de
decisión colectiva a quienes protestan. Nótese que poe el Estado admite:
personal Civil del Ministerio de Seguridad, personas del ámbito público o
privado con competencia apara resolver, funcionarios judiciales y la Defensoria
del Pueblo. Las decisiones que allí se tomen resultan absolutamente ASIMETRICAS.
Por omisión no se admiten otros delegados, asesores jurídicos, dirigentes
gremiales, movimientos políticos o sociales. Asimismo, el artículo 14 deja en
claro que se exige levantar la protesta sin soluciones concretas, ya que el
mediador se limita a pactar las condiciones del cese de la “perturbación”.
MEDIACION “EXPRESS”: el plazo para la mediación es de DOS HORAS.
Amén de lo ridículo u exiguo del plazo, ello impide a quienes protestan
cualquier consulta racional con sus bases, asesores, amigables componedores,
etc. Asimismo, el plazo contradice groseramente el declamado propósito de
garantizar la libre expresión y vulnera el derecho de defensa. Obviamente, el
no acuerdo en la “mediación” abre el camino para la represión y desalojo en
forma directa practcamente apenas comenzada la protesta, salvo lo señalado en
el artículo 19 en orden a lo que decidan juez o fiscales en cuanto a la
protesta si es que están presentes en la “mediación”.
USO DE LA FUERZA: Pese a las declamaciones contenidas en el Cap.
III sobre el uso de la fuerza, la exigüidad del plazo y la posibilidad de
desalojar o reprimir una protesta ilegitima o que se transforme en tal en caso
de no arribar a un acuerdo, torna letra muerta tales propósitos. Ello en orden
a los principios de legalidad, Gradualidad, oportunidad, ultimo recurso.
PORTACION DE ARMAMENTO: Prohibe la portación de armas de fuego al personal de
las fuerzas de seguridad, solo para aquellos que estén en contacto directo con
los manifestantes. Para el resto,o sea los que se ubiquen solo un poco mas
lejos lo permite. Con ello se da un permiso legal para amenazar con armas a la
vista. O para usarlas en definitiva..
La sensación de seguridad
Ibarra Eduardo
Desde hace
ya varios años el tema de la seguridad està en el tapete de la agenda
electoral, y de los multimedios. Desde la ley Blumberg hasta los planes
militaristas, los candidatos y los opinòlogos, hacen fila para plantear y
describir una situación desesperante, quizás al borde de una “guerra civil”.
La
inseguridad es de por sì un tema que penetra en los màs profundos instintos de
supervivencia del ser humano, pero no queda situado en un lugar biológico, sino
que es profundamente social, en su forma, estructura y en su reproducción
ideológica. Al tomar literalmente la narración que desde los sectores màs
recalcitrantes hacen sobre “el delito de cada dìa”, es clara la idea reeditada
de Hobbes y su mundo presocial en estado de guerra, donde lo que prima es el
miedo a la muerte violenta, que es el asesinato de un hombre contra otro. De lo
cual se deduce fácilmente que para salir de ese infierno, hay que “contratar” a
alguien que tenga la fuerza para aplacarnos y
imponernos su autoridad, trasladando el miedo que los hombres tiene
entre si, a que todos los hombres agrupados en sociedad le teman al nuevo y
único gobernante[i]. Si bien posteriormente los liberales pusieron
el grito en el cielo, por considerar que la propia organización social no debe,
ni puede estar en manos de un gobierno, la necesidad de un policía con garrote
es reforzada, por el simple hecho de proclamar y asegurar a la burguesìa
naciente la explotación y dominio de todas las demás clases subalternas; el
mono con navaja debe tener un amo que lo domestique y lo dirija.
Hoy en dìa
las ideas de Hobbes y Locke se han transformado en un método de dominación
física y psicológica, a fin, ya no de organizar a la sociedad y su Estado, sino
la de subordinar a las demás clases sociales a su hegemonía y la de contener y
reprimir a la masa de desclasados, producto del propio desarrollo del
capitalismo y su sistema automatizado y robotizado de producción.
En nuestro
país se ha venido esgrimiendo todo tipo de políticas de seguridad para la
represión de los sectores marginados, que ya no pueden ni podrán integrarse al
sistema capitalista financiero y global. A pesar de la asunción del
Kirchnerismo en el 2003 con una retórica progresista garantista y sus planes de ayuda social, los
métodos coercitivos y represivos han ido en aumento (tanto por presión externa
como interna al gobierno). El aumento de las penas por la ley Blumberg,
conversión de la gendarmería y la prefectura como policía interna, son algunas
muestras.
A partir de
las elecciones legislativas del 2013 y el ascenso de Sergio Massa con su
proyecto propio, la seguridad vuelve a ser la nueva Vedette de la escena
política. Con una larga campaña de prensa y televisiva, Massa logró imponer una
idea Focoultiana, de la sociedad vigilada a través del nuevo panóptico virtual,
las cámaras, y los medios hegemónicos
contrarios al gobiernos lo tomaron como una variable màs de crìtica y
desestabilización. Desde el correlato derechista no peronista del gobierno
capitalino de Macri, las practicas y políticas represivas son idénticas.
Si hacemos
un recorrido por la zona norte del conurbano, desde la Ciudad Autónoma hasta Tigre,
pasando por Vicente Lòpez, San Isidro y San Fernando, la multiplicidad de los
“agentes de seguridad” y los métodos de control, son los mismos.
Tecnología y tropa se expande en
distintos formatos y la demanda sigue creciendo como un paràsito que fagocita
todo, no hay nada que lo detenga, pide màs y màs. Creyendo que lo malo, lo
sucio y lo feo se puede dejar afuera, se metieron en los countrys y crearon un
micromundo con su propia microecològìa y su microcultura. Fueron artífices de
su propia pobre existencia entre paredones y alambrados.
Como del otro lado la masa oscura
sigue creciendo y reclama el mismo estilo de vida en clave de pobreza, ya los
muros dejaron de ser garantía, por lo que lo micro se convirtió en macro y
llegaron los planes y los grandes proyectos, tan importados como autóctonos, y
los medios que meten miedo con todos nuestros muertos de cada dìa.
Las càmaras que todo lo miran pasaron
a ser política de Estado, los muros tienen alambre cortante, electrificados y
perros adiestrados, con una infinidad de ejércitos en una guerra no declarada y
sin convención de Ginebra[ii],
ni Cruz Roja. Ejèrcitos privados en barrios, comercios y bancos, gariteros
veteranos de tropas jubiladas, gendarmes sin fronteras, prefectos pescados
fuera del agua, la bendita bonaerense y la federal, la pituca metrolondinese, los paramunicipales en sus
patrullas montados al servicio del patroncito de la estancia municipal,
helicópteros con ojos, cuerpos de elite, rambitos para la gran función, los de narcóticos
con buen olfato, los “servicios” para el
mejor postor, què màs necesitas?. Toda la función al servicio de la guerra que
no termina, porque todo està en función de su propia existencia; demasiada
guita para que termine.
Como todos los fines de años la
cultura de lo marginal vuelve a reclamar su cuota de consumismo anárquico y siempre
dejando el escenario para aquel que sepa aprovechar la ocasión. Pero 2013 fue
la clara manifestación de la burda utilización del aparto represivo en operación con sectores sociales que no tienen
norte. La extorsión de acuartelamiento, dejando el campo libre para arrasar la
tierra, no fue sòlo por motivos económicos. La propia descomposición del poder
kichnerista tanto fuera por dentro del Estado, marca la lucha de poder, en la
cual la derecha vuelve a reclamar por la hegemonía perdida; y como sabemos
siempre hay un interés foráneo que le echa una mano solidaria.
El verticalismo peronista està roto y
busca un nuevo eje de contención, con la presión de los mercados y sus agentes
locales, la cotización de la bolsa electoral marca hacia la derecha y todos
corren a ocupara un lugar, mientras que la derecha tradicional ha comprendido
que sin disfraz popular y peronista no tiene posibilidades, menos en una época
perimida para el partido militar, por lo tanto juegan por dentro y por fuera de
gobierno.
Entiendo que hay varios aspectos
importantes a tener en cuenta después de los últimos saqueos coordinados por el
aparato de seguridad:
1- El Estado es un ámbito màs donde se
reproduce la misma lógica de reproducción del capital y sus relaciones
sociales. Por lo tanto el Estado no es una institución cooptada por la burguesía
per se, sino que refleja la lucha de clases a su interior. La falta de
democratización de la justicia y la conservación del carácter represivo y
reaccionario de las policías, son una muestra clara de cómo los factores de
poder operan y conservan su hegemonía en los distintos estamentos, aunque el
color político del gobiernos de turno sea distinto o contrario.
2- Los métodos que surgen en las luchas
populares y desde los sectores màs combatidos fueron aprehendidos por la
derecha para su propio beneficio, si bien el actor social no es el mismo de los
que protagonizaron saqueos en 1989 y 2001/2.
3- El actor social que protagonizó los
saqueos no tiene como fin una lucha política y objetivos en común. Ósea, no hay
detrás de los grupos marginales o marginalizados (que no por eso tienen que ser
de por sì pobres) carecen de una idea de sociedad superadora del sistema en el cual están segregados. Por
lo tanto son fácilmente “utilizados” por y para distintos fines. Es clara la
manifestación de la misma lógica de sistema en los propios saqueadores quienes
reproducen, desde su propia situación socio económica, la propia cultura
consumista e individualista en la cual no hay otra forma que acceder a los
bienes de consumo que el robo. Es significativo como, con diferencia de una
semana, las clases màs acomodadas reventaban los shopping para las compras de
navidad; por decirlo de una manera, expresan lo mismo uno con una tarjeta de
crédito en la mano y otro con una piedra.
Los sectores medios son los mismos que fogoneados por las
usinas hegemónicas de comunicación, reclaman mano dura y temen al perro
guardián. En una especie de histeria “colectiva” la inseguridad es la gran
domesticadora. Las fuerzas de seguridad interna son las organizadoras y “legalizadoras”
de los delitos, sea robo, narcotráfico, tratas, etc, pero al mismo tiempo son
el centro de la supuesta solución a los delitos difundidos por los medios y las
càmaras municipales.
En el contexto internacional las fuerzas de seguridad interna
son los nuevos agentes desestabilizadores de la hegemonía imperialista hacia
Amèrica Latina, cuyos ejemplos abundan a partir de la asunción de gobiernos
populares en el cono sur.
[i] En
el caso de Hobbes que escribe en el siglo XVII, serìa el monarca absoluto.
[ii]
Querìamos tanto la hipocresía de Nicolas II que le dimos mejor vida.
La restricción de la propaganda política en San Fernando: Hacia la hegemonía de la sociedad.
Manuel De la Cuesta
Eduardo Ibarra
El
pasado viernes 6 de diciembre, se realizó la última sesión del concejo
deliberante del año y la última antes del recambio como resultado de las
elecciones pasadas.
A tratativas de ordenanzas
fiscales, se realizo conjuntamente con los mayores contribuyentes del municipio,
entre otros, Ipuche, Folino propietarios de numerosos inmuebles, colaboradores
directos del partido Frente Renovador, y beneficiarios de tasas de condonación
de deuda y reducción impositiva, como así también de muchos negociados fuera de
la ley de construcciones, negocios y proyectos inmobiliarios y con omisiones
técnicas.
Estipulados de la manera
siguiente:
Orden
del día 06/12/2013
● Ordenanza
5105/12 Ordenanza de desendeudamiento municipal, cancelaciones y pagos de
pasivos acreedores. Aprobado.
● Ordenanza
5826/13 Incremento de las tasas impositivas para comercios. Modificatoria
Art.366 y 371 tasas impositivas al consumo de gas natural, llegando a un 51 %. Aprobado.
● Incremento
de impuestos a la exportación desde San Fernando, choca con el precepto
jurídico impositivo de separación en la fuente. Art 97 bis de la carta municipal
San Fernando. Aprobado
● El
ejecutivo tendrá el derecho de aprobación y de adjudicatario de uso permutación
y venta de bienes públicos municipales, con el 50% sobre factura.
Tasa impositiva a envases no retornables
y afines (PET), de aplicación en espacios verdes públicos Aprobado
Incremento de tasas de
servicios Generales, sobre 25 %, alícuota trimestral. Aprobado.
Sesión
Ordinaria.
Ordenanza 24491/13 Expediente
de Obras Públicas habilitaciones de planeamiento y construcción inadecuadas,
sin planos ni códigos catastrales. Aprobado.
Formación de Consejo Consultivo
en la costa de San Fernando, “espacio cultural y vecinal” conformado por 5
miembros del ejecutivo, conjuntamente con una ONG vinculada al bloque
oficialista. Aprobado.
Expediente sobre particular
sobre inmueble de Bomberos voluntarios, pronunciando un traslado operativo. No
se ajusta a derecho, en comodato, aval del intendente por convenio, nunca
autorizado por el CD. Aprobado.
Ord. 10827/12 Compra a Club
Tigre de dos inmuebles. Condonación de deudas desde 1997, 3 integrantes del
Consejo son integrantes de la Comisión directiva del Club.
Ord. 8068/13 y 6088/13
Presupuesto Económico y funcional 2014. Superpoderes del intendente, otorga
facultades exclusivas, se le asignan mas funciones, en equivalencia con su
dieta. Aprobado.
Ord. 7025/13 y 7504/13 Comisión
de Hacienda y Presupuesto, Aprobado.
En la ordenanza referida a los
regimenes de convivencia, y publicidad.
Se postula utilizar solo formatos
propagandísticos oficiales, con circulación acotada, y permitida en plazo y
forma por el ejecutivo, formatos de banderas y banners publicitarios, abarca
apartados políticos, religiosos y
comerciales. No se puede sin permiso del ejecutivo:
Poner mesa en las veredas,
repartir volantes sin inscripciones de “arrojar en vía pública”, poner banderas
de árbol a árbol sólo pasacalles publicitarios de más de 2 m de altura. No se
puede circular con vehículo con altoparlantes sin habilitaciones en forma,
realizar actos en la vía pública sin autorización de tiempo y forma por el
ejecutivo.
Si
bien la conformación del viejo cuerpo legislativo daba supremacía absoluta al
massismo andreottismo, el próximo dará una profundización y dominio de esta
nueva corriente de derecha.
Más allá de lo alarmante de
éste hecho, es significativo y representativo
lo que se voto en una noche de dislates, obediencias debidas y oposiciones exiguas.
La importancia de la última
sesión, tiene que ver con la aprobación del presupuesto que baja el ejecutivo
para el año próximo. Lo que deja prever cuales serán las prioridades del
gobierno y como manifiesta su entramado ideológico, donde más allá de la retórica
demagógica de que se gobierna para todo el pueblo o la ciudadanía, en la
designación de fondos se manifiesta quienes son
o que grupo es el ganador y cual
el perdedor. A partir de esta premisa
podemos evaluar cuales son los resultados de la votación.
Lo más importante o que afecta
directamente a la población de San Fernando en el nuevo presupuesto es:
-
Aumento de los impuestos con un piso de donde se
parte, pero sin un techo determinado
-
Creación de nuevos impuestos, como ser una tasa
municipal al servicio de gas; mas allá de que los vecinos hayan pagado por el
tendido, que el municipio no sea prestador de gas y que no haya ningún proyecto
de extensión de la red a otros sectores que carecen de ésta. Creación de un
impuesto a los envases que contaminen, en el cual no se tiene en cuenta que la
contaminación por residuos trasciende los límites del municipio y que los
impuestos son fácilmente trasladables a los precios. Y lo más llamativo es un nuevo impuesto a las
exportaciones que pone en paridad al municipio con la nación, o transforma a la
comuna en una seudo república.
No solo se trato la cuestión
económica del municipio y su presupuesto para el año 2014, también el bloque
oficialista aprobó, sin ninguna modificación sustancial, la delegación de poderes
al Ejecutivo por parte del Concejo. Los dos puntos más destacados y de mayor
importancia; y porque no decirlo, de mayor preocupación, fueron: la
modificación de recursos entre distintas áreas y el manejo de escalafones y
jerarquías entre los trabajadores municipales.
El
final de la sesión fue a las 2 de la
mañana del sábado, que tuvo como corolario la aprobación un proyecto de
ordenanza para limitar la propaganda
política, religiosa y comercial. En
dicha ordenanza se esgrime la necesidad de ordenamiento urbano con respecto a
los espacios públicos y a las distintas formas de propagandas, ya sean
carteles, volantes, pintadas y medios auditivos.
Si
bien el proyecto entregado a los pocos legisladores opositores era mucho más
restrictivo y más explícito en sus intenciones, las modificaciones más
moderadas o con una retórica
encubridora, fueron dadas a conocer en el momento mismo de la votación.
Se
trata de regular los espacios de publicidad a la esfera de lo que designe la
municipalidad y al ámbito privado, con
lo cual los partidos deberán tener permiso del propio Intendente Andreotti para
hacer propaganda política o contratar espacios a empresas privadas.
Ante
la protesta por parte de los opositores que quedaban en la sala (Tinant y
Coronel), los legisladores oficialistas lanzaron todo tipo de agravios e
insultos, sumándose a esta triste imagen el presidente del cuerpo, el señor
Aparicio, quien desconociendo y violando la conducta propia de quien tiene que
presidir el HONRABLE CONCEJO DELIBERANTE, tuvo la actitud de un provocador y de
un sobrador, comportamiento semejante a un adolescente inmaduro.
Más
allá de las formas y el poco nivel intelectual del Concejo, la ordenanza tiene
como fin restringir a su mínima expresión a los partidos políticos y a las
organizaciones sociales, que se oponen a la hegemonía Massista en San Fernando.
Tratan de callar las voces de los sectores populares y de izquierda que
denuncian y develan la trama de poder de estos peones de la derecha nacional.
El andreottismo-massista tiene como fin conformar una zona de hegemonía con
epicentro en el Partido de Tigre, a fin de lanzarse a los estamentos
provinciales y nacionales, con un amplio sustento territorial.
No
es casual que la burguesía sanfernandina
(en su mayoría ligada a los negocios inmobiliarios y comerciales) se
encolumne en la nueva figura ascendente de Massa y su expresión local, la cual
da estabilidad al gobierno municipal a través de concejales, votos, apoyos
varios y recursos económicos para campañas, esto a cambio de tener vía libre
para desarrollar distintos emprendimientos y obtener del municipio excepciones
al código urbano.
Un
nuevo bloque de poder se ha conformado en San Fernando a partir la asunción del
2011 de Intendente Andreotti. Si bien, la burguesía inmobiliaria y comercial,
tuvo siempre influencia en los anteriores gobiernos, hoy conforma un bloque de
poder mucho más hegemónico y que no permite, o trata de no permitir, fisuras.
Este nuevo gobierno municipal tuvo políticas herméticas a todos aquellos sectores
que no comulgaban con su ideología, despidiendo trabajadores reprimiendo los
supuestos “delitos sociales”, desalojando a los centros culturales no afines,
asfixiando financiera y operativamente a las bibliotecas y a los habitantes de
las islas (cuyo plan es deshabitar para desarrollos inmobiliarios símil Tigre),
utilizando a las fuerzas represivas de las patotas y la policía comunal para
acallar campañas electorales, etc. etc.
La
nueva norma que trata de reglamentar la propaganda política es la consecución y
legalización de lo que se vino dando de hecho en el territorio de San Fernando,
es la legalización de la censura y prohibición de los sectores contra
hegemónicos y populares.
Los
aprietes, robos y amenazas se encuentran ahora normalizados, con el fin de
homogenizar y replicar la hegemonía del aparato estatal a la sociedad. Para que
la figura de Massa sea potable a la burguesía dependiente nacional y a la
embajada yanqui, sus territorios tienen que estar en “orden”, y esto obviamente
le deja el campo fértil a los proyectos inmobiliarios elitistas y millonarios.
No IMPORTA SI LOS LADRILLOS SON DE CEMENTO O COCAINA, NO IMPORTA SI LOS
RECURSOS ECONÒMICOS SON DEL ROBO, LA EXPLOTACIÒN O DEL NARCOTRÀFICO.
Para
que no haya denuncias o alternativas la norma se hace necesaria, con la cual se
cierra el círculo en torno a la información y los canales elegidos por el
oficialismo para trasmitir su ideología. No es casual que hayan cerrado todo
canal de comunicación a los medios locales y solo hablen a través de los medios
hegemónicos, como ser el canal de cable
Somos Norte del grupo Clarín.
La
lucha política ideológica está planteada y cada vez más descarnada. El
fundamento de limitar la propaganda política por cuestiones de ordenamiento
urbano, es una excusa.
“Reproduzca esta información, hágala circular por
los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande
copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren
ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva
a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga
circular esta información”.
Rodolfo Walsh
RED POR LOS DERECHOS
HUMANOS -ZONA NORTE-
Un arma llamada Medios de Comunicación
Objetivo: Bolivia
Ibarra Eduardo
La ley de
Medios aprobada por la corte Suprema de Justicia como constitucional, es màs
que un mero hecho antimonopolio y de diversificación de la información, tiene
que ver con un arma que es tan o màs poderosa que las militares. Los medios de
comunicación son y fueron el instrumento ideológico para lograr dominar y sostener a las clases sociales
hegemònicas y sus sistemas económicos y
sociales, en detrimento de las clases subalternas.
Ya desde la
conquista de Amèrica por parte de los europeos, estos medios eran la punta de
lanza para socavar y subvertir las creencias en la cual se sustentaba la estructura social
de los pueblos originarios. Dicho rol fue ejercido por la religión, o mejor
dicho los organismos religiosos europeos de distintas creencias;
predominantemente católica, pero también protestante y anglicana. Màs hacia la
actualidad los grupos sociales que lograron a sangre y fuego, erigirse como los
fundadores y constructores de los distintos Estados Naciones en Amèrica Latina,
fueron lo que monopolizaron los medios gráficos de comunicación. En Argentina
es por demás representativos de èsto, la asunción de la oligarquía
terrateniente porteña de la mano de Mitre, Sarmiento y cìa., los cuales utilizaron los medios como
la prensa Naciòn Argentina, fundada por el entonces presidente Mitre, para atacar
y demonizar a los distintos grupos disidentes de interior del país, asì como la
de crear las condiciones para el genocidio del pueblo paraguayo.
A partir del
surgimiento de los EEUU como potencia
imperialista post 2ª Guerra Mundial y la hegemonía después de la caída de la
URSS, en los 90s, la utilización de los medios de comunicación fue un arma
central y estratégica del imperio del norte, de sus agencias, sus ideòlogos y
conunicadores. Tanto como para crear el
apoyo de la llamada opinión pública, nacional e internacional, para justificar
una invasión, como para socavar la legitimidad de gobiernos antiimperialistas,
los medios fueron fundamentales para lograr sus objetivos.
La lista de
ejemplos de cómo los imperialistas utilizan los medios para influir
subjetivamente en las mentes y corazones, de aquellos que son calificados como
blanco susceptible de las campañas psicológicas es infinita, pero quiero traer como ejemplos
las màs representativas:
-La
propaganda y acción psicológica para invadir Vietnam, se realizò a partir del
auto atentado contra un buques de guerra de EEUU en la bahía de Tonkin, por
parte de la Cia.
-La
instrucción a los militares golpistas de
Latino Amèrica, contenía el uso de los medios de comunicación, para generar
temor y rechazo de la población, contra los grupos insurgentes, calificándolos,
durante las décadas de los 60s y 70s, como agentes infiltrados de la URSS,
mientras que en los 80s, eran denunciados como narcoguerrilleros o
narcosterroristas. Esta nueva categoría jurídica que los grandes medios
utilizaron, fue la que abrió la puerta al ejército norteamericano para instalar
bases en Sudamérica y violar todo los derechos humanos de los luchadores
populares.
-Los medios
chilenos fueron el aparato ideológico del imperialismo para socavar al gobierno
de Salvador Allende y crear una masa crìtica de la población, a fin de dar el
golpe criminal de Pinochet y Kissinger. Hace muy pocos días se dieron a conocer
documentos en los cuales los grandes diarios chilenos cobraron grandes sumas de
dinero, para publicitar a favor de la dictadura.
- En la Argentina los medios hegemónicos de
comunicación recibieron de la dictadura, la propiedad del papel prensa, la cual
había sido arrebatada al grupo Graiver, cercano a Montoneros. Es por demás
conocido el papel del Proceso en el contexto de Guerra Frìa.
-El uso màs
descarnado y burdo de los medios del imperialismo, fueron las mentiras vertidas
con respecto a Sadam Hussein y la tenencia de armas de destrucción masiva.
Hecho que posibilitò la invasión y posicionamiento de EEUU en Medio Oriente,
para contrarestar la influencia de Iràn y poder volcar la cuestión palestina a
favor de Israel. Conjuntamente con los recursos económicos y financieros.
La lista
sigue y como se mencionó màs arriba es enorme. Lo que sì queda claro, es que
los medios masivos de comunicación, son un arma de infiltración y
desestabilización que se utiliza contra los gobiernos socialistas y populares,
por parte de Imperialismo yanqui y sus socios menores, las burguesías
dependientes y las oligarquías primarizadoras de las economías emergentes. Pero
son también un instrumento de control y de justificación, de los gobiernos
neoliberales pro imperialista.
El siguiente
artículo del Wall Street Journal sobre el gobierno boliviano de Evo Morales, es
un claro ejemplo de cómo se utilizan los medios, cual es el fin que persiguen y
a que intereses responden. Màs allà de lo alarmante del motivo de la nota, es
una buena forma de poder analizar cómo se arman las noticias. Esta nota es tan
burda que posibilita entender que los fundamentos están armados para llegar a
un fin; primariamente es la derrota de Evo en las elecciones del 2014. En toda
la información que se da, las fuentes son desconocidas, datos no confirmados,
testigos no identificados y agencias gubernamentales sin nombres.
Dejo a
continuación la nota y la contestación del gobierno boliviano. El lector crìtico
sabrà ver que después de la tinta en un papel, viene la sangre en nuestra
tierra. Como siempre el imperialismo y
sus lacayos locales en acción en una burda acción psicológica.
La retórica del trotskismo argentino
Ibarra Eduardo
Desde la
década de los 90s los partidos que se definen trotskistas han tenido o ganado
cierta relevancia en el ámbito político nacional. Màs allà de los sinfín de
grupos y facciones que pululan por nuestra historia, en esa década es cuando
empiezan a tener màs relevancia mediática y algún esbozo de logro electoral, a
partir del crecimiento del MAS (movimiento al socialismo) dirigido por Luis
Zamora; hoy devenido en un defensor del horizontalismo. De hecho el MAS no sòlo
fue un fenómeno local, ya que la Argentina fue considerada como el país que màs
cerca se encontraba al triunfo de las ideas de Leòn Trotsky. Pero la Revolución
Permanente se agotò en un par de bancadas
en el Congreso ganadas por su rimbombante líder, que una vez terminado el
período legislativo, se redujo a su mínima expresión numérica.
Después de
èste proyecto fallido, el guante del “los verdaderos defensores del gobierno de
los obreros” es levantado por las pequeñas sectas que deambulan por el mercado originalmente
autóctono del trotskismo, las cuales siempre se alimentaron de los quiebres y
crisis en determinados momentos coyunturales.
Con un panorama internacional de hegemonía liberal producto de los
desaciertos de los partidos comunistas, de la ultraburocratizaciòn soviética, y
el fin de los movimientos revolucionarios nacidos de la experiencia cubana, los
predicadores del dogma ideal encontraron su mercado de decepcionados y
aturdidos ideológicos.
Hoy día nos
encontramos ante una cantidad de grupos autodefinidos trotskista, que tratan de
ser el centro de atención de los medios masivos y de las protestas màs
disímiles. Con la llegada del Kirchnerismo en el 2003 y su política de recomposición del Estado como
interventor y mediador de la economía y los conflictos sociales, conjuntamente
con la inserción en el contexto Latino Americano de asunción de gobiernos populares,
la izquierda se enfrentó a la disyuntiva de seguir catalogando al Estado como
de la burguesía o la de comprender que dentro de la súper estructura, la
reproducción del capital y las luchas por la hegemonía cultural, se producen y
reproducen al igual que en la infraestructura, sin ser obligatoriamente un
espejo de las relaciones de producción, que la condicionan y determinan.
Obviamente esto implica tomar al marxismo desde el marxismo como una
metodología de aprehensión y transformación, pero sin perder el espíritu crítico, incluso si dentro del análisis crítico se
encuentran los propios fundadores y sus continuadores “oficiales” del marxismo.
En la práctica se traduce en apoyar los logros alcanzados por las clases
trabajadoras, aunque sean dados desde “arriba”, como un avance hacia mayores
conquistas y contradicciones dentro del propio sistema, hasta lograr una madures
objetiva y subjetiva del proceso histórico abierto, o ver al Estado como una
institución burguesa homogénea y monolítica que siempre actuará en forma consciente,
sin la posibilidad de que las clases trabajadoras y los luchadores de izquierda
puedan participar e intervenir, a menos que traicionen a su propia clase[i].
Obviamente
el trotskimos se para frente a èste proceso desde la mirada simplista de lo que
es el Estado y su identificación con la burguesía, por lo tanto no hay
posibilidad de aceptar los avances y logros de las clases trabajadoras, ya que
son sòlo medidas de distracción para apaciguar los verdaderos reclamos obreros
y las luchas revolucionarias que devienen de èstos. Aunque Marx sòlo hace
mención de la revolución permanente en su análisis de la revolución obrera
fallida en Francia de 1848[ii],
Trotsky lo toma como idea central frente al y los Estados burgueses.
El sujeto histórico
Dentro del
marxismo el sujeto histórico es aquel depositario del cambio del sistema en el
que se encuentra inmerso, la clase social capaz de derrotar a quien detenta el
poder y a su estructura, para construir nuevas relaciones de producción que
posibiliten el desarrollo potencial de la nueva fuerza social. En el sistema
capitalista ese sujeto es la clase obrera, donde su propio desarrollo,
cuantitativo y por ende cualitativo, entra en contradicción dentro del propio
sistema, por lo que se hace indefectible la confrontación con la burguesía, que
es la clase que detenta la propiedad de los medios de producción y de los
instrumentos de sojuzgamiento.
Ahora bien,
los grupos trotskista han tomado a los escritos clásicos del marxismo como ejes
indiscutibles de lo que es la sociedad y lo que debería ser, no hay posibilidad
de crítica o corrección de los textos frente a nuevas realidades. Marx, Engels,
Lenin (aunque con algunas salvedades) y Trotsky, son mesías del devenir
histórico. Si bien Marx escribió sobre el desarrollo del capitalismo y sobre la
conformación de la clase obrera de la primera mitad del siglo XIX, esto es
trasladado automáticamente a las relaciones sociales del siglo XXI, sin que
medie, salvo pequeños detalles, cambio alguno, ni en las condiciones
materiales, ni en la conciencia de la propia clase, por lo que todo lo que
pueda condicionar o modificar ciertas categorías de análisis, es vista como una
deformación burguesa de la doctrina socialista. Asì el marxismo deja de tener
vida, transformándose en un dogma metafísico en el cual la metodología de
aprehensión y transformación de la realidad da paso a una creencia casi mística
de lo que es y lo que debería ser.
La columna vertebral del marxismo es la
dialéctica materialista, la cual comprende la historia de la humanidad como hechos
dinámicos, producto de la lucha de clase entre explotados y explotadores. Es la
historia de la lucha de fuerzas contrarias, mediadas y condicionadas por la
posesión de los medios de producción y de la apropiación de los excedentes
producidos, que le imprime su propia visión de la realidad a cada clase social
de acuerdo al lugar que èsta ocupe. Es la historia comprendida a partir de
leyes que dan la posibilidad de comprender y por lo tanto transformar la
realidad social y asì lograr un avance en el desarrollo de fuerzas productivas.
Si se toma a
la clase obrera como un mero hecho histórico dado e inmutable, se deja de lado
la posibilidad de construcción de la propia clase, aun dentro del sistema capitalista
y también de su propia conformación como clase, por lo que se la transforma en
un actor pasivo de su identidad, al que sòlo le queda esperar un quiebre
revolucionario para poder ser ese sujeto histórico.
El trotskismo
toma a los medios de producción como las condiciones materiales que determinan
a la clase y la limitan. Marx hablò de èstas condiciones objetivas y Lenin de
la conformaciòn de subjetividad a partir del partido de vanguardia, por lo que
los trotskistas no se animan a ir màs allà de lo que dicen los grandes
maestros. Como actor inmutable, la clase obrera es tomada como un actor súper
activo al momento de dar soluciones y esgrimir propuesta políticas. Es
recurrente que en los discursos de esta secta el obrero sea la solución a todos
nuestros males, como la venida del hijo de Dios que nos traerá el paraíso tan
esperado.
La lógica de una concepción ilógica
En sus
discursos nunca puede faltar la recurrencia al obrero como destinatario y
hacedor del devenir, todo termina y empieza en ese obrero que sabrà dirigir
todo y que nos darà respuesta a todo, desde los grandes problemas hasta los màs
pequeños, por disimiles que sean: distribución de la riqueza, ecología,
relaciones internacionales, balanza comercial, discriminación, dolores de
muelas, etc,. Por lo tanto el obrero es el comodìn al cual se recurre ante la
falta de respuestas concretas, convirtiéndose de sujeto histórico a objeto
maleable. Ese sujeto, que Marx estudiò y lo conceptualizò, màs allà de que haya
sido en 1830, para los trotskista sigue siendo el mismo, sin ningún tipo de
posibilidad de desarrollo posterior, desde una sociedad donde el campo seguía
teniendo predominio y la estratificación social era clara, donde el sistema
servil y la monarquía tenìan grandes porciones de Europa, donde la revolución
de la industria pesada todavía no había hecho su total aparición y las clases
medias eran insignificantes, el obrero sigue estando inmutable. A pesar de que
hoy la clase obrera tiene en su genética todas las luchas, experiencias,
triunfos y errores, a pesar de que la complejidad de las relaciones sociales y
la fragmentación de la sociedad civil en su desarrollo cada vez màs autónomo
del Estado, a pesar de los grandes monopolios transnacionales y los organismos
gubernamentales y no gubernamentales que condicionan y disputan soberanía al
propio Estado, asì también como el impensado hipercrecimiento de los medios de
comunicación y educación, para el evangelio/ trotskismo la clase obrera y las
demás clases siguen siendo las mismas,
sin posibilidad de haber cambiado a partir de dos siglos de historia, en la
cual sòlo juega su papel determinante a la hora de construir subjetividad y
conciencia social, la aparición del leninismo y el desarrollo del partido de
vanguardia como conciencia política màs allà del economicismo producto de las
luchas “naturales” de reivindicación de la propia clase obrera. Sin entender el
contexto histórico de la Rusia zarista del siglo XX con pretensiones del XVI,
con una industria concentrada y extranjerizada y con campesinos devenidos en
obreros jóvenes, que rompían con las tradiciones y se formaban (aprendían a
leer y escribir) por la prensa y libros socialistas, con una clase obrera que pudo formarse como
tal a través del contacto con la “inteligencia” de la vanguardia de los populistas,
anarquistas y marxistas, en su mayoría intelectuales de la pequeña burguesìa,
el obrero sigue siendo el mismo, amèn.
Al tomar el
concepto y no el método, se termina en la metafísica de conceptos fosilizados
en un tiempo que no reclama procesos históricos, ni toma en cuenta el desarrollo de la clase y
sus diversas identificaciones en distintos momentos y en distintos lugares. No
se toma en cuenta los logros ni lo que la clase verdaderamente quiere, a pesar
de ser una clase (si podemos hablar de una sola clase) que es inmensamente màs
instruida que la de la Rusia campesina.
Si bien la clase obrera es tomada
como hiperactiva y a la cual se le endosa todo tipo de responsabilidades a
futuro, para explicar el pasado y el presente, los evangélicos trotskistas la
relegan a un lugar casi de paciente lobotomizado y pasivo.
En el pasado y presente la lógica es dual, por
un lado se reivindica todo los avances a la lucha de clases, pero a la hora de
analizar el por què de la supervivencia del capitalismo, siempre, pero siempre,
la clase obrera fue traicionada por una burocracia que negociò y vendió la
lucha o fue encantada por la burguesía que la engañó con cantos de sirenas. Como
un piloto automático siempre caen en las mismas respuestas simplistas, sin
espíritu crìtico, no sòlo a la participación en los hechos de la clase, sino de
los propios partidos trotskistas. Cabe preguntarse, si es asì, acaso la
burocracia no surge de la propia clase obrera, que por acción u omisiòn es
aceptada o fue aceptada a lo largo de toda la historia del siglo XX. Cabe
preguntarse si lo que se consiguió y la respuesta que dio la burguesìa a los
reclamos, fue satisfactorio para la clase, a pesar de las luchas y derrotas. Y
por último, no es ajena la clase a la supervivencia del propio capitalismo, en
el cual la clase obrera todavía no visualiza un sistema superador, a pesar de
lo criminal que es el sistema capitalista? Què rol y què resultado tuvieron los partidos
de izquierda a la hora de conquistar la mente y los corazones proletarios?
Obviamente los trotskistas pondrán el
grito en el cielo, diciendo que la clase obrera no pudo construir el socialismo
por culpa de esos “agentes externos”, por lo que relegan a un lugar de
pasividad absoluta a dicha clase frente a èstos actores, sin ningún tipo de
crìtica y autocrìtica.
La vanguardia de los iluminados, hijos del hijo del Dios.
Si Marx bajò los mandamientos a
Trotsky y Lenin, èste último no fue para
nada ortodoxo ante la toma de poder en un país atrasado[iii],
ni tampoco a la hora de criticar su propia teoría, dando un giro desde el ¿Què
hacer? de 1902 a sus escritos posteriores a la Revoluciòn de 1917. Obviamente
para los trotskistas los escritos son letra pétrea y todas las clasificaciones
se encuentran ahì, burguesìa, pequeña burguesìa, proletario, lumpen, gobiernos
burgueses o bonapartistas, etc., por lo que Marx dijo y no dijo y la ampliación
de su hijo ideológico Leòn trotsky, no puede ser puesto en contradicción ni
modificando, so pena de caer en la herejía burguesa y burocrática revisionista.
Por lo tanto el rol de la vanguardia, ósea ellos, es el de guiar e iluminar el
camino hacia el paraíso obrero, calcando el sentido del partido de Lenin pre
revolución rusa y desconociendo la propia síntesis que abrió la naciente URSS,
y todos los movimientos revolucionarios del tercer mundo en los procesos de
descolonización, con su impronta nacional, étnica y cultural.
Al interpretar dogmáticamente los
escritos de Marx, la clase obrera deja de ser o de tener importancia como tal, para
pasar a convertirse en lo que los discípulos de Troksky quieren que sea,
menospreciando a la propia identidad de la clase y viendo a la Revolución como
el advenimiento del juicio final, que obligatoriamente llegarà de la mano de
los defensores de la fe y de la forma en que dictan las sagradas escrituras. Se
trastoca tanto lo que es el marxismo que del materialismo se pasa a un
idealismo religioso digno de fanáticos de la nada material. Como una máxima platónica, si la realidad no
es como ellos piensan, peor para la realidad.
El análisis histórico, sesgado y
deformado, de ponerse en lugares que nunca ocuparon, ni revoluciones que nunca
realizaron, le imprime un sentido histèrico a la explicación del por què no se
hizo la luz en el socialismo. Sin una historia propia, todo surge desde la
deportación de Trotsky y su asesinato, en la cual la revolución obrera y
socialista, fue traicionada por el mal personificado en la persona de Stalin.
Como un Caìn que mata a Abel, el paraíso habrìa sido sòlo si el hijo de la
pureza socialista hubiese dirigido la URSS; tirando por tierra toda la visión filosófica
y científica del marxismo, relegando a dos hombres y un puñados de seguidores
el propio proceso revolucionario, la historia de Rusia, el contexto
internacional, la relación económica y política en la esfera internacional y la
composición sociológica del país, (y mil etc màs).
Sin anclaje en la historia y en la
realidad de la clase obrera, trasladan las ideas a los hechos y los fuerzan a
entrar dentro de los mandamientos socialistas; si todo gira en torno a una
visión negativa, se hace imprescindible encontrar los aspectos positivos para
que den sustento al ser trotskista (sino serìan meros relatores), y al no tener
participación en las grandes luchas toman a la Revolución Rusa como el hito
único y puro de acuerdo a los escritos sagrados. La purifican como el nacimiento
de Cristo, con su predicamento, su calvario y el sacrificio final en un
picahielo. Todas las revoluciones
posteriores son juzgadas de acuerdo a los hechos sagrados desde 1917 a 1924, y
por lo tanto atacadas, descalificadas,
por no tener al trotskismo como guía de ningún hecho revolucionario en nombre propio; los discípulos se vuelven
sacerdotes y exégetas. En la coyuntura presentan a los hechos particulares como
manifestaciones de los grandes movimientos y cambios, como aquellos
predicadores que tienen como fin el advenimiento del apocalipsis para llegada
del paraíso. Sean marchas estudiantiles, huelgas obreras, tomas de fábricas,
etc, siempre ven ahì la semilla que hará florecer el socialismo, trasladando lo
micro a lo macro, con una desmesura digna de los apóstoles del juicio final en
lo que todo remite a su prédica; y si el
tiempo pasa sin que la profecía se cumpla, es tapada por otros hechos que
renovarán el tan anunciado final.
Como menciona Gramsci: El sectarismo se exalta
frente a los pequeños actos internos que tendrán para èl un significado
esotèrico y lo llenaràn de mìstico entusiasmo. El historiador, aun dando a cada
cosa la importancia que tiene en el cuadro general, pondrá el acento
principalmente sobre la eficiencia real del partido, sobre su fuerza
determinante, positiva y negativa, sobre el hecho de haber contribuido a crear
un acontecimiento y también de haber impedido que otros se produjesen.
La falta de relevancia como
partido y de una historia propia dentro
de los movimientos y revoluciones del siglo pasado, les imprime un carácter de
impotencia frente a los que forjaron los cambios y lideraron las masas de los
países del tercer mundo, por lo que articulan sus propuestas políticas frente a
otros grupos o partidos, desde una lógica falaz de imponer concepciones ideales
frente a hechos concretos. Es errado contrastar el perfeccionismo ideal a los
programas políticos plasmados con obvias contradicciones.
Aquellos que conforman los proyectos
políticos y que los han puesto en marcha, tiene la responsabilidad de los
avances y errores, los logros y las derrotas, pero los grupos trotskistas que
se han parado frente a la realidad desde posiciones idealistas sin tener que rendir
cuenta de nada, sòlo es el debería ser frente a lo que es. Desde la teoría a
los hechos hay un sinfín de contradicciones y los trotskistas nunca han tenido
contradicciones frente a los proyectos puestos en marcha en algún país, por el
simple hecho que nunca los realizaron.
Por lo tanto desde una posición meramente discursiva, se puede ser
maximalista de cara a cualquier logro que otro partido no trotskista pueda
haber logrado; siempre se es poco frente a èstos voceros del dogma.
La lógica de un demonio llamado
stalinismo y bonapartismo, los ha llevado a no comprender la política
internacional y los movimientos nacionales tercermundistas, cuyas masas
adoptaron y se forjaron en movimientos de liberación nacional, ya no de
carácter liberal, ni fascista sino socialista, en la cual las grandes masas
campesinas fueron mayoritariamente los motores del cambio revolucionario. Por
lo que al no estar dentro de la pureza supuestamente obrerista, el trotskismo
ha terminado jugando a favor del imperialismo frente a estos frentes de
liberación.
El ejemplo màs claro y actual es la
posición tomada frente a la llamada primavera árabe, donde el actor
revolucionario es puesto en los grupos
de mercenarios que atacan a los gobiernos de Libia y Siria. Llamando torpemente
“ al despertar de los trabajadores” frente a èstos regímenes, no teniendo en
cuenta que ni los trabajadores se encuentran dentro de estos movimientos, ni la
derrota de los gobiernos trae el socialismo ni la felicidad del pueblo, sino la
barbarie y el dominio del imperialismo frente a los gobiernos títeres
impuestos.
La primavera árabe fue un movimiento
heterogéneo que tuvo disimiles causas y objetivos, no puede negarse que se
encuentran íntimamente ligados a la nueva posición de EEUU en Oriente Medio y
su estrategia geopolítica, que conjugan una serie de factores tanto internos
como externos y la interrelación de interese económicos financieros con
políticas globales de cara a la perdida de hegemonía frente a China.
Cabría preguntarse, frente a estas
pobres y simplistas consignas que esgrimen los trotskistas, cual fue el avance
de los pueblos en Libia después de la caída de Kadafi?. Cuál es el sistema
socialista impuesto en la ex Yugoslavia y la ex URSS? Què tienen de
revolucionario y proletario los mercenarios sirios financiados por la Cia y
entrenados por Erdogan?. Cuál es la situación de Egipto después de los vientos
primaverales? El socialismo vendrà de la
mano de mercenarios y fanáticos religiosos? [iv]
Dios es argentino
Basta con leer las plataformas
electorales de los partidos trotskistas para darse cuenta que las propuestas
maximalistas y coyunturales, apuntan a ganar cargos legislativos, no para jugar
un papel transformador y revolucionario, sino de autoconservaciòn en el espacio político burgués ganado. Què
sería sí por casualidad alguno de estos grupos logran ganar, aunque sea, un pequeño municipio?
Desde èsta posición maximalista e
idealista, se plantan aquellos que critican toda la historia de los partidos de
masas o socialistas no trotskistas, sin poder dejar de despotricar contra el
Partido Comunista y contra el peronismo; como una necesidad hegeliana de
encontrar su identidad frente a otro contrario,
sus propuestas confunden lo coyuntural con lo histórico, los principios
con los hechos, las ideas con las condiciones objetivas.
La lógica del discurso gira siempre
en torno a la toma del poder por y para
la clase obrera, la cual decidiría en una forma de democracia directa, las políticas
a seguir, siendo los trotskistas una suerte de correa de transmisión entre las
decisiones tomadas en la base y las políticas de Estado. Aquì nos encontramos
con otras de las interminables incongruencias, cuya lógica de nuevo no cierra
por varios motivos:
1- Si son (o dicen ser) la clase obrera
y sus fieles representantes democràticos, por què son siempre los mismos
eternos candidatos, que por otra parte, o nunca fueron obreros[v]
o lo han sido en un tiempo muy pasado, por lo que los lleva a ser lo que
siempre criticaron, burócratas sin Estado.
2- Si son los verdaderos defensores de
los intereses de clase, por què nunca la clase los votò, ni fueron parte de
ningún proceso revolucionario?
3- Si todas las medidas tomadas, una vez
llegados al poder, serán decididas de acuerdo a lo que la clase dicte. Còmo
pueden anticipar las políticas a tomar en un futuro, si la clase obrera todavía
no los votò ni para dirigir una sociedad de fomento?
Es obvio que las propuestas del
evangelio trotskista giran siempre en torno a supuesto de lo que serían las
políticas a tomar, pero vista desde una realidad simplificada, quieta y
homogénea, con malos y buenos, y sin contradicción posibles.
Cuando toman en cuenta ciertos
aspectos económicos sociales, dejan de lado cualquier otro tipo de variable que
indefectiblemente se encuentran interconectadas. Por ejemplo, si el tema es el
82% móvil a los jubilados, no toman en cuenta la situación demográfica, la
población económicamente activa y a què se asignan eso recursos en el sistema
de reparto; como dijo Altamira en una entrevista en la Naciòn[vi],
el 82% lo vamos a aplicar por principios ¿?, traducido quiere decir que no tienen ni idea de lo que es el sistema
previsional, màs que principios èste
serìa un lamentable final.
Otro ejemplo que dan con respecto a
la deuda externa y el tan consabido no pago, es el desconocer la deuda (sin
discriminar entre ilegítima y legítima), ir al tribunal de la Haya y llamar a
los pueblos del mundo a revelarse y seguir su ejemplo; raro escuchar esto de
quienes han pasado la prueba de la blancura ideológica, aunque no es raro que
se crean el ombligo del mundo.
Màs allà de las diferencias
ideológicas, conceptuales, històricas, etc, etc, siempre desconfiè de los tipos
que tienen respuesta a todo y no necesitan de nadie en su saber auto coronado.
Todo marxista (y no marxista también) sabe que el conocimiento es una
construcción colectiva, no sòlo de toda la sociedad en la cual actuamos, sino de
miles de años de acumulación. Pero en la fe de los iluminados la experiencia
poco importa, sòlo es creer y difundir lo que el sabio dice, porque ya se
avecina la profecía. El presente idealizado, el pasado sesgado y un futuro
sumido en el fatalismo.
Es muy cómodo para muchos
creer que pueden a buen precio y sin fatiga alguna procurarse y meterse en el
bolsillo toda la historia y toda la ciencia política y filosófica concentrada
en algunas formulitas. F. Engels
[i] La
concepción de un Estado sin fisuras y homogéneo
[ii] “Este
socialismo es la declaración de la revolución permanente, de la dictadura de
clase del proletariado como punto necesario de transición para la supresión de
las diferencias de clase en general, para la supresión de todas las relaciones
de producción en que èstas descansan, para la supresión de todas las relaciones
sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión
de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. Luchas de clases en
Francia de 1848 a 1850.
[iii] Criticado por Trotsky en su etapa
menchevique; quienes representaban la ortodoxia marxista.
[iv]
Esto no quiere decir que apoye a èstos regímenes, ni no crea que son los
opresores de su pueblo.
[v] En
la verdadera definición marxista de obrero.
[vi]
Nota del sábado 4 de mayo de 2013
Cacerolas para todos
Ibarra Eduardo
La sistematización de la protesta por parte de las clases
medias (burguesía y pequeña burguesía),
denominada cacerolazo, es la expresión de la dislocación entre un nuevo tiempo
político y las clases dominantes, que reclaman la vuelta al cause “normal” de
las políticas y cuadros burocráticos del Estado.
Ésta manifestación “lógica”
por parte de la sociedad civil, es el síntoma de la anterior hegemonía perdida
pos caída de la URSS. , en la cual la llamada y tan ponderada globalización, no
sólo unificó costos y otras variables económicas, sino también potenció la
transmisión de información (y con ello demandas, intereses e identidades)
y conformó la nueva forma de
internacionalismo burgués supeditado al capital financiero y sus vaivenes.
La década pasada logró abroquelar a la burguesía financiera
y sus socios minoritarios, homogeneizando a ambos en un mismo y “renovado”
sistema capitalista en consonancia con el Estado mínimo liberal. Si bien en un plano
económico implicó la destrucción del aparto productivo de los países
periféricos y una inmensa deuda pública, en lo político reclamò con éxito la
subordinación total de los dirigentes y cuadros burocráticos a la gerencia de
los capitales, donde la columna vertebral de éste tipo de ideología, fue el
grito de victoria del fin de la historia y de la ideología, como forma de
expresar la derrota de la única corriente filosófica/política al capitalismo,
el marxismo. Sin embargo; y visto retrospectivamente, el determinismo hegeliano de Fukuyama, fue màs el gemido de
una hiena herida que el canto de victoria del león imperialista. Fue la
impotencia del propio pensamiento liberal ante la incapacidad de superación y
proposición del propio sistema y su entramado teórico. El fin de la historia y
de la ideología fue y es la expresión ante la no posibilidad de transformación
en un nuevo panorama abierto y descarnado de su propia naturaleza, sin filtros
ni fronteras, frente a un futuro que
solo puede negar y el fin de todas las etapas posibles. El exitismo puro marcò
el nivel de una cultura histérica y hedonista
de rompimiento con las relaciones sociales y del Estado
intervencionista.
Las crisis manifestaron el carácter retardatario y
reaccionario del propio sistema[i],
chocando con ese autoproclamado espíritu de adaptación, que con el concepto
simplista de cambio permanente, la burguesía trató de sepultar todo análisis
crítico e histórico naturalizando las relaciones sociales de producción[ii].
Este fin de la historia no es màs que el fin de la historia del capitalismo y
por ende de su capacidad transformadora, sumida en una crisis civilizatoria que
hunde a toda la humanidad en todos sus aspectos.
Las fracturas de la hegemonía hizo posible el surgimiento de
nuevos y heterogéneos tipos de organizaciones sociales y políticas, asì como
nuevas formas de luchas que han impreso su marca (màs o menos profunda) en los
nuevos gobiernos latino americanos del siglo XXI. La coyuntura económica
mundial y con el alza permanente de los precios de los comodities, constituyó
las bases de sustentación de nuevas políticas Estatales y reelaboración de
teorías alternativas al dominio del capital.
Desde la heterogeneidad de los gobiernos de nuestra región,
con sus particularidades históricas y geográficas, se ha podido lograr grandes
avances en la satisfacción de demandas a sectores otrora olvidados y negados,
dando una amplia masa crítica de apoyo popular y sustentación de los procesos
iniciados.
En nuestro país
A grandes rasgos el proceso iniciado en el 2003 produjo a nivel económico:
1.
El quiebre de la hegemonía política económica
del capital financiero.
2.
El proceso de acumulación de capital por parte
de la burguesía nacional industrial, con fuerte proteccionismo.
3.
Crecimiento, concentración y centralización de
los capitales agrícolas y extractivos, como fuente de recursos estatales para
direccionarlos en transferencias y fomento de la industria.[iii] – Es aquí donde surge la primer y gran
contradicción- Es una contradicción
clave, ya que hace a la estructura misma de la economía nacional, pero no es la
única.
El quiebre de la hegemonía
político, en manos de la facción financiera de la burguesìa, de ninguna manera
separa aguas entre un capitalismo serio y otro ficticio, ya que toda la
estructura económica se encuentra subsumida en éste.
Los proyectos de promoción y creación
de una burguesía industrial nacional (columna vertebral del modelo de Estado
peronista jaurecheano) desconoce la relación de dependencia de dicha clase
hacia el capital internacional[iv]
y del respaldo, por parte de ésta, al “modelo nacional y popular” supeditado a
la cuota de ganancia y a la contención del desborde social.
Por lo tanto, cuando baja la ganancia
media el capital se expande en busca de nuevos mercados, reemplaza capital
variable por capital fijo (tecnología por mano de obra) o realiza un
vaciamiento en el globalizado prostíbulo bursátil, que provoca la tan mentada
fuga de capitales, creando una crisis económica financiera en el modelo
nacional industrialista.
Por otro lado, cuando los reclamos
sociales y las reivindicaciones de los trabajadores, desbordan a las
instituciones políticas, es la propia burguesía nacional que se suma al coro
del canto fascista de la seguridad y gobierno castrense.
La nueva coyuntura internacional con
el ascenso de China como nueva potencia económica y la necesidad de absorción
de materias primas abundantes en nuestro país, generò un superávit comercial y
tributario en el cual se sustentò las políticas económicas del gobierno
kirchnerista. La política de crecimiento del mercado interno y el consumo
masivo por parte de los sectores populares, chocaron con la pretensión de
ganancia extraordinaria del sector agro exportador. Las retenciones fueron el
marco donde se disputò la apropiación de ese excedente y la protección del
mercado interno ante precios internacionales siderales.
La 125 fue la cristalización de esa
pugna, asì como el broquelamiento de los sectores sociales màs reaccionarios e
históricamente enemigos de peronismo “desarrollista”.
-LOS SECTORES MÀS BENEFICIADOS
ECONÒMICAMENTE, NO TIENEN QUE SER NECESARIAMENTE LOS SOSTENEDORES DE LOS
GOBIERNOS QUE LLEVAN ADELANTE LAS POLÌTICAS
ECONÒMICAS-
El actor político
El quiebre que se da o que se dio de
la hegemonía post 90s, vuelve a reclamar posiciones perdidas en cuanto surgen
(o provocan) crisis económicas / financieras.
Si bien la burguesía financiera puede
generar zozobra, como clase no puede por sí misma cambiar un gobierno, por lo
que históricamente se utilizó los golpes cívicos militares y actualmente el
golpe institucional con movilización de las clases medias subsidiarias económica
o culturalmente.
Los caceroleros y sus múltiples
consignas, refieren (consientes o no) a un sólo motivo: la expresión clasista
en el ámbito político, lo cual demuestra el malestar ante un actor social que
es tenido en cuenta como partícipe de
las políticas públicas (aunque no sea el beneficiario primario). Y por otro
lado se manifiestan en contra de la posibilidad abierta, de que ese actor
social reclame mayor participación de la torta (PBI) y conquiste espacios de
autonomía cultural.
La manifestación política de esta
puja entre sectores sociales, se da por medio de la supuesta propiedad del
poder delegado, donde la sociedad civil centra su justificación en el concepto
individualista del ciudadano frente al poder dislocado (no representativo).
La concepción de democracia liberal
en boca de los caceroleros, choca con el reclamo de un republicanismo
roussoneano, que va tomando fuerza en el surgimiento de la democracia de masas
del siglo XIX, anclan su justificación en el Estado como una estructura
política necesaria para la realización y legitimación de la burguesía como
nueva clase dominante, que frente a las clases subalternas naturaliza las
relaciones sociales y frente al propio Estado es legitimadora del poder
político como sociedad civil. Por lo
tanto ven al gobierno como subordinado a sus propios intereses, sea un gobierno
democrático o dictatorial, el ciudadano cacerolero es el depositario del título
propietario del poder delegado, que Locke mediante, puede reclamar su
devolución. El ciudadano de la sociedad civil es la construcción cultural de la
representación del burgués, que funda su legitimidad en el derecho como norma
igualitaria y protectora de la propiedad de los medios de producción.
La clase obrera y su cultura
socialista, con una concepción del republicanismo del siglo XVIII, pone en duda
y en entre dicho la autoridad de la burguesía como conformadora de la
organización social. Es en el siglo XIX
donde la democracia de masas se antepone a la democracia sectorial y
desenmascara de su disfraz jurídico frente a los derechos económicos sociales.
Los caceroleros reclaman república
pero borrando de su ADN, a Rousseau (y su rescate de la democracia ateniense),
a los jacobinos y a todo el siglo XIX.
La conjunción entre el binomio
liberalismo económico y liberalismo político, establece el marco de referencia
entre los límites del sistema y sus contradicciones. Mientras que en las
marchas caceroleras las consignas se mueven en torno a los límites de las
libertades políticas y el reclamo por un gobierno que desbordó las funciones
prefijadas (liberalmente) de la representación. También marca un lìmite
implícitamente a las demás clases sociales que sostienen el proceso abierto en
el 2003, conjurando los derechos políticos y jurídicos con los económicos
impuesto por un Estado que dejó de ser mínimo.
El liberalismo político reclama
lìmites jurídicos frente a la autoridad política, para frenar cualquier avance
social y para que el propio estado no se “desnaturalice” de su función
reguladora normativa y como aparato represor.
Contrariamente, el liberalismo
económico no reconoce límites posibles y ve en la acumulación la realización de
las clases propietarias, que son el sujeto del derecho y del propio Estado,
proclamando el individualismo absoluto donde no hay (ni puede haber dentro del sistema)
restricciones de expropiación de una clase frente a otras[v]
(si la libertad termina en el derecho del otro, frente al liberalismo la
propiedad no reconoce límites). Mientras el concepto de individualidad como
identidad del otro para construir un colectivo, es censurado como violatorio
del derecho; ósea pone límites jurídicos / políticos a los reclamos económicos
de los trabajadores, pero reclamando libertad total para explotarlos.
Lìmite jurídico y libertad económica
son la base de sustentación de la organización política del sistema, por eso
los medios de producción son sacralizados y la propiedad privada de la fuerza
de trabajo violada.
Cacerolas para el amo
Toda ésta gama de reclamos de frenos
y desbordes, son edulcoradas con una mirada cristiana (y ahora papista) de la
pobreza, objetivando al sujeto social para moldearlo a fin de ser funcional a
los intereses de la llamada “sociedad civil”, por lo que el pobre tendría que
educarse para ser un verdadero ciudadano y saber votar, que no es otra cosa que
la aceptación por parte del esclavo de los valores y los intereses de su propio
amo.
Cuando se educa se adoctrina en
función de algo y de intereses impuestos por las clases dominantes.
Cuando se dice que los pobres y
clases subalternas no saben votar se está diciendo que no votan en función de
los intereses de las clases privilegiadas.
De todos estos elementos es donde
surge la autoproclamada gentes del 46% a
los que hay que escuchar y obedecer, mientras que el otro 56% un NN
social.
[i]
Las invasiones a Irak y Afganistán con la sucesión de desajustes en oriente
medio, marca la etapa senil del sistema ante las sucesivas y cada vez màs
profundas crisis.
[ii]
La burguesìa en su conjunto puede adaptase a cualquier situación dentro de su
propio sistema, pero rechazando la dinámica de la propia historia de la
humanidad.
[iii]
Si bien se hace una división a modo explicativo entre campo y ciudad, ambos
están atravesados y subordinados al capital financiero.
[iv]
Desde la oligarquía nacional a los empresarios de los 90s, la entrega a los
capitales foráneos para convertirse en rentista (de la tierra y de la timba)
fue una constante.
[v] Es
el socialismo que reclama por la restricción a la expropiación de la propiedad
privada de una clase sobre otras, defendiendo irrestrictamente la propiedad
privada innata al hombre y que el capitalismo niega, la fuerza de trabajo.
El fin de los hechos y el principio de las ideas
La
URSS
ha caìdo producto de su propia inexperiencia, sus errores y la
incapacidad de sostener en el tiempo una defensa eficaz frente al Imperialismo.
Su desarrollo estuvo signado por el propio retraso econòmico y social,
conjuntamente con la necesidad de ir dando respuesta a hechos y situaciones en
las cuales no contaba con conocimientos o ejemplos anteriores. Si bien cabe
destacar que desde su nacimiento siempre fue faro y sostén del desarrollo de la
revoluciòn socialista mundial, desde los acontecimientos en Alemania de 1920,
hasta la ayuda a los Frentes de Liberación y la protecciòn (económica, política
y diplomática) a los nuevos paìses
socialistas (a pesar de la idea del socialismo en un sòlo paìs), su propia
supervivencia estuvo condicionada y en parte negada en el desarrollo mundial
del socialismo.
La
PRO democracia
Capitalismo serio y sus
variables
Ibarra Eduardo
El
2011 fue un año netamente electoral, no sòlo por las elecciones presidenciales
de octubre, sino tambièn por las características que le imprimiò la reforma
polìtica kirchnerista, que trasladò las internas de los partidos polìticos a
toda la población; esto con disímiles resultados. Uno de los efectos màs
visibles de èsta situación, fue una andanada de discursos que se transmitían
por distintos medios; no vamos a discutir por que medios ni la semiologìa de
los mismos., entre todos los discursos presidenciales se fue destacando la
referencia al carácter capitalista del modelo, que tuvo su corolario en la
exposición de Cristina ante el grupo de los 20, donde dejò bien en claro que no
era de izquierda (marxista).
Estas afirmaciones sembraron asombro y
discordia entre militantes de izquierda que, con críticas, apoyan la gestión de
los Kirchner.
Si tenemos en cuenta el proyecto polìtico y la
historia misma del peronismo[1],
no tendríamos porque asombrarnos de su carácter capitalista. Para comprender
èsto tenemos que hacer una breve descripción de lo que es el proyecto político
peronista.
Escueto
análisis del origen y fundamentos del peronismo
Si bien el peronismo es un fenòmeno
auténticamente nacional, tanto en sus formas de hacer o construir polìticas,
como en su simboligìa y su propia estructura de poder, no es ajeno a los
movimientos mundiales y a la propia coyuntura internacional, que marcaron su
origen y desarrollo.
En el plano interno la Argentina se encontraba
ante una nueva configuración social, producto de un cambio de su población,
tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo. Las grandes olas migratorias
de Europa fueron modificando el panorama social, en el cual los primeros trabajadores
artesanales y campesinos se iban transformando en obreros fabriles, aglutinados
en la gran urbe, enmarcados dentro las corrientes ideològicas europeas de
clases (desde socialistas, sindicalistas, a anarquistas y posteriormente
comunistas). Si bien numéricamente la clase obrera era cada vez más numerosa y
con mayor incidencia en la política nacional, en 1940 todavía distaba mucho de
disputarle el poder a la oligarquía agro exportadora. Esta clase social con
sustento en la propiedad de la tierra y la explotaciòn primaria, se encontraba
en una crisis profunda producto del cambio estructural que estaba sufriendo el
capitalismo a nivel mundial, donde el surgimiento de EEUU como potencia marcaba
el fin del dominio ingles y el entierro del viejo sistema de coloniaje ante el
nuevo carácter financiero y transnacional del capital. El viejo sistema de
intercambio entre las colonias latinoamericanas y el centro imperial demandante
de materias primas, se sacudìa ante las nueva forma de capitalismo
intervencionista (con acciones militares directas o indirectas: guerra del
Chaco, creación de Panamà, independencia de Cuba, etc) y el desembarco de las
incipientes transnacionales ( United Fruit en Centro América y el Caribe, como
las empresas extractivas en Sur Amèrica, con varios diplomáticos yankis como
dueños o ejecutivos[2]). En la Argentina no sòlo se
manifestaba en los cambios de gobierno, tanto democráticamente como a travès de
golpes de Estado, sino tambièn lo hacía
en la adquisición de empresas inglesas y nacionales por parte de capitales norteamericanos[3].
El radicalismo que habìa surgido a fines del
siglo XIX, tenía la impronta de los nuevos cambios regionales con respecto a su
posición en el plano internacional. Su sustento social estaba dado por las
nuevas clases medias de artes liberales, que presionaban por mayor movilidad
social (ante el enquistamiento del Partido Conservador de los terratenientes), que
se daba tambièn en un nuevo proyecto
polìtico.
Este capitalismo de libre empresa sin
intervención estatal, tocaba su fin en la crisis de 1929, producto de su propio
sistema anàrquico de producción (como bien lo llamò Marx) y ante el avance y
logros de la clase obrera mundial, fue llevado a una nueva etapa del sistema,
en el cual los paìses occidentales se cerraban o restringían el comercio por
medio de distintas medidas proteccionistas. Para salir de la depresión, de los
vaivenes de las economìas a merced del caos capitalista y dar respuesta a la
amenaza que significaba la economìa planificada de la URSS , conjuntamente con el
crecimiento de las demandas de los proletarios de los paìses occidentales, se reformulò
el rol del Estado como regulador e interventor en la economìa, lo cual permitìa
a los cuadros polìticos salir a la salvaciòn de los capitales a travès de
polìticas econòmicas estatales y aplacar la demanda de las clases trabajadoras.
No es fortuito que la expresión política del keynesianismo,
haya sido tanto por el fascismo como la socialdemocracia, por medio del Estado
interventor[4]. Si
bien surgiò como un modelo de emergencia o de excepción hasta encarrilar de
nuevo las “fallas” del sistema, los nacionalismos de distinta índole lo
adaptaron como sistema en sí, producto de la posición periférica o subordinada
de los países, de la falta de una burguesía autóctona y por el grado de amenaza
de la revolución socialista. Tampoco es fortuito que el modelo de lord Keynes,
estuviese basado en un sistema económico cerrado, teniendo al mercado interno
como único factor de expansión de la economía.
El peronismo que surge de esta coyuntura, parte
sobre la base productiva nacional completamente obsoleta, tanto para la
expansión nacional, como para la satisfacción de la demanda internacional,
producto de la 2ª Guerra Mundial. El conservadorismo y el radicalismo que se encontraban ante una nueva clase obrera
y ante un cambio mundial que no comprendían y no podían asimilar, eran incapaces
de traducir en política las demandas sociales y los desafíos económicos.
¿De
donde surge la doctrina peronista?
Mucho se ha hablado del origen y conformaciòn de
la doctrina peronista, desde su nacimiento hasta nuestros dìas, raudales de
análisis ponen al peronismo de un lado al otro en el espectro polìtico. Tanto
la embajada norteamericana como la izquierda, el conservadorismo y el
radicalismo, lo conceptuaban en la dècada del 40, lisa y llanamente como nazi.
Mientras que en la década del 50, con la Revoluciòn Libertadora
en marcha, los militares y sus aparato ideológico eclesiástico, lo entendían
como la antesala al comunismo.
Estos desvaríos conceptuales no son sólo
responsabilidad de quien lo interpreta, sino también del propio Perón, el cual
iba configurando su propia doctrina desde su viaje a Europa como observador
militar.
Desde sus idas y vueltas de Italia a Alemania,
Peròn sacaba la siguiente conclusión:
“Yo
habìa ido a Italia no a ver la
Torre inclinada, sino otras cosas importantes que en Italia
habìa; tampoco fui a Berlìn solamente por la puerta de Branderburgo, sin que me
interesaba todo lo que ocurrìa allì dentro, Me interesaba sobre todo el fenòmeno
social…”
“Yo
estudiè mucho el fenòmeno social y polìtico. Allì habìa un gran crisol donde se
estaba fundiendo algo nuevo. La revolución comunista marchaba en Rusia y se
desenvolvìa conforme a las teorìas de Marx y Engeld, interpretadas por Lenin.
Pero en Alemania habìa surgido un fenòmeno social inusitado y era el nacional-
socialismo, de la misma manera que en Italia triunfaba el fascismo”.
Sobre Alemania sostiene:
“En todo aquel tiempo en que vivì en Alemania
tuve la sensación de una enorme maquinaria que funcionaba con maravillosa
perfecciòn y donde no faltaba ni un pequeño tornillo.
Este deslumbramiento tiene que ver con la
organización corporativa de las sociedades en los regímenes nazi fascistas:
“El
fascismo italiano llevò a las organizaciones populares a una participación
efectiva en la vida nacional, de la cual habìa estado siempre apartado el
pueblo. Hasta la ascensión de Mussolini al poder, la naciòn iba por un lado y
el trabajador por otro, y este ùltimo no tenìa ninguna participación en
aquella. Descubrì el resurgimiento de las corporaciones y las estudiè a fondo.
Empecè a descubrir que la evoluciòn nos conducirìa, si no a las corporaciones o
gremios – pues no era posible retroceder hasta la
Edad Media -, a una fòrmula en la cual el
pueblo tuviera participación activa y no fuera un “convidado de piedra” de la
comunidad. Al descubrir esto, pensè que
en Alemania ocurìa exactamente el mismo fenòmeno, o sea, un Estado organizado,
para una comunidad perfectamente ordenada, para un pueblo perfectamente
ordenado tambièn, una comunidad donde el Estado era el instrumento de ese
pueblo del futuro, es decir, la verdadera democracia popular, la verdadera
democracia social. “[5]
Si bien Peròn fue un gran admirador de la
comunidad organizada al estilo de la Alemania nazi y de la Italia fascista, el propio
concepto de la justicia social y de la superación entre capital y trabajo o
políticamente hablando entres comunismo y capitalismo, fue sustentado por la
iglesia catòlica a principios del Siglo XX, en la proclama (De Rerum Novarum)
de Leòn XIII, donde el capital y el
trabajo debìan cooperar y no enfrentarse. Esta nueva doctrina serìa la base
para una organización social policlasista, la cual tendría entendimiento con
los partidos populistas del Siglo XX[6].
La doctrina que impulsaba la concordancia
entre explotados y explotadores, suponìa una autoridad rectora, la cual no era
otra que dios; y ante la intangibilidad de tamaña autoridad, la iglesia por lo
tanto asumìa dicha representación, entrando asì en la permanente tensión y
distensión con el poder secular.
La pretensión de la iglesia como autoridad
suprema por sobre todo àmbito de la vida, se encontraba atravesada en toda la
edad media, por la lucha con el poder
secular (lo que se conoce como querellas de las investiduras), quedando su
resoluciòn plasmada con el advenimiento de la Santa Alianza , en la cual el
poder polìtico, con Alejandro I a la cabeza, logrò coronarse como el defensor
del orden polìtco e ideològico en toda
Europa.
Aunque derrotada la pretensión de superioridad
papal por sobre la autoridad polìtica, (transformándose en el aparato
ideológico como parte del Estado Moderno), siempre se consideraron por sobre
cualquier estamento estatal.
La comunidad organizada concebida por la
iglesia católica fue tomada tanto por el fascismo como por el peronismo[7],
pero sumiéndola a la orbita del dominio partidario/estatal. Estàs diferencia
fueron aplacadas en los comienzos de dichos movimientos, hasta que las
confrontaciones interburguesas y los cambios polìticos y econòmicos internacionales
fueron produciendo grandes crisis y dificultades.
En el caso argentino la iglesia se fue
alineando con los sectores màs conservadores y recalcitrantes de la burguesía y
los militares, dando sostenimiento ideològico y apoyo directo en las acciones
militares para derrocar a Peròn.
Este descubrimiento del corporativismo por
parte de Peròn tiene su origen en las asociaciones gremiales medievales, que se
iràn conformando, transformando y en cierta forma negando, a travès del
surgimiento del Estado. El corporativismo estatal se encuentra directamente
relacionado, como se mencionò màs arriba, con la propia estructura capitalista
(divisiòn internacional del trabajo) en su relaciòn con las economìas
perifèricas/dependientes y con el surgimiento tardío del Estado naciòn. Como
sostiene Manoilesco:
“el
elemento dinàmico de este proceso de transformación econòmica mundial consiste
en una demanda nacional radical de restauración de la divisiòn internacional
del trabajo y su distribución de beneficios. Las naciones Capitalistas
perifèricas estàn cobrando creciente conciencia de la disparidad de los
beneficios generados en su intercambio de materias primas y alimentos por
bienes manufacturados de los paìses avanzados, y comienzan a implementar nuevas
polìticas econòmicas nacionales, especialmente dirigidas a la industrialización
sustitutiva de importaciones y al control del comercio exterior.”
Si bien, èste corporativismo estatal era una
respuesta institucional de salvataje a la crisis de la economìa capitalista de
principios del Siglo XX, deja en cierto grado de autonomìa al propio poder
Ejecutivo. Por lo cual el individuo quedaba aislado de cualquier rasgo de
identidad de clase frente a èl, para redefinir nuevos lazos y lealtades (la
sociedad vista como una organización vertical y no horizontal), a su vez en las
corporaciones se establecía una división tecnológicamente autónoma, como
unidades verticales de agregación de intereses, que creaba interdependencias
equilibradas entres áreas.
Por
lo tanto, tomando en cuenta el concepto
de Shmitter del corporativismo como
“un
sistema de representación de intereses en que las unidades constitutivas estàn
organizadas en un nùmero limitado de categorías singulares, obligatorias, no competitiva,
jerárquicamente ordenadas y funcionalmente diferenciadas, reconocidas o
autorizadas (sino creadas) por el Estado, y a las que se ha concedido un
deliberado monopolio representativo dentro de sus respectivas categorías a
cambio de observar ciertos controles sobre la selecciòn de sus dirigentes y la
articulación de sus demandas y apoyos”
Es el propio Estado que articulaba la
producción y el establecimiento (vigilancia y represiòn) de nuevas relaciones
sociales, dando cierto grado de autonomìa a las distintas organizaciones, a fin
de tener un enfoque exclusivo en los temas “esenciales”, pero exigiendo el
acatamiento y la estabilidad de èstas. Queda asì negado y/o ocultado toda
identidad de clase a travès de un nuevo espíritu de solidaridad nacional y de una
organización funcionalmente interdependiente.
Tanto los ideales liberales de la libre
competencia, como los ideales socialistas de igualdad, quedaban reemplazados
por el concepto estatal de justicia social.
Para el establecimiento de una nueva organización
social capitalista dependiente, no sòlo se necesitaba un cambio de la
estructura productiva, sino tambièn la conformación de nuevos valores
hegemònicos, el cual haga posible el consenso necesario para la expansión del
capital, resoluciòn de la disputa interburguesa (capital agrario, industrial y
financiero[8])
y a su vez, la represiòn de toda cultura contra hegemónica y proletaria.
Estos valores imperativos devienen
necesariamente de un partido identificando con el Estado, con rasgos
autoritarios y a la vez contemplativos
con los distintos sectores de la comunidad organizada y dirigida por èste.
Esta organización corporativa del Estado, fue
encarnada a travès de un liderazgo fuerte, verticalista y con una doctrina poco
rígida. Características necesarias a un esquema pendular de liderazgo, cuyo fin
fue el de equilibrar las pujas entre los disímiles grupos internos y aplicar
los cambios o virajes económicos producto de los ciclos econòmicos
internacionales.
En èste sentido es interesante el discurso
dado por Peròn en 1954, en la primera convención convocada por la CGE (Confederaciòn General
Econòmica):
“El
Estado tiene en la actualidad un sinmùmero de empresas que en cualquier momento
pueden ser entregadas a las empresas privadas a medida que las curvas de la
economìa de aquellas pasen a ser positivas (…). Felizmente, estamos ya
preparando el pasaje de una organización estatal a una organización privada, El
Estado argentino, dentro de nuestro concepto, se sentirà muy feliz el dìa en
que no tenga una sola empresa comercial, industrial o de la producción en su
poder, porque habrà llegado el momento en que todas las empresas de producción,
de la transformación y de la distribución que estàn hoy en poder del Estado, en
situación floreciente, sean absorbidas por el interès privado. Esa es nuestra
orientación (…). Esto, señores, lo iremos realizando paulatinamente
(…). La organización no puede ser teòrica, sino que es siempre empìrica. Hay
que ir tanteando y realizando la organización.”[9]
En ese mismo año, otro discurso dirigido a aun
congreso de cooperativas, sostenìa:
“Cuando
nosotros llegamos al gobierno nos encontramos con una organización de neto
corte capitalista en la economìa argentina. ¿Y cuàl es la organización
econòmica de carácter capitalista en el mundo? Un comunidad dentro de la cual
se ha capitalizado de un cinco a diez por ciento, mientras un noventa o noventa
y cinco por ciento està descapitalizado (…). El justicialismo està en contra de
esa concepción (…). Nosotros hemos recibido esas empresas capitalizadas y no
queremos descapitalizarlas. Ese sector del cinco por ciento lo vamos a dejar
(…) pero de ahora en adelante nos vamos a ocupar de que el noventa y cinco por
ciento comience a capitalizarse paulatinamente (…). En nuestro sistema, la cooperación
es lo natural (…). En el sistema capitalista es una excrecencia fuera de los
òrganos naturales del sistema. [10]
Mientras que en un congreso ferroviario ante
los obreros proponìa:
“Los
mejores accionistas de los ferrocarriles podrìan ser los propios obreros
ferroviarios. Ellos deberìan ser los dueños de los ferrocarriles y yo habrìa
realizado la màs maravillosa de todas las empresas que pueda llevar a cabo un
argentino: hacer que cien mil hombres, que antes trabajaban explotados por el
capital para pagar dividendos, lo hagan ahora alegres y felices y para pagarse
sus propios dividendos.”[11]
Màs allà de que Peròn fuera un gran sofista
plantado en su liderazgo pendular, sus propuestas post 2ª Guerra Mundial, eran
contradictorias y más pragmáticas que el tan cacareado pragmatismo liberal de
los 90s. Sin embargo no nos dejó ni en su análisis discursivo, ni en los
hechos, la síntesis de estas ideas contradictorias y conflictivas. Aunque podríamos
especular que el propio Estado como deidad terrenal, armonizaría todo,
contrabalanceando los excesos y desviaciones de los distintos sectores
sociales. Ósea, una respuesta más metafísica que realista
Estado
y Capital en el peronismo
La doctrina peronista supones que tanto la
estatización como la mercantilización son mediadores de las relaciones
sociales, en la cual se presupone un enfrentamiento entre la ciudadanìa y el
dinero, como medios separados de suma cero, surgiendo asì una burguesìa buena
aliada al pueblo o que confluye con los mismos intereses y una burguesìa mal, que
se encuentra al servicio de los intereses foráneos.
En èste esquema de dualidades buenas y malas,
el Estado se encuentra como una entidad autònoma respecto al capital, carente
de historia, donde el avance de la mercantilización es vista como un abordaje
del Estado por el capital, con lo cual la relaciòn entre ambos no es
intrínseca, sino que el propios Estado se encuentra atravesado por el propio
antagonismo de la confrontación entre la burguesìa y el proletario.
Si bien el Estado guarda distancia entre los
intereses en pugna de las distintas facciones de la burguesìa, no se distancia
de los intereses de la burguesìa como clase, sino que ese encuentra sustentado
y en funciòn de èsta clase. Pudiendo asì cohesionar a la burguesìa en un bloque
de poder, al mismo tiempo que sacrifica económicamente a determinado sector en
lo inmediato, pero preservando los intereses de clase en su conjunto y a largo
plazo.
Los peronistas ven al Estado interventor como
medio de limitar la voracidad del mercadoa travès de la regulación. No superan
la diferenciación del pensamiento liberal, entre polìtica y economìa al caer en
el antagonismo entre Estado y mercado Sin embargo esta capacidad estatal debe
medirse en el grado de dominación sobre la clase obrera, donde el antagonismo
se encuentra dado entre capital y trabajo.
Las mismas premisas se trasladan al àmbito
internacional, distinguiendo entre el Estado Naciòn (en armonìa de intereses) y
el mercado internacional. Por lo que se cae de nuevo en la falacia de suponer
que un Estado es autónomo de la estructura del capitalismo mundial. En èste
punto es interesante la respuesta de Alberto Bonnet con respecto al sistema
capitalista mundial:
“Es
asì como, en el marco del capitalismo contemporáneo, una intensificada movilidad
del capital, y en particular del capital-dinero, sanciona diferencialmente las
condiciones de explotaciòn y dominaciòn vigentes en los distintos territorios
del mercado mundial, mediante los premios y castigos que conllevan sus flujos y
reflujos, mientras que los Estados, naciòn convalidan políticamente esas sanciones en la medida en que esos
distintos territorios siguen encontrándose regidos por sus soberanías
nacionales.”[12]
Por lo tanto la inserción de la economìa
nacional en el mercado internacional, depende de la competitividad atada a los
costos laborales de los productos producidos en el territorio, en comparación
con otros productos elaborados en otras economìas. Asì mismo permite establecer
la captación de los flujos de capitales internacionales, en relación a la
expropiación de la plusvalía de cada nación.
Al no comprender la relación entre capital y
trabajo, y su inserción en la economía capitalista mundial, se incurre por
parte del kischnerismo en una idea simplificada y distorsionada de los hechos
actuales y pasados.
Un ejemplo es la caracterización de lo que fue
el alfonsinimo y del menemismo, situando al primero como un proyecto político
carente de ideas econòmicas y al otro como un grupo de individuos con ansias de
entregar la nación al capital extranjero, por propia voluntad.
Si bien el radicalismo careció de una política
económica consecuente, el propio proyecto polìtico se encontraba sustentado
sobre la base del Estado benefactor, el mismo que habìa entrado en crisis en la
dècada el 70. No sòlo la dificultad de insertase al mercado mundial acosaba a
Alfonsìn, sino tambièn la propia burguesìa no encontraba un proyecto hegemónico
y sus facciones respondían a los planes econòmicos de distinta manera, mientras
que la clase obrera conservaba la capacidad de reivindicación y de lucha
sindical.
La pérdida del respaldo de la facción de la
burguesìa que apoyaba al gobierno y la negativa de los organismos
internacionales financieros y de los funcionarios de EEUU a sostener el plan
Austral y Primavera de Sourrouille[13],
hicieron de la puja distributiva inflacionaria, un caos de hiperinflación, que
no sòlo expropiaba el salario de la clase obrera, sino que impedía la
acumulación de capital y la conformación de una hegemonía burguesa.
La caída de Alfonsìn y la asunciòn de Menem,
fue la expresión del cambio estructural del capitalismo global a nivel local,
en la cual la fase financiera del capital se asumìa como la era de la
globalización y el fin del proyecto socialista. El sistema financiero se
expandìa y desbordaba todas las
fronteras, sin posibilidad de contenciòn por parte de ningùn Estado. El dinero
en todas sus variantes se despegaba de todo atisbo de sustentación productivo,
logrando asì una nueva etapa de acumulación.
El proyecto menemista fue el resultado de la
hegemonìa nunca antes lograda por la burguesìa nacional, a su vez expresaba la
inserción de la economìa nacional en la estructura económica mundial, en
desmedro de la facción burguesa atada a la producción y la exportación, a favor
de los sectores financieros e importadores.
Este nuevo modelo logrò derrotar socialmente a
la clase obrera (derrotada políticamente
en la última dictadura militar) y
posibilitar la máxima expoliación de la plusvalía.
Los lìmites de este modelo fueron a grandes
rasgos dos:
1 La respuesta de los sectores obreros
desocupados bajo nuevas formas de luchas (levantamiento de pueblos en el
interior y piquetes), en marcadas en una nueva realidad y caracterizadas por el
desplazamiento social. Estas nuevas metodologías de lucha ya no eran producto
de la explotación de los obreros en las fábricas, sino la perdida de su
condición social.
Así también la imposibilidad de criminalizar
la propuesta y de volver a restaurar a los militares en el rol de represión
interna.
2 La dependencia económica casi absoluta a los
préstamos y controles de los organismos financieros internacionales (FMI, Banco
Mundial, etc) y la dependencia política para diagramar una nueva ingeniería
institucional (consenso de Washington).
Esto no sòlo hizo vulnerable al paìs a las
sucesivas crisis internacionales, tambièn imposibilitaron al Estado de los
controles mínimos necesarios para paliar esas crisis.
La
vuelta a la nada
Desde el discurso oficial, se està pregonando
un modelo productivo post 2 Guerra Mundial, con todas las implicancias que
vinimos exponiendo. Este modelo toma como su contrario a la etapa de la
hegemonìa burguesa menemista, sin tener en cuenta que la nueva etapa inaugurada
después del 2011 estuvo signada por el ascenso de otra facción burguesa; màs
que no tomarla en cuenta, el kichnerismo, trata de ocultar discursivamente,
aunque en los hechos se manifieste claramente.
No sòlo la diferencia productiva interna harìa
casi imposible la vuelta a ese “capitalismo serio”, sino que la etapa
globalizante del sistema financiero, hace estéril todo intento de control por parte del Estado
intervencionista.
Por otro lado y aun màs contradictorio, es la distancia entre
el discurso y las polìticas econòmicas aplicadas en forma casi inmediata a la
victoria en las elecciones presidenciales del 2011:
-
Restricción de las transferencias
del Estado a las clases populares, no pago de bonos de fin de año a los jubilados,
limites a los aumentos para los planes sociales.
-
Pedido de ajustes a las
provincias, a través de la restricción de horas, control de nóminas y freno de
aumentos.
-
Quitas de subsidios, si bien es
positivo que se haga en forma discriminada a sectores de màs poder adquisitivo,
no se estipula como se utilizaràn esos recursos.
-
Continuaciòn del impuesto al
salario por medio del cobro de ganancias.
-
Limites a las paritarias.
-
Aprobaciòn de la ley
antiterrorista por pedido del GAFI.
-
Extranjerización de la explotaciòn
de recursos naturales. Un ejemplo claro es la explotaciòn del litio en la zona
del NOA, que se encuentra en manos de empresas extranjeras, sin restricción de
transferencias de ganancias hacia las casas centrales.
El kischnerismo desborda en la construcciòn de
un discurso hegemònico que trata de rebatir las concepciones liberales (otrora
menemista), pero cae en un subjetivismo que oculta o desdibuja las condiciones
objetivas de la relaciones de producción. Desde la apreciación Laclaudiana
construyen una simbologìa popular con un nuevo relato històrico, para la formulaciòn
de una nueva hegemonìa cultural, pero sin modificar y discutir la propia
naturaleza del capitalismo, ni el rol de la burguesìa nacional y su relación
con el capitalismo mundial.
[1] Màs allà de que los peronista de otras corrientes internas ajenas al
kischenrismo niegan la pertenencia de èste al legado de Peròn.
Sin embargo no hubo otro gobierno que se
pueda asimilar, al primer peronismo, como la gestiòn kirchnerista. Las afirmaciones de Julio Bàrbaro, endilgando
un sesgo autoritario, verticalista y discursivamente violento a los Kirchner,
en contraposición a los gobiernos de Peròn, carecen de fundamento histórico;
por no decir que es una deformación de los hechos adrede. No sòlo los gobiernos
de Peròn fueron verticalistas, sino que tambièn fueron violentos, con muertos,
torturados, perseguidos y con discurso
tan violentos como el 5 x1.
[2] Bosoer Fabiàn “Braden o Peròn, la historia oculta,Editorial El Ateneo,
Buenos Aires, 2011.
[3] Para un ejemplo claro de esto, ver Mirta Zaida Lobato “La vida en las fàbricas”,
Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2001, donde se analiza la adquisición de
frigorìficos ingleses por parte de capitales norteamericanos y la nueva
reorganización interna, con nuevas tecnologías y nuevas metodologías de
producción.
[4] Ciafardini Mariano “Globalizaciòn tercera ( y ùltima) etapa del
capitalismo”, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2011.
[5] Galasso Norberto “Peròn, formación, ascenso y caìda (1893-1955), tomo
I, Editorial Colihue, 2005.
[6] Verbistsky Horacio “Cristo Vence” Horacio Verbistsky, Editorial
Sudamericana. Buenos Aires, 2077.
[7] Peròn le responde asì a un
periodista norteamericano, en 1946, sobre la doctrina peronista: no es nueva
porque “tiene alrededor de 200 años: es el cristianismo”. Galasso Norberto. “Peròn,
formación, ascenso y caìda (1893-1955) tomo I”, Editorial Colihue, 2005.
[8] Un ejemplo claro es la
descripción que hace A. Gramsci de las dispuestas internas, de la burguesìa, en
el fascismo italiano. Gramsci A.“Escritos
polìticos (1917-1933)”, Editorial Siglo XXI, México, 1977.
[9] Fragmento tomado del libro “Peròn, formación, ascenso y caìda
(1893-1955), Norberto Galasso, Editorial Colihue” en referencia a “Discursos de
Peròn, Juan Domingo, del 2/7/54, Obras Completas.
[10] Ídem
[11] Ídem.
[12] Bonnet Alberto “La hegemonìa menemista”,
Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2008.
[13] A pesar de la aceptación que tuvo Sourrouille en la presentaciòn del
plan Austral en EEUU, por parte de la crema de las finanzas: Paul Volker, James
Baker, Robert Mulford y Larosière
El fin de los hechos y el principio de las ideas
Ibarra Eduardo
Los resultados de la ùltima reuniòn de los
paìses americanos en Indias de Cartagena, fueron por demás novedosos en la
historia de nuestros Estados Nacionales.
Estò se manifestò en un cambio
radical de las relaciones internacionales de los paìses de America latina con
respecto a EEUU, en el cual Ecuador negò su presencia ante la històrica
discriminación de Cuba en las Cumbres Americanas, posterior a la declaraciòn
del carácter socialista de la revoluciòn. A su vez la mayorìa de los paìses
participante se expresaron en contra de
dicha discriminación, conjuntamente con el reclamo y solidaridad por la
situación colonial de las Islas Malvinas.
Todo esto dentro de un marco històrico de
respeto entre los distintos Estados de Sur Amèrica y el Caribe, producto de
nuevos procesos polìticos y sociales, que tienen su expresión en los acuerdos
bilaterales, multilaterales y en la creación de organismos internaciones
gubernamentales, que revalorizan una
identidad propia, històrica y autónoma, a través del ALBA, UNASUR y la CELAC.
Es en esta situación donde EEUU no logra
imponer la agenda, ni la firma conjunta de un documento final.
Si bien èsto marca un hito en la lucha de
nuestro continente y un resurgimiento de las ideas que dieron origen a la
independencia de las colonias americanas, tambièn hubo un hecho aunque menor,
no menos sintomático.
Meses antes del arribo de Obama, su servicio
de inteligencia y de seguridad presidencial, arribò con antelación a fin de establecer
los controles necesarios para la integridad del representante polìtico del
imperio y su comitiva. Sin embargo en dicha estadía, de Rambos, James Bond y
Terminators, los agentes secretos se dedicaron a realizar multitudinarias
fiestas periódicas, con prostitutas y muchos libros de whisky. Ante el
espectàculo grotesco y el no pago de los servicios sexuales y hoteleros, fueron
intimados a retirarse, dejando en ridìculo al màs eficiente poder militar y
represivo del mundo.
Ante un hecho tan histriónico, las grandes
cadenas de medios pormenorizaron lo sucedido, sin mayores trascendencias;
cabrìa preguntarse que hubiese pasado si esto le sucedía a la comitiva
argentina, y que tratamiento hubiesen hecho los medios internacionales y
locales, cuantas comparaciones y clasificaciones habrían hecho entre paìses
serios y paìses que no lo son, y a cuantos analistas de cabaret hubiésemos
tenido que aguantar.
Para entender que es el poder norteamericano,
no hay que remitirnos a lo que dicen ser, sino a los hechos que nos demuestran
lo que verdaderamente son[1].
Tomando en cuenta su polìtica imperialista de
conquistas e invasiones a todos los paìses de la Tierra (Doctrina Monroe
recargada), surge claramente los motivos, los modos y la concepción que se
tienen a si mismo y hacia los demás (ósea el resto de la humanidad). Tanto en
las incursiones declaradas con bombos, platillos y bandera al frente, (Vietnam,
Repùblica Dominicana, Afganistán, Irak, etc), como las operaciones encubiertas
o tercerizadas (mercenarios en África, militares golpistas en Amèrica Latina,
insurgentes contras y afganos, etc), siempre tuvieron la misma concepción moral
de ser superiores y de tratar como subhumanos a los conquistados o derrotados,
torturando, asesinando, violando y ultrajando cuerpos. La ùltima gran creación
ante tamaña contradicción, de valores liberales y de militarismo criminal, fue
la entidad jurìdica del terrorista, en el cual se establecen categorías
religiosas para deshumanizar al enemigo u opositor al règimen imperial y
capitalista. Por lo tanto al retrotraer la
visiòn del mundo a una filosofía pre hegeliana, donde todo es entendido entre blanco
o negro, bueno o malo, el actor demonizado es incapaz de estar dentro de un
orden social y sobretodo moral representativo del bien universal, haciendo del
terrorista una entidad mal de una maldad absoluta y hacer de su ser la
constituciòn de ella; es en sì todo lo malo, lo cual carece de todo derecho
dentro de la estructura jurìdica establecida, lo que lleva a que su eliminación
sea la ùnica soluciòn para preservar a un sistema basado en el orden de lo
“bueno”. Desde èsta concepción el poder ve e impone reglas autoritativas, que
sòlo pueden concebirse como un todo o nada, el ser o no ser, sin entender la
multiplicidad de contradicciones que alberga dentro de todo sistema, necesario para su existencia o su
finalización.
Esta concepción filosòfica no està dada sòlo
por reflejo voluntarista de preservación de los propios intereses, sino que lo
insume dentro de la propia lògica que quiere negar, que al no aceptar o exponer
el propio movimiento dialèctico que dio vida a su propia existencia, lo
condiciona a negarlo producto de la superaciòn que todo proceso humano y
biològico implica; por lo tanto hacer explìcito èsto implicarìa aceptar su
propia finiquitud y la posibilidad de que los actores subhumanizados tengan la
capacidad de superarlo en un salto dialèctico.
Esta idea del mundo unidimencional se encuentra marcada por el inicio mismo de
la actuación de EEUU en el plano internacional, en la cual de una doctrina de
no intervención extra territorial, surgiò la necesidad econòmica y polìtica de
proteger sus intereses en el resto del continente ante la amenaza de las viejas
monarquías europeas y de la conformaciòn o deformación posterior de desplegar
su influencia a todo el mundo, producto de la caìda de Inglaterra como potencia
y el surgimiento de un nuevo capitalismo financiero (imperialismo).
Desde los motivos reales surge toda una
composición de relatos culturales, esgrimiendo valores supuestamente
universales, conformando un marco de legalización a las acciones militares que
responden a intereses geopolìticos y econòmicos; es interesante la composición
de un relato principista que hace Kissinger en su libro la Diplomacia[2].
A partir de la caìda del campo socialista, la
expansiòn del capitalismo fue universal y sin lìmites de fronteras ni
soberanìas, por lo que no sòlo cayò un sistema opuesto al libre mercado, sino
tambièn se produjo la perforación de la autoridad y dominio de los Estados en sus
respectivos territorios, por parte del capital financiero. Ante la mìnima
capacidad de autonomìa y resistencia a la ola liberalizadora, la respuesta
militar era contundente, como nunca antes se manifestò en la historia, ya se
por la capacidad de respuesta, el desarrollo militar, la unilateralidad o la
destrucción masiva a la que eran sometido los territorios díscolos.
Este proceso tuvo su necesario reflejo teòrico
y cultural; comúnmente llamado ideologìa, desplazando todo análisis crìtico, y
decretando el fin de las ideologías y el fin de la historia[3].
Desde èste relato ideològico hegemònico, se
dio por terminada y sepultada la experiencia socialista, como fase necesaria al
comunismo, dejando en pie sòlo como contraparte los socialismos de mercado o socialdemócratas
liberales. A su vez toda experiencia keynesiana del llamado Estado benefactor,
fue tomada como una interferencia artificial de la polìtica sobre la natural
actividad econòmica[4].
La
historia es dialéctica
Si bien el análisis de los pensadores
liberales trata de desconocer los movimientos dialècticos de la historia, no
pueden negar la dinàmica de los procesos humanos y biològicos, por lo que el relato teòrico necesita para
sujetar a las mentes y a los corazones
de todos los dominados en una idealización metafìsica (estática) de la
realidad. Cuando dieron por sepultada la experiencia socialista, no tuvieron en
cuenta o desconocieron la propia dinàmica de los procesos revolucionarios a lo
largo de toda la historia de la humanidad. Todos los procesos revolucionarios
tienden a consumirse en sus propios actos, para dar paso a nuevos sistemas de
producciòn y de creencias.
Tanto nuestra estructura de pensamiento
(occidental), como las ideas filosóficas y políticas, que dieron paso a través
de 2500 años de historia a nuestra organización social y política, fueron
originadas por generaciones de pensadores atenienses que reflexionaron sobre la
experiencia de la democracia en la edad de oro de Pericles. Estas nuevas
concepciones surgen a partir de la caída y el fin del esplendor ateniense,
tanto por sus luchas fraccionales internas, como por la derrota ante Esparta en
la guerra del Peloponeso.
El cristianismo surge y se erige, desde las
catacumbas romanas, sobre los escombros del mayor imperio conocido en la
antigüedad y se constituye como el mayor
poder moral y/o ideològico de la edad media.
La revoluciòn francesa fue la que parió al
nuevo e insipiente sistema político capitalista, enterrando a la monarquìa y al
feudalismo, cuyo ciclo llega a su fin con la derrota de los jacobinos de
Robespierre y Danton, derrotados por las clases màs conservadoras de la
burguesìa y tambièn fagocitados por su propia obra. A su vez la figura de
Napoleòn aparece como ordenador del proceso revolucionario y negador en parte
de las ideas polìtcas de 1789, pero desde su militarismo expansivo logra
extender màs que un ejercito conquistador y la de su propia figura imperial.
Lleva en sus tropas la semilla de una nueva forma de entender al mundo, que a
pesar de ser derrotado en su necia invasión a Rusia y de la instauración de la
monarquìa de la mano de la Santa Alianza ,
van a ser las nuevas fuerzas de la burguesìa, las que universalicen el nuevo
sistema capitalista[5].
El tan mentado y artificial juego teórico del
pragmatismo y la naturalización de las relaciones sociales, que la burguesía
practica y nos practicó, nos es más que el enmascaramiento de la ley dialéctica
de la historia de la humanidad. Todo proceso termina negado en su propio
surgimiento, negando su carácter nacional para afirmar su nueva condición
universal. Para que la revolución viva la propia revolución tiene que morir.
El
mito vive
No es casual que las causas y comportamientos
del Imperialismo y de toda la burguesìa, estèn llenas de contradicciones y
manifestaciones burdas como las que arriba se menciona. La moral burguesa es un
compendio de reflejos vacíos e hipócritas, que tratan de imponer por la
coacción.
Como analiza Mariàtegui en “El Hombre y el mito”,
el mito es el que mueve al hombre en la historia, sin un mito la existencia del
hombre no tiene ningùn sentido històrico, porque no se conforma con la
infecundidad, no se resigna a ser un ser metafísico. Por eso se plantea las
soluciones a los problemas que està en condiciones de resolver, pero no desde
una forma temporal, en la cual toda verdad de hoy no será vàlidad mañana o como
un movimiento revolucionario que entienda su carácter conservador en el futuro,
sino como una verdad absoluta e infinita, que dé las respuestas a todos los
problemas actuales y venideros, porque las masas no reparan en sutilezas,
arremeten con el ímpetu de lo nuevo, sin reparar en relativismos.
Las
nuevas ideas fuerzas del proletario surgen en parte como respuesta a la
alineación de la capacidad del hombre frente a las ideas religiosas y
disociantes del sistema explotador. Hacen descender la fe y la mìstica del
cielo a la tierra, rompen con las ideas paralizantes y naturalizadas que
instrumentan contra su propia clase.
Con prepotencia y desden el proletario reclama
un nuevo sistema, asentado en su fe hacia el mito; que Sorel entiende como la huelga y Mariàtegui
como la revoluciòn social. En
frente, la fuerza opresora de la
burguesìa carece de mito, el suyo se ha extinguido, no tiene sangre en su
cuerpo, niega cuando el proletario afirma, retrocede cuando èste avanza, es un
cadáver pudriéndose que en su muerte intenta arrastrar a todo. El proletario
con su verdad absoluta no mira hacia atrás, no desfallece en caìdas, la URSS no ha sido la soluciòn
definitiva pero lo serà, no toma los argumentos de desaliento del cadáver que
lo oprime, sòlo toma las experiencias que lo impulsan al triunfo. Como nos lo
recuerda el propio Sorel, he ahì su fuerza.
[1] No se trata de dejar de lado el armado ideològico que se intenta
imponer, a modo de naturalización de sus principios como universales. Se trata
de entender desde donde se construyen y el momento histórico que da forma y
sentido a dicha construcciòn. La manifestación o la forma en que se muestra el
Poder desde el Poder mismo, y a travès de los distintos medios o aparatos
ideològicos, parte desde intereses concretos y necesidades propias de un
sistema històrico dado, no son la mera expresión de deseo o defomaciòn
idealista de la realidad concreta, sino una forma de enmascaramiento de
intereses que se tratan de imponer.
Si el poder se manifestara en forma
abierta y descarnada, le serìa imposible poder construir su propia hegemonìa
ideològica/cultural a cada uno de los individuos que domina, no sòlo por la
abierta confrontación de intereses que estarìan a la vista, sino tambièn por la
necesidad de construir un lenguaje que debe asignar valores por medio del
sentido comùn.
Si sòlo nos quedamos con la
manifestación ideològica del Poder (la imagen que se nos da), perdemos de vista
sobre que intereses concretos y sobre que tipo de relaciones sociales debe
erigirse, por no tanto no comprenderíamos sus fines, ni el por què de su
surgimiento.
Pero si sòlo tomamos la estructura, no
podrìamos entender cuales son los mecanismos de dominación y las formas en que
se exteriorizan sus propios intereses y aspiraciones, viéndolo como algo
monolìtico y homogéneo, por no decir determinista.
[2] Cito el libro de Kissinger, por ser el màs cabal representante de la
burocracia estadounidense y el que marcò toda una corriente de pensamiento en
RRII dentro del poder polìtico del imperio. Dando fundamentos y cohesión para
el desarrollo de operaciones diplomàticas y militares hacia el resto del mundo.
[3] El representante mediàtico màs conocido de esta teorìa fue Francis
Fukuyama, que no fue màs que un burdo compilador de conceptos, sino que tambièn
cae en contradicción en su crìtica al marxismo, por catalogarlo de
determinista, al decretar el fatalismo del sistema liberal de mercado. El fin
de la historia y de las ideologías no es màs que la lucha del propio sistema
por imponer sus leyes como algo natural, ahistòrico, universalizado y
necesario. Dècadas atrás Héctor Agosti ya habìa analizado, en Ideologìa y cultura,
dicho proceso.
[4] La ortodoxia liberal toma a la econòmia como una especie de ciencia
exacta, apartada de toda acciòn del individuo y por supuesto ahistórica y no ideológica.
[5] Como sostiene Eric Hobsbawm en “La era de la Revoluciòn , 1789-1848,
va a ser la doble revoluciòn la que conforme y universalice al nuevo sistema;
la revoluciòn industrial en Inglaterra, con su desarrollo comercial y su
concepción de la laissez faire, conjuntamente con la revoluciòn polìtica
francesa nuevos fundamentos democràticos de la Liberté ,
égalité, fraternité.
La democracia del prestigio y
la acumulación
Ibarra Eduardo
En la década del 90 se produjeron hechos tan
profundos y trascendentes que han cambiado el curso de la historia, estos
cambios por todos conocidos y sufridos, trastocaron todos los aspectos de la
vida de los pueblos. Se nos impuso la idea de que la historia había culminado,
ya no existía. Se criticaba al marxismo en su concepción determinista
hegeliana, para imponer otra concepción determinista hegeliana de carácter liberal.
Las clases sociales sólo eran un grupo de individuos, que tendrían la
oportunidad de una vida mejor si pisaban cabezas y se adaptaban al tan famoso
cambio. La pobreza en consecuencia era una cuestiòn de pereza y limitaciòn
intelectual, de la cual muchos “no querìan salir”, mientras que otros,
emprendedores, proactivos, adptativos y brillantes, se coronaban del nuevo titulo
“monárquico”, el éxito; no fue màs que la admiración por el logro de la
acumulación monetaria y todo lo que ello acarrea (reconocimiento, fama, vida de
abundancia, ocio, excesos, etc)
El nuevo paradigma nos proponìa en términos
personales, una carrera hacia la opulencia; carrera en la que pocos competían y
muchos sòlo participan como meros espectadores.
Era un mundo hecho aldea y atemporal, donde la
ideologìa trasmutò en un concepto pragamàtico del aquì y el ahora, mientras que
la filosofìa caducada y vencida era transformadas en fabulas moralizantes y
maniqueistas.
Este mundo ha fracasado rotundamente, la
ilusión se desvaneció como humo en el viento, la idea de un mundo posmoderno ha
muerto, pero no las relaciones sociales de explotaciòn, ni las estructuras de
dominaciòn, tampoco la desigualdad, ni los explotados y explotadores. Aunque sus discursos y sus valores hayan sido
perforados, hoy persisten en diferentes formas y ámbitos.
Desde los 90 han surgido políticos que
representan ese nuevo paradigma súper moderno, nuevos políticos, que desde la idea
del pragmatismo, han hecho política de la no política. Los empresarios “exitosos” han tomado por asalto la administración pública
reduciéndola a un mero manejo administrativo, socavando la acción política en
pos de la administración o visión empresarial. En nuestro paìs esto se
manifiesta en una serie de personajes de nulo contenido intelectual y
militancia, que van desde deportistas a artistas y empresarios (todos de
amplios bolsillos).Sus nombre son arto conocidos: Scioli, Reuteman, Macri, Del
Ser, De Narvaèz, etc.
En el distrito de San Fernando nos encontramos
con la reivindicación de èsta forma de hacer polìtica, en los representantes
del PRO y su costosa campaña a la
intendencia, en la cual sus propuestas giran en torno al èxito individual de
sus candidatos y al concepto “weberiano” de que el polìtico vive para
la polìtica, y no de la polìtica.
De èsta forma se trata de transmitir al
electorado, que los candidatos del PRO no sòlo seràn exitosos en la funciòn
pùblica, sino que a su vez no utilizarán recursos pùblicos para fines o
intereses privados. Si bien èsto es criticable desde distintos puntos de
vistas, no deja de ser consecuente con la “apolìtica” empresarial inaugurada en
la dècada de los 90s y predicada por Macri y sus huestes.
Para introducirnos en el discurso y las
valoraciones de los polìticos PRO, hay que comenzar por deducir su propia lògica:
- ¿Por què van a ser exitosos en la funciòn pùblica?. Porque han acumulado tìtulos y riquezas personales.
- ¿Por què van a vivir para la polìtica? Porque tienen suficiente riquezas para no robar del erario pùblico.
1 El éxito personal es valorizado sobre
cualquier construcción de grupo o identificación colectiva, por eso Macri es
Mauri y nada más.
La
concientización de clase en la burguesía se da por intereses particulares y no
por la necesidad de una unión de lazos solidarios. Mientras que la unión de la
clase obrera es producto de la necesidad, en la burguesía es producto del
beneficio personal.
Si tomamos en cuenta que para Maquiavelo la
virtud surge de la necesidad, un candidato que hace política sólo por un desafío
personal o por el hastío de horas de
ocio, nada tiene de bueno para ofrecernos.
2 La famosa “frase” de Weber que se repite
incansablemente en todo tipo de medio informativo; “como dijo Weber hay que…”
La frase Weberiana…” etc. No hace más que continuar la tan estereotipada idea
de que los ricos no robar.
Para analizar éste tipo de prejuicio tenemos
que ir a las fuentes (ósea a lo que dio
pie al juicio)
Weber llega a esta categorización de “vivir
para”, desde el marco histórico de la
formación de Estado Moderno, en el cual la monarquía termina con los poderes de
la nobleza absorbiéndolas en su incipiente aparato burocrático administrativo.
En el aspecto económico el mundo se fue extendiendo[1]
hacia rutas marítimas màs atractivas, más rápidas y más baratas, que en comparación
con los viejos caminos terrestres, se
impusieron en la transacción de mercaderías y materias primas. Los antiguos y
onerosos castillos de la alta nobleza, se transformaron en burgos y después en
ciudades, que al concentrar el comercio y los talleres, atrajeron a una
creciente masa de población, logrando
así generar un gran excedente de producción, siendo utilizado
por la monarquía para sus costosos lujos y para la construcciòn de una fuerza
regular, cuyo fin fue dar sustento y seguridad a sus gobiernos[2].
El campo agotado, extenuado y atado a las
sucesivas crisis y obsoletos mètodos de producción, fue perdiendo su antiguo
predominio, dando como resultado un relajamiento en las relaciones sociales y
del poder feudal. La nobleza nobiliaria fue dejando de ser un Primus Inter
pares, para convertirse en funcionarios dependientes del poder centralizado en
el rey[3],
que no sòlo disputò y arrebatò el poder diseminado de los señores feudales,
sino que tambièn quitò el poder de Dios a la iglesia; la cual ya no conservaba
la superioridad sobre el poder secular, sino que fue el Rey quien ordenaba a
los demás estamentos[4].
No sòlo el feudo sufriò las consecuencias del
poder de la ciudad, sino que la vida comunal de las aldeas fue devastada tanto
por la economìa mercantilista, como por la fuerza centralizada del Estado
moderno.
El derecho consuetudinario fue dejando paso al
predominio del derecho positivo, transformando la posesión de la tierra en
propiedad privada.
De este modo la monarquìa triunfante serà un
fuerza centrípeta que destruirá todo poder que compita dentro de su propia
soberanìa[5],
trasformando a la nobleza en cuadros administrativos especializados, por eso
Weber analiza como estos nuevos actores podràn hacer polìtica sin necesidad de
ocupar su tiempo en adquirir, en parte o totalmente, recursos para su subsistencia,
por lo tanto “vivir para” implica nos
sòlo tener patrimonio, sino tambièn ser libre en cuanto a los medios. Tomando
en cuenta casos màs actuales, Weber pone como ejemplo tanto a los rentistas
como a los que viven de las ganancias bursátiles[6].
Esta categoría de “para y no de” no es una
premisa excluyente ni una virtud para Weber, ya que esto implica un
reclutamiento plutocrático y a la vez no determina en lo màs mìnimo que no se
terminarà haciendo polìtica para los propios intereses privados.
La “interpretación” Weberiana
Uno de los argumento acomodaticios para salir
de èsta crìtica, fue decir que Weber puede ser interpretado de distintas formas
(como si un mèdico pudiese llamar al hìgado corazón, de acuerdo a su libre
interpretación), cosa que èsta refutada por la propia lectura del libro El
cientìfico y el polìtico. La obra de Weber se enmarca dentro de la ciencia
polìtica, en la cual los conceptos y definiciones tienen la rigurosidad propia
de toda ciencia, por lo tanto no hay libre interpretación. Se podrà aceptar o
criticar, pero no darle una categorización que el concepto nunca tuvo. Por lo
tanto esto es el resultado de una falta de conocimiento o de falta de
honestidad intelectual.
Otro esbozo de defensa ante tamaño “error” fue
que sòlo se mencionaba el “vivir para la política”, como una característica
meramente personal. Sin embargo en la actividad política partidaria, nada tiene
un tinte únicamente personal, todo mensaje implica valorizaciones que se
pretende imponer al resto de la sociedad a través del discurso y la acción.
Los verdaderos fundamentos
Estas pobres y escuetas justificaciones sòlo
tratan de tapar la concepción polìtica que tienen los partidarios del PRO,
entendiendo a la democracia como un àmbito exclusivo de los que tienen
patrimonio suficiente para dedicarse sòlo a hacer polìtica, sin necesidad de
cobrar un sueldo para vivir, lo que implica que la corrupción viene sòlo de
aquellos que tienen necesidad de vivi de la polìtica, como por ejemplo los
obreros, estudiantes y todo aquel que dependa de su trabajo.
Por lo tanto el trabajador disciplinado tendrà
que trabajar para el empresario exitoso, a fin de que èste tenga el patrimonio
y el tiempo libre suficiente como para postularse a cargos públicos y ser ese
mismo trabajador quien deberá votarlo. Cerrándose así un círculo perfecto de dominación
económica y política.
Siguiendo ésta lìnea argumentativa y teniendo
en cuenta las políticas del Gobierno de la Ciudad de Bs As[7],
a los pobres se los categorizan socialmente como delincuentes y políticamente
como corruptos.
La desafortunada utilización Weber, podría
haber sido menos contradictoria si se tomaban otros conceptos referidos a la ética
de la convicción y la ética de la responsabilidad. Es aquí donde el autor se
plantea contradicciones referidas al político y su función pública, como una
disyuntiva que éste enfrenta de acuerdo a distintas valorizaciones cuando asume
un cargo político en el Estado.
A modo de conclusión
La tan mentada y repetida idea de lucha contra
la corrupción y el ejercicio eficaz de la función pública, tiene que ver más
con la ideología en la cual descansa el proyecto político del PRO, que como
acto meramente discursivo o de plataforma electoral.
Aquel partido que tenga sus bases filosóficas
sobre concepciones individualistas, tendrá en mayor o menor medida,
funcionarios que respondan sólo a sus intereses particulares. Sus candidatos tendrán
la impronta de sus logros personales y los títulos adquiridos, serán esgrimidos
como un hecho de carácter positivo y extendible al ámbito de la política.
Mientras que los partidos cuya ideología y
propuestas, tengan como destinatario y participe al conjunto mayoritario del
pueblo, restringirá o coartará el
desviacionismo individualista de sus cuadros. Por lo tanto la corrupción será
un hecho meramente accidental o esporádico y no estructural.
Como corrupción estructural entiendo al saqueo
de los recursos nacionales y la explotaciòn de los trabajadores en manos de privados, tanto foráneos como autóctonos,
legalizado y legitimado por el propio Estado.
Para culminar me llama mucho la atención el
modo en que presentan y exaltan el éxito privado de los candidatos, sin tomar
en cuenta de que forma éste logró dicho éxito; entiendo que lo único que
ponderan como negativo es la corrupción estatal, dejando de lado el robo y la
expoliación privada.
[1] Se descubría América, los
comerciantes penetraban en el Imperio chino, los portugueses se asentaban en
las costas de África e India
[2] Piedra basal del concepto de Estado de Weber.
[3] Hobbes en su Leviatàn defiende
y da fundamentos teóricos a esa nueva organización polìtica
[4] Desde la caìda del imperio romano, la iglesia pretendiò erigirse como
el poder superior a todo poder secular, lo que llevò a confrontaciones
permanente con las distintas monarquías. A esto se llamò la querella de las
investiduras.
[5] Piedra basal del tan repetido concepto del Estado, como instituto
polìtico en el que sus cuadros
administrativos monopolizan la fuerza legìtima a fin de conservar el orden
establecido.
[6] El ejemplo más claro de unión entre actor económico y político en
nuestro país, fueron los gobiernos conservadores de la oligarquía ganadera.
[7] Criminalizaciòn de los trapitos y limpia vidrios, parapoliciales que
golpean y “limpian la ciudad” de vagabundos, presupuestos subejecutados en
cuestiones sociales, etc
Las luces y las sombras
Ver todo
Ibarra Eduardo
Como un cuento
futurista o una teorìa paranoide conspirativa, nuestra sociedad encuentra hoy
en los medios visuales sus fundamentos y realidades, quizás hasta su razón de
ser.
No es casualidad que
hoy todo aspecto de la vida de una persona sea expuesto de alguna u otra forma,
que aquello que estaba oculto en la antigüedad se exponga como una norma que
nos rige en la actualidad.
Segùn el pensamiento
aristotèlico, la vida privada que se desarrollaba en el hogar, era algo que no
diferenciaba al hombre del animal, ya que en ese àmbito era donde èste se
reproducía y daba sustento a las necesidades biològicas de su propio cuerpo; en
donde el diàlogo era intrascendente, no sòlo por la referencia al objeto de la
conversaciòn, sino por la imposibilidad de que èste dialogo pueda compartirse,
transferirse, o ser parte de un todo.
El dialogo en la vida privada era dominado por
una sola persona, en èste caso era el hombre que se coronaba como amo del àmbito familiar; y en èste sentido el
dialogo no era tal, carecìa de la esencia propia de su razòn de ser. La contradicción del sistema estaba dada en
la explotaciòn y degradaciòn del esclavo y la mujer, como seres a fin a las
necesidades del hombre ciudadano.
Por lo tanto aquello
que transformaba al hombre en tanto hombre diferenciado del animal, era la acciòn en la vida pùblica, en la que el
dialogo se producìa entre todos, donde no existìa el dominio total de ese acto,
òsea una falta total de autoridad rectora, ya que el conocimiento hacìa iguales
a los hombres convertidos en ciudadanos.
Despuès de 2500 años la realidad actual es muy
distinta a la concepción ateniense. El àmbito de lo pùblico ha dejado de ser un
lugar de dialogo y construcciòn entre iguales, el hombre carente de conocimientos
y de medios de producción, busca en èste espacio su sustento biològico. Sin
posibilidad de ser parte del dialogo para crear o transformar la realidad, es
un mero ser pasivo carente de liberdad. Donde ayer era libre hoy sòlo encuentra
cadenas. El espacio privado no es màs su sustento sino su ùltimo reducto de la
libertad[1]
perdida, es el lugar donde trata de conservar un espacio oculto al poder, que
todo lo abarca y condiciona.
La palabra se ha
disociado de los hechos, hoy todo se puede decir o prometer sin que tenga
correlato alguno con lo que sea haga o los fundamentos con que se sostenga.
Vemos a diario como todos nos convertimos en opinantes superficiales de
cualquier hecho que nos acontece, afirmando e interpretando sòlo por lo que
hemos visto o nos han contado, pasando a otro tema con la misma ligereza con la
que damos nuestros puntos de vista. Tenemos avalanchas de discursos/promesas de
infinidad de candidatos y mediatizadores de la realidad, que construyen y reconstruyen
realidades de acuerdo a ocultos intereses que se evaden de sus propias
palabras.
La realidad de lo que se ve. El control individual
La tecnologìa ha
avanzado a grandes pasos en los ùltimos años, pero èste avance no es natural o
accidental, sino que se encuentra orientado por las condiciones de dominaciòn, en la cual el poder dirige èste
proceso con un fin determinado.
No es casualidad que
la “realidad” se muestre en imàgenes y sean aceptadas sin cuestionamientos de
ningùn tipo, siendo un todo de argumentos en si mismas, es el comienzo y fin de
cualquier hecho u objeto.
La construcciòn de
una “realidad” visible tiene como fin la
naturalización del orden dominante, que busca iluminar el ùltimo reducto de
libertad en que se refugia el hombre, para que a la luz lleve cadenas y hacer
del hombre un mero animal. Ya no hay mayéutica, no se trata de enseñar, sino de
demostrar que el hombre es un animal domesticado, animal al fin.
Que paradoja ver
transformada la obra de Orwell en realidad, ha pasado de ser el denunciante del
stalinismo al creador de un mundo acuciado por las càmaras que nos fabrican
realidades. Acaso no han lanzado una guerra inventando hechos y fraguando
pruebas?, no han transmitido imàgenes sesgadas con datos falsos?, no han dado
un inicio y un fin a la guerra (que no fue tal) por conveniencia de los
intereses polìtico econòmicos que dominan el mundo?, no han creado un Gran
Hermano que nos mira en cada esquina? Què tan lejos estamos de las noticias de
una ficticia guerra lejana e interminable escrita en la novela 1984?
Nos hemos convertido
en instrumentos de dominaciòn al internalizar las normas impuestas desde el
nefasto sentido comùn, como si èstas fueran elaboradas por nosotros mismos.
Pedimos a gritos que
nos vigilen, que nos miren por esos ojos que nunca duermen ni parpadean, que el
poder nos ilumine e interrogue en cada paso que damos. Tenemos miedo y queremos
que cuiden nuestros bienes y nuestros cuerpos, por eso los entregamos y los
convertimos en imàgenes. Aplaudimos al ver en un noticiero el accionar del
poder, cuando aprehende la imagen del ladròn de billeteras, sin cuestionar el
por què del acto, ni por què nos lo muestra, sòlo aplaudimos.
Nos filmamos y nos
exhibimos en los actos màs instintivos, nos apareamos, nos agredimos, nos
confesamos, mostramos al poder que no somos màs que animales, que mostramos
todo porque no cuestionamos nada, por eso nos ponemos las cadenas y sonreímos
para la càmara. Nos alimentamos de noticieros manchados de sangre, shows de
histeria y de brotes psicóticos, programas de esclavos que piden ser sometidos,
enjaulados y observados, imàgenes de gritos, agresión, insultos, baños de sangre
y sufrimiento para vender después una propaganda de risas histriónicas. Es la
catarsis para una vida gris de oprimidos.
¿Donde ha quedado nuestro
espacio de libertad?
No reclamamos màs
espacio para la acciòn en conjunto, pedimos que nos vigilen màs, que nos
prometan desde la imagen de un cartel electoral el todo y la nada, que nos
creen las necesidades para después satisfacerlas, que nos ofrezcan lo que nos
hicieron pedir. No importan los fundamentos sólo la superficie iluminada. El
marketing, obra maestra de la mentira, ha derrotado a la filosofía.
La realidad de lo que se ve. El control social
No sòlo el poder
trata de dominar y sojuzgar los cuerpos, ubicándonos en tiempos y espacios
determinados, rutinizando la vida, dándole la capacidad creativa sòlo a unos
pocos. Tambièn trata de dominar los pensamientos como valores generados por uno
mismo. ¿Qué tan lejos estamos de que la tecnologìa controle o scanee nuestros
pensamientos?
Nos encontramos
automatizados en nuestras vidas cotidianas, bajo la idea del libre albedrío, sin
embargo todo està marcado socialmente por el tiempo y el espacio[2]
de la producción de bienes, lo cual
refiere específicamente a la eficiencia y a la economìa de los cuerpos. En èste sentido Foucault
sostenìa que
La modalidad, en fin: implica
una coerciòn ininterrumpida constante, que vela sobre los procesos de la
actividad màs que sobre su resultado y se ejerce segùn una codificaciòn que
reticula con la mayor aproximación el tiempo, el espacio y los movimientos. A
estos mètodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo,
que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les impone una relaciòn de
docilidad-utilidad, es lo que se puede llamar las “disciplinas”
El cuerpo humano entra en un
mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone…
…no simplemente para que ellos
hagan lo que desea, sino para que operen como se quiere, con las tècnicas,
según la rapidez y la eficacia que se determina.[3]
Desde que nacemos nos
vemos sometidos al poder que todo lo abarca, manifestándose de forma oculta en
la rutinizaciòn de los hechos cotidianos. Se nos manifiesta individualmente
detrás de las invisibles costumbres enseñadas y aprendidas por todos.
¿Necesitamos vigilancia,
ver y ser vistos? ¿Lo pedimos o se nos es impuesto?
El sistema genera
relaciones sociales que tienen que ser controladas y vigiladas o mejor dicho el
capital debe controlar las relaciones de producción, pero a su vez debe enfocar
su sistema represivo sobre los “desechos” que no sirven como mercancías[4]
en el mercado de producción y consumo.
Los portadores de estas fuerzas no utilitarias tienen que ser vigilados, pues
la marginalidad provoca actos delictivos que generan pèrdidas, tanto de
productores, como de productos y atentan contra el mismo orden social
establecido.
Desde los albores del
capitalismo la disciplina y el control fueron parte necesaria del sistema.
Primero para arrebatar al productor (campesino, artesano, etc) los medios y los
conocimientos, a fin de soltarlo desposeído de todo al mercado de libre cambio.
Segundo para adoctrinarlo y quebrarlo en su voluntad de lucha contra la
imposición de la vida en la fàbrica (no es casualidad que el origen de las
cárceles sean las casas de trabajo)[5]
La idea de vigilancia
(como la concebimos) surge y se va perfeccionando, a partir de la revoluciòn
industrial, pero siempre con un fin y con una misma arquitectura del control.
Al estudiar las
formas de vigilar y encausar Foucault encuentra que
El ejercicio de la disciplina
supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el
que las tècnicas que permiten ver
inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los medios de coerciòn hacen
claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican. Lentamente, en el
trascurso de la època clàsica, vemos construirse esos “observatorios” de la
multiplicidad humana para los cuales la historia de las ciencias ha guardado tan
pocos elogios. Al lado de la gran tecnologìa de los anteojos, de las lentes, de
los haces luminosos, que forman cuerpo con la fundaciòn de la fìsica y de la
cosmologìa nuevas, ha habido las pequeñas tècnicas de las vigilancias mùltiples
y entrecruzadas, unas miradas que deben ver sin ser vistas; un arte oscuro de
la luz y de lo visible ha prepeardo en sordina un saber nuevo sobre el hombre,
a travès de las tècnicas para sojuzgarlo y de los procedimientos para
utilizarlo.
Aquí surge algo
extremadamente importante: todo lo que tiene que ser visto y todo lo que se
oculta está implícito en nuestras vidas.
La idea del viejo
panóptico plasma la jerarquización del sistema, es el obrero al que se ve desde
la oficina del jefe, es el preso que camina bajo la vigilancia del guardia de
la torre, es el ciudadano que es visto por las càmaras del poder administrativo
burocràtico y son “delitos” o conductas determinadas las que son reprimidas.
Invirtamos la
ecuación; que sea el preso que mira al guardia que roba la comida que el estado
destina para el reo, que sea el obrero que mire al empresario cuando evade
impuestos o despilfarra la riqueza no retribuida, que sea el ciudadano que mira
al policía transar con el narco o al intendente recibiendo coimas. No sòlo
cambia el sujeto, sino tambièn la conducta o delito que se vigila. Como dije
antes, no es natural o inocuo la oferta y demanda de càmaras de vigilancia,
panópticos virtuales, etc. Esto es en el análisis de Foucault:
De ahì el efecto mayor del
Panòptico: inducir en el detenido un estado de consciente y permanente de
visibilidad que garantiza el funcionamiento automàtico del poder. Hacer que la
vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su
acciòn.
No conocemos ni
interesa quien està detrás las càmaras, el propio sistema de control hace de
quien controla un mero instrumento, que es superado por el propio acto.
Que la perfecciòn del poder
tienda a volver inútil la actualidad de su ejercicio; que este aparato
arquitectònico sea una màquina de real y de sostener una relaciòn de poder
independiente de aquel que lo ejerce; en suma, que los detenidos se hallen
insertos en una situación de poder de la que ellos mismos son los portadores.
Hay una maquinaria que
garantiza la asimetrìa, el desquilibrio, la diferenta. Poco importa, por
consiguiente, quièn ejerce el poder. Un individuo cualquiera, tomado casi al
azar, puede hacer funcionar la màquina.
El sistema
capitalista a desvanecido la cabeza de la autoridad que otrora ejerciera el Rey
y en su etapa financiera ha puesto un velo delante de los patrones fabriles del
siglo XIX. Son las corporaciones que están detrás de los mercados como un
entramado anárquico que absorbe todo lo producido y lo transforma en dinero
como mercancía fundamental, siendo èsta la que les genera grandes ganancias. Si
bien el 10% de la población mundial se queda con un tercio de lo producido, su
poder temporal se deposita cada un período determinado en la figura de un
presidente o primer ministro, haciendo posible la renovación e impidiendo el
desgaste polìtico por las demandas nunca satisfechas de la población.
El sistema nos
convierte en animales asustados de otros animales y de nuestros propios
pensamientos, para terminar pidiendo que nos controle, pero siempre desde un
carácter voluntario.
[1] Este concepto de libertad es
sòlo referencial y lo entiendo en forma figurativa, en contra posición al
àmbito pùblico ateniense. Sin embargo la
utilización de la idea de libertad intimista y recluida es netamente una concepción
liberal burguesa, que remite a un sesgo totalmente individualista y por lo
tanto justificativo de un orden opresor y explotador. No puede haber libertad individual, por que
toda libertad del hombre remite a lo social, las cadenas que ataban al hombre a
las leyes de la naturaleza fueron rotas por la asociación entre iguales. Asì
tambièn la idea de una libertad metafìsica es falsa, no hay libertad de
conciencia, de creación o de concepto, sin la libertad material, en la cual el
hombre puede desarrollarse como tal, ser el verdadero creador y controlador de
todos los procesos sociales. Por lo tanto si como hombres creadores nos
refugiamos en nosotros mismo, ante un sistema de producción opresor, somos
meros presos aislados de nuestras capacidades y de otro hombre como igual. No
vivimos, sobrevivimos, naufragamos.
[2] La medición del tiempo y la configuración de los espacios aparecen
como los entendemos hoy en dìa, con la revoluciòn industrial.
[3] La ergonomía hace explícito las técnicas para máquina y cuerpo se
fusionen en pos de la eficacia productiva.
[4] Como sostiene Marx la mercancìa es la fuerza de trabajo que el obrero
debe vender en el mercado, no es su cuerpo. Si lo fuese serìa un esclavo y el
sistema capitalista necesita hombres libres que sostengan su propia
supervivencia y la de sus hijos futuros productores.
[5] La maximización del tiempo y el espacio hizo que las fàbricas se
impusieran y arruinaran la economìa de las aldeas y de los pequeños artesanos,
a si tambièn los convirtió en obreros alienados atrás de una máquina.
La patada del burro
Ibarra Eduardo
A pocos días del
fallecimiento de nuestra querida compañera Fanny, los comunista no sólo nos
encontramos en la congoja del dolor, sino también en un proceso de asimilación
de todo su ejemplo y enseñanzas, que abarca 101 años de historia de una vida
digna de ser vivida, donde el ser humano se encuentra amalgamado en la
concepción más alta que se puede aspirar, la de militante político.
Es difícil resumir
todo lo que significó Fanny y no menos complicado es llegar a una síntesis de
su vida y obra, con sus aciertos y sus errores, con momentos de tristezas y
alegrías y con las contradicciones de quien, desde el marxismo, intenta cambiar
la realidad y no quedarse en la retórica de escritorio, que nada tiene que ver
con la concepción de la dialéctica materialista.
En vida Fanny fue
reconocida a nivel internacional y nacional, con demostraciones de afecto que
se manifestaron en sendos actos y conmemoraciones. A su muerte desde todos los
medios y sectores populares, expresaron sentimientos de dolor y respeto.
Sin embargo, y ante
nuestro asombro, la prensa del partido obrero (de pretensiones de vanguardia
obrera), publica una nota titulada “Fanny Edelman y la leyenda estalinista”,
donde un tal Alejandro Guerrero hace un pobre, mediocre y falaz racconto de la
vida de nuestra dirigente.
Para empezar a èste
notero le preocupa que se le llame “fundadora del partido comunista”, por que
el partido fue fundado en 1918 como escisión del partido socialista y Fanny
habìa nacido siete años antes, incorporándose al PC en la dècada del 30.
Esta preocupación
resulta extraña a alguien que no pertenece a las filas del partido comunista,
en donde Fanny tiene màs años de militancia que de vida de quien escribe esa
pobre nota. Tambièn es lògico que no se entienda que la fundaciòn de un partido
de trabajadores, se construye con el sacrificio de todos sus militantes y
dirigentes, ósea es un proceso que difícilmente entiendan los elitistas de
Altamira.
La nota continúa
con la mención de la participación en la Guerra Civil Española, en la
que no resalta la entrega de una militante internacionalista en la causa de
cualquier pueblo del mundo, sino la califica como agente del estalinismo que
llevò a la derrota a la
Repùblica frente a las huestes de Franco; y por un acto de
malabarismo, tambièn le endilga la caìda de Francia a manos de los nazis
¿?. Cabe recordar que Fanny con veinte
años no dudò en poner en riesgo su vida por su compromiso revolucionario, cosa
que poco puede comprender èste notero valiente de escritorio, cuyo mayor acto
de arrojo, habrà sido abrir la heladera descalzo.
Siguiendo su pobre
línea argumental califica al partido comunista como aparato de la KGB , sin ninguna o pobre
representación en las clases trabajadoras. Grueso error històrico si los hay,
ya que el partido tenìa un gran sustento entre las masas obreras y dominaba
muchos sindicatos, entre ellos el que màs se destacò por su no claudicación a
Peròn, fue el de la carne de Peter; serìa bueno que èste analista improvisado
comparara la inserción de su minúsculo partido, con la del partido comunista en
la dècada del 30 y 40.
En su afàn de
denostar al partido, usando como trampolín a la figura de Fanny, se olvida del
proyecto polìtico de Peròn, que hacìa imposible toda alianza con un partido
marxista, y la situación de asfixia que soportaba la URSS , la cual debìa maniobrar
ante un mundo que articulaba una guerra inter imperialista en contra de un paìs
socialista atrasado, cercado y bloqueado.
Tampoco duda en
calificar a Fanny como responsable de una polìtica criminal, por la
participación de PC en la Uniòn Democràtica ;
rompe con todos los esquemas polìticos teòricos al entender como un crimen una
alianza electoral, obviamente olvidando a todos los militantes asesinados y
torturados bajo el aparato represivo del primer peronismo.
Para terminar su
relato infanto/senil, vuelve a hacer responsable a Fanny de la dictadura de
Videla en complicidad con la URSS. Por
supuesto que no ahonda en este concepto, sólo lo menciona, sin tomar en cuenta
todos los muertos y torturados que tuvo el partido, toda la defensa que se hizo
en la dictadura, de los militantes propios y ajenos (ver Isidoro Gilbert: La Fede ) y de la autocrítica a
esa política errónea, en el XVI congreso, donde cabe recordad Fanny fue parte
de esa ola revolucionaria.
Y así termina éste falaz,
tendencioso y manipulado relato, que tiene a Fanny como centro de agravios
gratuitos.
Es llamativo como
este valiente militante del PO, tuvo el coraje de atacar a una mujer de 101
años después de muerta.
Si tomamos en
cuenta que el PO es un partido sin historia, que toma al marxismo como un
mandato bíblico, no sorprende la interpretación que hace de aquellos militantes
que lucharon sin mezquindades ni especulaciones. Un partido que utiliza una visión
sesgada de Marx y Lenin, para utilizarlos como dedo acusador de todo proceso
que no los tienen como protagonistas (ósea la inmensa mayoría). Un partido de mezquinos
que no reconocen matices, ni distintas formas de interpretaciones.
El PO ataca
cobardemente a Fanny para pegarle al PC, sin reparar en la solidaridad que el
partido expresó por todos los medios, para con Mariano Ferreyra.
El PO a través de
su pobre notero, interpreta la historia desde una visión idealista e
interesada, sin tener en cuenta los hechos acaecidos, ni los distintos factores
condicionantes, haciendo fácil la crítica 60 años después, con todos los
resultados sobre la mesa y con la impunidad del que nunca ha llevado nada a la práctica
concreta, salvo reclamos y recriminaciones.
Por eso el PO es un
partido mesiánico y sectario, que no pretende tomar el poder, sino cuidar su
kiosquito.
Desde su
ahistoricidad se proclama como la
verdadera izquierda, desconociendo toda la lucha y logros de años que los
trabajadores y combatientes marxistas tuvieron en el ámbito nacional, que
superaron con creces un paupérrimo 2% en
una elección presidencial. Un 2% logrado por misericordia de un electorado
mediático, ante el ruego de un milagro santificador y teniendo a un farandulero
como sujeto histórico.
En definitiva, el
peor pecado que cometiò Fanny para el PO, fue haber sido consecuente en la
teorìa y los hechos. Es tan asì de fuerte que sòlo un cobarde y eunuco se
atreve a denostarla después de muerta.
Periodismo serio
Ibarra Eduardo
La mirada errónea
Siempre que escucho y veo a los personeros de la derecha;
esas mentes que se llaman liberales, los noto con un alto grado de soberbia y
en una posición de saberlo todo. Desde un lugar elevado por sobre todo lo común
o los comunes, con una mirada despreciativa hacia aquellos que no hemos
adquirido su tan elitista sabiduría, disparan su desprecio y asco por lo
popular.
Un ejemplo claro es Roberto García, periodista de Ámbito
Financiero y conductor del programa televisivo La Mirada, que se trasmite por
canal 26. En dicho programa del lunes 5 de marzo de 2012, este periodista, quiso
hacer un comentario cínico y auto elevado de conocimiento histórico,
mencionando un viaje de Guillermo Moreno hacia Angola acompañado con un grupo
de empresarios, los cuales y de acuerdo a dichos de éste reverendo comunicador,
era un viaje en compensación a las trabas por las importaciones, y sus consecuentes desventajas, con lo cual se
podría abrir nuevos mercados y realizar grandes negocios en el país africano.
En el marco de dicha noticia hizo mención de la ironía de la historia, que
otrora había sido el país donde había peleó el Che Guevara, logrando poner casi
a gusto a un presidente. Todo esto como correlato de un libro “que nos dejó”
llamado El año en que estuvimos en ninguna parte.
Si se deja llevar por
la impostura de superioridad que emana desde la pantalla dicho personaje, uno
no puede más que obnubilarse frente a tamaño dato y caer rendido ante la
sabiduría del pro hombre libre pensador y de su figura trajeada acompasada de
una cara con pocos rasgos expresivos;
casi todos repulsivos.
Toda ésta pintura se va desfigurando a la medida que se
constatan los datos vertidos con los hechos históricos. Este relato sería
perfecto si el país se llamara Congo, donde si peleo El Che en el años 1965.
También sería casi perfecto si el propio Guevara no se hubiese ido criticando
la falta de madures revolucionaria de los cuadro insurgentes autóctonos y
especialmente de su líder Kabila, quién no fue presidente sino varias décadas
después. Por lo cual difícilmente hubiese podido El Che haber designado al
distendido guerrillero congoleño; salvo que se hagan místicas conjeturas post
mortem.
Quizás todo este error haya partido de la lectura del libro
“que nos dejó” sobre dicha experiencia guerrillera africana, ya que dicho libro
fue escrito a mediados de los noventas por Taibo II, Froilán Escobar y Félix
Guerra.
Cuando la forma se pone por arriba de la sustancia, todo se
vuelve ridículo.
¿Qué
es un crimen?
Las noticias juntan
cadáveres como en una guerra sin tregua; sin un minuto de respiro la sangre
se seca en lo profundo de nuestros miedos más primitivos, recordándonos que
somos meros animales vivos; y por ende finitos y frágiles. Es una guerra que no
tiene como fin el ganar sobre otro bando ni provocar bajas, sino la de generar
la mayor cantidad de angustia y estados no reflexivos, donde el
animal se sienta acorralado e indefenso, presto a recibir todo tipo de consuelo
(sacrificio incluído).
Podríamos interpretar las expresiones
de dolor de lo ajeno como un hecho que nos acerca a la idea de comunidad, como
una idea platónica en la cual todos sienten alegría y tristeza por cada uno de
sus miembros, como un cuerpo que siente dolor cuando una de sus partes es
lastimada. Ante la idea de comunidad nos surge indefectiblemente la concepción
del bien común; y ese bien común nos lleva a considerar como eje central a la
propia vida; pero si hablamos de vida, ¿de qué tipo de vida estamos hablando?.
Los antiguos griegos vendràn a decirnos que el fin es la buena vida, todo
aquello que refiere a la comunidad es la buena vida, no la del placer sino la del conocimiento, lo esencial, la verdad, lo justo, lo bello e
inmutable, que trasciende màs allà de la multiplicidad de opiniones.
¿Qué significa la imagen del cadáver de
una nena tirada en un basural, rodeada por políticos, policías, multitudes,
medios y una madre en un acto de reconocimiento? , ¿Qué mensaje se nos quiere
transmitir? ¿Cómo debemos decodificarlo?. La multitud ruge, pero no siente como
propio el dolor ajeno, solo expresa frustraciones como animal herido. Teme por
su vida, pero teme más allá de eso, siente algo más profundo, algo que no tiene
nombre, a lo que no se le quiere poner nombre. Es tan oscuro que no puede salir
a la luz, debe ser negado y sin conocer al asesino debe ser eliminado para
volver a ocultarlo en lo profundo de esa oscuridad sin nombre. Teme ver el
verdadero rostro en su propio espejo, la imagen reflejada nos muestra la verdad
de nuestra esencia, porque no es un reflejo, sino la esencia misma de una vida
representada.
La solidaridad no es el dolor del otro
en nuestro propio cuerpo, es el método por el cual licuamos nuestras
mezquindades; aullidos que piden muerte, llantos histérìcos que acusan, actores
protagonizando melodramas, mediadores televisivos compitiendo en carrera de
caras compungidas; y la verdad inmutable queda bien disfrazada, un teatro de
sombras que odia la luz.
Tal es el miedo a la verdad que el
rostro asesino queda perdido en una inmensidad de hipótesis y opiniones. Ese
rostro habla de un nosotros y no de un otro, es el producto de nuestra propia
esencia social, no como la categoría ficticia de comunidad, sino como la de una
sociedad real, fraccionada, dividida, que funda su razón de ser en la
acumulación competitiva de riquezas, que confunde placer con bien, que pide
justicia sin idea de lo justo, que habla de igualdades desiguales, que huye
aterrada de todo tipo de responsabilidades.
Una sociedad toda rota hoy siente dolor
como mañana sentirá felicidad, que hoy aplaude con las mismas ganas con las que
mañana gritará.
Una sociedad toda rota busca el término
medio para no jugarse nunca por nada, se para en un punto equidistante a todo,
para odiar y querer sin ningùn compromiso.
Una sociedad toda rota en un punto
equidistante que tiene opinión pero carece de conocimiento
Una sociedad toda rota en un punto
equidistante con opinión que habla desde el sentido común de un discurso
impuesto.
Una sociedad toda rota en un punto
equidistante, con opinión desde el sentido comùn, es un cúmulo de
individualidades.
Una sociedad toda rota es una jauría de
bestias bañadas en sangre de la cual nacen asesinos.
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