El sonido de las letras

El capitalismo sin rostro
Eduardo Ibarra


Si los cables de wikileaks fueron una bomba política al centro del poder mundial y al corazón del imperio norteamericano, los llamados Panamá papers son un golpe al sistema económico mundial. Aunque el descubrimiento periodístico tiene similitudes en cuanto a cómo lograron hacerse con el material y la forma de tratar y difundir el tema, difiere en cuanto a la naturaleza de los mismos.
En el caso de los wikileaks el impacto quedó circunscripto al ámbito de las Relaciones Internacionales y a los asuntos de cancillerías, cuestión que quedó lejos de la preocupación cotidiana del hombre común. En el nuevo escándalo por el descubrimiento de los archivos, del mayor estudio de abogados de Panamá, puede llegar a tener implicancias mucho más profundas y dañinas al sistema capitalista globalizado, dependiendo del grado de concientización de lo que se está poniendo en juego y de la implicancia  en la vida de los pueblos.

Las denuncias por los paraísos fiscales no son nuevas, ya en la década de los 70s el propio Vaticano fue descubierto en una triangulación (a través del Banco Ambrosiano) de lavado de dinero proveniente de la mafia, la masonería y otros orígenes non sanctos. La diferencia entre casos puntuales y los archivos de Panamá papers es la implicancia de las propias reglas del sistema financiero, la esencia misma del capitalismo y su reproducción, conjuntamente con la cantidad de actores de peso internacional involucrados.

Màs allà de los nombres lo que demuestran èstos archivos es la lógica del sistema y las formas en las que va cambiando a medida que pasa de una etapa a otra en su desarrollo histórico.
 Durante la gestación del capitalismo, siglo XII aproximadamente, el comercio fue la actividad que dio la posibilidad de desarrollar una nueva relación social diferente al sistema servil agrario del feudalismo, así como la de generar excedentes para que en unos siglos más tarde se diera un salto cualitativo a la etapa manufacturera e industrial. En la segunda mitad del siglo XIX fue la aparición de la industria pesada, junto con los nuevos conglomerados empresariales, que produjeron una nueva forma de concentración y centralización de la economía. A la par con nuevas técnicas de explotación (fordismo y taylorismo) los monopolios estiraron sus brazos más allá de las fronteras nacionales lo que provocó las guerras mundiales.
Dentro de un mundo bipolar EEUU se erigió como el claro ganador en la contienda intercapitalista, en la cual la lucha contra el bloque socialista, el desarrollo tecnológico y la hiperacumulaciòn de los grandes conglomerados empresariales generaron una nueva etapa en la vida del capitalismo.
En los 70s las llamadas multinacionales emergieron como nuevos actores de la Relaciones internacionales, quienes necesitaron de nuevos mercados y nuevas formas de acumulación para la reproducción del sistema. Por lo cual, de una etapa dominada por el capital industrial, se engendró una nueva etapa dominada por el capital financiero globalizado e hiperconectado en todos los rincones del planeta; ya nada sería ajeno a la expansión y crisis de los mercados bursátiles, una vez derrotada la URSS.
El desarrollo del capitalismo estuvo marcado por distintos métodos de producción, por las luchas interburguesas, por  luchas de distintas fracciones dentro de la clase y las distintas formas de doblegar y dominar al proletario a lo largo de la historia.
Para entender el por qué de las empresas off shore y los conglomerados financieros, es necesario comprender las distintas formas de sustracción de la plusvalía por parte los capitalistas a los trabajadores. 
Desde el comienzo de la revolución industrial la manera de explotar  a los trabajadores fue por medio de manufactura, en la cual el obrero todavía conservaba cierto control en la producción total del producto, pero ya no como artesano sino como operario. Esta situación se fue modificando a través de la introducción de nuevas tecnologías y el desarrollo de la división social del trabajo hacia la producción de las mercancías a más grandes escalas, lo cual se hizo por medio del trabajo a destajo descentralizado en los distintos hogares de los trabajadores o en establecimientos donde se ejercía un mayor control de lo producido. A fines del siglo XIX, la industria pesada modificó el método de producción y produjo un salto cualitativo en el desarrollo internacional del capitalismo, que con creación del acero para la producción de ferrocarriles, barcos y maquinarias, las distancias y los costos fueron cambiando significativamente.
Entrado el siglo XX las nuevas técnicas fueron variando en distintos aspectos, como se mencionó antes, la producción en serie junto con la nueva moral impuesta al obrero se conjugaron con las distintas formas de concentración y centralización de los grupos empresariales, desde los Trust, cáteles, organizaciones verticales u horizontales, etc., las empresas se fueron transformando en conglomerados.  

El desarrollo del capitalismo en cada una de sus etapas no estuvo determinado únicamente por las condiciones objetivas (sean técnicas, tecnológicas o de recursos), también estuvo enmarcado dentro de la puja social entre la explotación y de la resistencia de la clase obrera.

Desde sus comienzos la conformación de la burguesía como clase tuvo un rostro humano representado por los incipientes propietarios de las distintas empresas, sea comercial o financiera. En la Alta Edad Media fueron los navegantes del Mediterráneo quienes tuvieron la mayor capacidad de desarrollo económico. En la Baja Edad Media y con el advenimiento del Estado Absolutista necesitado de recursos para solventar el lujo de las distintas Cortes, hicieron su aparición los novedosos prestamistas, en lo que se conocería como las instituciones bancarias, donde distintas familias (muchas de origen judío) produjeron un linaje generacional dedicado a ésta actividad específica.


El hombre hecho a sí mismo

Para las teorías fundadoras de la filosofía liberal ( Jhon Locke y  Adam Smith), el individuo fue el eje fundamental del basamento de la sociedad civil. Dentro de ésta corriente de pensamiento ese individuo que se hace a sí mismo sin necesidad de lazos solidarios, la clase es negada o desconocida.
 El individuo en Locke es quien posee lo que obtiene por medio  de su trabajo,  mientras en Smith todo aquello que beneficia al individuo también beneficia a la sociedad; es obvio que cuando hablan del individuo están hablando del burgués que se va aspirando a ser la clase dominante.

En el transcurso de la revolución industrial quienes eran propietarios de las fábricas, sean chicas o grandes, eran personalidades que representaban a ese self made man surgido desde su propia virtud y capacidad, plasmada en las nuevas e incipientes empresas capitalistas, dirigidas y representadas por los mismos propietarios fundadores.
Es el sujeto social que simboliza el sistema capitalista que crea y posee, que no tiene lazos estamentales, ni herencia de sangre, aunque sí de lazos hereditarios propietarios; ésta es la falencia ontológica primaria (no la única) del sujeto social construido por la burguesía.
Durante el siglo XIX la burguesía fue consolidando su dominación, con resultados disímiles de acuerdo al desarrollo de cada país, al mismo tiempo en que se iba conformando la clase obrera como la negación de la clase explotadora. Esta nueva clase obrera formada en las grandes plantas industriales fue ejercitando sus músculos y su cerebro, anteponiendo a la dominación y coerción del Estado burgués las luchas revolucionarias cristalizadas en la Francia de 1848 y en la Comuna de París de 1871.
La clase obrera tuvo durante el siglo XIX a su enemigo de clase frente a frente, tanto sea en las fábricas como  en un Estado conformado a imagen y semejanza de lo que la burguesía y los viejos estamentos europeos necesitaban para ejercer su dominación. Mientras en las fábricas el obrero, embrión y génesis de todas las ofensas, se encontraba cara a cara con la explotación, las relaciones sociales tenían el rostro humano de quien era el poseedor de los medios de producción, cuyo nombre y apellido  era su propia marca registrada. El patrón tenía presencia corporal, controlaba y vigilaba directamente o por medio de un cuerpo jerárquico. El sistema transparentaba la clara imposición de un grupo social sobre otro, explicitando quién imponía las leyes y signaba valores de acuerdo a sus intereses. La explotación era del hombre por el hombre, dentro de un marco social creado en función del mantenimiento de privilegios para unos y sometimiento para otros, que clarificaba quien era el enemigo a vencer dentro de una guerra de trincheras bien determinadas.
Esto puso en entredicho la pretendida hegemonía de la burguesía hacia la sociedad civil, al mismo tiempo que cuestionaba la dominación por medio del monopolio de la legítima violencia estatal.

A medida que las nuevas tecnologías fueron incorporadas a la producción, la composición orgánica del capital fue cambiando, alienando aún más al obrero y subsumiéndolo en la propia mercancía producida. El objeto cobraba vida frente a un sujeto objetivado.
La despersonalización del obrero frente a la tecnología (lo que Marx llamó trabajo pretérito) tuvo su correlato en la necesidad de la burguesía de generar una nueva cultura que naturalizara la mercantilización de la vida y quebrara así la identidad socialista de las clases trabajadoras (taylorismo), al tiempo que la circulación del capital a escala mundial imponía nuevas formar de reproducción, donde ya no era necesario el propietario “estático” en su propia fábrica, sino un inversor versátil y globalizado, que el propio desarrollo mundial del capitalismo hacía necesario ante la erupción del capital financiero como eje central del propio sistema.
La necesidad de crear nuevos mercados a fin de que el capital no se estanque y muera, tuvo en su fase financiera la fórmula “mágica” para crear nuevos ámbitos para “desahogar” la sobreproducción y generar nuevos lazos sociales de dependencia entre las naciones.
Para entender esto es necesario comprender que el capital es una relación social y que todo capital que se inmoviliza deja de ser capital.


Ahora bien, si el flujo financiero tuvo la particularidad de movilizar una masa varias veces superior a todos los PBI de los países del mundo, también despersonalizó a la burguesía en su rol de clase explotadora de los trabajadores y saqueadora de las regiones empobrecidas. Las sociedades anónimas y otros tipos de fusiones invisibilizaron al burgués mientras naturalizaban las leyes del mercado, para así quitar del medio todo rasgo social ante la situación de empobrecimiento de la población mundial.
Siguiendo ésta lógica, ya no hay causa ni efecto, todo se da por leyes que son inherentes a nuestra existencia, lo cual hace inútil luchar u oponer resistencia. Así, como sin oxígeno no  podríamos respirar, las leyes del capitalismo se nos impone a modo de leyes inmutables y eternas, en las cuales vivimos en una suerte de libertad regida por la necesidad de vivir atados a ellas (el reino de la necesidad). Rememorando el panóptico de Foucault, ya no se necesita del ojo vigilante del amo que alimenta al ganado, sino que la dominación está internalizada en nosotros mismos, atados al oxígeno que nos somete pero al mismo tiempo nos hace creer que no podemos prescindir de él.
La burguesía logra de éste modo la aceptación de que la conservación de privilegios no es la voluntad de una clase, sino de reglas que disponen armoniosamente las partes en un todo, donde unos ganan todo y otros pierden todo. Los trabajadores son, de éste modo, meros hombres productores de su propia supervivencia.

Sin rostro humano y con relaciones sociales naturalizadas, los explotados se encuentran ante un enemigo invisible, etéreo, donde todo intento de resistencia son golpes al vacío. Ya no se trata de la omnipresencia de la burguesía, sino de internalizar la dominación, de ser nuestros propios carceleros.



Desde lejos no se ve.

A través de la historia del capitalismo la burguesía fue ganando experiencia en las formas para consolidar la dominación y la hegemonía en la sociedad civil. Experiencias que estuvieron cruzadas por grandes enfrentamientos (huelgas, movilizaciones, etc.) o por grandes derrotas (revoluciones, guerras civiles, guerra de guerrillas, etc.), lo cual devino en escindir la dominación entre poder político y poder económicos. La conformación de políticos profesionales con una burocracia especializada, desligó a los empresarios de la confrontación directa y la lucha política por los espacios de gobierno, preservando así al poder económico ante una crisis política, o derivando las crisis económicas, manifestadas en estallidos sociales, hacia los dirigentes políticos.
Como una suerte de fusibles eléctricos los políticos cumplen su rol no sin cortos circuitos con los grupos concentrados. Es así, en parte, como se logra salvar las relaciones sociales de producción y regenerar la gobernabilidad cambiando a una casta política por otra.

Es significativo como éstos roles jugaron un papel importante en la crisis hiperinflacionaria de 1989 y la crisis de la convertibilidad del 2001 en Argentina. Otro ejemplo es como en el capitalismo maduro de EEUU, devenido en imperialismo, los conglomerados económicos ejercen presión (lobbies) a los congresistas y al ejecutivo a fin de que gobiernen en consonancia con sus intereses. La legalidad del lobbie en EEUU termina haciendo del régimen político democrático un eufemismo. Eufemismo para no llamar plutocracia a la democracia yanqui.

En otro extremo se encuentra el nuevo capitalismo impuesto en la ex URSS y en los países que integrantes del ex Pacto de Varsovia. Después de la caída del bloque soviético, la inmensa mayoría de la burocracia se apropió de las fábricas y de todos los medios del Estado a fin de convertirse en una nueva burguesía. Esta etapa del capitalismo en los ex países socialista tuvo la impronta de un capitalismo inmaduro, donde la ilegalidad lindaba con la ley y la imposición de la protoburguesía mafiosa con la legitimación de la nueva forma de propiedad privada.
Marx decía que el capitalismo nace chorreando sangre y lodo, lo cual demuestra como la clase burguesa tuvo su período de violencia explicita y privada, para hacerse de los medios de producción y de sometimiento a los trabajadores. De mafioso a señores empresarios todas las burguesías siguen un mismo camino, pero en distintos tiempos y lugares. Otros de los aspectos idénticos a la génesis del capitalismo inmaduro, es la no separación entre los organismos políticos del Estado y los medios económicos. Como en los siglos XVIII en Inglaterra o el siglo XIX en EEUU, fueron los propios burgueses que detentaron cargos estatales, mientras que en el siglo XX esos puestos fueron delegados a los políticos de carrera o profesionales; aquí hay que destacar los famosos estudios sobre la burocracia de Max Weber.
El propio presidente Vladimir Putin es un burócrata de la KGB devenido en capitalista que a su vez ejerce la política como caudillo, lo cual manifiesta en qué etapa se encuentra la burguesía autóctona dentro de Rusia.
Otro ejemplo claro de la inmadurez de ésta nueva burguesía fue la lucha separatista de las regiones de Crimea, Donetsk y Lugansk, que al producirse el golpe de Estado prooccidental en Ucrania, se rebelaron contra todo el sistema social y político, ya la propia burocracia estatal era ejercida por los mismos grupos mafiosos que se habían adueñado de las fábricas una vez caído el bloque soviético. Por lo tanto al oponerse a los estamentos estatales se opusieron a la propia burguesía.

Aunque el caso de Donald Trump en EEUU y Mauricio Macri en Argentina son claros ejemplos de supuestos empresarios exitosos que juegan en el ámbito político, no deja de ser una excepción de actores económicos con una conducta ajena a sus grupos de pertenencia. Si bien son empresarios que hacen política, también son el emergente de una burguesía que supo aportar a distintos candidatos electorales en distintas épocas (inclusive Trump aportó plata tanto a Hilary como a los republicanos en la anterior elección presidencial) y que también  expandieron sus empresas haciendo negocios con los distintos gobiernos (la familia Macri supo desarrollar sus negocios desde la última dictadura hasta el gobierno kirchnerista).


La ideología de lo oculto

Marx logró comprender, por medio del materialismo histórico, que las relaciones sociales capitalistas no son inherentes al ser humano, sino que son la emergente de la lucha entre clases por la obtención del excedente producido en un momento histórico dado, lo cual lo llevó a develar que la naturalización del sistema capitalista era sólo una forma de imponer la dominación de la burguesía hacia el proletariado, y que todo proceso histórico contiene su certificado de muerte en sus entrañas.
Desde la cárcel fascista Gramsci pudo reflexionar sobre los escritos de Marx, la Revolución Rusa y la derrota de los obreros de Turín. Dentro de sus conclusiones pudo entender que la burguesía logró  imponerse y sobreponerse a las luchas obreras por medio del desarrollo de la hegemonía ideológico /cultural, logrando así que las clases subalternas incorporen como propios los intereses burgueses y naturalicen la explotación dentro del sistema capitalista. Por lo tanto, cuando estas clases subalternas internalizan el orden establecido como algo ajeno al desarrollo histórico socio/cultural, se coarta toda posibilidad de rebelión y del desarrollo de otra forma de relación social que no sea de la de la explotación del hombre por el hombre.

Cuando Marx y Engels sostuvieron que el capital no tenía ni patria ni bandera, pudieron ver la propia esencia del capitalismo y de la clase que lo sostiene. Comprendieron al burgués como ser social e histórico en su existencia ontológica de apropiador de plusvalor y reproductor del capital, en la cual se alienaba a la clase obrera pero que al mismo tiempo se alienaba así mismo dentro de su propio sistema.  La Revolución industrial en el siglo XVIII y XIX contó con la capacidad y la fuerza de una burguesía progresista e innovadora en los métodos de producción y de una nueva forma de conformación social y política de la sociedad. Más de dos siglos después la burguesía financiera se fue disociando de la producción y comercialización de las mercancías, para relegarse a una esfera de generación de dinero por medio del dinero, dominando sólo las técnicas financieras que poco o nada responden a la realidad productiva de la economía de los pueblos.

Por lo tanto la burguesía financiera imperialista se reafirma ontológicamente en la reproducción de su presente, pero teleológicamente es nula. Mientras el proletariado está coartado en la alienación que objetiviza su subjetividad y anula sus potencialidades, se potencia a su vez teleológicamente mediante la negación de su ontología. La burguesía es y se reafirma en un presente sin futuro, mientras que la clase obrera trata de negar su presente en una realización futura negándose como clase.



La burguesía no reafirma su poder solo en la cohesión estatal, ni en la posesión de los medios económicos de producción al determinar la dominación de la superestructura, como sostuvo el estructuralismo althusseriano, sino que, como mencionó Gramsci, en los países con una sociedad civil desarrollada, son los intelectuales orgánicos los que transforman la ideología dominante en sentido común, haciendo aceptable los valores burgueses para el resto de las clases sociales.

… Se puede fijar dos grandes planos superestructurales, el que se puede llamar de la “sociedad civil”, que está formado por el conjunto de los organismos vulgarmente llamados “privados”, y  el de la “sociedad política o Estado”, y que corresponde a la función de “hegemonía” que el grupo dominante ejerce en toda sociedad y a la de “dominio directo” o de comando que se expresa en el Estado y en el gobierno “jurídico”. Estas funciones son precisamente organizativas y conectivas. Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber: 1) del “consenso” espontáneo que las grandes masas de la población da a la dirección impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante, consenso que históricamente nace del prestigio ( y por lo tanto confianza) que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de la producción: 2) del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente” la disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo. “Cuadernos de la Cárcel, Los intelectuales y la organización de la cultura”.


En este sentido, durante la revolución húngara, György Lukács escribía sobre los modernos partidos políticos como una forma  concebida dentro de la propia sociedad capitalista para universalizar la cultura y abarcar las amplias capas sociales, cuya existencia y conciencia no eran acorde a la burguesía.

“El moderno concepto de partido nació en la sociedad capitalista. El fundamento de su existencia, junto con la complejidad de las contradicciones de intereses dentro de la clase dominante (cuya unidad solo puede volvérsele manifiesta al proletario) es el hecho  de que amplias capas de la sociedad capitalista (pequeñoburgueses, intelectuales, campesinos) no poseían una pertenencia de clase unívoca, ni una conciencia clara acorde con dicha pertenencia.
La esencia de la organización de un partido consiste pues, en la nebulosidad de la conciencia de clase.
…El partido representa, aparentemente, los intereses de la “totalidad”, y no solo los de la clase individual.
…El recubrimiento ideológico solo tenía el fin de conseguir que grupos sociales despojados de conciencia clara se pusieran al servicio de ciertos intereses”. Artículo de “Partido y clase” 1919

Por lo tanto los partidos políticos son un instrumento para superar las contradicciones de clases, al manifestarse como un instrumento universalizador de toda la sociedad, que busca el bien común. Si bien Lukács ve en su época que la construcción de hegemonía (al decir de Gramsci) era direccionada a grupos sin conciencia de clase, exceptuando a clase obrera húngara que si la tenía, actualmente vemos como las burguesías lograron quebrar la conciencia de clase y la cultura socialista de los trabajadores, imponiendo la cultura individualista y consumista a escala global, a través del desarrollo de organizaciones civiles como las ONG, Medios de comunicación, etc.


 La tan afamada globalización es la hegemonía del capitalismo financiero transnacional.

Si bien el desarrollo del capitalismo financiero tuvo como motivo primario el de expandir y reproducir el capital, ya sea en busca de nuevos mercados para la adquisición de materias primas o la de colocar productos elaborados, también tuvo como objeto la de conformar redes de sociedades que facilitaron la concentración y centralización de la economía, tanto a nivel nacional como mundial. Dentro de estas redes financieras los capitalistas pudieron (y pueden) transferir grandes recursos, evadiendo los diferentes controles estatales, diversificando la producción y ocultando los orígenes de quienes son los titulares de las sociedades.
Es así como un país puede ser saqueado por medio de las transacciones bursátiles bancarias, su moneda nacional  puede ser “atacada” por especuladores o sus empresas vaciadas para trasladarse a otros países con costos salariales más bajos.
La dominación del imperialismo por medio del capital financiero está necesariamente entrelazada con la hegemonía ideológica cultural, que universaliza los “valores” de la burguesía financiera y naturaliza las reglas del capitalismo.
 En el libro “Crisis financiera Global”, Merino y Formento, definen a esta nueva forma de capital financiero como una red horizontal y descentralizada territorialmente, que subordina las instituciones nacionales e internacionales:

“Se expresa en una Red de gerencias locales, en una relación de horizontalidad y autonomía entre ellas, pero subordinadas verticalmente al directorio de los dueños de las acciones de los fondos financieros de inversión global –FFIG-. Esta Red local se organiza como nodo que enlaza, media y coordina una estructura flexible, informal y tercerizada que alcanza como mínimo al 80 % de la estructura. El 20% restante lo compone la estructura formal de la gerencia local de la Red y de ensamble.”

“Esta forma de capital hace al tercer momento del capital financiero. Primero fue el capital financiero internacional, la forma internacionalizada de capital dinero a préstamo; luego la corporación multinacional que controlaba activos físicos en múltiples países, y ahora la forma de Red Financiera Global que supera al Estado nación de país central como territorialidad social, descentralizada fragmentada, hiperespecializa activos físicos y monopoliza el conocimiento estratégico de cómo hacerlo (know how).”


Por lo tanto, no sólo lo económico imprime su marca en la “nueva era globalizada”, también está enmarcada dentro de una nueva forma de dominación mundial a través de una despersonificación de la relaciones sociales. Ya no hay patrón de fábrica ni leyes impuestas por individuos, son sólo leyes y normas implícitas en un gobierno de nadie y sin basamento territorial.
Grupos financieros que compran empresas que no dirigen, de  productos que no conocen, en países a los que nunca viajaron. Reglas impuestas como leyes que no se escribieron y nunca se votaron.


Merino y Formento lo llaman Estado Red Global  y describen seis características centrales:

1)      Máxima liberalización del comercio internacional
2)      Constitución de un Gobierno Global. Multilateralismo unipolar contrapuesto al multilateralismo multipolar
3)      Desarrollo de Fuerzas Armadas Globales
4)      Democracia global virtual ficticia, con mayorías desmovilizadas, desarticuladas y desorganizadas.
5)      Dinero global electrónico
6)      Desarrollo de la Red de ciudades financieras globales – city`s financieras- como modo de territorialidad social.



Gobierno de nadie, fabricas sin dueños (visibles), ideología e intereses impuestos como leyes naturales. Esta es la forma más perversa y compleja a la que los pueblos del mundo están sometidos, donde toda resistencia es un golpe al vacío en la cara de un sistema  sin rostro humano.




La cultura empresarial
Ibarra Eduardo

Las generaciones que atravesaron la década de los 90s  vivieron unos de los tantos cambios históricos  que dejaron huellas y marcaron el devenir de la humanidad. Esos cambios para los que lo sufrieron en carne propia, fueron abruptos y a una velocidad casi imposible de imaginar.
Se ha dicho mucho sobre el cambio en el tablero internacional, la nueva configuración del mundo, el triunfo del individualismo por sobre cualquier concepción colectiva, el triunfo del fin de la historia y de las ideologías, y cómo el pragmatismo cobarde y sin cuestionamientos  coronó una época.  Pero no sólo la embestida del  dominio imperialista como punta de lanza del capitalismo mundial trajo el triunfo de los capitales financieros, también e indefectiblemente, el cambio vino de la mano de la ruptura de las relaciones sociales (ya obsoletas para los mercados) y de los necesarios cambios culturales para barrer todo vestigio de solidaridad, a fin de imponer, sin resistencia y en forma naturalizada, la cultura triunfalista del individualismo.
Como sostiene Néstor Kohan en su libro sobre “Poder y fetichismo en el pensamiento de Karl Marx, no existe separación entre la llamada superestructura y estructura. Indefectiblemente la subjetividad es inherente al hombre, ya que no hay relación entre las “condiciones objetivas” que no sean mediatizadas e intelectualizadas por la interpretación de cada actor social. Por lo tanto la avalancha del mercado globalizado vino cargada de apreciaciones y valores que marcaron rupturas y continuidades dentro de cada sociedad.
La nueva cultura del mercado tuvo manifestaciones explícitas sin ningún tipo de contención o resistencia  por parte de las clases subalternas, las cuales sufrieron dos derrotas históricas contundentes, primero en lo militar y segundo en lo ideológico. El cómo se manifestaron esas transformaciones culturales es lo que me interesa repasar brevemente.

Desde la vida cotidiana hasta los discursos políticos y publicitarios fueron impregnados por los nuevos valores del mercado financiero  globalizado, en función de la apertura de las economías nacionales a las exigencias del mundo globalizado. El propio Estado tuvo que reconfigurar las bases jurídicas para las nuevas relaciones sociales (flexibilización laboral, privatizaciones, respaldo jurídico para las inversiones extranjeras, etc.), en consonancia de la hegemonía del capital transnacional y financiero.
Cada parte de nuestras vidas fue resignificada, cada hecho cotidiano fue cargado de nuevos valores y nuevos propósitos,  no hubo contención para los que no se adaptaron al cambio, todo era ser parte o morir en el ostracismo; como aquel ciudadano desterrado de la antigua polis.
Toda la cultura se volcó al consumismo y los actos solidarios fueron separados de la esfera de lo político, para pasar al ámbito de lo privado, a las nuevas modas de las burguesías  globalizadas, quienes fueron  transformando la esencia misma de la solidaridad en actos banales y autorreferenciales. La política como herramienta de transformación fue desvirtuada y reemplazada por concepciones gerenciales/empresariales.
No sólo las nuevas prácticas que surgieron fueron expresadas con nuevas palabras; en su inmensa mayoría en idioma inglés, sino que las viejas costumbres fueron amoldadas con nuevos significados.
Cuanto más palabras en inglés, más prestigio social, aunque dichas palabras figuren en nuestro idioma español y no necesiten ser reemplazadas.

Las llamadas carreras universitarias tradicionales fueron perdiendo lugar ante las nuevas disciplinas de dudosas rigurosidades académicas y científicas, por lo cual la educación pública fue precarizada y vaciada a favor de las instituciones privadas que acogieron con beneplácito carreras como, coaching, marketing, publicidad, etc. Los difusores de la ideología de mercado fueron los grandes consultores que dictaron cursos para mimetizar los intereses de los empleados con los intereses de las empresas, que dentro de su andamiaje de adoctrinamiento ideológico tuvieron como eje materias como, los recursos humanos, el comportamiento motivacional, liderazgo y la famosa programación neurolingüística, etc. Claramente la educación fue un factor clave para asimilar los cambios en clave liberal y hacer que el esclavo no sólo termine admirando al amo, sino también pensando como él.
La música así como las distintas artes autóctonas fueron sepultadas y desacreditadas a favor de lo anglosajón, sin dejar posibilidad a que el intercambio cultural dé paso a nuevas formas de expresiones artísticas, para enriquecer a la propia cultura y así generar nuevas expresiones artísticas. La comida como parte de la idiosincrasia de cada país fue transformada en una cuestión de distinción de clase, donde el cocinero se convirtió en gourmet y los ingredientes tradicionales y accesibles pasaron a ser exóticos platos con vegetales y carnes extraídos de tierras lejanas. De la lechuga a las finas hiervas, del tuco a las salsas, del asado a las carnes asadas y del pescado al sushi… de la excentricidad a la estupidez.
Las ropas que otrora abrigaron o refrescaron de acuerdo al clima de las distintas estaciones, pasaron a ser elementos de distinción de clases y grupos de pertenencia, que a diferencia de las viejas modas,  las marcas vistieron más que las telas.
El almacenero  del barrio, aquel que nos fiaba, quedó en el museo de los recuerdos olvidados ante la avalancha de los supermercados de marcas transnacionales. Los negocios de ropas pasaron a ser parte de grandes conglomerados llamados shopping y el acto de comprar algo para satisfacer una necesidad se transformó en una experiencia cargada de placer y desahogo existencial, casi como la misma conformación del ser. El producto no importó tanto por su utilidad, sino por su valorización simbólica, y el acto de comprar cambió de un medio a un fin.
Casi como un terremoto todo cambió de significado y los nuevos valores surgieron sin que pudiésemos asimilar, ni tener una mirada crítica hacia los mismos.
Los tan admirados títulos de las viejas monarquías por parte de la burguesía, fueron reinventados y cada acto de la vida fue marcado por la coronación de algún título académico; sin importar la seriedad de la institución académica que lo emitiera. Por lo tanto los hábitos cotidianos fueron pasados  por el tamiz del prestigio social y la distinción de algún conocimiento específico, por lo que ir a comprar al almacén tuvo, necesariamente, que ser un acto complejo para  ir un shopping y hacerse de un personal shopper,  poner una mesa con sillas para morfar implicó la sofisticación de un licenciado en diseño de interiores, casarse dejó de ser un acto de amor para pasar a ser un gran acto social dirigido por un wedding planer, o el mero hecho de cortar el pasto requirió del conocimiento específico de un paisajista, y así con cada acto insignificante y cotidiano de nuestras vidas.


En el ámbito de la religión las nuevas costumbres liberales del dominio del capital financiero globalizado, dieron pie al  surgimiento de creencias extraterrenales de disciplinas  light, por lo cual se cambiaron los viejos rituales rígidos de la iglesia católica, tan afines a las oligarquías vacunas, por un collage de distintas creencias.  La nueva formación de una burguesía global  financiera se apegó a una nueva religión individual acorde a los nuevos ideales de riqueza, conford y libertad social, algo así como una religión express y a gusto del creyente. Esta fracción de la burguesía ganadora fue la que impuso, al ritmo de los negocios financieros globales y los gerenciamientos de las multinacionales, las nuevas técnicas combinadas del fen shuy, el  budismo,  el ecologismo y un sinfín de creencias  “made in”.


La ideología en fábulas

Todo el andamiaje globalista tuvo su eje en la idea del cambio permanente, una suerte de ley universal tan inviolable como la gravedad. Este cambio fue presentado como un hecho eterno y natural, al cual nos habíamos negados por estar aferrados a políticas proteccionistas y anti libre mercado, porque era nuestra obligación dejar de lado todo lazo con un pasado solidario, para navegar en las vertiginosas aguas de la adaptación.
Uno de exponentes de ésta cultura fue un libro llamado “Quién se ha robado mi queso”, el cual relataba en forma de fábula infantil las vicisitudes de unos ratones dentro de un laberinto. Estos animales personificados tenían gran cantidad de queso en una de las salas del laberinto y sus vidas eran llevadas sin sobresaltos, hasta que un día el apreciado alimento se acabó y las distintas actitudes frente a adversidad comenzaron a aflorar. Hubo ratones que no se movieron y sólo protestaron y otros que buscaron otra fuente de alimento. La moraleja era que sobrevivían los que se adaptaban al cambio, ese cambio que no tenía un por qué, ni un quien, sólo ocurría y había que aceptarlo mansamente. Este burdo mensaje ideológico sindicaba a los que resistían a la globalización y a la ideología neoliberal como quedados en el tiempo (los que se quedaron en el 45), mientras que aquellos que aceptaban las nuevas reglas de juego, eran los emprendedores proactivos, los ejemplos a seguir.
Otra de las fábulas que representaba tan claramente la escuela de Milton Friedman, era la de un maestro y su discípulo, quienes en un viaje de aprendizaje, se encuentran frente a una familia pobre que sólo contaba con una vaca. Si mediar palabra el maestro mata a la vaca ante la mirada atónita del alumno, quien compungido le pregunta el motivo. El maestro sólo dice que volverán un largo tiempo después para ver qué fue de esa familia.
Cumpliendo con lo dicho, ambos, vuelven a visitar a la familia pobre. Si bien el alumno no esperaba nada bueno, se asombra ante el resultado de tan drástico acto. La familia había prosperado, los padres habían comenzado un nuevo y próspero emprendimiento, los hijos estaban estudiando en distintas universidades y todo el grupo familiar ya no era pobre, sino todo lo contrario.  Moraleja, el maestro había cortado el lazo que los ataba a su situación de pobreza, por lo que la familia tuvo que adaptarse y crear nuevas fuentes de ingresos, lo que los llevó al éxito.

Esta nefata enseñanza impone una ideología contraria a la realidad. El capitalismo globalizado ha privatizado todo lo que posibilitaba un mínimo de bienestar al pueblo, ha cortado todo vínculo de solidaridad del Estado hacia los pobres y marginados, concentrando la riqueza en pocas manos mientras el hambre, la miseria y las guerras se propagaron por todo el mundo (sin vacas y sin quesos). De hecho la llamada “solidaridad” fue canalizada por medio de fundaciones y ONG armadas por los grandes capitalistas, permitiéndoles así evadir impuestos y disfrazar su culpabilidad en actos banales.

La finalidad de éste tipo de cuento es la de imponer una concepción del hombre aislado de todo entorno social y puesto en pie de igualdad en todas circunstancias, sin reparar en que la propia sociedad que proponen es extremadamente desigual, y los lazos sociales que se establecen son por medio de intereses antagónicos de clases.  El famoso cambio al que no definen ni analizan dentro de un contexto histórico, es la clara hegemonía de la burguesía financiera trasnacionalizada, que tras ésta máscara (algo esotérica y metafísica) oculta la imposición de sus intereses y objetivos.
 Cuando la burguesía domina la escena social, el cambio se impone a todas las demás clases subalternas, pero cuando son los trabajadores quienes se imponen e imponen nuevas reglas de juego, como ser la expropiación de los medios de producción, la burguesía no se adapta al cambio y desata una guerra civil. ¿A caso si nos quedamos con la vaca, no le estamos haciendo un favor?. Moraleja proletaria, hay que matar al maestro y no a la vaca.


Nota final
Siempre me llamó la atención que los cursos y los libros ideológicos empresariales estén escritos, o tomen ejemplos, como fábulas y que se trate de  aplicar a todo ámbito de la vida social por medio de vulgarizaciones y pobres lecturas de la realidad. Algunos ejemplos: en la política (Maquiavelo en la empresa), en la religión (ética empresarial) o de autoayuda (piense y hágase rico), etc.
Entiendo que esto no es casual, sino todo contrario. Es el producto de una ideología que al dominar al mundo como un mercado unificado, trata de imponer su hegemonía a las clases subalterna por medio de lecturas sencillas que arman la realidad en función de un mismo resultado. Vulgarizar, describir en forma superficial e infantil, imponer una conclusión lógica dentro de premisas establecidas, son parte de un relato que pone al subalterno en una posición infantil frente a un entrepreneur universal.  Todas nuestras vidas en clave empresarial, aunque las vaquitas sean ajenas.







La visita de Obama y la nueva estrategia regional.

Ibarra Eduardo

Hay un dicho que dice: cuando en EEUU los republicanos gobiernan enfocan sus políticas hacia afuera del continente americano y cuando gobiernan los demócratas vuelven su mirada hacia América Latina, por eso es siempre preferible que ganen los republicanos, ya que a la región le siempre le fue mejor cuando la dejan sola. Por más que no sea veraz éste dicho guarda una gran verdad, que es que los intereses de los países latinos no son compatibles con la política económica y geoestratégica norteamericana, que a lo largo de nuestra historia lo hemos sufrido, sean liberales o conservadores los que hayan gobernado indistintamente. La concepción mesiánica del destino manifiesto y la aplicación de la doctrina Monroe fueron los pilares ideológicos para imponernos su dominio como a meros actores subalternos al poder imperial.
La última visita de Obama a la región tuvo que ver con una nueva estrategia hacia nuestros países, pero con la misma intención de que volvamos a ser el patio trasero, una pieza más de su tablero mundial.
La visita a Cuba estuvo enmarcada en la nueva lógica liberal de que con el poder militar y las acciones directas (terroristas) no se va a poder derrotar a la Revolución. Los hechos históricos avalan en parte este fundamento, pero también los debates teóricos internos han ido perfilando las nuevas formas para volver a dominar la región.
Desde fines de la 2° Guerra Mundial las políticas externas de EEUU fueron concebidas bajo el paraguas de la teorías  realistas de las Relaciones Internacionales, las cuales centraban al Estado como único actor internacional dentro de un mundo anárquico (sin reglas ordenadoras sin una autoridad rectora) donde la lucha por el Poder determinaba la relaciones exteriores y cuyo eje central para ponderar era el militar (único factor fungible). A mediados de la década de los 70s y crisis del petróleo de por medio, surgieron nuevos actores y nuevas teorías las cuales entendían que el viejo poder militar direccionado por el Estado tenía que ir acompañado de nuevas variables o componentes, para así lograr la hegemonía mundial dentro de un orden no caótico ni violento, sino ordenado por  medio de las relaciones comerciales y culturales de mutua dependencia económica (costos), lo que Keohane y Nye denominaron interdependencia, el softpower en contra posición al hardpower. Casi medio siglo antes Gramsci ya había entendido que la hegemonía ideológica cultural se lograba en una sociedad civil desarrollada por medio de lo que llamó guerra de posiciones. 
Es dentro de éste nuevo contexto se produjo la visita de Obama.



Cuba

A pesar (y muy a pesar) de que los medios hegemónicos hayan caratulado la presencia de un presidente norteamericano en la Plaza de la Revolución, como el claro triunfo de la libertad de mercado por sobre el sistema socialista cubano, la realidad es mucho más esquiva a los titulares triunfalistas de cipayos y carroñeros.
La Revolución cubana, o sea el pueblo todo, ha luchado desde 1959 por ser reconocidos como un Estado independiente y soberano,  para poder entablar relaciones con los demás países, EEUU incluido, sin que por ello debiera rectificar su ideología ni doblegarse ante una imposición externa.
La pobre ecuación que difunden los voceros del imperialismo es que con la llegada de capitales privados el socialismo se irá desvaneciendo por el mero hecho de la accesibilidad a nuevos productos, entre ellos a nuevos medios de comunicaciones fundamentalmente internet.
Lo que en realidad esconden los enunciados del fin del socialismo en Cuba, es que se quiere poner fin a un sistema que ha sido un ejemplo del desarrollo humano desde los aspectos culturales, sociales y económicos;  ya Fidel Castro decía: levanten un mes el bloqueo y demostraremos de los que es capaz el socialismo. Se quiere poner fin a un ejemplo en el cual una pequeña isla con escasos recursos y bloqueada para comerciar con el resto del mundo, ha dado muestras de desarrollo humano (dentro de sus posibilidades), de dignidad y solidaridad internacional. Todo esto frente a la ponencia con infinidad recursos, la màs asesina y saqueadora  que haya existido en la historia de la humanidad,  y sin embargo la màs inequitativa para con sus congéneres.

Los voceros del imperialismo esgrimen un pobre determinismo económico por el cual el acceso a un mercado de mayor consumo implicaría un cambio en la concepción ideológica, cultural y moral de un pueblo, sin tener en cuenta que la conformación del ser social es mucho más amplia que el reflejo condicionante del nivel económico. Cuando se habla de la Revolución cubana no se ésta hablando del gobierno, ni del Partido Comunista, si no de la sociedad civil, de todo el pueblo cubano quien ha forjado la Revoluciòn y quien se ha forjado asì mismo en los valores del socialismo. Es justamente por eso que las acciones terroristas del gobierno de EEUU para asesinar a Fidel y cambiar al Gobierno no tuvieron grandes resultados, por lo cual ahora tratan de infiltrar a la comunidad cubana por medio de ONG que son meros instrumentos de la CIA y otras agencias del imperio, al mismo tiempo que utilizan a un grupo ínfimo de cubanos (blogueros, damas de blanco) para crear la imagen de que la sociedad civil está en contra del sistema socialista.

Obama hizo mención en su discurso sobre los Derechos Humanos y los presos políticos, pero de qué Derechos Humanos habla? De los que no tienen acceso a la salud, de los que no tienen dinero para tener una educación de calidad, de los que viven y mueren en las calles como animales, de los niños que mueren prematuramente por falta de atención y vacunas, de tener la mayor población adicta, de los que no tienen viviendas, de la falta de solidaridad para como el otro como hermano, del racismo y la xenofobia, de la violencia social, o de invadir países y masacrar pueblos, de torturar en cárceles clandestinas a cualquier persona de cualquier nacionalidad, de tener el mayor arsenal nuclear con capacidad de destruir al mundo diez veces, de tener un presupuesto militar tan grande que podría acabar con el hambre en el mundo si se lo usase para satisfacer las necesidades de los pobres del mundo, de poner o sacar dictadores, de apoyar regímenes fascistas y raciales, de financiar a terroristas, de realizar actos terroristas, de desestabilizar gobiernos democráticos, de manipular el comercio de las drogas ilícitas, de las bombas en Hirochima y Nagasaki, de usar al dólar como moneda de dominación económica financiera, de…
Cuando habla de presos políticos, habla de los terroristas que mandó EEUU a Cuba para asesinar y sabotear? O habla de la mayor población carcelaria del mundo, de los negros asesinados por la policía, de los latinos asesinados en el paso de la Frontera con Mèxico, o los presos en las cárceles clandestinas como Guantánamo. ¿Es el gobierno de EEUU el indicado para señalar quién es preso político y quién es  terrorista preso? Y los presos sociales?. Como mencionó un compañero, cuando en Cuba se hace una multa de tránsito se la acusa de violar los derechos humanos, cuando los yanquis provocan un genocidio están luchando por la libertad y la democracia (serán muertos felices entonces?).

Más allá de la pirotecnia mediática y los discursos prearmados como el del periodista “serio” del Grupo Clarín, Nelsón Castro, los cubanos han sido claros, la visita de Obama fue tomada con esperanza y expectativa, o sea no son ingenuos, y como dijo un cubano “de a pié”: nosotros vemos bien que un negro pueda llegar a ser Presidente, sobre todo teniendo en cuenta la lucha y el padecimiento de esa comunidad en EEUU, pero nosotros no tenemos esos problemas, nosotros no tenemos conciencia racial, nosotros tenemos conciencia política; el que hablaba era negro.



Argentina

Como corresponde a nuestro país y a cierto sector social, la visita de Obama fue una puesta en escena de alguien que pretende pasar a la historia con algún rasgo distintivo dentro de una gestión bastante pobre y deslucida. El show montado por y para el carismático y simpático presidente negro, obnubiló a los Medios hegemónicos oficialistas, quienes describieron la visita como un verdadero lazo de amistad para con la Argentina  a fin de hacernos ingresar al Mundo ¿?
Más allá del insuflar la mentalidad cipaya de los mismos de siempre, la visita tuvo varios objetivos entre los que se encuentran, la de alinear a la Argentina dentro de la política de seguridad hemisférica del imperialismo yanqui, por lo que cabe esperar que el tema de las Malvinas permanezca en el statu quo. También implica la puesta en marcha de una reforma de seguridad interna en la que posiblemente las Fuerzas Armadas entren en actividad para combatir al narcotráfico y el terrorismo, a pesar de que èsto ha representado en otros países la persecución de activistas políticos y luchadores sociales conjuntamente con  la infiltración del Ejército por parte de los narcotraficantes. La falta de una definición jurídica del término terrorista no es casual.
El otro eje importante es la de socavar las bases de sustentación del Unasur y de la Celac para asì volver a establecer la hegemonía de EEUU en América Latina, por lo cual Macri es visto como la punta de lanza para golpear a los gobiernos autónomos en el cono sur.
Otra cuestión importante que trasciende el nivel regional es la de ir incorporando a la Argentina en el Tratado de Libre Comercio (TLC) y en el eje Transpacífico para frenar el avance de China en el Pacífico y en Latino América.
Esta última cuestión tiene puntos controversiales para Macri y su gobierno, por un lado el TLC puede tener un impacto negativo en la economía nacional por el hecho de que estructuralmente EEUU y la Argentina no son complementarios sino competidores, amén de que la balanza comercial sería inmensamente deficitaria para nuestro país. La Argentina ha podido crecer por estar integrada al bloque regional (Mercosur) y comercializar con los países emergentes (Brics)
Otro punto controversial es que el Eje Pacífico que integran México, Perú, Colombia y Chile tiene su fundamentación geoestratégica en función de sus rutas comerciales hacia el Océano Pacífico; ¿hay que aclarar que nuestra ruta de comercio exterior es hacia el Atlántico? y ¿Qué costo tendría
integrar un bloque con Japón y EEUU contra uno de nuestros mayores socios comerciales?.
En definitiva, las grandes derrotas de EEUU en Oriente Medio y la pérdida de hegemonía en la región, hace que el imperio vuelva a apuntar su mirada sobre nosotros y nuestros recursos.






Los buitres y la bicicleta financiera
 Ibarra Eduardo


Mientras el Congreso discute en un primer round la aprobación de un nuevo endeudamiento para pagar otro endeudamiento (un sainete), los Medios de comunicaciones han repetido hasta el hartazgo que endeudarse y pagar a cualquier precio, es lo que corresponde para que el país entre de nuevo al Mundo.
Mientras Macri y su horda amenaza con el mismísimo infierno si no se aprueba el proyecto de pago, a como dé lugar, Sergio Massa corretea como una vedette despechada al ver que el oficialismo ya tiene cuórum propio.
Mientras que el bloque de las ratas por tirantes, de Bossio y compañía, alegan que es un problema que hay que resolver, como si fuera pagar la cuenta al almacenero para poder seguir sacando fiado, lo que queda del kirchnerismo esgrime un discurso ideológico de contenido nacional y popular, pero sólo en cuestión de achicar la cuenta del almacenero, sin mencionar que al carnicero le pagaron sin chistar.
Mientras se da por descontado que vamos a pagar contrayendo deuda, los bancos, que tienen a sus cuadros políticos dentro del propio gobierno, ofrecen su caritativa ayuda monetaria para que le paguemos a los fondos MNL, Capital y Aurelius; siempre que la caridad venga preñada de intereses.
Mientras los trabajadores, jubilados y el pueblo todo, mira como un convidado de piedra, su futuro se va hipotecando frente a los nuevos dueños de nuestro destino.
Frente a todo esto hoy apareció la frutilla del postre, los hold out que no entraron dentro del acuerdo con el gobierno macrista, se presentaron ante la Corte de Apelaciones de EEUU para que no se levanten las sanciones contra la Argentina hasta que no se llegue a un acuerdo con ellos. La nueva embestida judicial está encabezada por Mohammad Ladjevardian quien tiene 27 millones de dólares en default y que supuestamente representa a otros tenedores por 832 millones de dólares; estos tipos no muestran cualidades humanas sino monetarias. Estos pequeños buitres, en parte celosos ante los grandes buitres como Singer, argumentan que no quieren ninguna quita ya que compraron bonos post default a 100 centavos de dólar, frente a 20 centavos de dólar adquiridos por los fondos de inversión, por lo tanto quieren toda la guita.
El trabajo, el futuro y los recursos de los argentinos están en juego en ésta timba financiera dentro la cual los grandes capitalistas mundiales ganan o ganan, por lo que es un tanto ilógico si pensamos en función de las reglas del propio capitalismo, las cuales implican, supuestamente, que dentro del sistema se gana o se pierde de acuerdo a los cambios del propio sistema y la capacidad de adaptación de los actores que participan.
Muy linda la teoría pero la realidad es otra, las reglas de la oferta y demanda donde todo se estabiliza en el punto de equilibrio es sólo una situación transitoria o directamente ilusoria, el propio sistema es una constante de desequilibrio entre ambas variables, mientras que las capacidades de los capitalistas en juego tiene poco que ver con la aptitud individual. Una familia logra abrir su propio negocio acumulando capital por medio de años de trabajo y se funde porque no hay demanda o porque la United fruit Company le puso una sucursal al lado, los mandan a llorar a la iglesia, mientras que los grandes financistas si no ganan 500% por comprar papeles embargan a todo un pueblo o voltean gobiernos; laissez faire, laissez passer.

A todo esto responde la propia lógica del gobierno macrista, en la cual el sistema financiero vuelve a recuperar nueva importancia, conformando una nueva hegemonía nacional la tan afamada globalización; ósea la burguesía financiera.



Los discípulos de Milton Fiedman

Mientras el dólar fluctúa entre los $16 y $15 pesos, el Banco Central sale a colocar letras (Lebac) a un 38% a 35 días y subió la tasa de interés 40% (estuvo en un 42% y después bajó a un 39.75%), mientras los sojeros van liquidando la cosecha se especula que dirigirán las divisas hacia los bancos y no hacia el dólar producto de éstos porcentajes, mientras secan la plaza de pesos, el gobierno espera que con la votación del Congreso en ambas Cámaras la lluvia de dólares reactive la economía.
Con tasas y títulos públicos emitidos por el Central a niveles altísimos, la producción (sobre todo las pymes) quedan desfinanciadas y sin posibilidad de crecimiento, por lo tanto la llamada economía real queda atada a los capitales financiero para que ingresen dólares a la Argentina, lo cual es paradójico frente a su naturaleza volátil y a la hipoteca futura de nuestro país.
Los capitalistas no son buenos ni malos, son capitalistas y su propia ontología es la de incrementar su tasa de ganancia, sin importar si con ello generan más pobreza y exclusión.
Mientras los consultores económicos hablan de diversificar las inversiones; algo así como comprá tantas acciones, cambiá algunos peso a dólares o adquirí algunos títulos, los trabajadores ven reducir su poder adquisitivo y directamente perder su empleo.









El discurso dicotómico de Macri para un país de las maravillas
Ibarra Eduardo

El inicio de las sesiones ordinarias del Congreso marca la hoja de ruta que el Ejecutivo planea para el año a partir de una evaluación del anterior.  Cuando se trata, como en éste caso de un nuevo gobierno, el discurso inicial implica a todo el período basado sobre la impronta ideológica del nuevo bloque de poder.
Como es costumbre de los políticos / funcionarios de Cambiemos, Macri comenzó su discurso con un mensaje al mejor estilo coaching espiritual energético empresarial, deseando optimismo y buenas energías, para después adentrarse en un relato claramente dividido en dos partes. Por un lado contó desde donde se partía, lo que todos los medios hegemónicos venían anticipando, y por el otro la de prometer una batería de medidas (en el aire) para un futuro próspero.

La herencia kirchnerista
El nivel de denuncia por la supuesta deuda que dejó el período k contrastó claramente con lo que sostienen las agrupaciones afines a Cristina en su retórica referencial de la llamada “década ganada”. Macri hizo un punteo de las deudas a todo nivel que heredaba; supuestamente porque la “gente” quería saber, en la cual esgrimió números de todo tipo  con fuentes dudosas o desconocidas, como ser los índices de la Universidad Católica con respecto a la pobreza y la inseguridad, la cual no deja de ser un ente privado y peligrosamente del Opus Dei, de donde provienen varios funcionarios del Pro. Por otro lado el déficit presupuestario del 7% del PIB contrasta con los dichos de su ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, quien afirmó que el déficit recibido era del 5.8%, el cual subía al 7% si le sumaban las transferencias que ellos mismos hicieron al sector agroexportador; o sea en pocos meses son responsables del 1.2% del déficit del Estado. Por lo tanto Macri miente y echa la culpa de su pésima política económica al gobierno anterior. Sin embargo, de acuerdo a las mediciones tradicionales de la economía el déficit es del 4%. Desde aquí es donde Macri parte para hacer un discurso falaz y tendencioso.
Al referirse a cada uno de los ámbitos de la gestión anterior, todos los enmarcó dentro de la trama de la corrupción, sin tomar en cuenta que la justicia no dictaminó, por ahora, ningún fallo firme contra los funcionarios kirchneristas. La falta de obras públicas con la famosa contratación de los capitalistas amigos junto con la militancia en los puestos públicos, fue el caballito de batalla para denostar cualquier logro o hecho positivo en los doce años anteriores, donde tampoco faltó la connivencia con el narcotráfico y la inseguridad.
Corrupción, ineficiencia, narcotráfico, delitos, desidia y militancia fueron los términos de Macri para definir la pesada herencia que deberá afrontar. Todos términos que los Medios hegemónicos han utilizado para denostar al kirchnerismo y a la militancia popular en general, en un claro maniqueísmo para desconocer algunas políticas populares que se han tomado durante la última década.

El desconocer las políticas positivas del kirchnerismo no fue sólo una forma de atacar a ese sector, sino que responde a la necesidad de fundamentar su política económica neoliberal dirigida hacia los grupos concentrados nacionales y extranjeros, sobre todo a los grupos financieros.

El nuevo país de las maravillas

En la otra cara de la moneda discursiva, su gestión a futuro es la que está signada por lo positivo, la felicidad y todas las bondades humanas.

Con una suerte de shin y shan por cada hecho malvado realizado por Cristina el propuso una paraíso celestial de bondades infinitas. Dentro de su alocución todas las medidas poco simpáticas fueron justificadas por las malas políticas y la corrupción de los k.

En la segunda parte del discurso de Macri no faltaron alusiones a personas anónimas que le comentaron o le pidieron cosas en dirección a las políticas que está llevando adelante; digna farsa de campaña electoral.
Con respecto al futuro y con un punteo en cada ámbito prometió obras, reducción del IVA para los alimentos básicos, la posibilidad de modificar la escala de ganancias y aumento de  las jubilaciones, pero sin ningún fundamento presupuestario.
Muchas de las medidas se contrapones a su propia historia y a su propia gestión como jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:

Con respecto a la corrupción el caso Niembro y su sociedad fantasma no es un ejemplo a destacar.

Cuando habló de transparencia las escuchas ilegales a los familiares de la Amia por parte del jefe de la policía metropolitana (Fino Palacios), junto al sobreseimiento inmediatamente después de asumir como presidente, son hechos más oscuros que la noche.

Cuando mencionó al trabajo no registrado se olvidó que entre sus socios sindicales se encuentra el responsable del trabajo en negro de los peones rurales y que su propia esposa fue denunciada por utilizar trabajo esclavo en talleres textiles clandestinos.

En su alusión al narcotráfico y a la trata de personas la foto con su amigo proxeneta Martins en un boliche de México no dan muy buen ejemplo y la falta de combate a los prostíbulos en Capital no da muchas esperanzas. 

Cuando denunció al capitalismo se olvidó de que su amigo Nicolás Caputo maneja las grandes obras inmobiliarias de la Ciudad de Buenos Aires. También que la fortuna familiar se logró en base a concesiones por parte del Estado durante la última dictadura militar y los sucesivos gobiernos democráticos. Ni más ni menos que la llamada patria contratista que todos los argentinos pagamos de nuestros bolsillos.

Un capítulo aparte merece la mención, un poco escueta, de las fuerzas armadas y la falta de armamento en función de la lucha con el narcotráfico, lo cual es alarmante ya que ningún país del mundo logró derrotar ni controlar a los  narcos militarizando. Los únicos resultados fueron la represión y control de los sectores populares.

Los números no cierran

Si bien durante todo su discurso dejó en claro que el gobierno de Cristina no cuidó los superávit gemelos y el presupuesto del Estado, en ningún momento hizo referencia al contexto nacional y mundial en que se fueron desarrollando las medidas económicas del kirchnerismo, como tampoco argumentó por donde se fue el supuesto despilfarro al que hizo mención.
Dentro de un silencio intencional negó todos los planes para mantener el mercado interno y conservar el poder adquisitivo de los salarios, conjuntamente con los planes sociales. Es éste despilfarro que ahora el propio Macri sincera al aumentar las tarifas de los servicios, el pasaje del transporte, los combustibles y los alimentos. Por lo tanto suena inverosímil que se quiera recuperar y aumentar el gasto social mientras en la realidad se lo considera un despilfarro y se lo reduce o devalúa, mientras se les conceden grandes porciones del PIB a los sectores orientados al mercado externos y financieros.
Por lo tanto, si nos remitimos solamente al discurso, las cuentas no cierran, ya que pondera las bajas y anulaciones a las retenciones, promete subas al salario familiar, aumento a los jubilados y grandes obras públicas, mientras se presiona al Congreso para que dé por terminada la cláusula soberana para el pago a los fondos buitres por un primer desembolso de 4.000 millones de dólares. Es claro que piensan cerrar las cuentas con un acceso al mercado financiero internacional, para que en una primera instancia se pague a los buitres, con lo cual se emitirán bonos para que compren distintas entidades financieras y bancarias (los nuevos ganadores del modelo), y en una segunda instancia, estiman, se producirá la lluvia de dólares que no es más que deuda para salvar la brecha presupuestaria. De darse esto, el macrismo podrá solventar con deuda externa obras públicas para el desarrollo primarizado de la economía con cierta contención social. Como menciona Gramsci, cuando un grupo de la burguesía se hace con el gobierno de un país sin tener hegemonía en la sociedad civil, puede desarrollar tres modelos de poder estatal: El típico modelo fascista autoritario que reprime las demandas sociales y direcciona la economía, un gobierno que copta a los representantes de las distintas organizaciones sociales para tenerlos dentro de su esfera política y la del gobierno que concede ciertas demandas populares pero sin tocar la matriz de sistema, ni afectar las relaciones sociales de producción económica y cultura. Quizás aplique un poco de los tres.
En el mediano y largo plazo los costos de endeudamiento serán cada vez más grandes, la dependencia a las presiones de los grupos financieros cada vez mayores y la vulnerabilidad a la crisis internacional cada vez más profunda y sensible a nuestra propia economía interna. La vuelta a una película que ya conocemos. Por eso, que las cuentas no cierren es el justificativo para que les cierren a los grandes financistas mundiales, que serán pagadas (como siempre) con el sacrificio del pueblo y sus recursos naturales.


Los actores políticos

El discurso de Macri fue un mensaje para su propia tropa; y cuando digo propia tropa me refiero a las distintas facciones sociales que lo apoyan, los medios hegemónicos, los grupos externos, al entramado imperialista y a sus aliados políticos. Pero también fue un mensaje para atraer a lo más ortodoxo del peronismo de Massa, al progresismo idiota de Stolbizer/Donda y a los gobernadores peronistas ex k.
Con el típico discurso fundacional de que ahora comienza la verdadera República con sus verdaderos valores, Macri puso a los sectores populares por fuera de toda consideración en el debate político, llamando al diálogo pero excluyendo.
Si bien el carácter fundacional tuvo como referencia a los ciudadanos y la Nación, la idea de Patria fue intencionalmente desterrada. La categoría de ciudadanos remite a una concepción individual de la sociedad negadora de las clases sociales, donde cada cual tiene igualdad de derechos pero para ejercerlos como puede (si es que puede), mientras que la Nación implica un conjunto homogéneo u homogeneizado que pone a todos en un plano de aceptación de valores ideológicos (todos queremos el cambio, etc), ósea es una imposición de la hegemonía de las clases dominantes. La Patria implica una historia de construcción y de luchas entre fracciones internas e intereses externos, donde la disputa está siempre vigente entre distintos grupos sociales para imponer sus valores rescatando la identidad nacional dentro de su propia cultura. Pero sobre todo implica una posición de soberanía y poder frente a los intereses externos, cosa que choca con la nueva composición del bloque de poder macrista compuesto por la hegemonía de los grupos financieros globales en alianza con sectores nacionales menores.









El marxismo entre el determinismo y el voluntarismo.
Pequeño aporte a un gran tema, no del todo concluido.


Ibarra Eduardo


El abordaje del marxismo ha sido, desde su nacimiento, una cuestión compleja y problemática, dentro de los debate académicos (de supuestos eruditos) y en  la propia acción política de los movimientos revolucionarios (ámbito fundamental y verdaderamente importante).
En la mayoría de los militantes una primera aproximación a las primeras nociones del marxismo fue en términos generales, las que remiten a una visión estructuralista y determinista. Si bien el siglo XX estuvo atravesado por un océano infinito de debates y de confrontaciones políticas en torno a esto, los errores políticos han sido las consecuencias más drásticas y relevantes a la hora de confrontar interpretaciones y deformidades.
Tanto Marx como Engels tuvieron distintos puntos de vista con respecto a diversos análisis que no encuadrarían en las posteriores posiciones ortodoxas. En diversos artículos fue el propio Marx que remarcó que la construcción del socialismo no estuvo marcada por etapas idénticas para el desarrollo del capitalismo en cada país, claramente expresado en su visión de Irlanda como de Rusia. A su vez fue Engels quien menciona en una carta a Bloch la importancia de los factores económicos, pero remarcando otros aspectos que influyen en la historia, dejando por sentado que sòlo se menciona que la estructura determina la superestructura y nada más, ósea, no abarcaron más porque no pudieron abarcar más, si bien Engels fue quien más rasgos positivistas plasmó dentro de su obra Anti Dühring, la cual posteriormente fue utilizada como característica principal en la formulación del llamado materialismo dialéctico.  
La intención del padre del materialismo histórico fue la de escribir una serie de libros en la cual el Capital sería el primero dentro de una obra que abarcaría seis títulos. ¿Por qué no lo hizo?, simplemente porque se murió.
Si bien ya en vida de ambos pensadores la propia filosofía política iba siendo deformada, después de sus muertes es cuando más fuertemente comienzaron ciertos representantes del marxismo a imprimirle características a conveniencia, intereses y de acuerdo las oportunidades políticas en juego.
Desde el reformismo socialdemócrata pasando por el socialchovinismo hasta el tradeunionismo, autores defeccionados como Bernstein o Kaustky, han deformado al marxismo en función de la propia condición política europea. Fueron éstos como fieles y más destacado representante del pensamiento de Marx y Engels,  quienes apoyaron la colaboración con el Estado burgués en función de unas reformas gradualistas, y fue Kaustky quien apoyó la Primera Guerra Mundial a favor de que el proletario europeo entre en la conflagración  fratricida, pero también fue el que introdujo la idea falsa de que los autores del materialismo histórico eran intelectuales escindidos de las masas obreras europeas, desconociendo toda la actividad política y debate entre los trabajadores de distintos países, inclusive y muy importante, en la creación del Manifiesto Comunista. Hicieron del marxismo una ciencia muerta.
El hecho más trascendente y complejo para el  marxismo fue la tesis de Bujarin, que impuso, con el poder del aparato stalinista de por medio, la idea de que el marxismo era una ciencia que predice todo, cuyas leyes irreversibles se realiza indefectiblemente el socialismo, por lo tanto el poseedor del conocimiento de esas leyes es quien sabe dirigir a las masas hacia un futuro deseable, cosa que supo utilizar muy bien todo el andamiaje burocrático stalinista, en un momento histórico de desmovilización y carencia de cuadros, producto de años de guerra civil y purgas. El marxismo pasó a ser un dogma y no una filosofía en permanente movimiento y reformulación.

En el período post Segunda Guerra Mundial hubo otra versión del marxismo que estableció la objetividad de las relaciones sociales dentro del marco económico como determinante de la superestructura. Fue el filósofo francés Althusser quien basándose en una concepción spinozoniana deformó la teoría y praxis marxista.
Después de un sinfín de debates, nombre, libros, refutaciones, contrarefutaciones, post, neos, etc, el marxismo entra al siglo XXI de la mano de un cambio en históricos en distintos países de América Latina, donde la construcción del socialismo hacia una sociedad comunista tuvo y tiene su mirada e impronta propia, dejando de lado al dogmatismo y a todo determinismo paralizante, rescatando a los grandes constructores del marxismo, tanto en la teoría como en la práctica (ambos aspecto unidos indefectiblemente). Nombres como  Vladimir Lenin, Antonio Gramsci, Georg Lukács, Antonio Mella, José Mariàtegui, Héctor Agosti etc, son los que han contribuido la conformación del marxismo de cara a una sociedad igualitaria y en definitiva más humana. Son los que rompieron los moldes preestablecidos de los guardianes del dogma, los eruditos iluminados reguardados en claustros de palabras sin vida, son los que han aportado al marxismo aquello que Marx supo ver en la esencia misma de la vida del hombre, donde todo es movimiento y ese movimiento está sujeto a la acción del hombre frente a la naturaleza y frente a las disputas de los distintos estamento y clases sociales de acuerdo a cada momento histórico.



La filosofía de la historia y el hombre
                               
La reproducción de un marxismo dogmático de manual e inofensivo, ante la imposibilidad de traslación de modelos ahistóricos y sin la impronta de cada pueblo, sigue superviviendo en distintos sectores y grupúsculos izquierdistas con más o menos poder mediático y académico.
Lenin dio cuenta de ello en su discurso en el III Congreso de la Internacional Comunista:

La resolución que votamos (1921) es excelente, pero casi enteramente rusa, o sea, casi enteramente inspirada en la situación rusa. Esto tiene su lado bueno, pero también su lado malo. Malo, porque estoy convencido de que casi ningún extranjero podrá leerla. He vuelto a leer la resolución antes de decir esto. Para empezar, es demasiado larga. Tiene cincuenta párrafos o más. Y, por lo general, los extranjeros no pueden leer cosas así. En segundo lugar, aun en el caso de que la leyeran, ninguno de los extranjeros la entenderá, precisamente porque es demasiado rusa. No porque esté escrita en ruso, ya que ha sido muy bien traducida a las distintas lenguas, sino porque está enteramente permeada de espíritu ruso. En tercer lugar, aun en el caso de que, excepcionalmente, algún extranjero la entienda, no podrá aplicarla…
Tengo la impresión de que con esta resolución hemos cometido un gran error, o sea, que con ella nosotros mismos nos hemos cerrado el camino a ulteriores desarrollos. Como he dicho ya, la resolución era buena y estoy dispuesto a poner mi firma debajo de sus cincuenta y tantos párrafos. Pero no hemos entendido cómo poner la experiencia rusa al alcance de los extranjeros. Todo lo que dice la resolución ha sido letra muerta. Y si no entendemos esto, no podremos seguir avanzando.

Distintas versiones trasnochadas del marxismo toman al Capital como un manual infalible para todo tipo de situaciones, desde una perspectiva netamente economicista, ya sea desde el troskismo (tan de moda en nuestro país) hasta los resabios del stalinismo. Esto imposibilita la inserción del marxismo como cultura propia de las clases trabajadoras para la generación de una identidad socialista frente a la hegemonía burguesa en todas sus variantes. El entender a las clases trabajadoras y a la propia burguesía en función del momento histórico en el cual escribió Marx, alegando una supuesta pureza ideológica, hacen del marxismo una ideología estéril en función de una casta de charlatanes y políticos de poca monta, hacen a la imposibilidad de alianzas entre distintas clases subalternas, inclusive con ciertos sectores de las burguesías autóctonas, para la construcción del socialismo.

…muchos marxistas están persuadidos de que todas las fases de la evolución se dan en la misma forma en casi todos los pueblos modernos… Antonio Gramsci

Nada está preestablecido, todo lo escrito y analizado corresponde a un momento en la historia del hombre, a sus necesidades y a sus posibilidades de acuerdo al momento en que vive. Si la dialéctica muestra los movimientos en la historia donde todo se crea y perece, es un contrasentido tomar modelos como reglas eternas. Los pueblos cambian y el propio sistema capitalista no es lo que fue, por lo tanto las respuestas no pueden ser las mismas, y esas respuestas están en las manos de los pueblos de acuerdo a sus posibilidades. Cuando Marx criticó al materialismo primitivo de Feuerbach, lo hizo en función de que las condiciones materiales no son las que determinan al hombre, no es un ser pasivo frente a la naturaleza, sino que es un ser cultural que acciona sobre el medio a fin de transformarlo para su bienestar, y que es al mismo tiempo condicionado por el mismo medio que modificó, el cual volverá a transformar para satisfacer sus nuevas necesidades.  El centro de la teoría marxista es el hombre en su lucha por la liberación de su naturaleza biológica animal, y de la subordinación frente a otros hombres en las relaciones sociales de cada etapa de su vida histórica. En definitiva el comunismo es la liberación para que todo hombre tenga las riendas de su destino, no bajo la falsa idea de libertad individual que el liberalismo concebida como forma de despojo de las clases trabajadoras, sino desde la verdadera libertad, que es la del ser social, la del ser colectivo igualitario. Solo el ser socializado puede liberar y ejercer todas sus potencialidades, sin división social del trabajo, ni de clases, sin la separación entre intelecto y esfuerzo físico (entre los que piensan y los que hacen).

Ahora bien, la separación repetida hasta el cansancio, entre la estructura y la superestructura, siendo la primera las relaciones de producción que determina a la segunda compuesta por el Estado dentro del campo político, jurídico, ideológico y cultural, carece de asidero científico y denotan un arrastre ideológico de la naturalización de las formas económicas burguesas para entender y formular un mirada social del sistema capitalista. La concepción de la economía como ente fundamental y articulador de todos los demás aspecto de la vida de una sociedad, surge con el triunfo de la burguesía por sobre la monarquía y demás estamentos, naturalizando de éste modo la sumisión de la clase obrera y el campesinado a la lógica de la reproducción del capital. Esto es tomado por muchos marxistas guardianes de la ortodoxia a través de una lectura sesgada en lo económico del Capital y como una obra cúlmine sin pasado (ya que relegan otros trabajos anteriores) y sin futuro (porque desconocen como herejes cualquier crítica o modificación).
Las condiciones objetivas materiales son las que condicionan al hombre en cuanto al medio en el que se desenvuelven, pero nunca es el medio que determina y sublima al hombre en su accionar, con màs o menos libertad o màs o menos opciones. Al respecto Gramsci sostenía (desde la cárcel fascista y en pésimas condiciones):

…la filosofía de la praxis (marxismo) es una reforma y un desarrollo del hegelianismo, es una filosofía liberada y (o que busca liberarse) de todo elemento ideológico unilateral y fanático; es la conciencia plena de las contradicciones a través de las cuales el filósofo, entendido individualmente o como grupo social entero, no sólo comprende las contradicciones, sino que se coloca a sí mismo como elemento de la contradicción, eleva este elemento a principio de conocimiento y, por lo tanto, de acción. El “hombre en general”, de cualquier manera que se presente, es negado, y todos los conceptos dogmáticos “unitarios” son disueltos y destruidos en cuanto expresión del concepto de “hombre general” o de “la naturaleza humana” inmanente en cada hombre.

Es un hombre “histórico” en un momento histórico que ocupa un lugar dentro de la sociedad, en forma concreta y no abstracta, que tiene capacidad de acción y por lo tanto de transformación. La corriente de la historia nos arrastra (por las clases dominantes) si nos dejamos arrastrar. Claramente es estar anclados a una concepción economicista que nos ancla en un lugar determinado, supeditando nuestra conciencia a los hechos circundantes.
Como sostuvo el gran Luckacs, el hombre no es un ser conformado por su historia y determinado por las condiciones presentes, es también, un ser con futuro y con idea de un futuro que lo constituye en su propio presente. Por lo tanto no podemos ver al hombre en función ontológica de su ser, sino en su carácter teleológico. Todo hombre y por ende clase social, tiene una proyección a futuro que establece su comportamiento  en el presente, a fin de poder, o intentar, construir ese futuro anhelado (que lo logre o no y en qué medida lo logra,  es otro tema). Como sostenía el no asumido estructuralista Foucault, cualquiera fuesen las condiciones en las que se encuentran las clases subordinadas, siempre hay márgenes de acción para la resistencia a las relaciones sociales de producción  y dominación. Por lo tanto el hombre/clase se propone aquello que puede lograr, aquello que está a su alcance de acuerdo al momento histórico en que vive. Marx los describe claramente en la “Crítica de la economía política”:

La humanidad se plantea siempre sólo los objetivos que puede resolver… surge solamente allí donde las condiciones materiales de su realización existe ya o por lo menos, se hallan en el proceso de su devenir… una formación social de producción no perece antes de que se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas por las cuales es aún suficiente y moderna…

La idea de un futuro que una clase puede pretender, no es una especulación fantástica, es el desarrollo de su propio presente atado a su voluntad.


En un pasaje de sus “cuadernos de la cárcel”, Gramsci lo expone en forma clara y contundente:

La pretensión (presentada como postulado esencial del materialismo histórico) de presentar y exponer cada fluctuación de la política y de la ideología como una expresión inmediata de la estructura, debe ser combatida teóricamente como un infantilismo primitivo, y prácticamente con el testimonio auténtico de Marx, escritor de obras políticas e históricas concretas…
Se podrá ver cuánta cautela real  introdujo Marx en sus investigaciones concretas, cautela que no podría hallar lugar en las obras generales. Con esta cautela se podrían agrupar, como ejemplos, los siguientes:
1)      La dificultad de identificar en cada ocasión, estéticamente (como una imagen fotográficamente instantánea), la estructura; la política es, de hecho, en cada ocasión, el reflejo de las tendencias de desarrollo de la estructura, tendencias que no tienen por què realizarse necesariamente. Una fase estructural sólo puedo ser analizada y estudiada concretamente después que han superado todo su proceso de desarrollo, no durante el proceso mismo, a no ser que se trate de hipótesis, y declarando explícitamente que se tratar de hipótesis.
2)      De ello se deduce que un determinado acto política puede haber sido un error de cálculo de parte de los dirigentes de las clases dominantes, error que el desarrollo histórico, a través de las “crisis” parlamentarias gubernativas de las clases dirigentes corrige y supera; el materialismo histórico mecánico no considera la posibilidad del error, sino que considera a todo acto político como determinado por la estructura, inmediatamente, o sea, como reflejo de la modificación real y permanente de la estructura…
3)      No se tiene en cuenta suficientemente que muchos actos políticos son debidos a necesidades internas de carácter organizativo, esto es, ligadas a la necesidad de dar coherencia a un partido, a un grupo, a una sociedad…
En la discusión entre Roma y Bizancio sobre la procesión del Espíritu Santo, sería ridículo buscar en la estructura del Oriente europeo la afirmación de que el Espìritu Santo procede solamente del Padre y en la del Occidente la afirmación de que procede del Padre y del Hijo.

Las categorías estructurales están en función meramente analíticas a modo de simplificación para el abordaje teórico, en el cual se establecen abstracciones para comprender ciertas “leyes” o conductas que rigen en distintos ámbitos, pero no como compartimientos estancos o metafísicos. Tanto en la estructura como en la superestructura la reproducción del capital se realiza en lo político ideológico como en lo cultural y económico, con cierto grado de autonomía en la que todas las clases sociales se enfrentan o se alían.
El obrero frente a una máquina no sólo se encuentra despojado y violentado (en su pasado y presente como clases), sino que también la relación que se establece en los modos de producción tiene ver con un modelo cultural de valores y legitimaciones. El obrero va trabajar por necesitad económica y también por la naturalización de su alienación y explotación. Marx no solo atacaba al sistema capitalista por la expropiación del plusvalor por parte de la burguesía, también atacaba al sistema por la deshumanización de hombre trabajador frente al desarrollo tecnológico, por lo que reclamaba por el fin de la explotación y la independencia y dominación de procesos productivos, para la plena realización de todo hombre en plano de igualdad. La lucha de la clase obrera por dejar de estar atado a la ley del valor, a la mercantilización de la vida.
Esto implica:

1 En las propias bases materiales de producción, de  la cultura, de la ideología están presentes no como elementos ajenos o complementarios, sino como aspectos integrados indisociables. Un obrero es obrero tanto económicamente, como culturalmente. Sin la cultura (de clase burguesa o de clase proletaria) no sería un hombre sino un animal, y a la propia burguesía tampoco le sirve un animal.

2 Como claramente mencionó el historiador inglés Edward Thomphon en su, ya clásico, libro, La formación de la clase obrera en Inglaterra, la clase no se forma sólo por los medios de producción. La clase se constituye a partir de la construcción de la identidad de la clase, la construcción de su cultura que identifica como tal. Un millón de hombres produciendo en las fábricas, son un millón de individuos trabajando. El todo es la cultura propia que los identifica, crea las nociones en común e intereses por los que la clase lucha. La cultura es un hecho material, no una mera especulación o fantasía idealista.  Gramsci cita a Marx en “Contribución a la crítica de la economía política”: Los hombres toman conciencia de los conflictos estructurales en el terreno de las ideologías debe considerarse una afirmación de valor gnoseológico y no puramente psicológico y moral.[i]

3  En la llamada superestructura la lucha por la reproducción del capital se da entre los poseedores de los medios de producción y los despojados, pero también entre fracciones de las distintas clases sociales. Ninguna clase se encuentra ajena a la lucha cultural, política e ideológica, salvo que sea una clase caduca, un resabio del pasado.
Lo cual implica que la política no es un reflejo de la economía, son ambas caras de una misma moneda, que se penetran e influyen mutuamente.
El ejemplo más claro es el caso del litigio internacional que el Estado argentino sostiene con los grupos capitalistas financieros transnacionales, llamados fondos buitres, donde un juez de EEUU determinó que los bonos de deuda estatal deben pagarse miles de veces más que su valor de adquisición, por lo que el pueblo argentino tiene que trabajar para pagar a unos especuladores internacionales sólo por una interpretación de una ley extranjera, sin mediar relaciones “objetivas” de producción.
En la estructura “objetiva” se dan las luchas culturales por la subordinación de las clases trabajadoras por parte de las burguesías. La manifestación de la dominación brutal y violenta ante los avances y reclamos de los obreros en determinados momentos históricos, se ejerce sólo en un momento dado y con claras limitaciones. Es por medio de la naturalización de las relaciones de producción que se “ata” al obrero a la máquina y se generan bolsones de desclasados, es por medio de lucha cultural donde se aplicaron y se aplican los modelos económicos ideológicos del fordismo y el taylorismo[ii], y en donde la llamada globalización de los mercados financieros se propaga por medio de universidades empresariales y los cursos distintos cursos  para empresas  a fin de ganar la conciencia de las clases subalternas, adoptando conceptos y valorizaciones propias de las burguesías transnacionalizadas. Se han generado nuevas corrientes de pensamiento en las distintas disciplinas científicas e incorporando distintas herramientas de esos campos a las llamadas ciencias empresariales. Los conceptos cercenados de Marx, Maquiavelo, Hobbes etc, son resignificados para explicar la expansión de los mercados financieros y la destrucción del Estado de bienestar o intervencionista. El famoso “adaptarse al cambio” fue la punta de lanza de la batalla cultural de la burguesía, para derrotar cualquier forma de resistencia a la avalancha globalizadora. Las distintas y disimiles religiones no fueron la excepción a la ola neoliberal, que dentro de una mixtura amorfa se conjugaron prácticas y creencias en pos de un individualismo hedonista y consumista.

4 En el ámbito de la lucha política por hacerse del gobierno, cada clase y fracción de clase lucha para conformar un nuevo bloque de poder, afín de hegemonizar y subordina a las demás clases. En ésta lucha las fracciones burguesas pueden provocar distintas crisis llamadas de representatividad o gobernabilidad, las cuales no implican una crisis económica fatal del propio sistema capitalista. Es claro que si se piensa que la estructura “objetiva” determina la superestructura “subjetiva”, cualquier crisis es entendida como una crisis de las relaciones de producción y de un carácter profundo e irreversible. Gramsci lo refuta destacando que las luchas por una nueva conformación de las alianzas interburguesas pueden generar crisis de carácter coyuntural. También la reproducción y acumulación del capital genera ciclos de expansión y depresión, que no son signos de deterioro fatalista del sistema, sino la manifestación de la propia lógica contradictoria del capitalismo.

En definitiva, Gramsci menciona a modo de conclusión:

No se trata de descubrir una ley metafísica de “determinismo” y tampoco de establecer una ley “general” de causalidad. Se trata de comprender cómo en el desenvolvimiento histórico se construyen fuerzas relativamente “permanente” que obran con cierta regularidad y automatismo.

Cada sistema se desarrolla y reproduce a través de la hegemonía cultural que abarque al conjunto de las clases subalternas (sentido común). Cada ley es una ley permanente de acuerdo a cada sistema y la lucha de clases implica la naturalización o ruptura de la cultura e intereses de clase. La lucha es para demostrar que las leyes son intrínsecas a cada sistema en cada momento histórico y no leyes eternas infalibles
La mejor forma de dominación es no saber que se está dominado, es la aceptación del sentido común, que no es más que el sentido que las clases dirigentes imponen a las demás clases. Para romper esto es necesaria la acción política para hacer salir a las multitudes de la pasividad, destruir la ley de los grandes números… por medio de la coparticipación activa y consciente, creando un lazo estrecho entre la masa, partido, grupo dirigente, y todo el conjunto como hombre colectivo.

5 El error de entender al determinismo de la infraestructura por sobre la superestructura, está en que ésta relación se encuentra en función de que una no puede estar escindida de la otra, y no que una es el mero reflejo de la otra, sin tomar en cuenta que cada espacio de la vida social tiene sus propias normas y costumbres.
En la Antigüedad donde las relaciones de producción estaban constituidas por el esclavismo, no hubiese podido existir una legislación, ni una ideología hegemónica que prohibiera la esclavitud. Por eso mismo los cristianos y la iglesia católica, constituida como poder político e ideológico hegemónico a partir del siglo IV, nunca atacaron la existencia de esclavos.
Durante el feudalismo, cuyo excedente era producido por los campesinos (predominantemente en relación servil), no hubiese podido existir una legislación contra el señor feudal y el vasallaje, máxime con el retroceso del derecho romano en pos del derecho consuetudinario.
Hoy en día es imposible pensar leyes que prohíban la explotación de los trabajadores por parte de las burguesías, más allá de los avances en las condiciones (materiales y morales) o de las legislaciones progresistas.

Esto no implica que en cada sistema haya distintos grupos sociales que disputen, influyan o se adapten a los distintos organismos políticos de cada Estado.

 Después de la guerra de los 30 años, la paz de Westfalia (1648) cristalizó la formación de un nuevo Estado a partir del dominio de la monarquía hacia los demás estamentos sociales, sobre todo hacia la nobleza que consideraba al rey un primus inter pares. Con el establecimiento de los Estados absolutistas los viejos señores feudales y el clero (querella de las envestiduras de por medio) se acoplaron a distintos ámbitos administrativos de la Corte del rey, pasando a ser funcionarios del nuevo poder central. A su vez, dentro de éste novedoso e incipiente aparato burocrático administrativo, los burgueses también pudieron hacerse con cargos, honores o relaciones de parentesco por medio de sus recursos económicos,  que también les posibilitó los grandes negocios financieros a través de préstamos para cubrir los déficits de las cuentas públicas y solventar los refinados y “nobles” lujos.
Otro aspecto importante para analizar la relación estructura/superestructura es lo que Marx analizó en  las distintas relaciones de producción que se imponen con cada sistema, las cuales no son puras sino que se encuentran “conviviendo” con métodos anteriores y con desarrollos embrionarios de otro tipo. La esclavitud supervivió en forma residual en el capitalismo, teniendo gran peso para la extracción de materias primas de las colonias hacia las metrópolis, para satisfacer la demanda incipiente de la Revolución Industrial. La economía comunitaria en distintas aldeas europeas, que atravesó todo el medio evo feudal, fue destruida por la burguesía industrial a fin de introducir los nuevos modos de producción y la de generar mayor mano de obra desocupada desplazada a las ciudades industriales.
Hoy en día el capital financiero global se nutre, entre otras actividades, de la producción campesina familiar de cultivos para la elaboración de drogas ilícitas y de la trata de personas para la explotación sexual. Ambas actividades dentro de los primeros puestos en el PIB global.




La dialéctica

Se ha hecho de la dialéctica marxista una fórmula matemática infalible, en parte producto de tomar la concepción positivista del “Anti Dürhing” donde se aplica las leyes de la naturaleza en su desarrollo dialéctico a la política y las ciencias sociales en general. Tal es así que tantos teóricos superficiales y políticos del izquierdismo vulgar, van buscando en cada hecho social la tríada que puede dar a cada tesis su antítesis, a fin de llegar a una síntesis. Sin embargo no todo en la vida está dado por una tríada permanente y no toda negación dará un paso hacia una síntesis abarcadora, y mucho menos superadora.
 La negación de una clase y su posible superación por otra, estará supeditada a la construcción consiente y al desarrollo histórico de la clase que niega, cuyo resultado no está determinado de antemano.  En las relaciones sociales dos más dos difícilmente sean cuatro.
Ahora bien, se puede llegar a encontrar una concepción determinista de la dialéctica en los llamados (artificialmente) escritos políticos de Karl Marx, sin embargo esto es parte de una lectura dogmática, manipuladora y fuera de contexto histórico.
Entre los escritos “políticos” el Manifiesto es el más destacado, que induce a concebir a la dialéctica como una fórmula mágica para el devenir de la lucha de clases, pero para comprender esto hay que tomar en cuenta dos factores más que importantes:

A.      El Manifiesto no fue escrito por Engels y Marx de forma aislada de la clase obrera europea del siglo XIX, sino todo lo contrario, fue debatido y pensado con los trabajadores y a pedido de éstos, por lo tanto la acción y voluntad de la clase está más que presente en cada uno de los principios que se exponen.
B.      El Manifiesto es un libro que apuntó a la acción de una clase explotada y débil frente a una naciente burguesía industrial, cuya voluntad y desarrollo era enorme (como lo demostró la historia del siglo XX). Frente a esta situación la necesidad de generar una moral y cultura socialista de la clase obrera, implicó la construcción de una fe científica que levantara a las masas explotadas. Por lo tanto, ante el desarrollo de la lucha el convencimiento del triunfo asegurado es más que necesario.


En conclusión. Toda construcción de la cultura y conciencia de clase, implica la acción directa de las masas en su formulación y la internalización o convencimiento de que el futuro es posible. El cerebro necesita del corazón, como el corazón del cerebro.



Al respeto Gramsci, como un gran antideterminista, escribió:

Cuando no se tiene la iniciativa en la lucha, y cuando la lucha misma termina por identificarse con una serie de derrotas, el determinismo mecánico se convierte en una fuerza formidable de resistencia moral, de cohesión, de perseverancia paciente y obstinada.
La voluntad real se disfraza de acto de fe en cierta racionalidad de la historia, en una forma empírica y primitiva de finalismo apasionado, que aparece como un sustituto de predestinación, de providencia, etc., de las religiones confesionales… Pero cuando el “subalterno” se torna dirigente y responsable de la actividad económica de masas, el mecanismo aparece en cierto momento como un peligro inminente, y se produce una revisión de toda la manera de pensar porque ha ocurrido un cambio en el modo social de ser. Los límites y el dominio de la “fuerza de las cosas” son restringidos. ¿Por qué? Porque, en el fondo, si el subalterno era ayer una cosa, hoy ya no lo es; hoy es una persona histórica, un protagonista; si ayer era irresponsable porque era “resistente” a una voluntad extraña, hoy se siente responsable porque ya no es resistente, sino operante y necesariamente activo y emprendedor. Pero incluso ayer, ¿fue solamente mera “resistencia”, mera “cosa”, mera “irresponsabilidad”?. Ciertamente, no. Al contrario, es menester poner de relieve que el fatalismo no es sino la forma en que los débiles se revisten de una voluntad activa y real.

Cuanto te debemos Gramsci y que poco te hemos reconocido.

Es claro que la construcción de una ideología contrahegemónica requiere de la construcción consiente de las masas y de su incorporación como acto de fe para emprender la lucha. Ninguna Revolución se lleva adelante y triunfa debatiendo sí el futuro es dudoso o las condiciones “objetivas” materiales se imponen a la cultura “subjetiva”. Ninguna lucha total, como son las guerras civiles, son en nombre de una construcción a futuro, el grito de guerra es del triunfo seguro, sin dudas y determinado, porque somos los que debemos triunfar y triunfaremos.



                                                                 











[i] “El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción –que se debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias físicas y naturales- y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas: en una palabra, las formas ideológicas bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven. Karl Marx, Prefacio, en Contribución a la crítica de la economía política.

[ii] Estos nuevos “métodos” que adopta la burguesía también responden a torcer la ley de la tendencia de la caída de la tasa de ganancia, que si bien fue interpretada como una ley inexorable del quiebre del capitalismo, esto implica que la tendencia puede darse en un lapso de tiempo determinado y que influyen varios factores en la tendencia a la caída, tanto para acelerarla como para frenarla. No es verdad que esa ley  tiene un contenido fatalista en Marx, sino que se encuentra dentro de la propia lucha de la burguesía por mantener su propia esencia, que es la de obtener la mayor plusvalía posible y por ende la reproducción del capital. Si bien esto se suscribe dentro de la extracción de plusvalía relativa por medio del desarrollo del capital constante, los frenos y avances tienen que ver con métodos económicos, culturales y sociales, donde tanto el fordismo como el taylorismo son parte de la necesidad de las burguesías para mantener y acrecentar sus beneficios. Entre distintas fuerza que operan sobre la ley tendencial a la caída de ganancia, Marx marca la sociabilización de los métodos de producción, que hace que quien logra un primer avance en el desarrollo tecnológico operativo, tenga una ganancia extraordinaria frente a las viejas formas, pero que una vez adoptada por los demás competidores, se establezca una nueva medida de la cantidad de horas socialmente necesarias para la producción de la mercancías. Otros factores que pueden producir la caída de la tasa de ganancia son, la resistencia de las clases trabajadoras frente a la expropiación del plusvalor, los límites naturales de los recursos para la producción industrial, las caídas de los precios frente a capital inicial o inversión, etc. Los factores que pueden acelerar o mantener las tasa de ganancia son, entre otros, el desarrollo de guerras para acceder a recursos primarios y/o para generar demandas de elementos bélicos, las distintas reestructuraciones organizativas (trust, oligopolios, centralización, concentración, etc), los distintos métodos ideológicos culturales para que las clases trabajadoras naturalicen la “cultura del trabajo” (institutos, consultoras, adiestradores, universidades empresariales, normas, etc), los monopolios “naturales” o “políticos artificiales”, las patentes, etc., etc., etc.,





Una aproximación a los regímenes autoritarios de Europa post 1ª Guerra Mundial
 Ibarra Eduardo 
Se ha dicho mucho sobre lo que fue el nazismo y el fascismo como fenómenos análogos dentro del sistema de dominación mundial y como los causantes de la guerra más sangrienta de nuestra historia. Estos tipos de mensajes revestidos como análisis históricos o científicos, tienen un claro contenido ideológico, que como tal, contienen una carga valorativa y espacios en las sombras.
Para comenzar un abordaje de lo que fueron éstos fenómenos políticos que se encubaron entre guerras mundiales, tenemos que remitirnos al siglo anterior dentro de la conformación del concierto europeo y los cambios que se fueron dando hacia el plano internacional.

El proceso histórico

El surgimiento y conformación de los Estados naciones producto del ascenso de las distintas burguesías nacionales, generaron nuevas estructuras políticas que por un lado centralizaron el poder administrativo y represivo, y por el otro dieron el inicio del crecimiento de las ciudades con sus diversos desarrollos industriales. Si bien fue Europa quien encabezó el desarrollo de estas nuevas estructuras políticas, dentro del continente cada región tuvo su tiempo y características propias.
Para comenzar a comprender a los distintos regímenes autoritarios europeos de principio del siglo XX, es necesario entender en qué regiones se dieron  y que procesos sufrieron, lo cual nos lleva a localizar el surgimiento del fascismo (y sus variables) y el nazismo, dentro de la constitución tardía de los Estados Nación y dentro de las regiones periféricas de la Europa del siglo XIX.

Después de la caída definitiva de Napoleón en 1815, las viejas y asustadas monarquías europeas encabezaron la nueva conformación del  concierto europeo. Este nuevo escenario tuvo lugar en la convención de Viena, donde las potencias ganadoras dispusieron de la suerte de la Francia derrotada y de la vieja dominación monárquica. Si bien fue la trilogía dirigida por Alejandro I de Rusia conjuntamente con Prusia y Austria (Santa Alianza) la que veló por el fin de toda revolución burguesa, el mentor del nuevo panorama tuvo el nombre del austríaco Von Metternich, que con la participación de la vieja monarquía francesa  en el Congreso de Viena (representada por Telleyrand) no socavaron la estructura económica y territorial de la Nación vencida. La única previsión fue la de crear Estados tapones, como Bélgica o Suiza, alrededor de la misma.
La Santa Alianza fue un nuevo bloque de poder continental que tuvo como fin reprimir en forma sanguinaria las distintas revoluciones nacionalistas liberales, pero demostró ser sólo el último suspiro de las viejas monarquías absolutas, las que sólo retrasaron la conformación de los Estados burgueses.
 En éste panorama fue Inglaterra con su burguesía industrial incipiente y su monarquía adaptada al parlamentarismo, la que triunfó como potencia mundial y marítima. El desarrollo de las vías marítimas dio la posibilidad de conquistar nuevos mercados para la adquisición de materias primas y la colocación mercancías.

Mientras que en el viejo continente el sistema servil feudal daba su último suspiro, en el territorio insular estiraba sus músculos el sistema capitalista.

El resultado de 1815 fue la cristalización de las contradicciones hacia el propio concierto europeo, con dos consecuencias hacia el nuevo siglo XX.
1.      relegando definitivamente a las viejas potencias como España y Portugal hacia la periferia.    
2.      conformando tardíamente al Estado italiano en 1861, de la mano de la tríada Garibaldi Couver Mazzini  y unificando a los 38 antiguos reinos integrantes del Sacro imperio romano germánico, después de la guerra franco prusiana de 1870-71, que tuvo como protagonista y mentor a Otto von Bismarck.

La inserción tardía al sistema capitalista por parte de estos países tuvo características peculiares y distintas a las potencias capitalistas maduras o en crecimiento. Una fue el “arrastre” de viejas estructuras y estamentos monárquicos, como la permanencia de reyes y la del estado papal, y la otra fue la de un crecimiento anímico de las propias burguesías nacionales limitadas tanto por las derechas e instituciones monárquicas, como por llegada a un mundo colonial repartido entre las potencias capitalistas incipientes lideradas por el imperio inglés.
-La preservación de las estructuras monárquicas generaron la imposibilidad de conformar una sociedad civil hegemonizada por la burguesía,  limitando la modernización del aparato burocrático estatal, para la canalización de las distintas demandas de las clases sociales nuevas e imposibilitando el desarrollo de una red económica jurídica para la expansión y legitimación de las burguesías nacionales, tanto hacia adentro del territorio como hacia las relaciones internacionales.
-La llegada tardía a los mercados internacionales por parte de las burguesías tardías ante un mundo ya repartido, las relegó a los espacios residuales de los continentes colonizados. 

América del Sur se encontraba dominada por el comercio inglés, en Centro América y el Caribe los nuevos capitalistas yanquis devoraban materias primas y la Doctrina Monroe daba cobertura política a sus intereses geoestratégicos.  En África los ingleses conquistaban territorios a los nativos o a los viejos colonialistas holandeses (Boers) y fundaban Repúblicas como Rodesia.  Tanto India como China (expansionismo japonés de por medio) se doblegaban a fuerza de guerras y masacres a las compañías inglesas, y en Oriente Medio la disputa entre Rusia e Inglaterra ponía su impronta al territorio.


Si bien se intentó  en una mesa de acuerdos un reparto del mundo entre potencias, la única forma del expansionismo capitalista fue la guerra.


1ª Guerra Mundial y la crisis del 29

Este panorama conjuntamente con la introducción de la Revolución Industrial en el ámbito militar y la permanencia de una vieja diplomacia aristocrática con una infinidad de acuerdos secretos, fueron los condimentos “adecuados” para la primera gran conflagración.
La 1ª Guerra Mundial resolvió las viejas deudas pendientes del siglo XIX, dando fin a los gobiernos y regímenes monárquicos (imperio Austro Húngaro, Otomano, zarismo), pero también dejó inconclusos los procesos contradictorios en la formación de los Estados nacionales europeos y dio la bienvenida a la clase obrera en su nueva conciencia política.
La derrota de la Triple Alianza por parte de los países centrales integrados en la Triple Entente, puso a Alemania en una situación de crisis estructural y humillación. A través del tratado de Versalles las potencias triunfantes impusieron la anexión de los territorios de Alsacia y Lorena por parte de Francia, anexión de grandes fábricas y yacimientos minerales alemanes y una fuerte indemnización por los costos de la guerra, lo que provocó una crisis económica y social profunda al interior de la potencia derrotada. La desocupación y el desabastecimiento conjuntamente con la restricción al desarrollo de ejército, fueron el caldo de cultivo para la explosión social y la deslegitimación del poder político.
EEUU continuó con su política aislacionista de puertas adentro, por lo que tuvo una participación acotada a la conformación de la organización gubernamental internacional llamada Sociedad de las Naciones (antecesora de la ONU), cuyo rol fue la de imponer los principios y características a imagen y semejanza de la sociedad norteamericana. Los fundamentos de ésta organización se asentaron en los 14 puntos impuestos por el presidente de EEUU Woodrow Wilson (Corriente idealistas en las Relaciones Internacionales).

La decadencia del imperio Británico y la inmadurez del imperialismo yanqui, tuvo dos consecuencias fundamentales para el nacimiento y desarrollo de los regímenes autoritarios en Europa.
 Por una lado dejó a los países derrotados y periféricos de Europa sin sustento económico y moral, al no incorporar a las burguesías nacionales a una nueva estructura hegemonizada por una nueva potencia capitalista mundial (cosa que sí pasó una vez culminada la 2ª Guerra Mundial).  Y  la otra consecuencia fue la de tratar de imponer un modelo social y político a sociedades, cuyas burguesías eran débiles y las clases obreras comenzaban a organizarse políticamente para asaltar el poder del Estado, impulsadas y estimuladas por las crisis económicas y por la Revolución Socialista Rusa. La debilidad de la sociedad civil para el sostenimiento y conformación de la organización social, la amenaza comunista y el “arrastre” de viejas derechas monárquicas obsoletas enquistadas en la estructura estatal, generaron en las burguesías nacionales la necesidad de delegar el poder político y la dirección económica a una nueva elite que resguardara el sostenimiento de las relaciones sociales (una sociedad asentada en los fundamentos hobbesianos), disciplinando a los obreros y combatiendo a los Partidos Comunistas, para después proyectarse a la conquista de nuevos mercados, lo que en términos políticos los nazis entendieron como el “espacio vital” (Lebensraum).  
Lo que las burguesías anglosajonas habían logrado a través de la hegemonía y madures de la sociedad civil en el siglo XIX, las burguesías de los Estados tardíos de Europa tuvieron que lograrlo por la conformación de un poder político estadual fuerte y con mayor grado de autonomía.
El período entre guerras llamado  Paz Armada, fue un período de transición entre una potencia que moría y otra que nacía, pero donde la conformación del bloque de poder interno y su posición en el mundo, no había madurado. Esta zona gris en la estructura mundial, tuvo su correlato en la aplicación de la política exterior de “apaciguamiento” por parte de la diplomacia inglesa y norteamericana, con respecto a las conquistas territoriales de los nazis; algo así como dejar hacer para que Hitler calme sus ansias de poder.

Otro aspecto importante para entender estos movimientos políticos fue la respuesta a la crisis del 29. El crack económico financiero puso fin a la concepción liberal de los Estados, conocida como laissez faire, redujo el comercio externo entre países en pos del fortalecimiento del mercado interno y llevó a un nuevo tipo de concepción en materia de políticas económicas, llamadas intervencionistas o keynesianas.
Esta nuevas políticas tuvieron como fin la de salvaguardar al capitalismo frente a la incapacidad de las burguesías de salir de la depresión económica, por lo cual el Estado tomó en sus manos los hilos de la economía para generar nuevos puestos de trabajo y así reactivar la actividad por medio de la inyección de recursos al mercado interno.
El intervencionismo estatal tuvo su propia impronta política, de acuerdo a las distintas estructuras sociales y productivas imperantes en los distintos países capitalistas. En los países europeos periféricos o vencidos, fueron los distintos fascismos que asumieron la dirección económica estatal, mientras que en los países con fuerte desarrollo de la sociedad civil fueron los llamados partidos socialdemócratas quienes asumieron ese rol (en EEUU tuvo el nombre de New deal de Roosevelt).
 Estas características democráticas o autoritarias que asumió el keynesianismo, también impactaron en la propia visión económica por parte del Estado, mientras que el modelo fue pensado como una etapa de transición para las potencias anglosajonas a fin de recomponer el poder de las burguesías, para los fascismos el modelo fue entendido en forma permanente y sin fecha de vencimiento.


La concepción de los regímenes autoritarios


Como se mencionó, todos estos países tuvieron similitudes en sus procesos históricos y en los períodos que surgieron, pero también hubo claras diferencias, tanto de fondo como de forma.

La identidad nacionalista de los distintos fascismos:

1.      Concibieron a la nación como una entidad homogénea y antecesora a la formación del Estado.
2.      La organización nacional remitió a un mito fundacional que tuvo a estos movimientos como protagonistas o fieles representantes de los intereses de la nación manifestados en éste hecho.
3.      Los distintos gobiernos y partidos que antecedieron a los fascismos traicionaron la identidad nacional y a sus verdaderos intereses (según ésta visión)
4.      La simbología y los distintos rituales fueron la forma de naturalizar la dominación y la identidad nacionalista.
5.      El rasgo fuertemente militarista tuvo como fundamento la de rescatar la manifestación violenta que dio identidad e independencia a la unidad política de la nación, frente a otras naciones enemigas. Este rasgo también fue aplicado hacia el interior de los países a fin de combatir al enemigo interno, extranjerizante y disolvente del verdadero ser nacional (comunistas, judíos, etc). La concepción de Carl Schmitt de entender a la política en la dicotomía amigo/enemigo, fue resuelta por la concepción del Estado Total y a la guerra no como una forma de continuidad de la política por otros medios (Clausewitz), sino como integrada a la política misma.
6.      Las viejas derechas monárquicas fueron absorbidas (fascismo italiano y falangismo) o aniquiladas (nazismo) por estas nuevas derechas.
7.      La clase obrera fue el actor social a disciplinar y el campesinado atrasado el sustento social de la ascensión de los fascismos, y el portador (simbólico) de los valores puros de la nación humillada.
8.      Fuerte desarrollo y expansión de la burocracia estatal, identificando al Partido con el Estado.
9.      El sistema educativo fuertemente jerarquizado y las instituciones religiosas, fueron los aparatos ideológicos de los regímenes. A diferencia del fascismo, que tomó al papado bajo su influencia, el nazismo erigió al Estado nazi como una nueva religión.
10.  La justificación de la ascensión al poder de los autoritarismos tuvo un carácter socio/cultural por parte del fascismo italiano y español, mientras que para el nazismo la justificación fue biológica.
11.  En sus nacimientos el fascismo italiano y el nazismo alemán se vieron con desconfianza, en parte por lo expresado en el punto anterior.
12.   Los liderazgos fueron de carácter personalista y fuertemente carismáticos.
13.   La concepción común de que el Estado era el único actor de las Relaciones Internacionales y que la estructura mundial debía modificarse (por medio de la guerra).
14.   El capitalismo de Estado encolumnó a las burguesías (de distinta manera y con distintos grados poder) hacia la propia impronta del poder político; cacerolas o cañones se definen por los márgenes de ganancias y los costos de oportunidades.
15.   Tanto el fascismo como el nazismo fueron continuadores de las políticas de fortalecimiento del poder estatal, por medio de la conquista territorial directa.



Si bien hubo varios gobiernos autoritarios en Europa post 1ª Guerra Mundial, los expansionistas y con proyección ideológica internacional, fueron el fascismo italiano y el nazismo alemán. Las razones de que fueran estos mismos partidos los derrotados y aniquilados en la segunda guerra mundial, mientras que el fascismo portugués y el falangismo español sobrevivieron durante varias décadas, demuestra que la lucha fue por la imposición de una hegemonía mundial en disputa y no por la de derrotar a gobiernos dictatoriales en nombre de la democracia liberal.



Francia en su genocidio 

Francia arrastra su propia contradicción, tanto en lo desigual de su sociedad como en su pasado de colonialismo genocida. 
Francia, o mejor dicho quienes manejan el poder, han condenado a su propio pueblo al tratar de rememorar su pasado imperial en África. Su protagonismo al encabezar la destrucción del régimen libio y de Kadafi, puso en manos de los extremismos religiosos y reaccionarios, el territorio, las armas y los hombres para lanzar una ofensiva hacia los paìses no alineados a la geopolítica del imperialismo yanqui. 
Tan contradictorio es el rol de Francia en el plano internacional, que blandiendo las consignas de libertad, igualdad y fraternidad, intenta imponer un lugar de poder en el mundo y en Europa que le es esquivo. Todo monstruo tiene un padre, pero también, cuando crece, se independiza. Quién se harà cargo de la paternidad de la criatura?

Francia llevó a cabo, post 2ª Guerra Mundial, una guerra de exterminio en los territorios colonizados de África, éste genocidio no fue sólo militar, si no también, y necesariamente cultural, por lo cual se quiso  imponer la superioridad civilizatoria de la Europa occidental frente  a las culturas de las tribus y pueblos africanos.

Por lo tanto todo imperialismo que domina a un pueblo impone sus valores y su forma de vida como superior al del colonizado, para facilitar el sojuzgamiento y quebrantar su resistencia. Este hecho tuvo como consecuencia olas migratorias hacia los centros imperiales, en busca de tan publicitada vida moderna de prosperidad y bienestar. Sin embargo éstos inmigrantes encontraron las mismas relaciones sociales de explotación, marginalidad y segregación, que el imperialismo imponía en sus países de origen.
 En los guetos, en  los barrios marginales, los olvidados de siempre son la carne de cañón de un sistema infame y se expresan en actos de resistencia hacia ese poder, sea en la forma que sea, de acuerdo a los distintos momentos históricos.
Francia al igual que EEUU desahució a países subdesarrollados, llevándolos a la pobreza extrema, mientras publicitaba una vida moderna y llena de lujos para aquellos que abrazan sus ideales. Aquellos colonizados que por convencimiento o por necesidad aceptaron èstos nuevos valores, partieron hacia ese centro de abundancia y felicidad para comprobar que la idealización de la vida en los países industrializados no era más que un arma de sometimiento y no una vida inclusiva, y que al interior de los centros imperiales la dominación y explotación es la misma.


Lo màs grave es que el llanto de los que hoy se conmocionan, deja entrever el silencio ante los cientos de miles de muertos de los paìses pobres y dominados. Hay licencia para matar y muertos que se merecen ser matados, mientras otros merecen ser protegidos y, tragedia por medio, llorados y enaltecidos. La clase social y el racismo siguen siendo la ideología no explicitada de los grandes bloques de poderes imperialistas.
De una o de otra forma el colonizado siempre encuentra la forma de resistir; y ya no como repiten los liberales hegelianos, no pretende parecerse al amo, quiere ocupar su lugar, su vida, su casa, su cama y si es posible con su mujer. No hay posibilidad de entendimiento, ni acuerdos pseudopluralistas, sòlo hay un mundo u otro. Hemos cometido el error de considerarnos globales, tanto sea por derecha como por izquierda, y no entender a los "condenados de la tierra" y el grito de Fanon: El capitalismo colonizante engendra genocidios y genocidas.




El triunfo de la Revoluciòn Cubana
Ibarra Eduardo
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU marca un hito histórico, no sólo por el pasado controvertido entre ambas naciones, sino porque abre hacia adelante un sinfín de posibilidades y por ende resultados. Por lo tanto estamos ante un nuevo proceso histórico en el cual los latinoamericanos somos parte. 
El hecho de que la noticia se haya dado sin preámbulos anteriores, salvo los encuentros a puertas cerradas, y que al unísono tanto Raúl Castro como Obama hayan pronunciado su discurso, manifiesta la particularidad y complejidad de los procesos políticos tanto hacia el contexto internacional como hacia el interior mismo de los EEUU.
A diferencia de los grandes medios hegemónicos y de los intelectuales del imperialismo (autóctonos o extranjeros), la mirada tiene que estar puesta hacia el interior del gobierno norteamericano, su situación socio/política y su estrategia global.
Si bien se ha hablado siempre de que Cuba necesitaba cambios, el hecho de que se restablezcan las relaciones diplomáticas es un claro triunfo de la Revolución. Desde 1961 Cuba siempre ha luchado en contra del bloqueo y los ataques del imperialismo, tanto Fidel como Raúl han sido consecuentes en reclamar el reconocimiento y el diálogo entre Estados de igual a igual, no como sostienen los medios hegemónicos  que el aislamiento es propiciado por y para el “régimen”.
Desde que el imperialismo yanqui rompió las relaciones diplomáticas y comerciales con la isla, los cubanos han sufrido pérdidas  económicas y de vidas. El gobierno yanqui ha tratado de acabar con la Revolución Socialista de distintas formas, ya sea por atentados terroristas, magnicidios, sabotajes, campañas internacionales de desprestigio, mentiras, invasiones y por supuesto el famoso bloqueo económico. Todas estas medidas fueron infructuosas y contraproducentes para el imperialismo. Sin bien el bloqueo supuso pérdidas económicas, que se calculan entre 100.000 a 150.000 millones de dólares, la cohesión interna y la defensa de la revolución siempre estuvo presente en el pueblo cubano.
El embargo y los ataques a la Revolución fueron siempre actos unilaterales por parte del Gobierno de EEUU y la lucha contra éstos fue encabezada por Cuba, lo cual se expresa claramente en la frase de Fidel: con seis meses sin embargo demostraremos de que es capaz el socialismo. Por lo tanto no hay nada nuevo bajo el sol del Caribe en su larga lucha.

Si bien el embargo todavía sigue firme y la ley Helms Burton (1996) sigue vigente, el impacto en la economía cubana es inmediato, ya que en uso de las facultades ejecutivas, Obama ha dispuesto una serie de modificaciones con respecto a elevar las remesas enviadas a la isla, de 500 a 2000 dólares, la ampliación de permisos de viajes turísticos y familiares, la posibilidad de compra de materiales de construcción y agrícolas a EEUU, la importación de productos cubanos por parte de viajeros norteamericanos y el establecimiento de distintas red de telecomunicaciones.

Todo esto coronado con la vuelta a la Patria de los tres héroes cubanos injustamente presos en las cárceles del imperio, lo cual ha dado una mayor alegría al pueblo y ha demostrado que el socialismo es parte de la construcción de la cultura y del sentimiento nacional, hecho muy distinto con lo sucedido del otro lado con la devolución del infiltrado yanqui Alan Gross.

El ojo de la tormenta

El epicentro de las dudas gira en torno a la posición de EEUU y màs precisamente  del Poder Ejecutivo.

La asunción de Obama a la presidencia marcó la ascensión de un nuevo bloque de poder dentro de EEUU. En la era Busch y su lucha contra el llamado terrorismo, los poderes económicos que prevalecieron fueron los de la industria nacional en consonancia con los sectores políticos conservadores, quienes entendieron e impulsaron una política exterior con claros dominios unilaterales por parte del poder centralizado del imperialismo yanqui.  Su concepción fue plasmada en la intervención militar unilateral hacia los países petroleros de Medio Oriente y en la intervención directa en el establecimiento de gobiernos e instituciones, cuyo eje de expansión fue el Atlántico.
En el período demócrata el nuevo bloque de poder estuvo conformado por los capitales financieros globales en acuerdo con los sectores políticos liberales. Este nuevo bloque de poder tuvo, y tiene, sus intereses en el desarrollo de los mercados mundiales, sin necesitad de políticas proteccionistas nacionales. La concepción  imperial por parte de éste bloque se manifestó como una forma de poder unipolar pero de dominación multipolar, ósea ya no se necesitó de la intervención directa, sea por invasión militar o por intervención en la construcción político institucional, sino que la hegemonía se conformó en forma de red, sin la necesidad de la acción directa de las fuerza imperiales, sino con acuerdo e intereses compartidos con las distintas élites regionales.
Su eje de expansión se encuentra en el Pacífico y el bloque contra hegemónico se encuentra representado por China.
Esta nueva conformación del bloque hegemónico imperialista comenzó a fracturarse a partir de la crisis del 2009 y su réplica en el 2011, lo cual manifestó que si bien los mercados se encontraron globalizados en su desarrollo económico/financiero dentro del crecimiento mundial, también lo fueron en las crisis que el propio sistema genera.
El impacto de los títulos subprime y derivados tuvo un efecto profundo en la estructura social y económica de EEUU, que se manifestó después con la pérdida de poder de la gestión Obama.
La crisis global golpeó los cimientos de sustentabilidad del bloque de poder hacia adentro, demostrando que el imperialismo era vulnerable ante las contradicciones de su propia dominación global, y sensible ante la decadencia social producto de la caída de empleos, ejecución de viviendas embargadas, aumento de las bandas narco delincuentes, incremento de la población carcelarias (latinos y negros) y la pérdida del poder adquisitivo de las clases trabajadoras frente al cada vez más abultado incremento patrimonial de las clases altas.
Este nuevo panorama dio una nueva oportunidad a los sectores màs reaccionarios y conservadores de la sociedad norteamericana, quienes demostraron su poder frente a los resultados en las últimas elecciones de la era Obama. El Tea party y el copamiento del Congreso por parte de los Republicanos, vino acompañado de un resurgimiento del nacionalismo màs rancio y de los sectores económicos nacionales que bregan por una política económicamente proteccionista y de corte xenófoba. También el avance de grupos de extrema derecha, como el KKK o la asociación del rifle, han marcado una nueva agenda en las cuestiones internas.

La reciente manifestación y levantamiento de la comunidad negra, por los sistemáticos abusos policiales, dio por tierra la última carta que podía esgrimir Obama, la de la igualdad racial y los derechos civiles, por lo que podemos entender, o atinar a entender, que el interés  de restablecer relaciones con Cuba puede llegar a estar enmarcado dentro de la lucha política interna de los EEUU. Puede ser la última gran medida de despedida de la administración Obama, ante un inminente triunfo presidencial republicano y ante los sectores populares y progresistas nacionales, que vieron frustrada la posibilidad de medidas sociales como un cambio profundo al sistema de salud.
Pero también tenemos que entender  èste cambio de cara al posicionamiento de EEUU en el mundo, tanto en su claro desprestigio moral, como en la pérdida de liderazgo político y económico, por lo que ésta medida podría implicar la necesidad de un lavado de cara frente a èste panorama.  Igualmente importante es la presión de sectores de la burguesía que ven la apertura hacia Cuba como una posibilidad de negocios.

La pelota está en el campo de los EEUU quien tendrá que revalidar éste cambio en un Congreso dominado por los sectores conservadores, tanto de los republicanos como de parte de algunos demócratas.


Un proceso es un final abierto

Si bien estamos presenciando un cambio trascendente, no podemos anticipar un resultado, ni el rumbo que se tomará a partir de èsto.
Todo marxista serio entiende que los procesos históricos son el inicio de una construcción a futuro, donde las fuerzas en pugna van dibujando el devenir de acuerdo a la correlación de fuerzas, aunque en las relaciones internacionales no sólo juega la fuerza un rol importante, sino también la oportunidad que los actores tienen de actuar.

Desde los distintos medios hegemónicos que operan en EEUU y en América Latina han tratado de predecir y bregar por un cambio en Cuba. Desde la caída de la URSS y el campo socialista, los opinólogos e ideólogos del imperialismo han deseado ver a la Revolución de rodillas y acabada, dando un sinfín de teorías y análisis de poca monta y de dudosa rigurosidad científica. Sin embargo el pueblo cubano fue haciendo y enfrentado las distintas situaciones con cohesión y sin bajar las banderas, lo cual no es, como cacarean los medios imperialistas, la dominación de un Estado dictatorial hacia una población sojuzgada, sino una revolución hecha carne en el mismo pueblo cubano.
Hoy ante la frustración de los deseos imperiales y  de sus lacayos, el nuevo argumento se direcciona hacia un cambio pacífico y sin sobresaltos, hacia la implementación de medidas de corte capitalista, donde la introducción de divisas e intercambios comerciales supondrá indefectiblemente el fin del socialismo y de la vanguardia del Partido Comunista. Esta predicción cae en el simplismo economicista, donde se entiende a la complejidad de un pueblo y su cultura sólo atada a las transacciones mercantiles. Un pequeño gran detalle que no toman en cuenta es que el crecimiento económico de Cuba, dará recursos a la Revolución para seguir desarrollando planes sociales que fortalezcan al socialismo.

Más allá de los problemas económicos y de la difícil situación de Venezuela frente a la baja del barril de petróleo, el pueblo cubano ha demostrado que no claudica en sus principios, ni en ser él quien forje su propio destino.












ES FUTBOL ESTÚPIDO
Ibarra Eduardo

Hace varios meses que nos encontramos en una influencia casi totalizante de la cultura del fútbol, ésta abarca un tiempo que se prolonga más allá de la competencia mundialista y también la antecede en un sinfín de cuestiones que no interesa analizar aquí. Es en ésta época donde un deporte, entre muchos otros, traspasa su propia naturaleza y fin, es el momento en que una supuesta cultura del balón pié hace su aparición en las más instintivas manifestaciones, no sólo por la  primacía de la actividad física, sino por la explícita imposición de que los sentimientos dejan de lado todo sesgo racional, cosa que es proclamada a los cuatro vientos, por todos los medios y por los variados actores que intervienen y se benefician en  ésta suerte de supremacía.
La cultura popular que hace al fútbol una “pasión y consumo” de multitudes, no se encuentra apartada de los procesos históricos los cuales le imprimen y resignifican el contenido de cómo y con qué fin se producen los eventos deportivos. Desde su arribo a las costas del Río de la Plata se identificó con una forma más de expresión y esparcimiento de las clases trabajadoras y marginadas. A fuerza de número y tradición con el tiempo se fue institucionalizando y oficializando como deporte nacional, siendo aceptado y practicado por las clases màs acomodadas. Con la reglamentación y su entrada en la esfera del Estado, los distintos gobiernos lo utilizaron para aglutinar voluntades, distraer (aunque se a corto plazo) y crear sensaciones igualitarias. Transformando a la selección argentina en una suerte de ejército que lucha contra un resto del mundo ajeno a nuestra identidad.
La expansión y profesionalismo se fue dando y retroalimentando dentro de las leyes económicas del propio sistema capitalista, por lo que los jugadores devinieron en  pateadores de millones de dólares, los Directores Tènicos en gerentes, los representantes en financistas a largo plazo y  los directivos de los clubes en CEOs de empresas S.A ;  por lo que el compromiso y dedicación sincera ha quedado relegado al rincón de los que conjuran deporte con compromiso social (los que nunca van a salir en la tapa del diario o ser la admiración colgada en posters).
 Como toda manifestación popular de envergadura, la política y la economía se conjugan en un cóctel ideológico publicitario y propagandístico, tanto los actores definidos como políticos y los intereses definidos como económicos, insertan y trasmiten los valores a destacar en esa pasión llamada fútbol. Las ventas de distintos productos se conjugan con la exacerbación de la identidad propia, del nacionalismo infantil del grito y el llanto, de la diferencia con los otros países por el amor a la camiseta.  La sociedad cuya vida està signada por el individualismo y la frustración tiene su sueño de gloria a través de un mensaje esperanzador de ser los mejores, de verse a sí mismo emular lo que sienten o viven los 11 jugadores dentro de la cancha, y sentir que la solidaridad aflora en el espíritu de grupo, donde la pequeñez de una sobrevida gris se agranda al sentirse dentro de ese estadio; todos nos abrazamos, todos hacemos sacrificios por la selección, todos sufrimos y nos alegramos como iguales, todos hoy somos argentinos, por eso comprá la tv de 52` para sentirte que estás ahí, aunque no puedas màs que mover el dedo en el control remoto o emular la actividad física los fines de semana.

Ahora,  ¿es esto un rapto de patología temporal producto de un deporte exacerbado por los sentimientos?. En realidad es parte de la misma sociedad en la cual el hombre vive una vida de frustraciones  y con una ausencia de libertad y de realización tan grande que traslada todo lo que quisiera ser a esos “representantes” del éxito.  Una vida vacía y vaciada no tiene otra satisfacción de  ver en el otro un objeto de deseo amoldado a los parámetros del propio sistema mercantilista, consumiendo algo para rellenar y aplacar la angustia existencial.
Los multimillonarios jugadores pasan a ser grandes héroes nacionales, patriotas a la altura de San Martìn, grandes figuras en las cuales sus pies son producto de una inteligencia erudita y las jugadas terribles batallas por la cruzada independentista; un tipo como Messi que no puede articular un simple discurso con dos frases seguidas, es el nuevo ejemplo argentino, rango que comparte con el Papa Francisco (paradigma, si los hay, del deseo de una vida mejor allà en la nebulosa  del infinito imaginario), cancha y paraíso, dios y goles, vivir de alguna manera la impotencia de lo que no somos y pretendemos ser.

Transformados en receptáculos de instintos y sentimientos nos convertimos en una masa identificada por el nacionalismo construido a fuerza de sacrificios cabaleros. Cualquier crìtica u objeción a la cultura futbolera es “neutralizada” por el argumento costumbrista y el anclaje popular de una masificadora avalancha, lo que no permite la intromisión de elementos sociológicos o exógenos al sentimiento exacerbado, por lo cual cualquier tara social y costumbre retrógrada hubiese podido ser superada.

Lo que hace diferente a éste mundial, no son ni los equipos, ni los jugadores, sino la posibilidad de que por primera vez se pueda dar una ruptura en el mensaje y en espacio simbólico del mundial de futbol. Estará en la capacidad de lucha, resistencia y visibilidad que logren los trabajadores y los grupos anti sistema.








Liga Argentina por los Derechos del Hombre
LEY "ANTIPIQUETES": PRIMER ESTUDIO DEL PROYECTO
Luis Zapiola
. Los medios de comunicación han presentado este proyecto de ley como “antipiquete”. Nada mas inxacto e incompleto. El artículo 2º del proyecto define como “manifestación pública” toda reunión “no violenta” de personas con un interés común, sea “prevista” o “espontánea”. Su característica es ser desarrollada en un periodo limitado de tiempo en el espacio publico con el objeto de reivindicar derechos o reclamar ante autoridades publicas o entidades privadas.
De su simple lectura se desprende que engloba diversas situaciones. 1) Cortes de rutas o calles. 2) Protestas en espacios públicos en general (veredas, plazas, etc.).
“MANIFESTACION LEGITIMA”: Al definir en su articulo 5º cuales son los elementos para que una protesta sea considerada “legítima”, provoca importantes consecuencias: 
1) Coloca en la “ilegitimidad” toda protesta ante ante hospitales, centros educativos o comisarias aunque no se corte la calle (inciso a).
2) Reprime definitivamente todo corte de ruta o calles al expresar que la protesta será ilegítima si se cometen delitos previstos en el Codigo Penal. En el caso de cortes, al resultar de aplicación el artículo 194 del Código Penal (Entorpecimiento de los Servicios Públicos), tacha de ilegítimo cualquier protesta de este tipo. 
3) El inciso e) Impone la condición de notificación previa (48 horas), que quita toda espontaneidad a una defensa de derechos. Estas precondiciones quitan toda seriedad a la pretendida tutela que el estado brindaría a la manifestación que define como “legítima”, dado que reduce su existencia a dudosos casos concretos.
LA “NOTIFICACION” PREVIA: Impone la notificación previa sobre la protesta, ante “AUTORIDAD POLICIAL” con una antelación no menor a 48 horas, indicando el lugar, tiempo estimado, objeto de la manifestación. Además impone la designación de un “MANIFESTANTE DELEGADO” quien sin dudas terminará procesado y criminalizado. Hay que destacar que en la protesta social, quienes de ella participan se niegan a identificarse ante las fuerzas de seguridad, dado que en todos los casos la suscripción de actas terminó con procesamientos de los firmantes.
El artículo 8 incluye todo tipo de reclamos ante autoridad pública, incluidos PRIVADOS, con lo cual queda claro que se pretende regular toda protesta en el espacio publico.
EL PERMISO REPRESIVO: Pasa por sobre la autoridad de los jueces y fiscales al disponer que si la manifestación es ilegítima puede ser dispersada por las fuerzas de seguridad.
LA “MEDIACION PREVIA”: Establece este mecanismo previo al “desalojo”. Dispone que solo podrá asistir a la mediación el delegado de los manifestantes, o sea una sola persona, lo cual quita totalmente instancias de decisión colectiva a quienes protestan. Nótese que poe el Estado admite: personal Civil del Ministerio de Seguridad, personas del ámbito público o privado con competencia apara resolver, funcionarios judiciales y la Defensoria del Pueblo. Las decisiones que allí se tomen resultan absolutamente ASIMETRICAS. Por omisión no se admiten otros delegados, asesores jurídicos, dirigentes gremiales, movimientos políticos o sociales. Asimismo, el artículo 14 deja en claro que se exige levantar la protesta sin soluciones concretas, ya que el mediador se limita a pactar las condiciones del cese de la “perturbación”.
MEDIACION “EXPRESS”: el plazo para la mediación es de DOS HORAS. Amén de lo ridículo u exiguo del plazo, ello impide a quienes protestan cualquier consulta racional con sus bases, asesores, amigables componedores, etc. Asimismo, el plazo contradice groseramente el declamado propósito de garantizar la libre expresión y vulnera el derecho de defensa. Obviamente, el no acuerdo en la “mediación” abre el camino para la represión y desalojo en forma directa practcamente apenas comenzada la protesta, salvo lo señalado en el artículo 19 en orden a lo que decidan juez o fiscales en cuanto a la protesta si es que están presentes en la “mediación”.
USO DE LA FUERZA: Pese a las declamaciones contenidas en el Cap. III sobre el uso de la fuerza, la exigüidad del plazo y la posibilidad de desalojar o reprimir una protesta ilegitima o que se transforme en tal en caso de no arribar a un acuerdo, torna letra muerta tales propósitos. Ello en orden a los principios de legalidad, Gradualidad, oportunidad, ultimo recurso. PORTACION DE ARMAMENTO: Prohibe la portación de armas de fuego al personal de las fuerzas de seguridad, solo para aquellos que estén en contacto directo con los manifestantes. Para el resto,o sea los que se ubiquen solo un poco mas lejos lo permite. Con ello se da un permiso legal para amenazar con armas a la vista. O para usarlas en definitiva..



La sensación de seguridad
Ibarra Eduardo

Desde hace ya varios años el tema de la seguridad està en el tapete de la agenda electoral, y de los multimedios. Desde la ley Blumberg hasta los planes militaristas, los candidatos y los opinòlogos, hacen fila para plantear y describir una situación desesperante, quizás al borde de una “guerra civil”.
La inseguridad es de por sì un tema que penetra en los màs profundos instintos de supervivencia del ser humano, pero no queda situado en un lugar biológico, sino que es profundamente social, en su forma, estructura y en su reproducción ideológica. Al tomar literalmente la narración que desde los sectores màs recalcitrantes hacen sobre “el delito de cada dìa”, es clara la idea reeditada de Hobbes y su mundo presocial en estado de guerra, donde lo que prima es el miedo a la muerte violenta, que es el asesinato de un hombre contra otro. De lo cual se deduce fácilmente que para salir de ese infierno, hay que “contratar” a alguien que tenga la fuerza para aplacarnos y  imponernos su autoridad, trasladando el miedo que los hombres tiene entre si, a que todos los hombres agrupados en sociedad le teman al nuevo y único gobernante[i].  Si bien posteriormente los liberales pusieron el grito en el cielo, por considerar que la propia organización social no debe, ni puede estar en manos de un gobierno, la necesidad de un policía con garrote es reforzada, por el simple hecho de proclamar y asegurar a la burguesìa naciente la explotación y dominio de todas las demás clases subalternas; el mono con navaja debe tener un amo que lo domestique y lo dirija. 
Hoy en dìa las ideas de Hobbes y Locke se han transformado en un método de dominación física y psicológica, a fin, ya no de organizar a la sociedad y su Estado, sino la de subordinar a las demás clases sociales a su hegemonía y la de contener y reprimir a la masa de desclasados, producto del propio desarrollo del capitalismo y su sistema automatizado y robotizado de producción.
En nuestro país se ha venido esgrimiendo todo tipo de políticas de seguridad para la represión de los sectores marginados, que ya no pueden ni podrán integrarse al sistema capitalista financiero y global. A pesar de la asunción del Kirchnerismo en el 2003 con una retórica progresista  garantista y sus planes de ayuda social, los métodos coercitivos y represivos han ido en aumento (tanto por presión externa como interna al gobierno). El aumento de las penas por la ley Blumberg, conversión de la gendarmería y la prefectura como policía interna, son algunas muestras.
A partir de las elecciones legislativas del 2013 y el ascenso de Sergio Massa con su proyecto propio, la seguridad vuelve a ser la nueva Vedette de la escena política. Con una larga campaña de prensa y televisiva, Massa logró imponer una idea Focoultiana, de la sociedad vigilada a través del nuevo panóptico virtual, las cámaras, y  los medios hegemónicos contrarios al gobiernos lo tomaron como una variable màs de crìtica y desestabilización. Desde el correlato derechista no peronista del gobierno capitalino de Macri, las practicas y políticas represivas son idénticas.
Si hacemos un recorrido por la zona norte del conurbano, desde la Ciudad Autónoma hasta Tigre, pasando por Vicente Lòpez, San Isidro y San Fernando, la multiplicidad de los “agentes de seguridad” y los métodos de control, son los mismos.
Tecnología y tropa se expande en distintos formatos y la demanda sigue creciendo como un paràsito que fagocita todo, no hay nada que lo detenga, pide màs y màs. Creyendo que lo malo, lo sucio y lo feo se puede dejar afuera, se metieron en los countrys y crearon un micromundo con su propia microecològìa y su microcultura. Fueron artífices de su propia pobre existencia entre paredones y alambrados.
Como del otro lado la masa oscura sigue creciendo y reclama el mismo estilo de vida en clave de pobreza, ya los muros dejaron de ser garantía, por lo que lo micro se convirtió en macro y llegaron los planes y los grandes proyectos, tan importados como autóctonos, y los medios que meten miedo con todos nuestros muertos de cada dìa.
Las càmaras que todo lo miran pasaron a ser política de Estado, los muros tienen alambre cortante, electrificados y perros adiestrados, con una infinidad de ejércitos en una guerra no declarada y sin convención de Ginebra[ii], ni Cruz Roja. Ejèrcitos privados en barrios, comercios y bancos, gariteros veteranos de tropas jubiladas, gendarmes sin fronteras, prefectos pescados fuera del agua, la bendita bonaerense y la federal, la pituca  metrolondinese, los paramunicipales en sus patrullas montados al servicio del patroncito de la estancia municipal, helicópteros con ojos, cuerpos de elite, rambitos para la gran función, los de narcóticos con buen olfato,  los “servicios” para el mejor postor, què màs necesitas?. Toda la función al servicio de la guerra que no termina, porque todo està en función de su propia existencia; demasiada guita para que termine.

Como todos los fines de años la cultura de lo marginal vuelve a reclamar su cuota de consumismo anárquico y siempre dejando el escenario para aquel que sepa aprovechar la ocasión. Pero 2013 fue la clara manifestación de la burda utilización del aparto represivo en  operación con sectores sociales que no tienen norte. La extorsión de acuartelamiento, dejando el campo libre para arrasar la tierra, no fue sòlo por motivos económicos. La propia descomposición del poder kichnerista tanto fuera por dentro del Estado, marca la lucha de poder, en la cual la derecha vuelve a reclamar por la hegemonía perdida; y como sabemos siempre hay un interés foráneo que le echa una mano solidaria.
El verticalismo peronista està roto y busca un nuevo eje de contención, con la presión de los mercados y sus agentes locales, la cotización de la bolsa electoral marca hacia la derecha y todos corren a ocupara un lugar, mientras que la derecha tradicional ha comprendido que sin disfraz popular y peronista no tiene posibilidades, menos en una época perimida para el partido militar, por lo tanto juegan por dentro y por fuera de gobierno.

Entiendo que hay varios aspectos importantes a tener en cuenta después de los últimos saqueos coordinados por el aparato de seguridad:
1-    El Estado es un ámbito màs donde se reproduce la misma lógica de reproducción del capital y sus relaciones sociales. Por lo tanto el Estado no es una institución cooptada por la burguesía per se, sino que refleja la lucha de clases a su interior. La falta de democratización de la justicia y la conservación del carácter represivo y reaccionario de las policías, son una muestra clara de cómo los factores de poder operan y conservan su hegemonía en los distintos estamentos, aunque el color político del gobiernos de turno sea distinto o contrario.
2-    Los métodos que surgen en las luchas populares y desde los sectores màs combatidos fueron aprehendidos por la derecha para su propio beneficio, si bien el actor social no es el mismo de los que protagonizaron saqueos en 1989 y 2001/2.
3-    El actor social que protagonizó los saqueos no tiene como fin una lucha política y objetivos en común. Ósea, no hay detrás de los grupos marginales o marginalizados (que no por eso tienen que ser de por sì pobres) carecen de una idea de sociedad superadora  del sistema en el cual están segregados. Por lo tanto son fácilmente “utilizados” por y para distintos fines. Es clara la manifestación de la misma lógica de sistema en los propios saqueadores quienes reproducen, desde su propia situación socio económica, la propia cultura consumista e individualista en la cual no hay otra forma que acceder a los bienes de consumo que el robo. Es significativo como, con diferencia de una semana, las clases màs acomodadas reventaban los shopping para las compras de navidad; por decirlo de una manera, expresan lo mismo uno con una tarjeta de crédito en la mano y otro con una piedra.



Los sectores medios son los mismos que fogoneados por las usinas hegemónicas de comunicación, reclaman mano dura y temen al perro guardián. En una especie de histeria “colectiva” la inseguridad es la gran domesticadora. Las fuerzas de seguridad interna son las organizadoras y “legalizadoras” de los delitos, sea robo, narcotráfico, tratas, etc, pero al mismo tiempo son el centro de la supuesta solución a los delitos difundidos por los medios y las càmaras municipales.
En el contexto internacional las fuerzas de seguridad interna son los nuevos agentes desestabilizadores de la hegemonía imperialista hacia Amèrica Latina, cuyos ejemplos abundan a partir de la asunción de gobiernos populares en el cono sur.






[i] En el caso de Hobbes que escribe en el siglo XVII, serìa el monarca absoluto.
[ii] Querìamos tanto la hipocresía de Nicolas II que le dimos mejor vida. 

La restricción de la propaganda política en San Fernando: Hacia la hegemonía de la sociedad.

Manuel De la Cuesta
Eduardo Ibarra


El pasado viernes 6 de diciembre, se realizó la última sesión del concejo deliberante del año y la última antes del recambio como resultado de las elecciones pasadas.
A tratativas de ordenanzas fiscales, se realizo conjuntamente con los mayores contribuyentes del municipio, entre otros, Ipuche, Folino propietarios de numerosos inmuebles, colaboradores directos del partido Frente Renovador, y beneficiarios de tasas de condonación de deuda y reducción impositiva, como así también de muchos negociados fuera de la ley de construcciones, negocios y proyectos inmobiliarios y con omisiones técnicas.
Estipulados de la manera siguiente:
Orden del día  06/12/2013
Ordenanza 5105/12 Ordenanza de desendeudamiento municipal, cancelaciones y pagos de pasivos acreedores. Aprobado.
Ordenanza 5826/13 Incremento de las tasas impositivas para comercios. Modificatoria Art.366 y 371 tasas impositivas al consumo de gas natural, llegando a un 51 %. Aprobado.
Incremento de impuestos a la exportación desde San Fernando, choca con el precepto jurídico impositivo de separación en la fuente. Art 97 bis de la carta municipal San Fernando.  Aprobado
El ejecutivo tendrá el derecho de aprobación y de adjudicatario de uso permutación y venta de bienes públicos municipales, con el 50% sobre factura.
Tasa impositiva a envases no retornables y afines (PET), de aplicación en espacios verdes públicos Aprobado
Incremento de tasas de servicios Generales, sobre 25 %, alícuota trimestral. Aprobado.


Sesión Ordinaria.
Ordenanza 24491/13 Expediente de Obras Públicas habilitaciones de planeamiento y construcción inadecuadas, sin planos ni códigos catastrales. Aprobado.
Formación de Consejo Consultivo en la costa de San Fernando, “espacio cultural y vecinal” conformado por 5 miembros del ejecutivo, conjuntamente con una ONG vinculada al bloque oficialista. Aprobado.
Expediente sobre particular sobre inmueble de Bomberos voluntarios, pronunciando un traslado operativo. No se ajusta a derecho, en comodato, aval del intendente por convenio, nunca autorizado por el CD. Aprobado.
Ord. 10827/12 Compra a Club Tigre de dos inmuebles. Condonación de deudas desde 1997, 3 integrantes del Consejo son integrantes de la Comisión directiva del Club.
Ord. 8068/13 y 6088/13 Presupuesto Económico y funcional 2014. Superpoderes del intendente, otorga facultades exclusivas, se le asignan mas funciones, en equivalencia con su dieta. Aprobado.
Ord. 7025/13 y 7504/13 Comisión de Hacienda y Presupuesto, Aprobado.
En la ordenanza referida a los regimenes de convivencia, y publicidad.
Se postula utilizar solo formatos propagandísticos oficiales, con circulación acotada, y permitida en plazo y forma por el ejecutivo, formatos de banderas y banners publicitarios, abarca apartados políticos, religiosos y comerciales. No se puede sin permiso del ejecutivo:
Poner mesa en las veredas, repartir volantes sin inscripciones de “arrojar en vía pública”, poner banderas de árbol a árbol sólo pasacalles publicitarios de más de 2 m de altura. No se puede circular con vehículo con altoparlantes sin habilitaciones en forma, realizar actos en la vía pública sin autorización de tiempo y forma por el ejecutivo. 
Si bien la conformación del viejo cuerpo legislativo daba supremacía absoluta al massismo andreottismo, el próximo dará una profundización y dominio de esta nueva corriente de derecha.
Más allá de lo alarmante de éste hecho, es significativo y representativo  lo que se voto en una noche de dislates, obediencias debidas  y oposiciones exiguas.
La importancia de la última sesión, tiene que ver con la aprobación del presupuesto que baja el ejecutivo para el año próximo. Lo que deja prever cuales serán las prioridades del gobierno y como manifiesta su entramado ideológico, donde más allá de la retórica demagógica de que se gobierna para todo el pueblo o la ciudadanía, en la designación de fondos se manifiesta quienes son  o que grupo es  el ganador y cual el perdedor.  A partir de esta premisa podemos evaluar cuales son los resultados de la votación.
Lo más importante o que afecta directamente a la población de San Fernando en el nuevo presupuesto es:
-          Aumento de los impuestos con un piso de donde se parte, pero sin un techo determinado
-          Creación de nuevos impuestos, como ser una tasa municipal al servicio de gas; mas allá de que los vecinos hayan pagado por el tendido, que el municipio no sea prestador de gas y que no haya ningún proyecto de extensión de la red a otros sectores que carecen de ésta. Creación de un impuesto a los envases que contaminen, en el cual no se tiene en cuenta que la contaminación por residuos trasciende los límites del municipio y que los impuestos son fácilmente trasladables a los precios.  Y lo más llamativo es un nuevo impuesto a las exportaciones que pone en paridad al municipio con la nación, o transforma a la comuna en una seudo república.
No solo se trato la cuestión económica del municipio y su presupuesto para el año 2014, también el bloque oficialista aprobó, sin ninguna modificación sustancial, la delegación de poderes al Ejecutivo por parte del Concejo. Los dos puntos más destacados y de mayor importancia; y porque no decirlo, de mayor preocupación, fueron: la modificación de recursos entre distintas áreas y el manejo de escalafones y jerarquías entre los trabajadores municipales.
El final de la sesión  fue a las 2 de la mañana del sábado, que tuvo como corolario la aprobación un proyecto de ordenanza para limitar la  propaganda política, religiosa y  comercial. En dicha ordenanza se esgrime la necesidad de ordenamiento urbano con respecto a los espacios públicos y a las distintas formas de propagandas, ya sean carteles, volantes, pintadas y medios auditivos.
Si bien el proyecto entregado a los pocos legisladores opositores era mucho más restrictivo y más explícito en sus intenciones, las modificaciones más moderadas o  con una retórica encubridora, fueron dadas a conocer en el momento mismo de la votación.
Se trata de regular los espacios de publicidad a la esfera de lo que designe la municipalidad y al ámbito  privado, con lo cual los partidos deberán tener permiso del propio Intendente Andreotti para hacer propaganda política o contratar espacios a empresas privadas.
Ante la protesta por parte de los opositores que quedaban en la sala (Tinant y Coronel), los legisladores oficialistas lanzaron todo tipo de agravios e insultos, sumándose a esta triste imagen el presidente del cuerpo, el señor Aparicio, quien desconociendo y violando la conducta propia de quien tiene que presidir el HONRABLE CONCEJO DELIBERANTE, tuvo la actitud de un provocador y de un sobrador, comportamiento semejante a un adolescente inmaduro.
Más allá de las formas y el poco nivel intelectual del Concejo, la ordenanza tiene como fin restringir a su mínima expresión a los partidos políticos y a las organizaciones sociales, que se oponen a la hegemonía Massista en San Fernando. Tratan de callar las voces de los sectores populares y de izquierda que denuncian y develan la trama de poder de estos peones de la derecha nacional. El andreottismo-massista tiene como fin conformar una zona de hegemonía con epicentro en el Partido de Tigre, a fin de lanzarse a los estamentos provinciales y nacionales, con un amplio sustento territorial.
No es casual que la burguesía sanfernandina  (en su mayoría ligada a los negocios inmobiliarios y comerciales) se encolumne en la nueva figura ascendente de Massa y su expresión local, la cual da estabilidad al gobierno municipal a través de concejales, votos, apoyos varios y recursos económicos para campañas, esto a cambio de tener vía libre para desarrollar distintos emprendimientos y obtener del municipio excepciones al código urbano.
Un nuevo bloque de poder se ha conformado en San Fernando a partir la asunción del 2011 de Intendente Andreotti. Si bien, la burguesía inmobiliaria y comercial, tuvo siempre influencia en los anteriores gobiernos, hoy conforma un bloque de poder mucho más hegemónico y que no permite, o trata de no permitir, fisuras. Este nuevo gobierno municipal tuvo políticas herméticas a todos aquellos sectores que no comulgaban con su ideología, despidiendo trabajadores reprimiendo los supuestos “delitos sociales”, desalojando a los centros culturales no afines, asfixiando financiera y operativamente a las bibliotecas y a los habitantes de las islas (cuyo plan es deshabitar para desarrollos inmobiliarios símil Tigre), utilizando a las fuerzas represivas de las patotas y la policía comunal para acallar campañas electorales, etc. etc.
La nueva norma que trata de reglamentar la propaganda política es la consecución y legalización de lo que se vino dando de hecho en el territorio de San Fernando, es la legalización de la censura y prohibición de los sectores contra hegemónicos y populares.

Los aprietes, robos y amenazas se encuentran ahora normalizados, con el fin de homogenizar y replicar la hegemonía del aparato estatal a la sociedad. Para que la figura de Massa sea potable a la burguesía dependiente nacional y a la embajada yanqui, sus territorios tienen que estar en “orden”, y esto obviamente le deja el campo fértil a los proyectos inmobiliarios elitistas y millonarios. No IMPORTA SI LOS LADRILLOS SON DE CEMENTO O COCAINA, NO IMPORTA SI LOS RECURSOS ECONÒMICOS SON DEL ROBO, LA EXPLOTACIÒN O DEL NARCOTRÀFICO.

Para que no haya denuncias o alternativas la norma se hace necesaria, con la cual se cierra el círculo en torno a la información y los canales elegidos por el oficialismo para trasmitir su ideología. No es casual que hayan cerrado todo canal de comunicación a los medios locales y solo hablen a través de los medios hegemónicos,  como ser el canal de cable Somos Norte del grupo Clarín.

La lucha política ideológica está planteada y cada vez más descarnada. El fundamento de limitar la propaganda política por cuestiones de ordenamiento urbano, es una excusa.

“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Rodolfo Walsh


RED POR LOS DERECHOS HUMANOS -ZONA NORTE-


Un arma llamada Medios de Comunicación

Objetivo: Bolivia 
Ibarra Eduardo
La ley de Medios aprobada por la corte Suprema de Justicia como constitucional, es màs que un mero hecho antimonopolio y de diversificación de la información, tiene que ver con un arma que es tan o màs poderosa que las militares. Los medios de comunicación son y fueron el instrumento ideológico para lograr dominar  y sostener a las clases sociales hegemònicas  y sus sistemas económicos y sociales, en detrimento de las clases subalternas.
Ya desde la conquista de Amèrica por parte de los europeos, estos medios eran la punta de lanza para socavar y subvertir las creencias  en la cual se sustentaba la estructura social de los pueblos originarios. Dicho rol fue ejercido por la religión, o mejor dicho los organismos religiosos europeos de distintas creencias; predominantemente católica, pero también protestante y anglicana. Màs hacia la actualidad los grupos sociales que lograron a sangre y fuego, erigirse como los fundadores y constructores de los distintos Estados Naciones en Amèrica Latina, fueron lo que monopolizaron los medios gráficos de comunicación. En Argentina es por demás representativos de èsto, la asunción de la oligarquía terrateniente porteña de la mano de Mitre, Sarmiento  y cìa., los cuales utilizaron los medios como la prensa Naciòn Argentina, fundada por el entonces presidente Mitre, para atacar y demonizar a los distintos grupos disidentes de interior del país, asì como la de crear las condiciones para el genocidio del pueblo paraguayo.
A partir del surgimiento  de los EEUU como potencia imperialista post 2ª Guerra Mundial y la hegemonía después de la caída de la URSS, en los 90s, la utilización de los medios de comunicación fue un arma central y estratégica del imperio del norte, de sus agencias, sus ideòlogos y conunicadores.  Tanto como para crear el apoyo de la llamada opinión pública, nacional e internacional, para justificar una invasión, como para socavar la legitimidad de gobiernos antiimperialistas, los medios fueron fundamentales para lograr sus objetivos.
La lista de ejemplos de cómo los imperialistas utilizan los medios para influir subjetivamente en las mentes y corazones, de aquellos que son calificados como blanco susceptible de las campañas psicológicas  es infinita, pero quiero traer como ejemplos las màs representativas:
-La propaganda y acción psicológica para invadir Vietnam, se realizò a partir del auto atentado contra un buques de guerra de EEUU en la bahía de Tonkin, por parte de la Cia.
-La instrucción  a los militares golpistas de Latino Amèrica, contenía el uso de los medios de comunicación, para generar temor y rechazo de la población, contra los grupos insurgentes, calificándolos, durante las décadas de los 60s y 70s, como agentes infiltrados de la URSS, mientras que en los 80s, eran denunciados como narcoguerrilleros o narcosterroristas. Esta nueva categoría jurídica que los grandes medios utilizaron, fue la que abrió la puerta al ejército norteamericano para instalar bases en Sudamérica y violar todo los derechos humanos de los luchadores populares.
-Los medios chilenos fueron el aparato ideológico del imperialismo para socavar al gobierno de Salvador Allende y crear una masa crìtica de la población, a fin de dar el golpe criminal de Pinochet y Kissinger. Hace muy pocos días se dieron a conocer documentos en los cuales los grandes diarios chilenos cobraron grandes sumas de dinero, para publicitar a favor de la dictadura.
-  En la Argentina los medios hegemónicos de comunicación recibieron de la dictadura, la propiedad del papel prensa, la cual había sido arrebatada al grupo Graiver, cercano a Montoneros. Es por demás conocido el papel del Proceso en el contexto de Guerra Frìa.
-El uso màs descarnado y burdo de los medios del imperialismo, fueron las mentiras vertidas con respecto a Sadam Hussein y la tenencia de armas de destrucción masiva. Hecho que posibilitò la invasión y posicionamiento de EEUU en Medio Oriente, para contrarestar la influencia de Iràn y poder volcar la cuestión palestina a favor de Israel. Conjuntamente con los recursos económicos y financieros.
La lista sigue y como se mencionó màs arriba es enorme. Lo que sì queda claro, es que los medios masivos de comunicación, son un arma de infiltración y desestabilización que se utiliza contra los gobiernos socialistas y populares, por parte de Imperialismo yanqui y sus socios menores, las burguesías dependientes y las oligarquías primarizadoras de las economías emergentes. Pero son también un instrumento de control y de justificación, de los gobiernos neoliberales pro imperialista.
El siguiente artículo del Wall Street Journal sobre el gobierno boliviano de Evo Morales, es un claro ejemplo de cómo se utilizan los medios, cual es el fin que persiguen y a que intereses responden. Màs allà de lo alarmante del motivo de la nota, es una buena forma de poder analizar cómo se arman las noticias. Esta nota es tan burda que posibilita entender que los fundamentos están armados para llegar a un fin; primariamente es la derrota de Evo en las elecciones del 2014. En toda la información que se da, las fuentes son desconocidas, datos no confirmados, testigos no identificados y agencias gubernamentales sin nombres.
Dejo a continuación la nota y la contestación del gobierno boliviano. El lector crìtico sabrà ver que después de la tinta en un papel, viene la sangre en nuestra tierra. Como siempre  el imperialismo y sus lacayos locales en acción en una burda acción psicológica. 




La retórica del trotskismo argentino
 Ibarra Eduardo
Desde la década de los 90s los partidos que se definen trotskistas han tenido o ganado cierta relevancia en el ámbito político nacional. Màs allà de los sinfín de grupos y facciones que pululan por nuestra historia, en esa década es cuando empiezan a tener màs relevancia mediática y algún esbozo de logro electoral, a partir del crecimiento del MAS (movimiento al socialismo) dirigido por Luis Zamora; hoy devenido en un defensor del horizontalismo. De hecho el MAS no sòlo fue un fenómeno local, ya que la Argentina fue considerada como el país que màs cerca se encontraba al triunfo de las ideas de Leòn Trotsky. Pero la Revolución Permanente se agotò en un par de  bancadas en el Congreso ganadas por su rimbombante líder, que una vez terminado el período legislativo, se redujo a su mínima expresión numérica.
Después de èste proyecto fallido, el guante del “los verdaderos defensores del gobierno de los obreros” es levantado por las pequeñas sectas que deambulan por el mercado originalmente autóctono del trotskismo, las cuales siempre se alimentaron de los quiebres y crisis en determinados momentos coyunturales.  Con un panorama internacional de hegemonía liberal producto de los desaciertos de los partidos comunistas, de la ultraburocratizaciòn soviética, y el fin de los movimientos revolucionarios nacidos de la experiencia cubana, los predicadores del dogma ideal encontraron su mercado de decepcionados y aturdidos ideológicos.
Hoy día nos encontramos ante una cantidad de grupos autodefinidos trotskista, que tratan de ser el centro de atención de los medios masivos y de las protestas màs disímiles. Con la llegada del Kirchnerismo en el 2003 y  su política de recomposición del Estado como interventor y mediador de la economía y los conflictos sociales, conjuntamente con la inserción en el contexto Latino Americano de asunción de gobiernos populares, la izquierda se enfrentó a la disyuntiva de seguir catalogando al Estado como de la burguesía o la de comprender que dentro de la súper estructura, la reproducción del capital y las luchas por la hegemonía cultural, se producen y reproducen al igual que en la infraestructura, sin ser obligatoriamente un espejo de las relaciones de producción, que la condicionan y determinan. Obviamente esto implica tomar al marxismo desde el marxismo como una metodología de aprehensión y transformación, pero sin perder el espíritu crítico,  incluso si dentro del análisis crítico se encuentran los propios fundadores y sus continuadores “oficiales” del marxismo. En la práctica se traduce en apoyar los logros alcanzados por las clases trabajadoras, aunque sean dados desde “arriba”, como un avance hacia mayores conquistas y contradicciones dentro del propio sistema, hasta lograr una madures objetiva y subjetiva del proceso histórico abierto, o ver al Estado como una institución burguesa homogénea y monolítica que siempre actuará en forma consciente, sin la posibilidad de que las clases trabajadoras y los luchadores de izquierda puedan participar e intervenir, a menos que traicionen a su propia clase[i].
Obviamente el trotskimos se para frente a èste proceso desde la mirada simplista de lo que es el Estado y su identificación con la burguesía, por lo tanto no hay posibilidad de aceptar los avances y logros de las clases trabajadoras, ya que son sòlo medidas de distracción para apaciguar los verdaderos reclamos obreros y las luchas revolucionarias que devienen de èstos. Aunque Marx sòlo hace mención de la revolución permanente en su análisis de la revolución obrera fallida en Francia de 1848[ii], Trotsky lo toma como idea central frente al y los Estados burgueses.

El sujeto histórico
Dentro del marxismo el sujeto histórico es aquel depositario del cambio del sistema en el que se encuentra inmerso, la clase social capaz de derrotar a quien detenta el poder y a su estructura, para construir nuevas relaciones de producción que posibiliten el desarrollo potencial de la nueva fuerza social. En el sistema capitalista ese sujeto es la clase obrera, donde su propio desarrollo, cuantitativo y por ende cualitativo, entra en contradicción dentro del propio sistema, por lo que se hace indefectible la confrontación con la burguesía, que es la clase que detenta la propiedad de los medios de producción y de los instrumentos de sojuzgamiento.
Ahora bien, los grupos trotskista han tomado a los escritos clásicos del marxismo como ejes indiscutibles de lo que es la sociedad y lo que debería ser, no hay posibilidad de crítica o corrección de los textos frente a nuevas realidades. Marx, Engels, Lenin (aunque con algunas salvedades) y Trotsky, son mesías del devenir histórico. Si bien Marx escribió sobre el desarrollo del capitalismo y sobre la conformación de la clase obrera de la primera mitad del siglo XIX, esto es trasladado automáticamente a las relaciones sociales del siglo XXI, sin que medie, salvo pequeños detalles, cambio alguno, ni en las condiciones materiales, ni en la conciencia de la propia clase, por lo que todo lo que pueda condicionar o modificar ciertas categorías de análisis, es vista como una deformación burguesa de la doctrina socialista. Asì el marxismo deja de tener vida, transformándose en un dogma metafísico en el cual la metodología de aprehensión y transformación de la realidad da paso a una creencia casi mística de lo que es y lo que debería ser.
 La columna vertebral del marxismo es la dialéctica materialista, la cual comprende la historia de la humanidad como hechos dinámicos, producto de la lucha de clase entre explotados y explotadores. Es la historia de la lucha de fuerzas contrarias, mediadas y condicionadas por la posesión de los medios de producción y de la apropiación de los excedentes producidos, que le imprime su propia visión de la realidad a cada clase social de acuerdo al lugar que èsta ocupe. Es la historia comprendida a partir de leyes que dan la posibilidad de comprender y por lo tanto transformar la realidad social y asì lograr un avance en el desarrollo de fuerzas productivas.
Si se toma a la clase obrera como un mero hecho histórico dado e inmutable, se deja de lado la posibilidad de construcción de la propia clase, aun dentro del sistema capitalista y también de su propia conformación como clase, por lo que se la transforma en un actor pasivo de su identidad, al que sòlo le queda esperar un quiebre revolucionario para poder ser ese sujeto histórico.
El trotskismo toma a los medios de producción como las condiciones materiales que determinan a la clase y la limitan. Marx hablò de èstas condiciones objetivas y Lenin de la conformaciòn de subjetividad a partir del partido de vanguardia, por lo que los trotskistas no se animan a ir màs allà de lo que dicen los grandes maestros. Como actor inmutable, la clase obrera es tomada como un actor súper activo al momento de dar soluciones y esgrimir propuesta políticas. Es recurrente que en los discursos de esta secta el obrero sea la solución a todos nuestros males, como la venida del hijo de Dios que nos traerá el paraíso tan esperado.

La lógica de una concepción ilógica
En sus discursos nunca puede faltar la recurrencia al obrero como destinatario y hacedor del devenir, todo termina y empieza en ese obrero que sabrà dirigir todo y que nos darà respuesta a todo, desde los grandes problemas hasta los màs pequeños, por disimiles que sean: distribución de la riqueza, ecología, relaciones internacionales, balanza comercial, discriminación, dolores de muelas, etc,. Por lo tanto el obrero es el comodìn al cual se recurre ante la falta de respuestas concretas, convirtiéndose de sujeto histórico a objeto maleable. Ese sujeto, que Marx estudiò y lo conceptualizò, màs allà de que haya sido en 1830, para los trotskista sigue siendo el mismo, sin ningún tipo de posibilidad de desarrollo posterior, desde una sociedad donde el campo seguía teniendo predominio y la estratificación social era clara, donde el sistema servil y la monarquía tenìan grandes porciones de Europa, donde la revolución de la industria pesada todavía no había hecho su total aparición y las clases medias eran insignificantes, el obrero sigue estando inmutable. A pesar de que hoy la clase obrera tiene en su genética todas las luchas, experiencias, triunfos y errores, a pesar de que la complejidad de las relaciones sociales y la fragmentación de la sociedad civil en su desarrollo cada vez màs autónomo del Estado, a pesar de los grandes monopolios transnacionales y los organismos gubernamentales y no gubernamentales que condicionan y disputan soberanía al propio Estado, asì también como el impensado hipercrecimiento de los medios de comunicación y educación, para el evangelio/ trotskismo la clase obrera y las demás clases  siguen siendo las mismas, sin posibilidad de haber cambiado a partir de dos siglos de historia, en la cual sòlo juega su papel determinante a la hora de construir subjetividad y conciencia social, la aparición del leninismo y el desarrollo del partido de vanguardia como conciencia política màs allà del economicismo producto de las luchas “naturales” de reivindicación de la propia clase obrera. Sin entender el contexto histórico de la Rusia zarista del siglo XX con pretensiones del XVI, con una industria concentrada y extranjerizada y con campesinos devenidos en obreros jóvenes, que rompían con las tradiciones y se formaban (aprendían a leer y escribir) por la prensa y libros socialistas,  con una clase obrera que pudo formarse como tal a través del contacto con la “inteligencia” de la vanguardia de los populistas, anarquistas y marxistas, en su mayoría intelectuales de la pequeña burguesìa, el obrero sigue siendo el mismo, amèn.
Al tomar el concepto y no el método, se termina en la metafísica de conceptos fosilizados en un tiempo que no reclama procesos históricos,  ni toma en cuenta el desarrollo de la clase y sus diversas identificaciones en distintos momentos y en distintos lugares. No se toma en cuenta los logros ni lo que la clase verdaderamente quiere, a pesar de ser una clase (si podemos hablar de una sola clase) que es inmensamente màs instruida que la de la Rusia campesina.
Si bien la clase obrera es tomada como hiperactiva y a la cual se le endosa todo tipo de responsabilidades a futuro, para explicar el pasado y el presente, los evangélicos trotskistas la relegan a un lugar casi de paciente lobotomizado y pasivo.
 En el pasado y presente la lógica es dual, por un lado se reivindica todo los avances a la lucha de clases, pero a la hora de analizar el por què de la supervivencia del capitalismo, siempre, pero siempre, la clase obrera fue traicionada por una burocracia que negociò y vendió la lucha o fue encantada por la burguesía que la engañó con cantos de sirenas. Como un piloto automático siempre caen en las mismas respuestas simplistas, sin espíritu crìtico, no sòlo a la participación en los hechos de la clase, sino de los propios partidos trotskistas. Cabe preguntarse, si es asì, acaso la burocracia no surge de la propia clase obrera, que por acción u omisiòn es aceptada o fue aceptada a lo largo de toda la historia del siglo XX. Cabe preguntarse si lo que se consiguió y la respuesta que dio la burguesìa a los reclamos, fue satisfactorio para la clase, a pesar de las luchas y derrotas. Y por último, no es ajena la clase a la supervivencia del propio capitalismo, en el cual la clase obrera todavía no visualiza un sistema superador, a pesar de lo criminal que es el sistema capitalista?  Què rol y què resultado tuvieron los partidos de izquierda a la hora de conquistar la mente y los corazones proletarios?
Obviamente los trotskistas pondrán el grito en el cielo, diciendo que la clase obrera no pudo construir el socialismo por culpa de esos “agentes externos”, por lo que relegan a un lugar de pasividad absoluta a dicha clase frente a èstos actores, sin ningún tipo de crìtica y autocrìtica.


La vanguardia de los iluminados, hijos del hijo del Dios.

Si Marx bajò los mandamientos a Trotsky y Lenin, èste último no fue para  nada ortodoxo ante la toma de poder en un país atrasado[iii], ni tampoco a la hora de criticar su propia teoría, dando un giro desde el ¿Què hacer? de 1902 a sus escritos posteriores a la Revoluciòn de 1917. Obviamente para los trotskistas los escritos son letra pétrea y todas las clasificaciones se encuentran ahì, burguesìa, pequeña burguesìa, proletario, lumpen, gobiernos burgueses o bonapartistas, etc., por lo que Marx dijo y no dijo y la ampliación de su hijo ideológico Leòn trotsky, no puede ser puesto en contradicción ni modificando, so pena de caer en la herejía burguesa y burocrática revisionista. Por lo tanto el rol de la vanguardia, ósea ellos, es el de guiar e iluminar el camino hacia el paraíso obrero, calcando el sentido del partido de Lenin pre revolución rusa y desconociendo la propia síntesis que abrió la naciente URSS, y todos los movimientos revolucionarios del tercer mundo en los procesos de descolonización, con su impronta nacional, étnica y cultural.

Al interpretar dogmáticamente los escritos de Marx, la clase obrera deja de ser o de tener importancia como tal, para pasar a convertirse en lo que los discípulos de Troksky quieren que sea, menospreciando a la propia identidad de la clase y viendo a la Revolución como el advenimiento del juicio final, que obligatoriamente llegarà de la mano de los defensores de la fe y de la forma en que dictan las sagradas escrituras. Se trastoca tanto lo que es el marxismo que del materialismo se pasa a un idealismo religioso digno de fanáticos de la nada material.  Como una máxima platónica, si la realidad no es como ellos piensan, peor para la realidad.

El análisis histórico, sesgado y deformado, de ponerse en lugares que nunca ocuparon, ni revoluciones que nunca realizaron, le imprime un sentido histèrico a la explicación del por què no se hizo la luz en el socialismo. Sin una historia propia, todo surge desde la deportación de Trotsky y su asesinato, en la cual la revolución obrera y socialista, fue traicionada por el mal personificado en la persona de Stalin. Como un Caìn que mata a Abel, el paraíso habrìa sido sòlo si el hijo de la pureza socialista hubiese dirigido la URSS; tirando por tierra toda la visión filosófica y científica del marxismo, relegando a dos hombres y un puñados de seguidores el propio proceso revolucionario, la historia de Rusia, el contexto internacional, la relación económica y política en la esfera internacional y la composición sociológica del país, (y mil etc màs).
Sin anclaje en la historia y en la realidad de la clase obrera, trasladan las ideas a los hechos y los fuerzan a entrar dentro de los mandamientos socialistas; si todo gira en torno a una visión negativa, se hace imprescindible encontrar los aspectos positivos para que den sustento al ser trotskista (sino serìan meros relatores), y al no tener participación en las grandes luchas toman a la Revolución Rusa como el hito único y puro de acuerdo a los escritos sagrados. La purifican como el nacimiento de Cristo, con su predicamento, su calvario y el sacrificio final en un picahielo.  Todas las revoluciones posteriores son juzgadas de acuerdo a los hechos sagrados desde 1917 a 1924, y por lo tanto atacadas, descalificadas,  por no tener al trotskismo como guía  de ningún hecho revolucionario en  nombre propio; los discípulos se vuelven sacerdotes y exégetas. En la coyuntura presentan a los hechos particulares como manifestaciones de los grandes movimientos y cambios, como aquellos predicadores que tienen como fin el advenimiento del apocalipsis para llegada del paraíso. Sean marchas estudiantiles, huelgas obreras, tomas de fábricas, etc, siempre ven ahì la semilla que hará florecer el socialismo, trasladando lo micro a lo macro, con una desmesura digna de los apóstoles del juicio final en lo  que todo remite a su prédica; y si el tiempo pasa sin que la profecía se cumpla, es tapada por otros hechos que renovarán el tan anunciado final.
Como menciona Gramsci: El sectarismo se exalta frente a los pequeños actos internos que tendrán para èl un significado esotèrico y lo llenaràn de mìstico entusiasmo. El historiador, aun dando a cada cosa la importancia que tiene en el cuadro general, pondrá el acento principalmente sobre la eficiencia real del partido, sobre su fuerza determinante, positiva y negativa, sobre el hecho de haber contribuido a crear un acontecimiento y también de haber impedido que otros se produjesen.


La falta de relevancia como partido  y de una historia propia dentro de los movimientos y revoluciones del siglo pasado, les imprime un carácter de impotencia frente a los que forjaron los cambios y lideraron las masas de los países del tercer mundo, por lo que articulan sus propuestas políticas frente a otros grupos o partidos, desde una lógica falaz de imponer concepciones ideales frente a hechos concretos. Es errado contrastar el perfeccionismo ideal a los programas políticos plasmados con obvias contradicciones.
Aquellos que conforman los proyectos políticos y que los han puesto en marcha, tiene la responsabilidad de los avances y errores, los logros y las derrotas, pero los grupos trotskistas que se han parado frente a la realidad desde posiciones idealistas sin tener que rendir cuenta de nada, sòlo es el debería ser frente a lo que es. Desde la teoría a los hechos hay un sinfín de contradicciones y los trotskistas nunca han tenido contradicciones frente a los proyectos puestos en marcha en algún país, por el simple hecho que nunca los realizaron.  Por lo tanto desde una posición meramente discursiva, se puede ser maximalista de cara a cualquier logro que otro partido no trotskista pueda haber logrado; siempre se es poco frente a èstos voceros del dogma.

La lógica de un demonio llamado stalinismo y bonapartismo, los ha llevado a no comprender la política internacional y los movimientos nacionales tercermundistas, cuyas masas adoptaron y se forjaron en movimientos de liberación nacional, ya no de carácter liberal, ni fascista sino socialista, en la cual las grandes masas campesinas fueron mayoritariamente los motores del cambio revolucionario. Por lo que al no estar dentro de la pureza supuestamente obrerista, el trotskismo ha terminado jugando a favor del imperialismo frente a estos frentes de liberación.

El ejemplo màs claro y actual es la posición tomada frente a la llamada primavera árabe, donde el actor revolucionario es  puesto en los grupos de mercenarios que atacan a los gobiernos de Libia y Siria. Llamando torpemente “ al despertar de los trabajadores” frente a èstos regímenes, no teniendo en cuenta que ni los trabajadores se encuentran dentro de estos movimientos, ni la derrota de los gobiernos trae el socialismo ni la felicidad del pueblo, sino la barbarie y el dominio del imperialismo frente a los gobiernos títeres impuestos.

La primavera árabe fue un movimiento heterogéneo que tuvo disimiles causas y objetivos, no puede negarse que se encuentran íntimamente ligados a la nueva posición de EEUU en Oriente Medio y su estrategia geopolítica, que conjugan una serie de factores tanto internos como externos y la interrelación de interese económicos financieros con políticas globales de cara a la perdida de hegemonía frente a China.

Cabría preguntarse, frente a estas pobres y simplistas consignas que esgrimen los trotskistas, cual fue el avance de los pueblos en Libia después de la caída de Kadafi?. Cuál es el sistema socialista impuesto en la ex Yugoslavia y la ex URSS? Què tienen de revolucionario y proletario los mercenarios sirios financiados por la Cia y entrenados por Erdogan?. Cuál es la situación de Egipto después de los vientos primaverales?  El socialismo vendrà de la mano de mercenarios y fanáticos religiosos? [iv]


Dios es argentino

Basta con leer las plataformas electorales de los partidos trotskistas para darse cuenta que las propuestas maximalistas y coyunturales, apuntan a ganar cargos legislativos, no para jugar un papel transformador y revolucionario, sino de autoconservaciòn  en el espacio político burgués ganado. Què sería sí por casualidad alguno de estos grupos logran ganar, aunque sea,  un pequeño municipio?

Desde èsta posición maximalista e idealista, se plantan aquellos que critican toda la historia de los partidos de masas o socialistas no trotskistas, sin poder dejar de despotricar contra el Partido Comunista y contra el peronismo; como una necesidad hegeliana de encontrar su identidad frente a otro contrario,  sus propuestas confunden lo coyuntural con lo histórico, los principios con los hechos, las ideas con las condiciones objetivas.

La lógica del discurso gira siempre en torno a  la toma del poder por y para la clase obrera, la cual decidiría en una forma de democracia directa, las políticas a seguir, siendo los trotskistas una suerte de correa de transmisión entre las decisiones tomadas en la base y las políticas de Estado. Aquì nos encontramos con otras de las interminables incongruencias, cuya lógica de nuevo no cierra por varios motivos:
1-    Si son (o dicen ser) la clase obrera y sus fieles representantes democràticos, por què son siempre los mismos eternos candidatos, que por otra parte, o nunca fueron obreros[v] o lo han sido en un tiempo muy pasado, por lo que los lleva a ser lo que siempre criticaron, burócratas sin Estado.
2-    Si son los verdaderos defensores de los intereses de clase, por què nunca la clase los votò, ni fueron parte de ningún proceso revolucionario?
3-    Si todas las medidas tomadas, una vez llegados al poder, serán decididas de acuerdo a lo que la clase dicte. Còmo pueden anticipar las políticas a tomar en un futuro, si la clase obrera todavía no los votò ni para dirigir una sociedad de fomento?

Es obvio que las propuestas del evangelio trotskista giran siempre en torno a supuesto de lo que serían las políticas a tomar, pero vista desde una realidad simplificada, quieta y homogénea, con malos y buenos, y sin contradicción posibles.
Cuando toman en cuenta ciertos aspectos económicos sociales, dejan de lado cualquier otro tipo de variable que indefectiblemente se encuentran interconectadas. Por ejemplo, si el tema es el 82% móvil a los jubilados, no toman en cuenta la situación demográfica, la población económicamente activa y a què se asignan eso recursos en el sistema de reparto; como dijo Altamira en una entrevista en la Naciòn[vi], el 82% lo vamos a aplicar por principios ¿?, traducido quiere decir que  no tienen ni idea de lo que es el sistema previsional,  màs que principios èste serìa un lamentable final.
Otro ejemplo que dan con respecto a la deuda externa y el tan consabido no pago, es el desconocer la deuda (sin discriminar entre ilegítima y legítima), ir al tribunal de la Haya y llamar a los pueblos del mundo a revelarse y seguir su ejemplo; raro escuchar esto de quienes han pasado la prueba de la blancura ideológica, aunque no es raro que se crean el ombligo del mundo.

Màs allà de las diferencias ideológicas, conceptuales, històricas, etc, etc, siempre desconfiè de los tipos que tienen respuesta a todo y no necesitan de nadie en su saber auto coronado. Todo marxista (y no marxista también) sabe que el conocimiento es una construcción colectiva, no sòlo de toda la sociedad en la cual actuamos, sino de miles de años de acumulación. Pero en la fe de los iluminados la experiencia poco importa, sòlo es creer y difundir lo que el sabio dice, porque ya se avecina la profecía. El presente idealizado, el pasado sesgado y un futuro sumido en el fatalismo.

Es muy cómodo para muchos creer que pueden a buen precio y sin fatiga alguna procurarse y meterse en el bolsillo toda la historia y toda la ciencia política y filosófica concentrada en algunas formulitas.  F. Engels




















[i] La concepción de un Estado sin fisuras y homogéneo
[ii] “Este socialismo es la declaración de la revolución permanente, de la dictadura de clase del proletariado como punto necesario de transición para la supresión de las diferencias de clase en general, para la supresión de todas las relaciones de producción en que èstas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. Luchas de clases en Francia de 1848 a 1850.
[iii]  Criticado por Trotsky en su etapa menchevique; quienes representaban la ortodoxia marxista.
[iv] Esto no quiere decir que apoye a èstos regímenes, ni no crea que son los opresores de su pueblo.
[v] En la verdadera definición marxista de obrero.
[vi] Nota del sábado 4 de mayo de 2013










Cacerolas para todos

                                   Ibarra Eduardo
La sistematización de la protesta por parte de las clases medias  (burguesía y pequeña burguesía), denominada cacerolazo, es la expresión de la dislocación entre un nuevo tiempo político y las clases dominantes, que reclaman la vuelta al cause “normal” de las políticas y cuadros burocráticos del Estado.
Ésta manifestación  “lógica” por parte de la sociedad civil, es el síntoma de la anterior hegemonía perdida pos caída de la URSS. , en la cual la llamada y tan ponderada globalización, no sólo unificó costos y otras variables económicas, sino también potenció la transmisión de información (y con ello demandas, intereses e identidades) y  conformó la nueva forma de internacionalismo burgués supeditado al capital financiero y sus vaivenes.
La década pasada logró abroquelar a la burguesía financiera y sus socios minoritarios, homogeneizando a ambos en un mismo y “renovado” sistema capitalista en consonancia con el Estado mínimo liberal. Si bien en un plano económico implicó la destrucción del aparto productivo de los países periféricos y una inmensa deuda pública, en lo político reclamò con éxito la subordinación total de los dirigentes y cuadros burocráticos a la gerencia de los capitales, donde la columna vertebral de éste tipo de ideología, fue el grito de victoria del fin de la historia y de la ideología, como forma de expresar la derrota de la única corriente filosófica/política al capitalismo, el marxismo. Sin embargo; y visto retrospectivamente, el determinismo  hegeliano de Fukuyama, fue màs el gemido de una hiena herida que el canto de victoria del león imperialista. Fue la impotencia del propio pensamiento liberal ante la incapacidad de superación y proposición del propio sistema y su entramado teórico. El fin de la historia y de la ideología fue y es la expresión ante la no posibilidad de transformación en un nuevo panorama abierto y descarnado de su propia naturaleza, sin filtros ni fronteras,  frente a un futuro que solo puede negar y el fin de todas las etapas posibles. El exitismo puro marcò el nivel de una cultura histérica y hedonista  de rompimiento con las relaciones sociales y del Estado intervencionista.
Las crisis manifestaron el carácter retardatario y reaccionario del propio sistema[i], chocando con ese autoproclamado espíritu de adaptación, que con el concepto simplista de cambio permanente, la burguesía trató de sepultar todo análisis crítico e histórico naturalizando las relaciones sociales de producción[ii]. Este fin de la historia no es màs que el fin de la historia del capitalismo y por ende de su capacidad transformadora, sumida en una crisis civilizatoria que hunde a toda la humanidad en todos sus aspectos.
Las fracturas de la hegemonía hizo posible el surgimiento de nuevos y heterogéneos tipos de organizaciones sociales y políticas, asì como nuevas formas de luchas que han impreso su marca (màs o menos profunda) en los nuevos gobiernos latino americanos del siglo XXI. La coyuntura económica mundial y con el alza permanente de los precios de los comodities, constituyó las bases de sustentación de nuevas políticas Estatales y reelaboración de teorías alternativas al dominio del capital.
Desde la heterogeneidad de los gobiernos de nuestra región, con sus particularidades históricas y geográficas, se ha podido lograr grandes avances en la satisfacción de demandas a sectores otrora olvidados y negados, dando una amplia masa crítica de apoyo popular y sustentación de los procesos iniciados.


En nuestro país

A grandes rasgos el proceso iniciado en el 2003 produjo a nivel económico:
1.       El quiebre de la hegemonía política económica del capital financiero.
2.       El proceso de acumulación de capital por parte de la burguesía nacional industrial, con fuerte proteccionismo.
3.       Crecimiento, concentración y centralización de los capitales agrícolas y extractivos, como fuente de recursos estatales para direccionarlos en transferencias y fomento de la industria.[iii]  – Es aquí donde surge la primer y gran contradicción-  Es una contradicción clave, ya que hace a la estructura misma de la economía nacional, pero no es la única.
El quiebre de la hegemonía político, en manos de la facción financiera de la burguesìa, de ninguna manera separa aguas entre un capitalismo serio y otro ficticio, ya que toda la estructura económica se encuentra subsumida en éste.
Los proyectos de promoción y creación de una burguesía industrial nacional (columna vertebral del modelo de Estado peronista jaurecheano) desconoce la relación de dependencia de dicha clase hacia el capital internacional[iv] y del respaldo, por parte de ésta, al “modelo nacional y popular” supeditado a la cuota de ganancia y a la contención del desborde social.
Por lo tanto, cuando baja la ganancia media el capital se expande en busca de nuevos mercados, reemplaza capital variable por capital fijo (tecnología por mano de obra) o realiza un vaciamiento en el globalizado prostíbulo bursátil, que provoca la tan mentada fuga de capitales, creando una crisis económica financiera en el modelo nacional industrialista.
Por otro lado, cuando los reclamos sociales y las reivindicaciones de los trabajadores, desbordan a las instituciones políticas, es la propia burguesía nacional que se suma al coro del canto fascista de la seguridad y gobierno castrense.

La nueva coyuntura internacional con el ascenso de China como nueva potencia económica y la necesidad de absorción de materias primas abundantes en nuestro país, generò un superávit comercial y tributario en el cual se sustentò las políticas económicas del gobierno kirchnerista. La política de crecimiento del mercado interno y el consumo masivo por parte de los sectores populares, chocaron con la pretensión de ganancia extraordinaria del sector agro exportador. Las retenciones fueron el marco donde se disputò la apropiación de ese excedente y la protección del mercado interno ante precios internacionales siderales.
La 125 fue la cristalización de esa pugna, asì como el broquelamiento de los sectores sociales màs reaccionarios e históricamente enemigos de peronismo “desarrollista”.

-LOS SECTORES MÀS BENEFICIADOS ECONÒMICAMENTE, NO TIENEN QUE SER NECESARIAMENTE LOS SOSTENEDORES DE LOS GOBIERNOS QUE LLEVAN ADELANTE  LAS POLÌTICAS ECONÒMICAS-


El actor político

El quiebre que se da o que se dio de la hegemonía post 90s, vuelve a reclamar posiciones perdidas en cuanto surgen (o provocan) crisis económicas / financieras.
Si bien la burguesía financiera puede generar zozobra, como clase no puede por sí misma cambiar un gobierno, por lo que históricamente se utilizó los golpes cívicos militares y actualmente el golpe institucional con movilización de las clases medias subsidiarias económica o culturalmente.
Los caceroleros y sus múltiples consignas, refieren (consientes o no) a un sólo motivo: la expresión clasista en el ámbito político, lo cual demuestra el malestar ante un actor social que es tenido en cuenta como partícipe  de las políticas públicas (aunque no sea el beneficiario primario). Y por otro lado se manifiestan en contra de la posibilidad abierta, de que ese actor social  reclame mayor participación  de la torta (PBI) y conquiste espacios de autonomía cultural.
La manifestación política de esta puja entre sectores sociales, se da por medio de la supuesta propiedad del poder delegado, donde la sociedad civil centra su justificación en el concepto individualista del ciudadano frente al poder dislocado (no representativo).
La concepción de democracia liberal en boca de los caceroleros, choca con el reclamo de un republicanismo roussoneano, que va tomando fuerza en el surgimiento de la democracia de masas del siglo XIX, anclan su justificación en el Estado como una estructura política necesaria para la realización y legitimación de la burguesía como nueva clase dominante, que frente a las clases subalternas naturaliza las relaciones sociales y frente al propio Estado es legitimadora del poder político como sociedad civil.  Por lo tanto ven al gobierno como subordinado a sus propios intereses, sea un gobierno democrático o dictatorial, el ciudadano cacerolero es el depositario del título propietario del poder delegado, que Locke mediante, puede reclamar su devolución. El ciudadano de la sociedad civil es la construcción cultural de la representación del burgués, que funda su legitimidad en el derecho como norma igualitaria y protectora de la propiedad de los medios de producción.
La clase obrera y su cultura socialista, con una concepción del republicanismo del siglo XVIII, pone en duda y en entre dicho la autoridad de la burguesía como conformadora de la organización social.  Es en el siglo XIX donde la democracia de masas se antepone a la democracia sectorial y desenmascara de su disfraz jurídico frente a los derechos económicos sociales.
Los caceroleros reclaman república pero borrando de su ADN, a Rousseau (y su rescate de la democracia ateniense), a los jacobinos y a todo el siglo XIX.
La conjunción entre el binomio liberalismo económico y liberalismo político, establece el marco de referencia entre los límites del sistema y sus contradicciones. Mientras que en las marchas caceroleras las consignas se mueven en torno a los límites de las libertades políticas y el reclamo por un gobierno que desbordó las funciones prefijadas (liberalmente) de la representación. También marca un lìmite implícitamente a las demás clases sociales que sostienen el proceso abierto en el 2003, conjurando los derechos políticos y jurídicos con los económicos impuesto por un Estado que dejó de ser mínimo.
El liberalismo político reclama lìmites jurídicos frente a la autoridad política, para frenar cualquier avance social y para que el propio estado no se “desnaturalice” de su función reguladora normativa y como aparato represor.
Contrariamente, el liberalismo económico no reconoce límites posibles y ve en la acumulación la realización de las clases propietarias, que son el sujeto del derecho y del propio Estado, proclamando el individualismo absoluto donde no hay (ni puede haber dentro del sistema) restricciones de expropiación de una clase frente a otras[v] (si la libertad termina en el derecho del otro, frente al liberalismo la propiedad no reconoce límites). Mientras el concepto de individualidad como identidad del otro para construir un colectivo, es censurado como violatorio del derecho; ósea pone límites jurídicos / políticos a los reclamos económicos de los trabajadores, pero reclamando libertad total para explotarlos.
Lìmite jurídico y libertad económica son la base de sustentación de la organización política del sistema, por eso los medios de producción son sacralizados y la propiedad privada de la fuerza de trabajo violada.


Cacerolas para el amo

Toda ésta gama de reclamos de frenos y desbordes, son edulcoradas con una mirada cristiana (y ahora papista) de la pobreza, objetivando al sujeto social para moldearlo a fin de ser funcional a los intereses de la llamada “sociedad civil”, por lo que el pobre tendría que educarse para ser un verdadero ciudadano y saber votar, que no es otra cosa que la aceptación por parte del esclavo de los valores y los intereses de su propio amo.
Cuando se educa se adoctrina en función de algo y de intereses impuestos por las clases dominantes.
Cuando se dice que los pobres y clases subalternas no saben votar se está diciendo que no votan en función de los intereses de las clases privilegiadas.
De todos estos elementos es donde surge la autoproclamada gentes del 46%  a los que hay que escuchar y obedecer, mientras que el otro 56%  un NN  social.









[i] Las invasiones a Irak y Afganistán con la sucesión de desajustes en oriente medio, marca la etapa senil del sistema ante las sucesivas y cada vez màs profundas crisis. 
[ii] La burguesìa en su conjunto puede adaptase a cualquier situación dentro de su propio sistema, pero rechazando la dinámica de la propia historia de la humanidad.
[iii] Si bien se hace una división a modo explicativo entre campo y ciudad, ambos están atravesados y subordinados al capital financiero.
[iv] Desde la oligarquía nacional a los empresarios de los 90s, la entrega a los capitales foráneos para convertirse en rentista (de la tierra y de la timba) fue una constante.
[v] Es el socialismo que reclama por la restricción a la expropiación de la propiedad privada de una clase sobre otras, defendiendo irrestrictamente la propiedad privada innata al hombre y que el capitalismo niega, la fuerza de trabajo.












Capitalismo serio y sus variables
Ibarra Eduardo

      El 2011 fue un año netamente electoral, no sòlo por las elecciones presidenciales de octubre, sino tambièn por las características que le imprimiò la reforma polìtica kirchnerista, que trasladò las internas de los partidos polìticos a toda la población; esto con disímiles resultados. Uno de los efectos màs visibles de èsta situación, fue una andanada de discursos que se transmitían por distintos medios; no vamos a discutir por que medios ni la semiologìa de los mismos., entre todos los discursos presidenciales se fue destacando la referencia al carácter capitalista del modelo, que tuvo su corolario en la exposición de Cristina ante el grupo de los 20, donde dejò bien en claro que no era de izquierda (marxista).
Estas afirmaciones sembraron asombro y discordia entre militantes de izquierda que, con críticas, apoyan la gestión de los Kirchner.
Si tenemos en cuenta el proyecto polìtico y la historia misma del peronismo[1], no tendríamos porque asombrarnos de su carácter capitalista. Para comprender èsto tenemos que hacer una breve descripción de lo que es el proyecto político peronista.


Escueto análisis del origen y fundamentos del peronismo

Si bien el peronismo es un fenòmeno auténticamente nacional, tanto en sus formas de hacer o construir polìticas, como en su simboligìa y su propia estructura de poder, no es ajeno a los movimientos mundiales y a la propia coyuntura internacional, que marcaron su origen y desarrollo.

En el plano interno la Argentina se encontraba ante una nueva configuración social, producto de un cambio de su población, tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo. Las grandes olas migratorias de Europa fueron modificando el panorama social, en el cual los primeros trabajadores artesanales y campesinos se iban transformando en obreros fabriles, aglutinados en la gran urbe, enmarcados dentro las corrientes ideològicas europeas de clases (desde socialistas, sindicalistas, a anarquistas y posteriormente comunistas). Si bien numéricamente la clase obrera era cada vez más numerosa y con mayor incidencia en la política nacional, en 1940 todavía distaba mucho de disputarle el poder a la oligarquía agro exportadora. Esta clase social con sustento en la propiedad de la tierra y la explotaciòn primaria, se encontraba en una crisis profunda producto del cambio estructural que estaba sufriendo el capitalismo a nivel mundial, donde el surgimiento de EEUU como potencia marcaba el fin del dominio ingles y el entierro del viejo sistema de coloniaje ante el nuevo carácter financiero y transnacional del capital. El viejo sistema de intercambio entre las colonias latinoamericanas y el centro imperial demandante de materias primas, se sacudìa ante las nueva forma de capitalismo intervencionista (con acciones militares directas o indirectas: guerra del Chaco, creación de Panamà, independencia de Cuba, etc) y el desembarco de las incipientes transnacionales ( United Fruit en Centro América y el Caribe, como las empresas extractivas en Sur Amèrica, con varios diplomáticos yankis como dueños o ejecutivos[2]). En la Argentina no sòlo se manifestaba en los cambios de gobierno, tanto democráticamente como a travès de golpes de Estado, sino  tambièn lo hacía en la adquisición de empresas inglesas y nacionales por parte de capitales norteamericanos[3].
El radicalismo que habìa surgido a fines del siglo XIX, tenía la impronta de los nuevos cambios regionales con respecto a su posición en el plano internacional. Su sustento social estaba dado por las nuevas clases medias de artes liberales, que presionaban por mayor movilidad social (ante el enquistamiento del Partido Conservador de los terratenientes), que se daba tambièn  en un nuevo proyecto polìtico.
Este capitalismo de libre empresa sin intervención estatal, tocaba su fin en la crisis de 1929, producto de su propio sistema anàrquico de producción (como bien lo llamò Marx) y ante el avance y logros de la clase obrera mundial, fue llevado a una nueva etapa del sistema, en el cual los paìses occidentales se cerraban o restringían el comercio por medio de distintas medidas proteccionistas. Para salir de la depresión, de los vaivenes de las economìas a merced del caos capitalista y dar respuesta a la amenaza que significaba la economìa planificada de la URSS, conjuntamente con el crecimiento de las demandas de los proletarios de los paìses occidentales, se reformulò el rol del Estado como regulador e interventor en la economìa, lo cual permitìa a los cuadros polìticos salir a la salvaciòn de los capitales a travès de polìticas econòmicas estatales y aplacar la demanda de las clases trabajadoras.

No es fortuito que la expresión política del keynesianismo, haya sido tanto por el fascismo como la socialdemocracia, por medio del Estado interventor[4]. Si bien surgiò como un modelo de emergencia o de excepción hasta encarrilar de nuevo las “fallas” del sistema, los nacionalismos de distinta índole lo adaptaron como sistema en sí, producto de la posición periférica o subordinada de los países, de la falta de una burguesía autóctona y por el grado de amenaza de la revolución socialista. Tampoco es fortuito que el modelo de lord Keynes, estuviese basado en un sistema económico cerrado, teniendo al mercado interno como único factor de expansión de la economía.

El peronismo que surge de esta coyuntura, parte sobre la base productiva nacional completamente obsoleta, tanto para la expansión nacional, como para la satisfacción de la demanda internacional, producto de la 2ª Guerra Mundial. El conservadorismo y el radicalismo  que se encontraban ante una nueva clase obrera y ante un cambio mundial que no comprendían y no podían asimilar, eran incapaces de traducir en política las demandas sociales y los desafíos económicos.

¿De donde surge la doctrina peronista?

Mucho se ha hablado del origen y conformaciòn de la doctrina peronista, desde su nacimiento hasta nuestros dìas, raudales de análisis ponen al peronismo de un lado al otro en el espectro polìtico. Tanto la embajada norteamericana como la izquierda, el conservadorismo y el radicalismo, lo conceptuaban en la dècada del 40, lisa y llanamente como nazi. Mientras que en la década del 50, con la Revoluciòn Libertadora en marcha, los militares y sus aparato ideológico eclesiástico, lo entendían como la antesala al comunismo. 
Estos desvaríos conceptuales no son sólo responsabilidad de quien lo interpreta, sino también del propio Perón, el cual iba configurando su propia doctrina desde su viaje a Europa como observador militar.
Desde sus idas y vueltas de Italia a Alemania, Peròn sacaba la siguiente conclusión:

“Yo habìa ido a Italia no a ver la Torre inclinada, sino otras cosas importantes que en Italia habìa; tampoco fui a Berlìn solamente por la puerta de Branderburgo, sin que me interesaba todo lo que ocurrìa allì dentro, Me interesaba sobre todo el fenòmeno social…”
“Yo estudiè mucho el fenòmeno social y polìtico. Allì habìa un gran crisol donde se estaba fundiendo algo nuevo. La revolución comunista marchaba en Rusia y se desenvolvìa conforme a las teorìas de Marx y Engeld, interpretadas por Lenin. Pero en Alemania habìa surgido un fenòmeno social inusitado y era el nacional- socialismo, de la misma manera que en Italia triunfaba el fascismo”.

Sobre Alemania sostiene:

 “En todo aquel tiempo en que vivì en Alemania tuve la sensación de una enorme maquinaria que funcionaba con maravillosa perfecciòn y donde no faltaba ni un pequeño tornillo.

Este deslumbramiento tiene que ver con la organización corporativa de las sociedades en los regímenes nazi fascistas:

“El fascismo italiano llevò a las organizaciones populares a una participación efectiva en la vida nacional, de la cual habìa estado siempre apartado el pueblo. Hasta la ascensión de Mussolini al poder, la naciòn iba por un lado y el trabajador por otro, y este ùltimo no tenìa ninguna participación en aquella. Descubrì el resurgimiento de las corporaciones y las estudiè a fondo. Empecè a descubrir que la evoluciòn nos conducirìa, si no a las corporaciones o gremios – pues no era posible retroceder hasta la Edad Media -, a una fòrmula en la cual el pueblo tuviera participación activa y no fuera un “convidado de piedra” de la comunidad. Al descubrir esto,  pensè que en Alemania ocurìa exactamente el mismo fenòmeno, o sea, un Estado organizado, para una comunidad perfectamente ordenada, para un pueblo perfectamente ordenado tambièn, una comunidad donde el Estado era el instrumento de ese pueblo del futuro, es decir, la verdadera democracia popular, la verdadera democracia social. “[5]

Si bien Peròn fue un gran admirador de la comunidad organizada al estilo de la Alemania nazi y de la Italia fascista, el propio concepto de la justicia social y de la superación entre capital y trabajo o políticamente hablando entres comunismo y capitalismo, fue sustentado por la iglesia catòlica a principios del Siglo XX, en la proclama (De Rerum Novarum) de Leòn XIII,  donde el capital y el trabajo debìan cooperar y no enfrentarse. Esta nueva doctrina serìa la base para una organización social policlasista, la cual tendría entendimiento con los partidos populistas del Siglo XX[6].
La doctrina que impulsaba la concordancia entre explotados y explotadores, suponìa una autoridad rectora, la cual no era otra que dios; y ante la intangibilidad de tamaña autoridad, la iglesia por lo tanto asumìa dicha representación, entrando asì en la permanente tensión y distensión con el poder secular.

La pretensión de la iglesia como autoridad suprema por sobre todo àmbito de la vida, se encontraba atravesada en toda la edad media, por  la lucha con el poder secular (lo que se conoce como querellas de las investiduras), quedando su resoluciòn plasmada con el advenimiento de la Santa Alianza, en la cual el poder polìtico, con Alejandro I a la cabeza, logrò coronarse como el defensor del orden polìtco e ideològico  en toda Europa.
Aunque derrotada la pretensión de superioridad papal por sobre la autoridad polìtica, (transformándose en el aparato ideológico como parte del Estado Moderno), siempre se consideraron por sobre cualquier estamento estatal. 
La comunidad organizada concebida por la iglesia católica fue tomada tanto por el fascismo como por el peronismo[7], pero sumiéndola a la orbita del dominio partidario/estatal. Estàs diferencia fueron aplacadas en los comienzos de dichos movimientos, hasta que las confrontaciones interburguesas y los cambios polìticos y econòmicos internacionales fueron produciendo grandes crisis y dificultades.
En el caso argentino la iglesia se fue alineando con los sectores màs conservadores y recalcitrantes de la burguesía y los militares, dando sostenimiento ideològico y apoyo directo en las acciones militares para derrocar a Peròn.  


Este descubrimiento del corporativismo por parte de Peròn tiene su origen en las asociaciones gremiales medievales, que se iràn conformando, transformando y en cierta forma negando, a travès del surgimiento del Estado. El corporativismo estatal se encuentra directamente relacionado, como se mencionò màs arriba, con la propia estructura capitalista (divisiòn internacional del trabajo) en su relaciòn con las economìas perifèricas/dependientes y con el surgimiento tardío del Estado naciòn. Como sostiene Manoilesco:

“el elemento dinàmico de este proceso de transformación econòmica mundial consiste en una demanda nacional radical de restauración de la divisiòn internacional del trabajo y su distribución de beneficios. Las naciones Capitalistas perifèricas estàn cobrando creciente conciencia de la disparidad de los beneficios generados en su intercambio de materias primas y alimentos por bienes manufacturados de los paìses avanzados, y comienzan a implementar nuevas polìticas econòmicas nacionales, especialmente dirigidas a la industrialización sustitutiva de importaciones y al control del comercio exterior.”

Si bien, èste corporativismo estatal era una respuesta institucional de salvataje a la crisis de la economìa capitalista de principios del Siglo XX, deja en cierto grado de autonomìa al propio poder Ejecutivo. Por lo cual el individuo quedaba aislado de cualquier rasgo de identidad de clase frente a èl, para redefinir nuevos lazos y lealtades (la sociedad vista como una organización vertical y no horizontal), a su vez en las corporaciones se establecía una división tecnológicamente autónoma, como unidades verticales de agregación de intereses, que creaba interdependencias equilibradas entres áreas.

 Por lo  tanto, tomando en cuenta el concepto de Shmitter del corporativismo como

“un sistema de representación de intereses en que las unidades constitutivas estàn organizadas en un nùmero limitado de categorías singulares, obligatorias, no competitiva, jerárquicamente ordenadas y funcionalmente diferenciadas, reconocidas o autorizadas (sino creadas) por el Estado, y a las que se ha concedido un deliberado monopolio representativo dentro de sus respectivas categorías a cambio de observar ciertos controles sobre la selecciòn de sus dirigentes y la articulación de sus demandas y apoyos”

Es el propio Estado que articulaba la producción y el establecimiento (vigilancia y represiòn) de nuevas relaciones sociales, dando cierto grado de autonomìa a las distintas organizaciones, a fin de tener un enfoque exclusivo en los temas “esenciales”, pero exigiendo el acatamiento y la estabilidad de èstas. Queda asì negado y/o ocultado toda identidad de clase a travès de un nuevo espíritu de solidaridad nacional y de una organización funcionalmente interdependiente.
Tanto los ideales liberales de la libre competencia, como los ideales socialistas de igualdad, quedaban reemplazados por el concepto estatal de justicia social.
Para el establecimiento de una nueva organización social capitalista dependiente, no sòlo se necesitaba un cambio de la estructura productiva, sino tambièn la conformación de nuevos valores hegemònicos, el cual haga posible el consenso necesario para la expansión del capital, resoluciòn de la disputa interburguesa (capital agrario, industrial y financiero[8]) y a su vez, la represiòn de toda cultura contra hegemónica y proletaria.

Estos valores imperativos devienen necesariamente de un partido identificando con el Estado, con rasgos autoritarios y  a la vez contemplativos con los distintos sectores de la comunidad organizada y dirigida por èste.
Esta organización corporativa del Estado, fue encarnada a travès de un liderazgo fuerte, verticalista y con una doctrina poco rígida. Características necesarias a un esquema pendular de liderazgo, cuyo fin fue el de equilibrar las pujas entre los disímiles grupos internos y aplicar los cambios o virajes económicos producto de los ciclos econòmicos internacionales.
En èste sentido es interesante el discurso dado por Peròn en 1954, en la primera convención convocada por la CGE (Confederaciòn General Econòmica):

“El Estado tiene en la actualidad un sinmùmero de empresas que en cualquier momento pueden ser entregadas a las empresas privadas a medida que las curvas de la economìa de aquellas pasen a ser positivas (…). Felizmente, estamos ya preparando el pasaje de una organización estatal a una organización privada, El Estado argentino, dentro de nuestro concepto, se sentirà muy feliz el dìa en que no tenga una sola empresa comercial, industrial o de la producción en su poder, porque habrà llegado el momento en que todas las empresas de producción, de la transformación y de la distribución que estàn hoy en poder del Estado, en situación floreciente, sean absorbidas por el interès privado. Esa es nuestra orientación (…). Esto, señores, lo iremos realizando paulatinamente (…). La organización no puede ser teòrica, sino que es siempre empìrica. Hay que ir tanteando y realizando la organización.”[9]

En ese mismo año, otro discurso dirigido a aun congreso de cooperativas, sostenìa:

“Cuando nosotros llegamos al gobierno nos encontramos con una organización de neto corte capitalista en la economìa argentina. ¿Y cuàl es la organización econòmica de carácter capitalista en el mundo? Un comunidad dentro de la cual se ha capitalizado de un cinco a diez por ciento, mientras un noventa o noventa y cinco por ciento està descapitalizado (…). El justicialismo està en contra de esa concepción (…). Nosotros hemos recibido esas empresas capitalizadas y no queremos descapitalizarlas. Ese sector del cinco por ciento lo vamos a dejar (…) pero de ahora en adelante nos vamos a ocupar de que el noventa y cinco por ciento comience a capitalizarse paulatinamente (…). En nuestro sistema, la cooperación es lo natural (…). En el sistema capitalista es una excrecencia fuera de los òrganos naturales del sistema. [10]

Mientras que en un congreso ferroviario ante los obreros proponìa:

“Los mejores accionistas de los ferrocarriles podrìan ser los propios obreros ferroviarios. Ellos deberìan ser los dueños de los ferrocarriles y yo habrìa realizado la màs maravillosa de todas las empresas que pueda llevar a cabo un argentino: hacer que cien mil hombres, que antes trabajaban explotados por el capital para pagar dividendos, lo hagan ahora alegres y felices y para pagarse sus propios dividendos.”[11]

Màs allà de que Peròn fuera un gran sofista plantado en su liderazgo pendular, sus propuestas post 2ª Guerra Mundial, eran contradictorias y más pragmáticas que el tan cacareado pragmatismo liberal de los 90s. Sin embargo no nos dejó ni en su análisis discursivo, ni en los hechos, la síntesis de estas ideas contradictorias y conflictivas. Aunque podríamos especular que el propio Estado como deidad terrenal, armonizaría todo, contrabalanceando los excesos y desviaciones de los distintos sectores sociales. Ósea, una respuesta más metafísica que realista



Estado y Capital en el peronismo

La doctrina peronista supones que tanto la estatización como la mercantilización son mediadores de las relaciones sociales, en la cual se presupone un enfrentamiento entre la ciudadanìa y el dinero, como medios separados de suma cero, surgiendo asì una burguesìa buena aliada al pueblo o que confluye con los mismos intereses y una burguesìa mal, que se encuentra al servicio de los intereses foráneos.
En èste esquema de dualidades buenas y malas, el Estado se encuentra como una entidad autònoma respecto al capital, carente de historia, donde el avance de la mercantilización es vista como un abordaje del Estado por el capital, con lo cual la relaciòn entre ambos no es intrínseca, sino que el propios Estado se encuentra atravesado por el propio antagonismo de la confrontación entre la burguesìa y el proletario.
Si bien el Estado guarda distancia entre los intereses en pugna de las distintas facciones de la burguesìa, no se distancia de los intereses de la burguesìa como clase, sino que ese encuentra sustentado y en funciòn de èsta clase. Pudiendo asì cohesionar a la burguesìa en un bloque de poder, al mismo tiempo que sacrifica económicamente a determinado sector en lo inmediato, pero preservando los intereses de clase en su conjunto y a largo plazo.
Los peronistas ven al Estado interventor como medio de limitar la voracidad del mercadoa travès de la regulación. No superan la diferenciación del pensamiento liberal, entre polìtica y economìa al caer en el antagonismo entre Estado y mercado Sin embargo esta capacidad estatal debe medirse en el grado de dominación sobre la clase obrera, donde el antagonismo se encuentra dado entre capital y trabajo.
Las mismas premisas se trasladan al àmbito internacional, distinguiendo entre el Estado Naciòn (en armonìa de intereses) y el mercado internacional. Por lo que se cae de nuevo en la falacia de suponer que un Estado es autónomo de la estructura del capitalismo mundial. En èste punto es interesante la respuesta de Alberto Bonnet con respecto al sistema capitalista mundial:

“Es asì como, en el marco del capitalismo contemporáneo, una intensificada movilidad del capital, y en particular del capital-dinero, sanciona diferencialmente las condiciones de explotaciòn y dominaciòn vigentes en los distintos territorios del mercado mundial, mediante los premios y castigos que conllevan sus flujos y reflujos, mientras que los Estados, naciòn convalidan políticamente  esas sanciones en la medida en que esos distintos territorios siguen encontrándose regidos por sus soberanías nacionales.”[12]

Por lo tanto la inserción de la economìa nacional en el mercado internacional, depende de la competitividad atada a los costos laborales de los productos producidos en el territorio, en comparación con otros productos elaborados en otras economìas. Asì mismo permite establecer la captación de los flujos de capitales internacionales, en relación a la expropiación de la plusvalía de cada nación.


Al no comprender la relación entre capital y trabajo, y su inserción en la economía capitalista mundial, se incurre por parte del kischnerismo en una idea simplificada y distorsionada de los hechos actuales y pasados.
Un ejemplo es la caracterización de lo que fue el alfonsinimo y del menemismo, situando al primero como un proyecto político carente de ideas econòmicas y al otro como un grupo de individuos con ansias de entregar la nación al capital extranjero, por propia voluntad.
Si bien el radicalismo careció de una política económica consecuente, el propio proyecto polìtico se encontraba sustentado sobre la base del Estado benefactor, el mismo que habìa entrado en crisis en la dècada el 70. No sòlo la dificultad de insertase al mercado mundial acosaba a Alfonsìn, sino tambièn la propia burguesìa no encontraba un proyecto hegemónico y sus facciones respondían a los planes econòmicos de distinta manera, mientras que la clase obrera conservaba la capacidad de reivindicación y de lucha sindical.
La pérdida del respaldo de la facción de la burguesìa que apoyaba al gobierno y la negativa de los organismos internacionales financieros y de los funcionarios de EEUU a sostener el plan Austral y Primavera de Sourrouille[13], hicieron de la puja distributiva inflacionaria, un caos de hiperinflación, que no sòlo expropiaba el salario de la clase obrera, sino que impedía la acumulación de capital y la conformación de una hegemonía burguesa.
La caída de Alfonsìn y la asunciòn de Menem, fue la expresión del cambio estructural del capitalismo global a nivel local, en la cual la fase financiera del capital se asumìa como la era de la globalización y el fin del proyecto socialista. El sistema financiero se expandìa  y desbordaba todas las fronteras, sin posibilidad de contenciòn por parte de ningùn Estado. El dinero en todas sus variantes se despegaba de todo atisbo de sustentación productivo, logrando asì una nueva etapa de acumulación.


El proyecto menemista fue el resultado de la hegemonìa nunca antes lograda por la burguesìa nacional, a su vez expresaba la inserción de la economìa nacional en la estructura económica mundial, en desmedro de la facción burguesa atada a la producción y la exportación, a favor de los sectores financieros e importadores.
Este nuevo modelo logrò derrotar socialmente a la clase obrera (derrotada políticamente  en la última dictadura militar)  y posibilitar la máxima expoliación de la plusvalía. 


Los lìmites de este modelo fueron a grandes rasgos dos:

1 La respuesta de los sectores obreros desocupados bajo nuevas formas de luchas (levantamiento de pueblos en el interior y piquetes), en marcadas en una nueva realidad y caracterizadas por el desplazamiento social. Estas nuevas metodologías de lucha ya no eran producto de la explotación de los obreros en las fábricas, sino la perdida de su condición social.  
Así también la imposibilidad de criminalizar la propuesta y de volver a restaurar a los militares en el rol de represión interna.

2 La dependencia económica casi absoluta a los préstamos y controles de los organismos financieros internacionales (FMI, Banco Mundial, etc) y la dependencia política para diagramar una nueva ingeniería institucional (consenso de Washington).
Esto no sòlo hizo vulnerable al paìs a las sucesivas crisis internacionales, tambièn imposibilitaron al Estado de los controles mínimos necesarios para paliar esas crisis.


La vuelta a la nada

Desde el discurso oficial, se està pregonando un modelo productivo post 2 Guerra Mundial, con todas las implicancias que vinimos exponiendo. Este modelo toma como su contrario a la etapa de la hegemonìa burguesa menemista, sin tener en cuenta que la nueva etapa inaugurada después del 2011 estuvo signada por el ascenso de otra facción burguesa; màs que no tomarla en cuenta, el kichnerismo, trata de ocultar discursivamente, aunque en los hechos se manifieste claramente.
No sòlo la diferencia productiva interna harìa casi imposible la vuelta a ese “capitalismo serio”, sino que la etapa globalizante del sistema financiero, hace estéril todo intento  de control por parte del Estado intervencionista.

Por otro lado y  aun màs contradictorio, es la distancia entre el discurso y las polìticas econòmicas aplicadas en forma casi inmediata a la victoria en las elecciones presidenciales del 2011:

-          Restricción de las transferencias del Estado a las clases populares, no pago de bonos de fin de año a los jubilados, limites a los aumentos para los planes sociales.
-          Pedido de ajustes a las provincias, a través de la restricción de horas, control de nóminas y freno de aumentos.
-          Quitas de subsidios, si bien es positivo que se haga en forma discriminada a sectores de màs poder adquisitivo, no se estipula como se utilizaràn esos recursos.
-          Continuaciòn del impuesto al salario por medio del cobro de ganancias.
-          Limites a las paritarias.
-          Aprobaciòn de la ley antiterrorista por pedido del GAFI.
-          Extranjerización de la explotaciòn de recursos naturales. Un ejemplo claro es la explotaciòn del litio en la zona del NOA, que se encuentra en manos de empresas extranjeras, sin restricción de transferencias de ganancias hacia las casas centrales.


El kischnerismo desborda en la construcciòn de un discurso hegemònico que trata de rebatir las concepciones liberales (otrora menemista), pero cae en un subjetivismo que oculta o desdibuja las condiciones objetivas de la relaciones de producción. Desde la apreciación Laclaudiana construyen una simbologìa popular con un nuevo relato històrico, para la formulaciòn de una nueva hegemonìa cultural, pero sin modificar y discutir la propia naturaleza del capitalismo, ni el rol de la burguesìa nacional y su relación con el capitalismo mundial.




[1] Màs allà de que los peronista de otras corrientes internas ajenas al kischenrismo niegan la pertenencia de èste al legado de Peròn.
Sin embargo no hubo otro gobierno que se pueda asimilar, al primer peronismo, como la gestiòn kirchnerista.  Las afirmaciones de Julio Bàrbaro, endilgando un sesgo autoritario, verticalista y discursivamente violento a los Kirchner, en contraposición a los gobiernos de Peròn, carecen de fundamento histórico; por no decir que es una deformación de los hechos adrede. No sòlo los gobiernos de Peròn fueron verticalistas, sino que tambièn fueron violentos, con muertos, torturados, perseguidos  y con discurso tan violentos como el 5 x1.
[2] Bosoer Fabiàn “Braden o Peròn, la historia oculta,Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 2011.
[3] Para un ejemplo claro de esto, ver Mirta Zaida Lobato “La vida en las fàbricas”, Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2001, donde se analiza la adquisición de frigorìficos ingleses por parte de capitales norteamericanos y la nueva reorganización interna, con nuevas tecnologías y nuevas metodologías de producción.
[4] Ciafardini Mariano “Globalizaciòn tercera ( y ùltima) etapa del capitalismo”, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2011.
[5] Galasso Norberto “Peròn, formación, ascenso y caìda (1893-1955), tomo I, Editorial Colihue, 2005.
[6] Verbistsky Horacio “Cristo Vence” Horacio Verbistsky, Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2077.
[7]  Peròn le responde asì a un periodista norteamericano, en 1946, sobre la doctrina peronista: no es nueva porque “tiene alrededor de 200 años: es el cristianismo”. Galasso Norberto. “Peròn, formación, ascenso y caìda (1893-1955) tomo I”, Editorial Colihue, 2005.
[8]  Un ejemplo claro es la descripción que hace A. Gramsci de las dispuestas internas, de la burguesìa, en el fascismo italiano. Gramsci  A.“Escritos polìticos (1917-1933)”, Editorial Siglo XXI, México, 1977.
[9] Fragmento tomado del libro “Peròn, formación, ascenso y caìda (1893-1955), Norberto Galasso, Editorial Colihue” en referencia a “Discursos de Peròn, Juan Domingo, del 2/7/54, Obras Completas.
[10] Ídem
[11] Ídem.
[12]  Bonnet Alberto “La hegemonìa menemista”, Editorial Prometeo, Buenos Aires, 2008.
[13] A pesar de la aceptación que tuvo Sourrouille en la presentaciòn del plan Austral en EEUU, por parte de la crema de las finanzas: Paul Volker, James Baker, Robert Mulford y Larosière














El fin de los hechos y el principio de las ideas
Ibarra Eduardo
                           
Los resultados de la ùltima reuniòn de los paìses americanos en Indias de Cartagena, fueron por demás novedosos en la historia de nuestros Estados Nacionales.  Estò se manifestò  en un cambio radical de las relaciones internacionales de los paìses de America latina con respecto a EEUU, en el cual Ecuador negò su presencia ante la històrica discriminación de Cuba en las Cumbres Americanas, posterior a la declaraciòn del carácter socialista de la revoluciòn. A su vez la mayorìa de los paìses participante se expresaron  en contra de dicha discriminación, conjuntamente con el reclamo y solidaridad por la situación colonial de las Islas Malvinas.
Todo esto dentro de un marco històrico de respeto entre los distintos Estados de Sur Amèrica y el Caribe, producto de nuevos procesos polìticos y sociales, que tienen su expresión en los acuerdos bilaterales, multilaterales y en la creación de organismos internaciones gubernamentales, que  revalorizan una identidad propia, històrica y autónoma, a través del ALBA, UNASUR y la CELAC. 
Es en esta situación donde EEUU no logra imponer la agenda, ni la firma conjunta de un documento final.
Si bien èsto marca un hito en la lucha de nuestro continente y un resurgimiento de las ideas que dieron origen a la independencia de las colonias americanas, tambièn hubo un hecho aunque menor, no menos sintomático.
Meses antes del arribo de Obama, su servicio de inteligencia y de seguridad presidencial, arribò con antelación a fin de establecer los controles necesarios para la integridad del representante polìtico del imperio y su comitiva. Sin embargo en dicha estadía, de Rambos, James Bond y Terminators, los agentes secretos se dedicaron a realizar multitudinarias fiestas periódicas, con prostitutas y muchos libros de whisky. Ante el espectàculo grotesco y el no pago de los servicios sexuales y hoteleros, fueron intimados a retirarse, dejando en ridìculo al màs eficiente poder militar y represivo del mundo.
Ante un hecho tan histriónico, las grandes cadenas de medios pormenorizaron lo sucedido, sin mayores trascendencias; cabrìa preguntarse que hubiese pasado si esto le sucedía a la comitiva argentina, y que tratamiento hubiesen hecho los medios internacionales y locales, cuantas comparaciones y clasificaciones habrían hecho entre paìses serios y paìses que no lo son, y a cuantos analistas de cabaret hubiésemos tenido que aguantar.
Para entender que es el poder norteamericano, no hay que remitirnos a lo que dicen ser, sino a los hechos que nos demuestran lo que verdaderamente son[1].
Tomando en cuenta su polìtica imperialista de conquistas e invasiones a todos los paìses de la Tierra (Doctrina Monroe recargada), surge claramente los motivos, los modos y la concepción que se tienen a si mismo y hacia los demás (ósea el resto de la humanidad). Tanto en las incursiones declaradas con bombos, platillos y bandera al frente, (Vietnam, Repùblica Dominicana, Afganistán, Irak, etc), como las operaciones encubiertas o tercerizadas (mercenarios en África, militares golpistas en Amèrica Latina, insurgentes contras y afganos, etc), siempre tuvieron la misma concepción moral de ser superiores y de tratar como subhumanos a los conquistados o derrotados, torturando, asesinando, violando y ultrajando cuerpos. La ùltima gran creación ante tamaña contradicción, de valores liberales y de militarismo criminal, fue la entidad jurìdica del terrorista, en el cual se establecen categorías religiosas para deshumanizar al enemigo u opositor al règimen imperial y capitalista.  Por lo tanto al retrotraer la visiòn del mundo a una filosofía pre hegeliana, donde todo es entendido entre blanco o negro, bueno o malo, el actor demonizado es incapaz de estar dentro de un orden social y sobretodo moral representativo del bien universal, haciendo del terrorista una entidad mal de una maldad absoluta y hacer de su ser la constituciòn de ella; es en sì todo lo malo, lo cual carece de todo derecho dentro de la estructura jurìdica establecida, lo que lleva a que su eliminación sea la ùnica soluciòn para preservar a un sistema basado en el orden de lo “bueno”. Desde èsta concepción el poder ve e impone reglas autoritativas, que sòlo pueden concebirse como un todo o nada, el ser o no ser, sin entender la multiplicidad de contradicciones que alberga dentro de todo sistema,  necesario para su existencia o su finalización.
Esta concepción filosòfica no està dada sòlo por reflejo voluntarista de preservación de los propios intereses, sino que lo insume dentro de la propia lògica que quiere negar, que al no aceptar o exponer el propio movimiento dialèctico que dio vida a su propia existencia, lo condiciona a negarlo producto de la superaciòn que todo proceso humano y biològico implica; por lo tanto hacer explìcito èsto implicarìa aceptar su propia finiquitud y la posibilidad de que los actores subhumanizados tengan la capacidad de superarlo en un salto dialèctico.

Esta idea del mundo unidimencional  se encuentra marcada por el inicio mismo de la actuación de EEUU en el plano internacional, en la cual de una doctrina de no intervención extra territorial, surgiò la necesidad econòmica y polìtica de proteger sus intereses en el resto del continente ante la amenaza de las viejas monarquías europeas y de la conformaciòn o deformación posterior de desplegar su influencia a todo el mundo, producto de la caìda de Inglaterra como potencia y el surgimiento de un nuevo capitalismo financiero (imperialismo).
Desde los motivos reales surge toda una composición de relatos culturales, esgrimiendo valores supuestamente universales, conformando un marco de legalización a las acciones militares que responden a intereses geopolìticos y econòmicos; es interesante la composición de un relato principista que hace Kissinger en su libro la Diplomacia[2].

A partir de la caìda del campo socialista, la expansiòn del capitalismo fue universal y sin lìmites de fronteras ni soberanìas, por lo que no sòlo cayò un sistema opuesto al libre mercado, sino tambièn se produjo la perforación de la autoridad y dominio de los Estados en sus respectivos territorios, por parte del capital financiero. Ante la mìnima capacidad de autonomìa y resistencia a la ola liberalizadora, la respuesta militar era contundente, como nunca antes se manifestò en la historia, ya se por la capacidad de respuesta, el desarrollo militar, la unilateralidad o la destrucción masiva a la que eran sometido los territorios díscolos.
Este proceso tuvo su necesario reflejo teòrico y cultural; comúnmente llamado ideologìa, desplazando todo análisis crìtico, y decretando el fin de las ideologías y el fin de la historia[3].
Desde èste relato ideològico hegemònico, se dio por terminada y sepultada la experiencia socialista, como fase necesaria al comunismo, dejando en pie sòlo como contraparte los socialismos de mercado o socialdemócratas liberales. A su vez toda experiencia keynesiana del llamado Estado benefactor, fue tomada como una interferencia artificial de la polìtica sobre la natural actividad econòmica[4].

La historia es dialéctica

Si bien el análisis de los pensadores liberales trata de desconocer los movimientos dialècticos de la historia, no pueden negar la dinàmica de los procesos humanos y biològicos,  por lo que el relato teòrico necesita para sujetar a  las mentes y a los corazones de todos los dominados en una idealización metafìsica (estática) de la realidad. Cuando dieron por sepultada la experiencia socialista, no tuvieron en cuenta o desconocieron la propia dinàmica de los procesos revolucionarios a lo largo de toda la historia de la humanidad. Todos los procesos revolucionarios tienden a consumirse en sus propios actos, para dar paso a nuevos sistemas de producciòn y de creencias.

Tanto nuestra estructura de pensamiento (occidental), como las ideas filosóficas y políticas, que dieron paso a través de 2500 años de historia a nuestra organización social y política, fueron originadas por generaciones de pensadores atenienses que reflexionaron sobre la experiencia de la democracia en la edad de oro de Pericles. Estas nuevas concepciones surgen a partir de la caída y el fin del esplendor ateniense, tanto por sus luchas fraccionales internas, como por la derrota ante Esparta en la guerra del Peloponeso.
El cristianismo surge y se erige, desde las catacumbas romanas, sobre los escombros del mayor imperio conocido en la antigüedad y se constituye como  el mayor poder moral y/o ideològico de la edad media.
La revoluciòn francesa fue la que parió al nuevo e insipiente sistema político capitalista, enterrando a la monarquìa y al feudalismo, cuyo ciclo llega a su fin con la derrota de los jacobinos de Robespierre y Danton, derrotados por las clases màs conservadoras de la burguesìa y tambièn fagocitados por su propia obra. A su vez la figura de Napoleòn aparece como ordenador del proceso revolucionario y negador en parte de las ideas polìtcas de 1789, pero desde su militarismo expansivo logra extender màs que un ejercito conquistador y la de su propia figura imperial. Lleva en sus tropas la semilla de una nueva forma de entender al mundo, que a pesar de ser derrotado en su necia invasión a Rusia y de la instauración de la monarquìa de la mano de la Santa Alianza, van a ser las nuevas fuerzas de la burguesìa, las que universalicen el nuevo sistema capitalista[5].
La URSS  ha caìdo producto de su propia inexperiencia, sus errores y la incapacidad de sostener en el tiempo una defensa eficaz frente al Imperialismo. Su desarrollo estuvo signado por el propio retraso econòmico y social, conjuntamente con la necesidad de ir dando respuesta a hechos y situaciones en las cuales no contaba con conocimientos o ejemplos anteriores. Si bien cabe destacar que desde su nacimiento siempre fue faro y sostén del desarrollo de la revoluciòn socialista mundial, desde los acontecimientos en Alemania de 1920, hasta la ayuda a los Frentes de Liberación y la protecciòn (económica, política y diplomática)  a los nuevos paìses socialistas (a pesar de la idea del socialismo en un sòlo paìs), su propia supervivencia estuvo condicionada y en parte negada en el desarrollo mundial del socialismo.


El tan mentado y artificial juego teórico del pragmatismo y la naturalización de las relaciones sociales, que la burguesía practica y nos practicó, nos es más que el enmascaramiento de la ley dialéctica de la historia de la humanidad. Todo proceso termina negado en su propio surgimiento, negando su carácter nacional para afirmar su nueva condición universal. Para que la revolución viva la propia revolución tiene que morir.


El mito vive

No es casual que las causas y comportamientos del Imperialismo y de toda la burguesìa, estèn llenas de contradicciones y manifestaciones burdas como las que arriba se menciona. La moral burguesa es un compendio de reflejos vacíos e hipócritas, que tratan de imponer por la coacción.

Como analiza Mariàtegui en “El Hombre y el mito”, el mito es el que mueve al hombre en la historia, sin un mito la existencia del hombre no tiene ningùn sentido històrico, porque no se conforma con la infecundidad, no se resigna a ser un ser metafísico. Por eso se plantea las soluciones a los problemas que està en condiciones de resolver, pero no desde una forma temporal, en la cual toda verdad de hoy no será vàlidad mañana o como un movimiento revolucionario que entienda su carácter conservador en el futuro, sino como una verdad absoluta e infinita, que dé las respuestas a todos los problemas actuales y venideros, porque las masas no reparan en sutilezas, arremeten con el ímpetu de lo nuevo, sin reparar en relativismos.
Las  nuevas ideas fuerzas del proletario surgen en parte como respuesta a la alineación de la capacidad del hombre frente a las ideas religiosas y disociantes del sistema explotador. Hacen descender la fe y la mìstica del cielo a la tierra, rompen con las ideas paralizantes y naturalizadas que instrumentan contra su propia clase.

Con prepotencia y desden el proletario reclama un nuevo sistema, asentado en su fe hacia el mito;  que Sorel entiende como la huelga y Mariàtegui como la revoluciòn social.  En frente,  la fuerza opresora de la burguesìa carece de mito, el suyo se ha extinguido, no tiene sangre en su cuerpo, niega cuando el proletario afirma, retrocede cuando èste avanza, es un cadáver pudriéndose que en su muerte intenta arrastrar a todo. El proletario con su verdad absoluta no mira hacia atrás, no desfallece en caìdas, la URSS no ha sido la soluciòn definitiva pero lo serà, no toma los argumentos de desaliento del cadáver que lo oprime, sòlo toma las experiencias que lo impulsan al triunfo. Como nos lo recuerda el propio Sorel, he ahì su fuerza.






[1] No se trata de dejar de lado el armado ideològico que se intenta imponer, a modo de naturalización de sus principios como universales. Se trata de entender desde donde se construyen y el momento histórico que da forma y sentido a dicha construcciòn. La manifestación o la forma en que se muestra el Poder desde el Poder mismo, y a travès de los distintos medios o aparatos ideològicos, parte desde intereses concretos y necesidades propias de un sistema històrico dado, no son la mera expresión de deseo o defomaciòn idealista de la realidad concreta, sino una forma de enmascaramiento de intereses que se tratan de imponer.
Si el poder se manifestara en forma abierta y descarnada, le serìa imposible poder construir su propia hegemonìa ideològica/cultural a cada uno de los individuos que domina, no sòlo por la abierta confrontación de intereses que estarìan a la vista, sino tambièn por la necesidad de construir un lenguaje que debe asignar valores por medio del sentido comùn.
Si sòlo nos quedamos con la manifestación ideològica del Poder (la imagen que se nos da), perdemos de vista sobre que intereses concretos y sobre que tipo de relaciones sociales debe erigirse, por no tanto no comprenderíamos sus fines, ni el por què de su surgimiento.
Pero si sòlo tomamos la estructura, no podrìamos entender cuales son los mecanismos de dominación y las formas en que se exteriorizan sus propios intereses y aspiraciones, viéndolo como algo monolìtico y homogéneo, por no decir determinista. 
[2] Cito el libro de Kissinger, por ser el màs cabal representante de la burocracia estadounidense y el que marcò toda una corriente de pensamiento en RRII dentro del poder polìtico del imperio. Dando fundamentos y cohesión para el desarrollo de operaciones diplomàticas y militares hacia el resto del mundo.
[3] El representante mediàtico màs conocido de esta teorìa fue Francis Fukuyama, que no fue màs que un burdo compilador de conceptos, sino que tambièn cae en contradicción en su crìtica al marxismo, por catalogarlo de determinista, al decretar el fatalismo del sistema liberal de mercado. El fin de la historia y de las ideologías no es màs que la lucha del propio sistema por imponer sus leyes como algo natural, ahistòrico, universalizado y necesario. Dècadas atrás Héctor Agosti ya habìa analizado, en Ideologìa y cultura, dicho proceso.   
[4] La ortodoxia liberal toma a la econòmia como una especie de ciencia exacta, apartada de toda acciòn del individuo y por supuesto ahistórica y  no ideológica.
[5] Como sostiene Eric Hobsbawm en “La era de la Revoluciòn, 1789-1848, va a ser la doble revoluciòn la que conforme y universalice al nuevo sistema; la revoluciòn industrial en Inglaterra, con su desarrollo comercial y su concepción de la laissez faire, conjuntamente con la revoluciòn polìtica francesa nuevos fundamentos democràticos de la Liberté, égalité, fraternité.















La democracia del prestigio y la acumulación
Ibarra Eduardo

En la década del 90 se produjeron hechos tan profundos y trascendentes que han cambiado el curso de la historia, estos cambios por todos conocidos y sufridos, trastocaron todos los aspectos de la vida de los pueblos. Se nos impuso la idea de que la historia había culminado, ya no existía. Se criticaba al marxismo en su concepción determinista hegeliana, para imponer otra concepción determinista hegeliana de carácter liberal. Las clases sociales sólo eran un grupo de individuos, que tendrían la oportunidad de una vida mejor si pisaban cabezas y se adaptaban al tan famoso cambio. La pobreza en consecuencia era una cuestiòn de pereza y limitaciòn intelectual, de la cual muchos “no querìan salir”, mientras que otros, emprendedores, proactivos, adptativos y brillantes, se coronaban del nuevo titulo “monárquico”, el éxito; no fue màs que la admiración por el logro de la acumulación monetaria y todo lo que ello acarrea (reconocimiento, fama, vida de abundancia, ocio, excesos, etc)
El nuevo paradigma nos proponìa en términos personales, una carrera hacia la opulencia; carrera en la que pocos competían y muchos sòlo participan como meros espectadores.
Era un mundo hecho aldea y atemporal, donde la ideologìa trasmutò en un concepto pragamàtico del aquì y el ahora, mientras que la filosofìa caducada y vencida era transformadas en fabulas moralizantes y maniqueistas.

Este mundo ha fracasado rotundamente, la ilusión se desvaneció como humo en el viento, la idea de un mundo posmoderno ha muerto, pero no las relaciones sociales de explotaciòn, ni las estructuras de dominaciòn, tampoco la desigualdad, ni los explotados y explotadores. Aunque  sus discursos y sus valores hayan sido perforados, hoy persisten en diferentes formas y ámbitos.

Desde los 90 han surgido políticos que representan ese nuevo paradigma súper moderno, nuevos políticos, que desde la idea del pragmatismo, han hecho política de la no política.  Los empresarios “exitosos”  han tomado por asalto la administración pública reduciéndola a un mero manejo administrativo, socavando la acción política en pos de la administración o visión empresarial. En nuestro paìs esto se manifiesta en una serie de personajes de nulo contenido intelectual y militancia, que van desde deportistas a artistas y empresarios (todos de amplios bolsillos).Sus nombre son arto conocidos: Scioli, Reuteman, Macri, Del Ser, De Narvaèz, etc.
En el distrito de San Fernando nos encontramos con la reivindicación de èsta forma de hacer polìtica, en los representantes del PRO  y su costosa campaña a la intendencia, en la cual sus propuestas giran en torno al èxito individual de sus candidatos y al concepto “weberiano” de que el polìtico vive  para la polìtica, y no de la polìtica.
De èsta forma se trata de transmitir al electorado, que los candidatos del PRO no sòlo seràn exitosos en la funciòn pùblica, sino que a su vez no utilizarán recursos pùblicos para fines o intereses privados. Si bien èsto es criticable desde distintos puntos de vistas, no deja de ser consecuente con la “apolìtica” empresarial inaugurada en la dècada de los 90s y predicada por Macri y sus huestes.


La PRO democracia

Para introducirnos en el discurso y las valoraciones de los polìticos PRO, hay que comenzar por deducir su propia lògica:
  1. ¿Por què van a ser exitosos en la funciòn pùblica?. Porque han acumulado tìtulos y riquezas personales.
  2. ¿Por què van a vivir para la polìtica? Porque tienen suficiente riquezas para no robar del erario pùblico.


1 El éxito personal es valorizado sobre cualquier construcción de grupo o identificación colectiva, por eso Macri es Mauri y nada más.
 La concientización de clase en la burguesía se da por intereses particulares y no por la necesidad de una unión de lazos solidarios. Mientras que la unión de la clase obrera es producto de la necesidad, en la burguesía es producto del beneficio personal.
Si tomamos en cuenta que para Maquiavelo la virtud surge de la necesidad, un candidato que hace política sólo por un desafío personal o  por el hastío de horas de ocio, nada tiene de bueno para ofrecernos.

2 La famosa “frase” de Weber que se repite incansablemente en todo tipo de medio informativo; “como dijo Weber hay que…” La frase Weberiana…” etc. No hace más que continuar la tan estereotipada idea de que los ricos no robar.
Para analizar éste tipo de prejuicio tenemos que ir a las fuentes (ósea a lo que dio  pie al juicio)
Weber llega a esta categorización de “vivir para”, desde el marco histórico  de la formación de Estado Moderno, en el cual la monarquía termina con los poderes de la nobleza absorbiéndolas en su incipiente aparato burocrático administrativo.
En el aspecto económico el mundo se fue extendiendo[1] hacia rutas marítimas màs atractivas, más rápidas y más baratas, que en comparación con los viejos caminos  terrestres, se impusieron en la transacción de mercaderías y materias primas. Los antiguos y onerosos castillos de la alta nobleza, se transformaron en burgos y después en ciudades, que al concentrar el comercio y los talleres, atrajeron a una creciente masa de población,  logrando así  generar un  gran excedente de producción, siendo utilizado por la monarquía para sus costosos lujos y para la construcciòn de una fuerza regular, cuyo fin fue dar sustento y seguridad a sus gobiernos[2].
El campo agotado, extenuado y atado a las sucesivas crisis y obsoletos mètodos de producción, fue perdiendo su antiguo predominio, dando como resultado un relajamiento en las relaciones sociales y del poder feudal. La nobleza nobiliaria fue dejando de ser un Primus Inter pares, para convertirse en funcionarios dependientes del poder centralizado en el rey[3], que no sòlo disputò y arrebatò el poder diseminado de los señores feudales, sino que tambièn quitò el poder de Dios a la iglesia; la cual ya no conservaba la superioridad sobre el poder secular, sino que fue el Rey quien ordenaba a los demás estamentos[4].
No sòlo el feudo sufriò las consecuencias del poder de la ciudad, sino que la vida comunal de las aldeas fue devastada tanto por la economìa mercantilista, como por la fuerza centralizada del Estado moderno.
El derecho consuetudinario fue dejando paso al predominio del derecho positivo, transformando la posesión de la tierra en propiedad privada.

De este modo la monarquìa triunfante serà un fuerza centrípeta que destruirá todo poder que compita dentro de su propia soberanìa[5], trasformando a la nobleza en cuadros administrativos especializados, por eso Weber analiza como estos nuevos actores podràn hacer polìtica sin necesidad de ocupar su tiempo en adquirir, en parte o totalmente, recursos para su subsistencia, por lo tanto “vivir  para” implica nos sòlo tener patrimonio, sino tambièn ser libre en cuanto a los medios. Tomando en cuenta casos màs actuales, Weber pone como ejemplo tanto a los rentistas como a los que viven de las ganancias bursátiles[6].
Esta categoría de “para y no de” no es una premisa excluyente ni una virtud para Weber, ya que esto implica un reclutamiento plutocrático y a la vez no determina en lo màs mìnimo que no se terminarà haciendo polìtica para los propios intereses privados. 


La “interpretación” Weberiana

Uno de los argumento acomodaticios para salir de èsta crìtica, fue decir que Weber puede ser interpretado de distintas formas (como si un mèdico pudiese llamar al hìgado corazón, de acuerdo a su libre interpretación), cosa que èsta refutada por la propia lectura del libro El cientìfico y el polìtico. La obra de Weber se enmarca dentro de la ciencia polìtica, en la cual los conceptos y definiciones tienen la rigurosidad propia de toda ciencia, por lo tanto no hay libre interpretación. Se podrà aceptar o criticar, pero no darle una categorización que el concepto nunca tuvo. Por lo tanto esto es el resultado de una falta de conocimiento o de falta de honestidad intelectual.

Otro esbozo de defensa ante tamaño “error” fue que sòlo se mencionaba el “vivir para la política”, como una característica meramente personal. Sin embargo en la actividad política partidaria, nada tiene un tinte únicamente personal, todo mensaje implica valorizaciones que se pretende imponer al resto de la sociedad a través del discurso y la acción.



Los verdaderos fundamentos

Estas pobres y escuetas justificaciones sòlo tratan de tapar la concepción polìtica que tienen los partidarios del PRO, entendiendo a la democracia como un àmbito exclusivo de los que tienen patrimonio suficiente para dedicarse sòlo a hacer polìtica, sin necesidad de cobrar un sueldo para vivir, lo que implica que la corrupción viene sòlo de aquellos que tienen necesidad de vivi de la polìtica, como por ejemplo los obreros, estudiantes y todo aquel que dependa de su trabajo.
Por lo tanto el trabajador disciplinado tendrà que trabajar para el empresario exitoso, a fin de que èste tenga el patrimonio y el tiempo libre suficiente como para postularse a cargos públicos y ser ese mismo trabajador quien deberá votarlo. Cerrándose así un círculo perfecto de dominación económica y política.
Siguiendo ésta lìnea argumentativa y teniendo en cuenta las políticas del Gobierno de la Ciudad de Bs As[7], a los pobres se los categorizan socialmente como delincuentes y políticamente como corruptos.
La desafortunada utilización Weber, podría haber sido menos contradictoria si se tomaban otros conceptos referidos a la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. Es aquí donde el autor se plantea contradicciones referidas al político y su función pública, como una disyuntiva que éste enfrenta de acuerdo a distintas valorizaciones cuando asume un cargo político en el Estado.



A modo de conclusión

La tan mentada y repetida idea de lucha contra la corrupción y el ejercicio eficaz de la función pública, tiene que ver más con la ideología en la cual descansa el proyecto político del PRO, que como acto meramente discursivo o de plataforma electoral.

Aquel partido que tenga sus bases filosóficas sobre concepciones individualistas, tendrá en mayor o menor medida, funcionarios que respondan sólo a sus intereses particulares. Sus candidatos tendrán la impronta de sus logros personales y los títulos adquiridos, serán esgrimidos como un hecho de carácter positivo y extendible al ámbito de la política.
Mientras que los partidos cuya ideología y propuestas, tengan como destinatario y participe al conjunto mayoritario del pueblo, restringirá  o coartará el desviacionismo individualista de sus cuadros. Por lo tanto la corrupción será un hecho meramente accidental o esporádico y no estructural.
Como corrupción estructural entiendo al saqueo de los recursos nacionales y la explotaciòn de los trabajadores en  manos de privados, tanto foráneos como autóctonos, legalizado y legitimado por el propio Estado. 

Para culminar me llama mucho la atención el modo en que presentan y exaltan el éxito privado de los candidatos, sin tomar en cuenta de que forma éste logró dicho éxito; entiendo que lo único que ponderan como negativo es la corrupción estatal, dejando de lado el robo y la expoliación privada.




[1] Se descubría América,  los comerciantes penetraban en el Imperio chino, los portugueses se asentaban en las costas de África e India
[2] Piedra basal del concepto de Estado de Weber.
[3] Hobbes en su Leviatàn  defiende y da fundamentos teóricos a esa nueva organización polìtica
[4] Desde la caìda del imperio romano, la iglesia pretendiò erigirse como el poder superior a todo poder secular, lo que llevò a confrontaciones permanente con las distintas monarquías. A esto se llamò la querella de las investiduras.
[5] Piedra basal del tan repetido concepto del Estado, como instituto polìtico en el  que sus cuadros administrativos monopolizan la fuerza legìtima a fin de conservar el orden establecido.
[6] El ejemplo más claro de unión entre actor económico y político en nuestro país, fueron los gobiernos conservadores de la oligarquía ganadera.
[7] Criminalizaciòn de los trapitos y limpia vidrios, parapoliciales que golpean y “limpian la ciudad” de vagabundos, presupuestos subejecutados en cuestiones sociales, etc










Las luces y las sombras


Ver todo
Ibarra Eduardo

Como un cuento futurista o una teorìa paranoide conspirativa, nuestra sociedad encuentra hoy en los medios visuales sus fundamentos y realidades, quizás hasta su razón de ser.
No es casualidad que hoy todo aspecto de la vida de una persona sea expuesto de alguna u otra forma, que aquello que estaba oculto en la antigüedad se exponga como una norma que nos rige en la actualidad.
Segùn el pensamiento aristotèlico, la vida privada que se desarrollaba en el hogar, era algo que no diferenciaba al hombre del animal, ya que en ese àmbito era donde èste se reproducía y daba sustento a las necesidades biològicas de su propio cuerpo; en donde el diàlogo era intrascendente, no sòlo por la referencia al objeto de la conversaciòn, sino por la imposibilidad de que èste dialogo pueda compartirse, transferirse, o ser parte de un todo.
 El dialogo en la vida privada era dominado por una sola persona, en èste caso era el hombre que se coronaba como  amo del àmbito familiar; y en èste sentido el dialogo no era tal, carecìa de la esencia propia de su razòn de ser.  La contradicción del sistema estaba dada en la explotaciòn y degradaciòn del esclavo y la mujer, como seres a fin a las necesidades del hombre ciudadano.
Por lo tanto aquello que transformaba al hombre en tanto hombre diferenciado del animal, era la  acciòn en la vida pùblica, en la que el dialogo se producìa entre todos, donde no existìa el dominio total de ese acto, òsea una falta total de autoridad rectora, ya que el conocimiento hacìa iguales a los hombres convertidos en ciudadanos.

 Despuès de 2500 años la realidad actual es muy distinta a la concepción ateniense. El àmbito de lo pùblico ha dejado de ser un lugar de dialogo y construcciòn entre iguales, el hombre carente de conocimientos y de medios de producción, busca en èste espacio su sustento biològico. Sin posibilidad de ser parte del dialogo para crear o transformar la realidad, es un mero ser pasivo carente de liberdad. Donde ayer era libre hoy sòlo encuentra cadenas. El espacio privado no es màs su sustento sino su ùltimo reducto de la libertad[1] perdida, es el lugar donde trata de conservar un espacio oculto al poder, que todo lo abarca y condiciona.
La palabra se ha disociado de los hechos, hoy todo se puede decir o prometer sin que tenga correlato alguno con lo que sea haga o los fundamentos con que se sostenga. Vemos a diario como todos nos convertimos en opinantes superficiales de cualquier hecho que nos acontece, afirmando e interpretando sòlo por lo que hemos visto o nos han contado, pasando a otro tema con la misma ligereza con la que damos nuestros puntos de vista. Tenemos avalanchas de discursos/promesas de infinidad de candidatos y mediatizadores de la realidad, que construyen y reconstruyen realidades de acuerdo a ocultos intereses que se evaden de sus propias palabras.


                        
La realidad de lo que se ve. El control individual

La tecnologìa ha avanzado a grandes pasos en los ùltimos años, pero èste avance no es natural o accidental, sino que se encuentra orientado por las condiciones de  dominaciòn, en la cual el poder dirige èste proceso con un fin determinado.
No es casualidad que la “realidad” se muestre en imàgenes y sean aceptadas sin cuestionamientos de ningùn tipo, siendo un todo de argumentos en si mismas, es el comienzo y fin de cualquier hecho u objeto.
La construcciòn de una “realidad” visible  tiene como fin la naturalización del orden dominante, que busca iluminar el ùltimo reducto de libertad en que se refugia el hombre, para que a la luz lleve cadenas y hacer del hombre un mero animal. Ya no hay mayéutica, no se trata de enseñar, sino de demostrar que el hombre es un animal domesticado, animal al fin.
Que paradoja ver transformada la obra de Orwell en realidad, ha pasado de ser el denunciante del stalinismo al creador de un mundo acuciado por las càmaras que nos fabrican realidades. Acaso no han lanzado una guerra inventando hechos y fraguando pruebas?, no han transmitido imàgenes sesgadas con datos falsos?, no han dado un inicio y un fin a la guerra (que no fue tal) por conveniencia de los intereses polìtico econòmicos que dominan el mundo?, no han creado un Gran Hermano que nos mira en cada esquina? Què tan lejos estamos de las noticias de una ficticia guerra lejana e interminable escrita en la novela 1984?
Nos hemos convertido en instrumentos de dominaciòn al internalizar las normas impuestas desde el nefasto sentido comùn, como si èstas fueran elaboradas por nosotros mismos.
Pedimos a gritos que nos vigilen, que nos miren por esos ojos que nunca duermen ni parpadean, que el poder nos ilumine e interrogue en cada paso que damos. Tenemos miedo y queremos que cuiden nuestros bienes y nuestros cuerpos, por eso los entregamos y los convertimos en imàgenes. Aplaudimos al ver en un noticiero el accionar del poder, cuando aprehende la imagen del ladròn de billeteras, sin cuestionar el por què del acto, ni por què nos lo muestra, sòlo aplaudimos.
Nos filmamos y nos exhibimos en los actos màs instintivos, nos apareamos, nos agredimos, nos confesamos, mostramos al poder que no somos màs que animales, que mostramos todo porque no cuestionamos nada, por eso nos ponemos las cadenas y sonreímos para la càmara. Nos alimentamos de noticieros manchados de sangre, shows de histeria y de brotes psicóticos, programas de esclavos que piden ser sometidos, enjaulados y observados, imàgenes de gritos, agresión, insultos, baños de sangre y sufrimiento para vender después una propaganda de risas histriónicas. Es la catarsis para una vida gris de oprimidos.
¿Donde ha quedado nuestro espacio de libertad?
No reclamamos màs espacio para la acciòn en conjunto, pedimos que nos vigilen màs, que nos prometan desde la imagen de un cartel electoral el todo y la nada, que nos creen las necesidades para después satisfacerlas, que nos ofrezcan lo que nos hicieron pedir. No importan los fundamentos sólo la superficie iluminada. El marketing, obra maestra de la mentira, ha derrotado a la filosofía.



La realidad de lo que se ve. El control social

No sòlo el poder trata de dominar y sojuzgar los cuerpos, ubicándonos en tiempos y espacios determinados, rutinizando la vida, dándole la capacidad creativa sòlo a unos pocos. Tambièn trata de dominar los pensamientos como valores generados por uno mismo. ¿Qué tan lejos estamos de que la tecnologìa controle o scanee nuestros pensamientos?
Nos encontramos automatizados en nuestras vidas cotidianas, bajo la idea del libre albedrío, sin embargo todo està marcado socialmente por el tiempo y el espacio[2] de la producción  de bienes, lo cual refiere específicamente a la eficiencia y a la economìa  de los cuerpos. En èste sentido Foucault sostenìa que

La modalidad, en fin: implica una coerciòn ininterrumpida constante, que vela sobre los procesos de la actividad màs que sobre su resultado y se ejerce segùn una codificaciòn que reticula con la mayor aproximación el tiempo, el espacio y los movimientos. A estos mètodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les impone una relaciòn de docilidad-utilidad, es lo que se puede llamar las “disciplinas”

El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone…
…no simplemente para que ellos hagan lo que desea, sino para que operen como se quiere, con las tècnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina.[3]

Desde que nacemos nos vemos sometidos al poder que todo lo abarca, manifestándose de forma oculta en la rutinizaciòn de los hechos cotidianos. Se nos manifiesta individualmente detrás de las invisibles costumbres enseñadas y aprendidas por todos.
¿Necesitamos vigilancia, ver y ser vistos? ¿Lo pedimos o se nos es impuesto?
El sistema genera relaciones sociales que tienen que ser controladas y vigiladas o mejor dicho el capital debe controlar las relaciones de producción, pero a su vez debe enfocar su sistema represivo sobre los “desechos” que no sirven como mercancías[4] en el mercado de  producción y consumo. Los portadores de estas fuerzas no utilitarias tienen que ser vigilados, pues la marginalidad provoca actos delictivos que generan pèrdidas, tanto de productores, como de productos y atentan contra el mismo orden social establecido.
Desde los albores del capitalismo la disciplina y el control fueron parte necesaria del sistema. Primero para arrebatar al productor (campesino, artesano, etc) los medios y los conocimientos, a fin de soltarlo desposeído de todo al mercado de libre cambio. Segundo para adoctrinarlo y quebrarlo en su voluntad de lucha contra la imposición de la vida en la fàbrica (no es casualidad que el origen de las cárceles sean las casas de trabajo)[5]
La idea de vigilancia (como la concebimos) surge y se va perfeccionando, a partir de la revoluciòn industrial, pero siempre con un fin y con una misma arquitectura del control.
Al estudiar las formas de vigilar y encausar Foucault encuentra que

El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el que las tècnicas que  permiten ver inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los medios de coerciòn hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican. Lentamente, en el trascurso de la època clàsica, vemos construirse esos “observatorios” de la multiplicidad humana para los cuales la historia de las ciencias ha guardado tan pocos elogios. Al lado de la gran tecnologìa de los anteojos, de las lentes, de los haces luminosos, que forman cuerpo con la fundaciòn de la fìsica y de la cosmologìa nuevas, ha habido las pequeñas tècnicas de las vigilancias mùltiples y entrecruzadas, unas miradas que deben ver sin ser vistas; un arte oscuro de la luz y de lo visible ha prepeardo en sordina un saber nuevo sobre el hombre, a travès de las tècnicas para sojuzgarlo y de los procedimientos para utilizarlo.


Aquí surge algo extremadamente importante: todo lo que tiene que ser visto y todo lo que se oculta está implícito en nuestras vidas.
La idea del viejo panóptico plasma la jerarquización del sistema, es el obrero al que se ve desde la oficina del jefe, es el preso que camina bajo la vigilancia del guardia de la torre, es el ciudadano que es visto por las càmaras del poder administrativo burocràtico y son “delitos” o conductas determinadas las que son reprimidas.
Invirtamos la ecuación; que sea el preso que mira al guardia que roba la comida que el estado destina para el reo, que sea el obrero que mire al empresario cuando evade impuestos o despilfarra la riqueza no retribuida, que sea el ciudadano que mira al policía transar con el narco o al intendente recibiendo coimas. No sòlo cambia el sujeto, sino tambièn la conducta o delito que se vigila. Como dije antes, no es natural o inocuo la oferta y demanda de càmaras de vigilancia, panópticos virtuales, etc. Esto es en el análisis de Foucault:

De ahì el efecto mayor del Panòptico: inducir en el detenido un estado de consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automàtico del poder. Hacer que la vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su acciòn.

No conocemos ni interesa quien està detrás las càmaras, el propio sistema de control hace de quien controla un mero instrumento, que es superado por el propio acto.

Que la perfecciòn del poder tienda a volver inútil la actualidad de su ejercicio; que este aparato arquitectònico sea una màquina de real y de sostener una relaciòn de poder independiente de aquel que lo ejerce; en suma, que los detenidos se hallen insertos en una situación de poder de la que ellos mismos son los portadores.

Hay una maquinaria que garantiza la asimetrìa, el desquilibrio, la diferenta. Poco importa, por consiguiente, quièn ejerce el poder. Un individuo cualquiera, tomado casi al azar, puede hacer funcionar la màquina.


El sistema capitalista a desvanecido la cabeza de la autoridad que otrora ejerciera el Rey y en su etapa financiera ha puesto un velo delante de los patrones fabriles del siglo XIX. Son las corporaciones que están detrás de los mercados como un entramado anárquico que absorbe todo lo producido y lo transforma en dinero como mercancía fundamental, siendo èsta la que les genera grandes ganancias. Si bien el 10% de la población mundial se queda con un tercio de lo producido, su poder temporal se deposita cada un período determinado en la figura de un presidente o primer ministro, haciendo posible la renovación e impidiendo el desgaste polìtico por las demandas nunca satisfechas de la población.

El sistema nos convierte en animales asustados de otros animales y de nuestros propios pensamientos, para terminar pidiendo que nos controle, pero siempre desde un carácter voluntario.





[1]  Este concepto de libertad es sòlo referencial y lo entiendo en forma figurativa, en contra posición al àmbito pùblico  ateniense. Sin embargo la utilización de la idea de libertad intimista y recluida es netamente una concepción liberal burguesa, que remite a un sesgo totalmente individualista y por lo tanto justificativo de un orden opresor y explotador.  No puede haber libertad individual, por que toda libertad del hombre remite a lo social, las cadenas que ataban al hombre a las leyes de la naturaleza fueron rotas por la asociación entre iguales. Asì tambièn la idea de una libertad metafìsica es falsa, no hay libertad de conciencia, de creación o de concepto, sin la libertad material, en la cual el hombre puede desarrollarse como tal, ser el verdadero creador y controlador de todos los procesos sociales. Por lo tanto si como hombres creadores nos refugiamos en nosotros mismo, ante un sistema de producción opresor, somos meros presos aislados de nuestras capacidades y de otro hombre como igual. No vivimos, sobrevivimos, naufragamos.
[2] La medición del tiempo y la configuración de los espacios aparecen como los entendemos hoy en dìa, con la revoluciòn industrial.
[3] La ergonomía hace explícito las técnicas para máquina y cuerpo se fusionen en pos de la eficacia productiva.
[4] Como sostiene Marx la mercancìa es la fuerza de trabajo que el obrero debe vender en el mercado, no es su cuerpo. Si lo fuese serìa un esclavo y el sistema capitalista necesita hombres libres que sostengan su propia supervivencia y la de sus hijos futuros productores.
[5] La maximización del tiempo y el espacio hizo que las fàbricas se impusieran y arruinaran la economìa de las aldeas y de los pequeños artesanos, a si tambièn los convirtió en obreros alienados atrás de una máquina.
















La patada del burro
Ibarra Eduardo

A pocos días del fallecimiento de nuestra querida compañera Fanny, los comunista no sólo nos encontramos en la congoja del dolor, sino también en un proceso de asimilación de todo su ejemplo y enseñanzas, que abarca 101 años de historia de una vida digna de ser vivida, donde el ser humano se encuentra amalgamado en la concepción más alta que se puede aspirar, la de militante político.
Es difícil resumir todo lo que significó Fanny y no menos complicado es llegar a una síntesis de su vida y obra, con sus aciertos y sus errores, con momentos de tristezas y alegrías y con las contradicciones de quien, desde el marxismo, intenta cambiar la realidad y no quedarse en la retórica de escritorio, que nada tiene que ver con la concepción de la dialéctica materialista.
En vida Fanny fue reconocida a nivel internacional y nacional, con demostraciones de afecto que se manifestaron en sendos actos y conmemoraciones. A su muerte desde todos los medios y sectores populares, expresaron sentimientos de dolor y respeto.

Sin embargo, y ante nuestro asombro, la prensa del partido obrero (de pretensiones de vanguardia obrera), publica una nota titulada “Fanny Edelman y la leyenda estalinista”, donde un tal Alejandro Guerrero hace un pobre, mediocre y falaz racconto de la vida de nuestra dirigente.
Para empezar a èste notero le preocupa que se le llame “fundadora del partido comunista”, por que el partido fue fundado en 1918 como escisión del partido socialista y Fanny habìa nacido siete años antes, incorporándose al PC en la dècada del 30.
Esta preocupación resulta extraña a alguien que no pertenece a las filas del partido comunista, en donde Fanny tiene màs años de militancia que de vida de quien escribe esa pobre nota. Tambièn es lògico que no se entienda que la fundaciòn de un partido de trabajadores, se construye con el sacrificio de todos sus militantes y dirigentes, ósea es un proceso que difícilmente entiendan los elitistas de Altamira.
La nota continúa con la mención de la participación en la Guerra Civil Española, en la que no resalta la entrega de una militante internacionalista en la causa de cualquier pueblo del mundo, sino la califica como agente del estalinismo que llevò a la derrota a la Repùblica frente a las huestes de Franco; y por un acto de malabarismo, tambièn le endilga la caìda de Francia a manos de los nazis ¿?.  Cabe recordar que Fanny con veinte años no dudò en poner en riesgo su vida por su compromiso revolucionario, cosa que poco puede comprender èste notero valiente de escritorio, cuyo mayor acto de arrojo, habrà sido abrir la heladera descalzo.

Siguiendo su pobre línea argumental califica al partido comunista como aparato de la KGB, sin ninguna o pobre representación en las clases trabajadoras. Grueso error històrico si los hay, ya que el partido tenìa un gran sustento entre las masas obreras y dominaba muchos sindicatos, entre ellos el que màs se destacò por su no claudicación a Peròn, fue el de la carne de Peter; serìa bueno que èste analista improvisado comparara la inserción de su minúsculo partido, con la del partido comunista en la dècada del 30 y 40.
En su afàn de denostar al partido, usando como trampolín a la figura de Fanny, se olvida del proyecto polìtico de Peròn, que hacìa imposible toda alianza con un partido marxista, y la situación de asfixia que soportaba la URSS, la cual debìa maniobrar ante un mundo que articulaba una guerra inter imperialista en contra de un paìs socialista atrasado, cercado y bloqueado.
Tampoco duda en calificar a Fanny como responsable de una polìtica criminal, por la participación de PC en la Uniòn Democràtica; rompe con todos los esquemas polìticos teòricos al entender como un crimen una alianza electoral, obviamente olvidando a todos los militantes asesinados y torturados bajo el aparato represivo del  primer peronismo.

Para terminar su relato infanto/senil, vuelve a hacer responsable a Fanny de la dictadura de Videla en complicidad con la URSS. Por supuesto que no ahonda en este concepto, sólo lo menciona, sin tomar en cuenta todos los muertos y torturados que tuvo el partido, toda la defensa que se hizo en la dictadura, de los militantes propios y ajenos (ver Isidoro Gilbert: La Fede) y de la autocrítica a esa política errónea, en el XVI congreso, donde cabe recordad Fanny fue parte de esa ola revolucionaria.
Y así termina éste falaz, tendencioso y manipulado relato, que tiene a Fanny como centro de agravios gratuitos.

Es llamativo como este valiente militante del PO, tuvo el coraje de atacar a una mujer de 101 años después de muerta.

Si tomamos en cuenta que el PO es un partido sin historia, que toma al marxismo como un mandato bíblico, no sorprende la interpretación que hace de aquellos militantes que lucharon sin mezquindades ni especulaciones. Un partido que utiliza una visión sesgada de Marx y Lenin, para utilizarlos como dedo acusador de todo proceso que no los tienen como protagonistas (ósea la inmensa mayoría). Un partido de mezquinos que no reconocen matices, ni distintas formas de interpretaciones.
El PO ataca cobardemente a Fanny para pegarle al PC, sin reparar en la solidaridad que el partido expresó por todos los medios, para con Mariano Ferreyra.
El PO a través de su pobre notero, interpreta la historia desde una visión idealista e interesada, sin tener en cuenta los hechos acaecidos, ni los distintos factores condicionantes, haciendo fácil la crítica 60 años después, con todos los resultados sobre la mesa y con la impunidad del que nunca ha llevado nada a la práctica concreta, salvo reclamos y recriminaciones.
Por eso el PO es un partido mesiánico y sectario, que no pretende tomar el poder, sino cuidar su kiosquito.
Desde su ahistoricidad  se proclama como la verdadera izquierda, desconociendo toda la lucha y logros de años que los trabajadores y combatientes marxistas tuvieron en el ámbito nacional, que superaron con creces un paupérrimo 2%  en una elección presidencial. Un 2% logrado por misericordia de un electorado mediático, ante el ruego de un milagro santificador y teniendo a un farandulero como sujeto histórico.


En definitiva, el peor pecado que cometiò Fanny para el PO, fue haber sido consecuente en la teorìa y los hechos. Es tan asì de fuerte que sòlo un cobarde y eunuco se atreve a denostarla después de muerta. 


















Periodismo serio
Ibarra Eduardo
La mirada errónea 

Siempre que escucho y veo a los personeros de la derecha; esas mentes que se llaman liberales, los noto con un alto grado de soberbia y en una posición de saberlo todo. Desde un lugar elevado por sobre todo lo común o los comunes, con una mirada despreciativa hacia aquellos que no hemos adquirido su tan elitista sabiduría, disparan su desprecio y asco por lo popular.
Un ejemplo claro es Roberto García, periodista de Ámbito Financiero y conductor del programa televisivo La Mirada, que se trasmite por canal 26. En dicho programa del lunes 5 de marzo de 2012, este periodista, quiso hacer un comentario cínico y auto elevado de conocimiento histórico, mencionando un viaje de Guillermo Moreno hacia Angola acompañado con un grupo de empresarios, los cuales y de acuerdo a dichos de éste reverendo comunicador, era un viaje en compensación a las trabas por las importaciones,  y sus consecuentes desventajas, con lo cual se podría abrir nuevos mercados y realizar grandes negocios en el país africano. En el marco de dicha noticia hizo mención de la ironía de la historia, que otrora había sido el país donde había peleó el Che Guevara, logrando poner casi a gusto a un presidente. Todo esto como correlato de un libro “que nos dejó” llamado El año en que estuvimos en ninguna parte.
Si  se deja llevar por la impostura de superioridad que emana desde la pantalla dicho personaje, uno no puede más que obnubilarse frente a tamaño dato y caer rendido ante la sabiduría del pro hombre libre pensador y de su figura trajeada acompasada de una cara con pocos rasgos expresivos;  casi todos repulsivos.
Toda ésta pintura se va desfigurando a la medida que se constatan los datos vertidos con los hechos históricos. Este relato sería perfecto si el país se llamara Congo, donde si peleo El Che en el años 1965. También sería casi perfecto si el propio Guevara no se hubiese ido criticando la falta de madures revolucionaria de los cuadro insurgentes autóctonos y especialmente de su líder Kabila, quién no fue presidente sino varias décadas después. Por lo cual difícilmente hubiese podido El Che haber designado al distendido guerrillero congoleño; salvo que se hagan místicas conjeturas post mortem. 
Quizás todo este error haya partido de la lectura del libro “que nos dejó” sobre dicha experiencia guerrillera africana, ya que dicho libro fue escrito a mediados de los noventas por Taibo II, Froilán Escobar y Félix Guerra.
Cuando la forma se pone por arriba de la sustancia, todo se vuelve ridículo. 










Ibarra Eduardo

¿Qué es un crimen?


Las noticias juntan cadáveres como en una guerra sin tregua; sin un minuto de respiro la  sangre se seca en lo profundo de nuestros miedos más primitivos, recordándonos que somos meros animales vivos; y por ende finitos y frágiles. Es una guerra que no tiene como fin el ganar sobre otro bando ni provocar bajas, sino la de generar la mayor cantidad de angustia y estados  no reflexivos, donde el animal se sienta acorralado e indefenso, presto a recibir todo tipo de consuelo (sacrificio incluído).

Podríamos interpretar las expresiones de dolor de lo ajeno como un hecho que nos acerca a la idea de comunidad, como una idea platónica en la cual todos sienten alegría y tristeza por cada uno de sus miembros, como un cuerpo que siente dolor cuando una de sus partes es lastimada. Ante la idea de comunidad nos surge indefectiblemente la concepción del bien común; y ese bien común nos lleva a considerar como eje central a la propia vida; pero si hablamos de vida, ¿de qué tipo de vida estamos hablando?. Los antiguos griegos vendràn a decirnos que el fin es la buena vida, todo aquello que refiere a la comunidad es la buena vida, no la del placer  sino la del conocimiento, lo esencial, la verdad, lo justo, lo bello e inmutable, que trasciende màs allà de la multiplicidad de opiniones.

¿Qué significa la imagen del cadáver de una nena tirada en un basural, rodeada por políticos, policías, multitudes, medios y una madre en un acto de reconocimiento? , ¿Qué mensaje se nos quiere transmitir? ¿Cómo debemos decodificarlo?. La multitud ruge, pero no siente como propio el dolor ajeno, solo expresa frustraciones como animal herido. Teme por su vida, pero teme más allá de eso, siente algo más profundo, algo que no tiene nombre, a lo que no se le quiere poner nombre. Es tan oscuro que no puede salir a la luz, debe ser negado y sin conocer al asesino debe ser eliminado para volver a ocultarlo en lo profundo de esa oscuridad sin nombre. Teme ver el verdadero rostro en su propio espejo, la imagen reflejada nos muestra la verdad de nuestra esencia, porque no es un reflejo, sino la esencia misma de una vida representada.

La solidaridad no es el dolor del otro en nuestro propio cuerpo, es el método por el cual licuamos nuestras mezquindades; aullidos que piden muerte, llantos histérìcos que acusan, actores protagonizando melodramas, mediadores televisivos compitiendo en carrera de caras compungidas; y la verdad inmutable queda bien disfrazada, un teatro de sombras que odia la luz.

Tal es el miedo a la verdad que el rostro asesino queda perdido en una inmensidad de hipótesis y opiniones. Ese rostro habla de un nosotros y no de un otro, es el producto de nuestra propia esencia social, no como la categoría ficticia de comunidad, sino como la de una sociedad real, fraccionada, dividida, que funda su razón de ser en la acumulación competitiva de riquezas, que confunde placer con bien, que pide justicia sin idea de lo justo, que habla de igualdades desiguales, que huye aterrada de todo tipo de responsabilidades.

Una sociedad toda rota hoy siente dolor como mañana sentirá felicidad, que hoy aplaude con las mismas ganas con las que mañana gritará.

Una sociedad toda rota busca el término medio para no jugarse nunca por nada, se para en un punto equidistante a todo, para odiar y querer sin ningùn compromiso.

Una sociedad toda rota en un punto equidistante que tiene opinión pero carece de conocimiento

Una sociedad toda rota en un punto equidistante con opinión que habla desde el sentido común de un discurso impuesto. 

Una sociedad toda rota en un punto equidistante, con opinión desde el sentido comùn, es un cúmulo de individualidades.

Una sociedad toda rota es una jauría de bestias bañadas en sangre de la cual nacen asesinos.





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