27 de diciembre de 2014

Charla sobre narcotráfico y política

En el último encuentro del año, el Cefma y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre del partido de San Fernando, realizaron una charla en la Biblioteca Madero de dicho municipio, la cual estuvo a cargo de José Shulman, responsable nacional de La Liga y cuyo eje de debate fue el narcotráfico y la política.
En su introducción, Shulman dejó establecidos los parámetros dentro de los cuales se puede analizar e interpelar la cuestión del narcotráfico, dentro de los cuales se hace imprescindible entender la lógica del propio sistema capitalista, ya sea en la necesidad de la reproducción del capital, como en la creación de escalas valores que se imprimen en la construcción del ser social.

Como toda mercancía que es portadora de valor y por lo tanto “debe” ser comercializada para realizarlo (obtener ganancias),  la droga es  sólo un producto más para la obtención de beneficios, cuyo mercado se encuentra cooptado y es el más rentables para los capitalistas, que si bien son señalados como actores anómalos del sistema,  estos forman parte de la propia estructura financiera globalizada con entramados en redes de bancos, grupos financieros y Estados.
En la historia contemporánea el comercio de las drogas tuvo su necesaria relación con el poder político y con la estrategia del imperialismo para la dominación global, ya sea entablando acuerdos con gobiernos y grupos solventados económicamente por el narcotráfico o directamente comercializando drogas para financiar guerras contrainsurgentes contra los movimientos revolucionarios o contra Estados no alineados a las políticas imperiales. Dentro de éste ejemplo se encuentra la guerra del opio bajo la era del dominio inglés en el siglo 19 o  bajo el imperialismo yanqui  en la lucha contra los guerrilleros salvadoreños y el Gobierno Sandinista. Tanto la DEA como la CIA fueron partícipes de acuerdos con grupos narcos. Por lo tanto el narcotráfico es parte del negocio mundial y también es un instrumento de dominación.

Lo otra faceta que conforma éste negocio es la superexplotación de los trabajadores que intervienen en la cadena de producción y comercialización de la droga. Los campesinos, las llamadas mulas, los que procesan  el producto, hasta los pequeños distribuidores, dejan sus esfuerzos y sus vidas para los grandes lavadores de dinero en las grandes plazas financieras a cambio de miseria. Es el propio sistema que prepara el “mercado” para que sea receptivo al nuevo producto, generando una masa crítica que hace de éste un bien necesario. Grandes masas se conforman en el horizonte del consumismo existencial, siendo ese el único valor supremo que impera en el imaginario social.

La izquierda no ha desarrollado un análisis profundo de la implicancia del narcotráfico dentro del nuevo escenario mundial,  y del despliegue territorial  que estos grupos narcofinancieros establecen, tanto a niveles locales como en la estrategia de la hegemonía mundial. 
Todo actor social y político que prenda disputar poder, deberá dar respuestas concretas a està cuestión. 






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