Los buitres y la bicicleta financiera
Ibarra Eduardo
Mientras el Congreso discute en un primer round la
aprobación de un nuevo endeudamiento para pagar otro endeudamiento (un
sainete), los Medios de comunicaciones han repetido hasta el hartazgo que
endeudarse y pagar a cualquier precio, es lo que corresponde para que el país
entre de nuevo al Mundo.
Mientras Macri y su horda amenaza con el mismísimo
infierno si no se aprueba el proyecto de pago, a como dé lugar, Sergio Massa
corretea como una vedette despechada al ver que el oficialismo ya tiene cuórum
propio.
Mientras que el bloque de las ratas por tirantes, de Bossio
y compañía, alegan que es un problema que hay que resolver, como si fuera pagar
la cuenta al almacenero para poder seguir sacando fiado, lo que queda del
kirchnerismo esgrime un discurso ideológico de contenido nacional y popular,
pero sólo en cuestión de achicar la cuenta del almacenero, sin mencionar que al
carnicero le pagaron sin chistar.
Mientras se da por descontado que vamos a pagar
contrayendo deuda, los bancos, que tienen a sus cuadros políticos dentro del
propio gobierno, ofrecen su caritativa ayuda monetaria para que le paguemos a
los fondos MNL, Capital y Aurelius; siempre que la caridad venga preñada de
intereses.
Mientras los trabajadores, jubilados y el pueblo todo,
mira como un convidado de piedra, su futuro se va hipotecando frente a los
nuevos dueños de nuestro destino.
Frente a todo esto hoy apareció la frutilla del
postre, los hold out que no entraron dentro del acuerdo con el gobierno
macrista, se presentaron ante la Corte de Apelaciones de EEUU para que no se
levanten las sanciones contra la Argentina hasta que no se llegue a un acuerdo
con ellos. La nueva embestida judicial está encabezada por Mohammad
Ladjevardian quien tiene 27 millones de dólares en default y que supuestamente
representa a otros tenedores por 832 millones de dólares; estos tipos no
muestran cualidades humanas sino monetarias. Estos pequeños buitres, en parte
celosos ante los grandes buitres como Singer, argumentan que no quieren ninguna
quita ya que compraron bonos post default a 100 centavos de dólar, frente a 20
centavos de dólar adquiridos por los fondos de inversión, por lo tanto quieren
toda la guita.
El
trabajo, el futuro y los recursos de los argentinos están en juego en ésta
timba financiera dentro la cual los grandes capitalistas mundiales ganan o
ganan, por lo que es un tanto ilógico si pensamos en función de las reglas del
propio capitalismo, las cuales implican, supuestamente, que dentro del sistema
se gana o se pierde de acuerdo a los cambios del propio sistema y la capacidad
de adaptación de los actores que participan.
Muy
linda la teoría pero la realidad es otra, las reglas de la oferta y demanda
donde todo se estabiliza en el punto de equilibrio es sólo una situación
transitoria o directamente ilusoria, el propio sistema es una constante de
desequilibrio entre ambas variables, mientras que las capacidades de los
capitalistas en juego tiene poco que ver con la aptitud individual. Una familia
logra abrir su propio negocio acumulando capital por medio de años de trabajo y
se funde porque no hay demanda o porque la United fruit Company le puso una
sucursal al lado, los mandan a llorar a la iglesia, mientras que los grandes
financistas si no ganan 500% por comprar papeles embargan a todo un pueblo o
voltean gobiernos; laissez faire, laissez passer.
A
todo esto responde la propia lógica del gobierno macrista, en la cual el
sistema financiero vuelve a recuperar nueva importancia, conformando una nueva
hegemonía nacional la tan afamada globalización; ósea la burguesía financiera.
Los discípulos de Milton Fiedman
Mientras
el dólar fluctúa entre los $16 y $15 pesos, el Banco Central sale a colocar letras
(Lebac) a un 38% a 35 días y subió la tasa de interés 40% (estuvo en un 42% y
después bajó a un 39.75%), mientras los sojeros van liquidando la cosecha se
especula que dirigirán las divisas hacia los bancos y no hacia el dólar
producto de éstos porcentajes, mientras secan la plaza de pesos, el gobierno
espera que con la votación del Congreso en ambas Cámaras la lluvia de dólares
reactive la economía.
Con
tasas y títulos públicos emitidos por el Central a niveles altísimos, la
producción (sobre todo las pymes) quedan desfinanciadas y sin posibilidad de
crecimiento, por lo tanto la llamada economía real queda atada a los capitales
financiero para que ingresen dólares a la Argentina, lo cual es paradójico
frente a su naturaleza volátil y a la hipoteca futura de nuestro país.
Los
capitalistas no son buenos ni malos, son capitalistas y su propia ontología es
la de incrementar su tasa de ganancia, sin importar si con ello generan más
pobreza y exclusión.
Mientras
los consultores económicos hablan de diversificar las inversiones; algo así como
comprá tantas acciones, cambiá algunos peso a dólares o adquirí algunos
títulos, los trabajadores ven reducir su poder adquisitivo y directamente
perder su empleo.
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