17 de noviembre de 2011

La patada del burro

Por Eduardo Ibarra

A pocos días del fallecimiento de nuestra querida compañera Fanny, los comunistas no sólo nos encontramos en la congoja del dolor, sino también en un proceso de asimilación de todo su ejemplo y enseñanzas, que abarca 101 años de historia de una vida digna de ser vivida, donde el ser humano se encuentra amalgamado en la concepción más alta que se puede aspirar, la de militante político.

Es difícil resumir todo lo que significó Fanny y no menos complicado es llegar a una síntesis de su vida y obra, con sus aciertos y sus errores, con momentos de tristezas y alegrías y con las contradicciones de quién, desde el marxismo, intenta cambiar la realidad y no quedarse en la retórica de escritorio, que nada tiene que ver con la concepción de la dialéctica materialista.

En vida Fanny fue reconocida a nivel internacional y nacional, con demostraciones de afecto que se manifestaron en sendos actos y conmemoraciones. A su muerte desde todos los medios y sectores populares, expresaron sentimientos de dolor y respeto.

Sin embargo, y ante nuestro asombro, la prensa del partido obrero (de pretensiones de vanguardia obrera), publica una nota titulada “Fanny Edelman y la leyenda estalinista”, donde un tal Alejandro Guerrero hace un pobre, mediocre y falaz racconto de la vida de nuestra dirigente.

Para empezar a éste notero le preocupa que se le llame “fundadora del Partido Comunista”, por que el partido fue fundado en 1918 como escisión del Partido Socialista y Fanny había nacido siete años antes, incorporándose al PC en la década del 30.

Esta preocupación resulta extraña a alguien que no pertenece a las filas del Partido Comunista, en donde Fanny tiene más años de militancia que de vida de quien escribe esa pobre nota. También es lógico que no se entienda que la fundación de un partido de trabajadores, se construye con el sacrificio de todos sus militantes y dirigentes, o sea es un proceso que difícilmente entiendan los elitistas de Altamira.

La nota continúa con la mención de la participación en la Guerra Civil Española, en la que no resalta la entrega de una militante internacionalista en la causa de cualquier pueblo del mundo, sino la califica como agente del estalinismo que llevó a la derrota a la República frente a las huestes de Franco; y por un acto de malabarismo, también le endilga la caída de Francia a manos de los nazis ¿?.  Cabe recordar que Fanny con veinte años no dudó en poner en riesgo su vida por su compromiso revolucionario, cosa que poco puede comprender éste notero valiente de escritorio, cuyo mayor acto de arrojo, habrá sido abrir la heladera descalzo.

Siguiendo su pobre línea argumental califica al Partido Comunista como aparato de la KGB, sin ninguna o pobre representación en las clases trabajadoras. Grueso error histórico si los hay, ya que el partido tenía un gran sustento entre las masas obreras y dominaba muchos sindicatos, entre ellos el que más se destacó por su no claudicación a Peròn, fue el de la carne de Peter; sería bueno que éste analista improvisado comparara la inserción de su minúsculo partido, con la del Partido Comunista en la década del 30 y 40.

En su afán de denostar al partido, usando como trampolín a la figura de Fanny, se olvida del proyecto político de Peròn, que hacía imposible toda alianza con un partido marxista, y la situación de asfixia que soportaba la URSS, la cual debía maniobrar ante un mundo que articulaba una guerra inter-imperialista en contra de un país socialista atrasado, cercado y bloqueado.

Tampoco duda en calificar a Fanny como responsable de una política criminal, por la participación de PC en la Unión Democrática; rompe con todos los esquemas políticos teóricos al entender como un crimen una alianza electoral, obviamente olvidando a todos los militantes asesinados y torturados bajo el aparato represivo del  primer peronismo.

Para terminar su relato infanto/señil, vuelve a hacer responsable a Fanny de la dictadura de Videla en complicidad con la URSS. Por supuesto que no ahonda en este concepto, sólo lo menciona, sin tomar en cuenta todos los muertos y torturados que tuvo el partido, toda la defensa que se hizo en la dictadura, de los militantes propios y ajenos (ver Isidoro Gilbert: La Fede) y de la autocrítica a esa política errónea, en el XVI congreso, donde cabe recordad Fanny fue parte de esa ola revolucionaria.

Y así termina éste falaz, tendencioso y manipulado relato, que tiene a Fanny como centro de agravios gratuitos.

Es llamativo como este valiente militante del PO, tuvo el coraje de atacar a una mujer de 101 años después de muerta.

Si tomamos en cuenta que el PO es un partido sin historia, que toma al marxismo como un mandato bíblico, no sorprende la interpretación que hace de aquellos militantes que lucharon sin mezquindades ni especulaciones. Un partido que utiliza una visión sesgada de Marx y Lenin, para utilizarlos como dedo acusador de todo proceso que no los tienen como protagonistas (o sea la inmensa mayoría). Un partido de mezquinos que no reconocen matices, ni distintas formas de interpretaciones.

El PO ataca cobardemente a Fanny para pegarle al PC, sin reparar en la solidaridad que el partido expresó por todos los medios, para con Mariano Ferreyra.

El PO a través de su pobre notero, interpreta la historia desde una visión idealista e interesada, sin tener en cuenta los hechos acaecidos, ni los distintos factores condicionantes, haciendo fácil la crítica 60 años después, con todos los resultados sobre la mesa y con la impunidad del que nunca ha llevado nada a la práctica concreta, salvo reclamos y recriminaciones.

Por eso el PO es un partido mesiánico y sectario, que no pretende tomar el poder, sino cuidar su kiosquito.

Desde su ahistoricidad  se proclama como la verdadera izquierda, desconociendo toda la lucha y logros de años que los trabajadores y combatientes marxistas tuvieron en el ámbito nacional, que superaron con creces un paupérrimo 2%  en una elección presidencial. Un 2% logrado por misericordia de un electorado mediático, ante el ruego de un milagro santificador y teniendo a un farandulero como sujeto histórico.

En definitiva, el peor pecado que cometió Fanny para el PO, fue haber sido consecuente en la teoría y los hechos. Es tan así de fuerte que sólo un cobarde y eunuco se atreve a denostarla después de muerta.

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