Entrevistas
Fernando Esteche, dirigente de la agrupación Quebracho. Analiza la situación de los espacios populares frente a la gestión macrista.
Ignacio Àlvarez, concejal del Frente para la Victoria del municipio de San Fernando. El caso de José López y la situación dentro de su espacio político. Las políticas comunales de un municipio dominado por la derecha peronista de Sergio Massa.
Melisa Guidi, dirigente estudiantil de la Universidad de Lujan y militante de la Federación Juvenil Comunista, comenta la situación de los estudiantes y la lucha por el boleto en la Provincia de Buenos Aires.
Editorial
El caso de José López, cómo impacta en el Frente para la Victoria, las dudas y la corrupción individual o estructural. Cómo los Medios hegemónicos entrelazan la corrupción con las políticas de reivindicaciones populares. Un hecho que envalentona al gobierno macrista para aplicar políticas neoliberales.
Arbizu un preso por denunciar la esencia corrupta del sistema financiero mundial. Los casos de corrupción frente al saqueo capitalista legalizado.
Denunciamos la existencia de protíbulos en zona norte del conurbano. La hipocresía y la corrupción de los gobiernos municipales de Vicente López, San Isidro y San Fernando.
"De Norte a Sur"... somos un programa de radio dedicado a difundir noticias del ámbito local, nacional e internacional. Con un análisis propio y diferente a los medios comunicacionales hegemónicos
18 de junio de 2016
13 de junio de 2016
Programa del 11 de junio de 2016
Entrevista
En éste programa entrevistamos a Ricardo Perea, presidente de la cooperativa de RB, quien fue desalojada por una dudosa orden judicial.
Editorial
Noticias sobre los municipios de la zona norte del conurbano. Política, negocios y la cultura mercantilizada.
El nuevo relato macrista. Todo fue, es y será culpa del kirchnerismo. Cómo el gobierno justifica el ajuste al pueblo creando al enemigo perfecto.
En éste programa entrevistamos a Ricardo Perea, presidente de la cooperativa de RB, quien fue desalojada por una dudosa orden judicial.
Editorial
Noticias sobre los municipios de la zona norte del conurbano. Política, negocios y la cultura mercantilizada.
El nuevo relato macrista. Todo fue, es y será culpa del kirchnerismo. Cómo el gobierno justifica el ajuste al pueblo creando al enemigo perfecto.
7 de junio de 2016
La cultura empresarial
Todo se vende y todo se compra
Ibarra Eduardo
Las generaciones que atravesaron la década de los 90s vivieron unos de los tantos cambios
históricos que dejaron huellas y
marcaron el devenir de la humanidad. Esos cambios para los que lo sufrieron en
carne propia, fueron abruptos y a una velocidad casi imposible de imaginar.
Se ha dicho mucho sobre el cambio en el tablero internacional, la
nueva configuración del mundo, el triunfo del individualismo por sobre
cualquier concepción colectiva, el triunfo del fin de la historia y de las
ideologías, y cómo el pragmatismo cobarde y sin cuestionamientos coronó una época. Pero no sólo la embestida del dominio imperialista como punta de lanza del
capitalismo mundial trajo el triunfo de los capitales financieros, también e
indefectiblemente, el cambio vino de la mano de la ruptura de las relaciones
sociales (ya obsoletas para los mercados) y de los necesarios cambios
culturales para barrer todo vestigio de solidaridad, a fin de imponer, sin
resistencia y en forma naturalizada, la cultura triunfalista del
individualismo.
Como sostiene Néstor Kohan en su
libro sobre “Poder y fetichismo en el pensamiento de Karl Marx, no existe
separación entre la llamada superestructura y estructura. Indefectiblemente la
subjetividad es inherente al hombre, ya que no hay relación entre las
“condiciones objetivas” que no sean mediatizadas e intelectualizadas por la
interpretación de cada actor social. Por lo tanto la avalancha del mercado
globalizado vino cargada de apreciaciones y valores que marcaron rupturas y
continuidades dentro de cada sociedad.
La nueva cultura del mercado tuvo manifestaciones explícitas sin
ningún tipo de contención o resistencia por parte de las clases subalternas, las
cuales sufrieron dos derrotas históricas contundentes, primero en lo militar y
segundo en lo ideológico. El cómo se manifestaron esas transformaciones
culturales es lo que me interesa repasar brevemente.
Desde la vida cotidiana hasta los discursos políticos y publicitarios
fueron impregnados por los nuevos valores del mercado financiero globalizado, en función de la apertura de las
economías nacionales a las exigencias del mundo globalizado. El propio Estado
tuvo que reconfigurar las bases jurídicas para las nuevas relaciones sociales
(flexibilización laboral, privatizaciones, respaldo jurídico para las
inversiones extranjeras, etc.), en consonancia de la hegemonía del capital
transnacional y financiero.
Cada parte de nuestras vidas fue resignificada, cada hecho cotidiano
fue cargado de nuevos valores y nuevos propósitos, no hubo contención para los que no se
adaptaron al cambio, todo era ser parte o morir en el ostracismo; como aquel
ciudadano desterrado de la antigua polis.
Toda la cultura se volcó al consumismo y los actos solidarios fueron
separados de la esfera de lo político, para pasar al ámbito de lo privado, a
las nuevas modas de las burguesías globalizadas, quienes fueron transformando la esencia misma de la
solidaridad en actos banales y autorreferenciales. La política como herramienta
de transformación fue desvirtuada y reemplazada por concepciones gerenciales/empresariales.
No sólo las nuevas prácticas que surgieron fueron expresadas con
nuevas palabras; en su inmensa mayoría en idioma inglés, sino que las viejas
costumbres fueron amoldadas con nuevos significados.
Cuanto más palabras en inglés, más prestigio social, aunque dichas
palabras figuren en nuestro idioma español y no necesiten ser reemplazadas.
Las llamadas carreras universitarias tradicionales fueron perdiendo
lugar ante las nuevas disciplinas de dudosas rigurosidades académicas y
científicas, por lo cual la educación pública fue precarizada y vaciada a favor
de las instituciones privadas que acogieron con beneplácito carreras como,
coaching, marketing, publicidad, etc. Los difusores de la ideología de mercado
fueron los grandes consultores que dictaron cursos para mimetizar los intereses
de los empleados con los intereses de las empresas, que dentro de su andamiaje
de adoctrinamiento ideológico tuvieron como eje materias como, los recursos
humanos, el comportamiento motivacional, liderazgo y la famosa programación
neurolingüística, etc. Claramente la educación fue un factor clave para asimilar
los cambios en clave liberal y hacer que el esclavo no sólo termine admirando
al amo, sino también pensando como él.
La música así como las distintas artes autóctonas fueron sepultadas y
desacreditadas a favor de lo anglosajón, sin dejar posibilidad a que el
intercambio cultural dé paso a nuevas formas de expresiones artísticas, para
enriquecer a la propia cultura y así generar nuevas expresiones artísticas. La comida
como parte de la idiosincrasia de cada país fue transformada en una cuestión de
distinción de clase, donde el cocinero se convirtió en gourmet y los
ingredientes tradicionales y accesibles pasaron a ser exóticos platos con
vegetales y carnes extraídos de tierras lejanas. De la lechuga a las finas
hiervas, del tuco a las salsas, del asado a las carnes asadas y del pescado al
sushi… de la excentricidad a la estupidez.
Las ropas que otrora abrigaron o refrescaron de acuerdo al clima de
las distintas estaciones, pasaron a ser elementos de distinción de clases y
grupos de pertenencia, que a diferencia de las viejas modas, las marcas vistieron más que las telas.
El almacenero del barrio, aquel
que nos fiaba, quedó en el museo de los recuerdos olvidados ante la avalancha
de los supermercados de marcas transnacionales. Los negocios de ropas pasaron a
ser parte de grandes conglomerados llamados shopping y el acto de comprar algo
para satisfacer una necesidad se transformó en una experiencia cargada de
placer y desahogo existencial, casi como la misma conformación del ser. El producto
no importó tanto por su utilidad, sino por su valorización simbólica, y el acto
de comprar cambió de un medio a un fin.
Casi como un terremoto todo cambió de significado y los nuevos valores
surgieron sin que pudiésemos asimilar, ni tener una mirada crítica hacia los
mismos.
Los tan admirados títulos de las viejas monarquías por parte de la
burguesía, fueron reinventados y cada acto de la vida fue marcado por la
coronación de algún título académico; sin importar la seriedad de la
institución académica que lo emitiera. Por lo tanto los hábitos cotidianos
fueron pasados por el tamiz del
prestigio social y la distinción de algún conocimiento específico, por lo que
ir a comprar al almacén tuvo, necesariamente, que ser un acto complejo
para ir un shopping y hacerse de un
personal shopper, poner una mesa con
sillas para morfar implicó la sofisticación de un licenciado en diseño de
interiores, casarse dejó de ser un acto de amor para pasar a ser un gran acto
social dirigido por un wedding planer, o el mero hecho de cortar el pasto
requirió del conocimiento específico de un paisajista, y así con cada acto
insignificante y cotidiano de nuestras vidas.
En el ámbito de la religión las nuevas costumbres liberales del
dominio del capital financiero globalizado, dieron pie al surgimiento de creencias extraterrenales de
disciplinas light, por lo cual se
cambiaron los viejos rituales rígidos de la iglesia católica, tan afines a las
oligarquías vacunas, por un collage de distintas creencias. La nueva formación de una burguesía
global financiera se apegó a una nueva
religión individual acorde a los nuevos ideales de riqueza, conford y libertad
social, algo así como una religión express y a gusto del creyente. Esta fracción
de la burguesía ganadora fue la que impuso, al ritmo de los negocios
financieros globales y los gerenciamientos de las multinacionales, las nuevas
técnicas combinadas del fen shuy, el
budismo, el ecologismo y un
sinfín de creencias “made in”.
La ideología en fábulas
Todo el andamiaje globalista tuvo su eje en la idea del cambio
permanente, una suerte de ley universal tan inviolable como la gravedad. Este
cambio fue presentado como un hecho eterno y natural, al cual nos habíamos
negados por estar aferrados a políticas proteccionistas y anti libre mercado,
porque era nuestra obligación dejar de lado todo lazo con un pasado solidario,
para navegar en las vertiginosas aguas de la adaptación.
Uno de exponentes de ésta cultura fue un libro llamado “Quién se ha
robado mi queso”, el cual relataba en forma de fábula infantil las vicisitudes
de unos ratones dentro de un laberinto. Estos animales personificados tenían
gran cantidad de queso en una de las salas del laberinto y sus vidas eran
llevadas sin sobresaltos, hasta que un día el apreciado alimento se acabó y las
distintas actitudes frente a adversidad comenzaron a aflorar. Hubo ratones que
no se movieron y sólo protestaron y otros que buscaron otra fuente de alimento.
La moraleja era que sobrevivían los que se adaptaban al cambio, ese cambio que
no tenía un por qué, ni un quien, sólo ocurría y había que aceptarlo
mansamente. Este burdo mensaje ideológico sindicaba a los que resistían a la
globalización y a la ideología neoliberal como quedados en el tiempo (los que
se quedaron en el 45), mientras que aquellos que aceptaban las nuevas reglas de
juego, eran los emprendedores proactivos, los ejemplos a seguir.
Otra de las fábulas que representaba tan claramente la escuela de
Milton Friedman, era la de un maestro y su discípulo, quienes en un viaje de
aprendizaje, se encuentran frente a una familia pobre que sólo contaba con una
vaca. Si mediar palabra el maestro mata a la vaca ante la mirada atónita del
alumno, quien compungido le pregunta el motivo. El maestro sólo dice que
volverán un largo tiempo después para ver qué fue de esa familia.
Cumpliendo con lo dicho, ambos, vuelven a visitar a la familia pobre.
Si bien el alumno no esperaba nada bueno, se asombra ante el resultado de tan
drástico acto. La familia había prosperado, los padres habían comenzado un
nuevo y próspero emprendimiento, los hijos estaban estudiando en distintas
universidades y todo el grupo familiar ya no era pobre, sino todo lo
contrario. Moraleja, el maestro había
cortado el lazo que los ataba a su situación de pobreza, por lo que la familia
tuvo que adaptarse y crear nuevas fuentes de ingresos, lo que los llevó al
éxito.
Esta nefata enseñanza impone una ideología contraria a la realidad. El
capitalismo globalizado ha privatizado todo lo que posibilitaba un mínimo de
bienestar al pueblo, ha cortado todo vínculo de solidaridad del Estado hacia
los pobres y marginados, concentrando la riqueza en pocas manos mientras el
hambre, la miseria y las guerras se propagaron por todo el mundo (sin vacas y
sin quesos). De hecho la llamada “solidaridad” fue canalizada por medio de
fundaciones y ONG armadas por los grandes capitalistas, permitiéndoles así evadir
impuestos y disfrazar su culpabilidad en actos banales.
La finalidad de éste tipo de cuento es la de imponer una concepción
del hombre aislado de todo entorno social y puesto en pie de igualdad en todas
circunstancias, sin reparar en que la propia sociedad que proponen es
extremadamente desigual, y los lazos sociales que se establecen son por medio
de intereses antagónicos de clases. El
famoso cambio al que no definen ni analizan dentro de un contexto histórico, es
la clara hegemonía de la burguesía financiera trasnacionalizada, que tras ésta
máscara (algo esotérica y metafísica) oculta la imposición de sus intereses y
objetivos.
Cuando la burguesía domina la
escena social, el cambio se impone a todas las demás clases subalternas, pero
cuando son los trabajadores quienes se imponen e imponen nuevas reglas de
juego, como ser la expropiación de los medios de producción, la burguesía no se
adapta al cambio y desata una guerra civil. ¿A caso si nos quedamos con la
vaca, no le estamos haciendo un favor?. Moraleja proletaria, hay que matar al
maestro y no a la vaca.
Nota final
Siempre me llamó la atención que los cursos y los libros ideológicos
empresariales estén escritos, o tomen ejemplos, como fábulas y que se trate de aplicar a todo ámbito de la vida social por
medio de vulgarizaciones y pobres lecturas de la realidad. Algunos ejemplos: en
la política (Maquiavelo en la empresa), en la religión (ética empresarial) o de
autoayuda (piense y hágase rico), etc.
Entiendo que esto no es casual, sino todo contrario. Es el producto de
una ideología que al dominar al mundo como un mercado unificado, trata de
imponer su hegemonía a las clases subalterna por medio de lecturas sencillas
que arman la realidad en función de un mismo resultado. Vulgarizar, describir
en forma superficial e infantil, imponer una conclusión lógica dentro de
premisas establecidas, son parte de un relato que pone al subalterno en una
posición infantil frente a un entrepreneur universal. Todas nuestras vidas en clave empresarial,
aunque las vaquitas sean ajenas.
6 de junio de 2016
Programa del 4 de Junio de 2016
Entrevista al politólogo y sociólogo Atilio Boron, quien hace un reconto sobre la situación en América del Sur y la nueva ofensiva del imperialismo y las derechas vernáculas. La crisis en Francia y la endeble situación de la Unión Europea. Las elecciones en EEUU, dos candidatos para un mismo sistema.
Editorial
La situación económica de un gobierno con lobbistas y CEOS de los capitales financieros.
El proyecto de ley del gobierno para el pago de las jubilaciones. El informe de la consultora de Melconian coincide con el exgobierno kirchnerista, el pago de los montos a las jubilaciones más altas hace inviable al sistema.
La trama de la interna dentro del gobierno derechista de Macri.
Editorial
La situación económica de un gobierno con lobbistas y CEOS de los capitales financieros.
El proyecto de ley del gobierno para el pago de las jubilaciones. El informe de la consultora de Melconian coincide con el exgobierno kirchnerista, el pago de los montos a las jubilaciones más altas hace inviable al sistema.
La trama de la interna dentro del gobierno derechista de Macri.
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